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martes, 18 de abril de 2017

Tercer mundo: origen del término

Tercer mundo


Los tres mundos separados durante la Guerra Fría, con sus respectivos aliados. Los colores no representan su situación económica.
     Primer mundoEstados UnidosFranciaReino UnidoEspaña y aliados.     Segundo mundoUnión SoviéticaChina y aliados.     Tercer mundo: países no alineados y neutros.

Tercer mundo


El término tercer mundo fue acuñado por el economista francés Alfred Sauvy en 1952, realizando un paralelismo con el término francés Tercer Estado, para designar a los países que no pertenecían a ninguno de los dos bloques que estaban enfrentados en la Guerra Fría, el bloque occidental (Estados Unidos, Europa Occidental, Japón, Canadá, Corea del Sur, Australia, Nueva Zelanda y sus aliados) y el bloque comunista .

Actualmente, de manera anacrónica (el «segundo mundo» del «bloque socialista» ha desaparecido como concepto), el término se utiliza, de manera poco precisa, para referirse a los países periféricos subdesarrollados o «en vías de desarrollo», en contraste a los países desarrollados; en este último sentido actual, el término se emplea a veces para referirse en bloque a todos los países no desarrollados, y en ocasiones, para referirse solo a los que registran los peores índices de desarrollo de gran atraso económico-social, como el analfabetismo, el hambre, las carencias hospitalarias y de salud pública, las viviendas y servicios sanitarios precarios, una escasa expectativa de vida, etc. Según la RAE, el tercer mundo es el conjunto de países menos desarrollados económica y socialmente. 1

Entre las características comunes figuran el tener una base económica agraria, la exportación de materias primas, una economía endeudada con los países más industrializados y escasa infraestructura. En materia de decisiones internacionales, los países del tercer mundo, aún congregando a la mayoría de las naciones independientes y de la población mundial, cumplen un papel secundario -y en ocasiones subordinado- respecto del que tienen las naciones más poderosas. Algunos bloques de países creados a partir de la década de 1980 para hegemonizar las decisiones mundiales, como el G-7, el G-8 y el G20, se relacionan indirectamente con la idea de «tercer mundo» y su relación con el sistema de toma de decisiones globales. Dentro de la teoría del tercer mundo, también se encuentran países europeos como Suiza, Austria, Suecia, Finlandia, la extinta Yugoslavia o la República de Irlanda

Historia del término


En agosto de 1967 un grupo de obispos de diversas partes del mundo firmaron el Manifiesto de los Obispos del Tercer Mundo.3
El economista francés Alfred Sauvy utilizó el término «tercer mundo» (en el original «tiers monde») en un artículo titulado «Tres mundos, un planeta» publicado en la revista francesa L'Observateur el 14 de agosto de 1952.2

Asimilándolo al tercer Estado de la Revolución francesa, Sauvy llamó la atención sobre la existencia de un tercer mundo, «el más importante», de los países subdesarrollados, explotados y olvidados, al que el primer mundo capitalista y el segundo mundo comunista no prestaban atención. Hay que aclarar que, en francés, tiers monde significa tercer mundo en el sentido de tercero en una clasificación y no tercero a la hora de contar del uno al tres (troisième y tiers son sinónimos).

El término se generalizó durante la Guerra Fría, cuando algunos países se calificaron a sí mismos como pertenecientes al tercer mundo, debido a que no estaban alineados ni con la OTAN ni el Pacto de Varsovia. El término primer mundo se refería a Estados Unidos y sus aliados en la Guerra Fría, mientras que el segundo mundo estaba formado por el Bloque del Este -desaparecido después de 1991-.

A partir de la década de 1960 el término fue utilizado con dos alcances semánticos:
 a) un significado estratégico que expresaba una postura de no alineación en la Guerra Fría detrás de ninguna de las dos superpotencias enfrentadas, que se correspondió también con la expresión "países no alineados";
 b) un significado económico-social que expresaba la gran asimetría en términos de condiciones de vida entre los países enfrentados en la Guerra Fría y el resto del mundo, que se correspondió con la expresión "Norte-Sur".4

Algunos miembros del «tercer mundo» original fueron Yugoslavia, India y Egipto.

Algunos países del tercer mundo creían que podrían desarrollarse sin la influencia de los países comunistas y capitalistas siguiendo sus propios métodos sin caer bajo la influencia directa de estos. Después de la Segunda Guerra Mundial los países del primer y segundo mundo lucharon por expandir sus respectivas esferas de influencia al tercer mundo. Los servicios de inteligencia y militares de Estados Unidos y la Unión Soviética trabajaron ambos secretamente intentando influir en los gobiernos del tercer mundo, con resultados variados.

Hay una serie de países que no entraban de forma clara en ninguna de las definiciones de primer, segundo y tercer mundo. Estos países incluían a Suiza, Suecia e Irlanda, países europeos que eligieron ser neutrales. Finlandia estuvo bajo influencia soviética por su cercanía a la URSS, pero no era comunista, ni era miembro del Pacto de Varsovia.

México, a pesar de ser vecino de Estados Unidos y ser influido por ello, no era miembro de la OTAN, y casi no apoyó las políticas de este. Austria se encontraba bajo influencia estadounidense, pero en 1955, cuando el país volvió a ser de nuevo una república completamente independiente, lo consiguió bajo la condición de mantenerse neutral. Ninguno de estos países fue definido como Tercer Mundo a pesar de su no-alineamiento.

En América Latina, si bien hubo una fuerte injerencia de Estados Unidos sobre todo en las décadas de los 50 y 60, los modelos económicos predominantes en esos países se destacaron por un fuerte estatismo incluso bajo gobiernos de derecha, a lo que se agregaron políticas internacionales en apoyo de esta tendencia (como, por ejemplo, la de sustitución de exportaciones impulsada por la CEPAL).

Con la caída de la Unión Soviética en 1991, el término segundo mundo dejó de usarse y el primer mundo pasó a englobar todos los países desarrollados. Algunos de los países industrializados que formaban parte del bloque comunista fueron incluidos en el primer mundo y otros en el tercer mundo. Por su parte, desde la finalización de la Guerra Fría, el término tercer mundo ha cambiado su significado original hasta ser sinónimo de países con pobre infraestructura o países periféricos.

Más recientemente ha vuelto a aparecer el término segundo mundo para referirse a los países como Rusia y los demás países que pertenecían a la URSS.  Ha aparecido también el término cuarto mundo para referirse a las personas que viven en pobreza extrema o grupos marginales, tanto en el primer como en el tercer mundo.5 También es usado a veces para describir países extremadamente pobres sin ninguna infraestructura industrial o como sinónimo de «los países menos desarrollados».

Algunos estudiosos sostienen que el término tercer mundo es obsoleto debido a que es un arcaísmo que describe una situación internacional de poder y estructura que existía después de la Segunda Guerra Mundial. Otros estudiosos por contrario, sostienen que, terminada la Guerra Fría entre los dos primeros mundos, la problemática del tercer mundo pasó a primer plano; en este sentido se utiliza ampliamente el concepto de «el Sur» o «países del Sur». El origen del término puede también venir del francés «tiers monde» que viene de «tiers état» en comparación al pueblo durante la Revolución francesa.

Finalmente se ha alertado sobre una falsa generalización actual, al suponer que el tercer mundo carece de infraestructura industrial, ya que muchos países que se consideran parte del tercer mundo, como China y otros países del sudeste asiático, son en algunas zonas tan o más tecnológicamente avanzados como muchos países considerados del primer mundo. Lo mismo sucede con algunos países del Golfo Pérsico y Centroamérica como Costa Rica y Panamá que han superado a otros países desarrollados. Por lo tanto, el término debería usarse con precaución ya que clasificar países en grupos homogéneos puede inhibir la perspectiva objetiva y los veloces cambios en curso.

En 2004 John Hobson, en su libro Los orígenes orientales de la civilización de occidente, relacionó el término con los tres mundos en los que el pensamiento racista europeo había dividido el mundo: el primer mundo europeo de la raza blanca, el segundo mundo bárbaro de la raza amarilla y el tercer mundo salvaje de la raza negra.6

Teoría de la dependencia.


Pocos años antes de la formulación del término tercer mundo por Alfred Sauvy, la Escuela Desarrollista latinoamericana desde la CEPAL formuló la llamada teoría de la dependencia utilizando para ello un modelo de análisis de la economía mundial a partir de la dualidad centro-periferia.

Según el desarrollismo la economía mundial está organizada por un centro industrial que, en el comercio internacional, se beneficia sistemáticamente debido al deterioro de los términos de intercambio de los productos primarios generados por una periferia agrícola, que descapitaliza constantemente a los llamados países atrasados impidiendo su desarrollo. Por esa razón el desarrollismo sostiene que los Estados de los países periféricos deben promover activamente la industrialización como política crucial para el desarrollo.

Postura de Schumpeter

Para Schumpeter, el desarrollo y la democracia irían limitando a los monopolios económicos hasta hacerlos desaparecer.

El economista Joseph Schumpeter sostuvo que la expansión mundial de las empresas monopólicas, en perjuicio del desarrollo de los países no desarrollados, es un atavismo de estructuras políticas preindustriales, derivada de «la insensata disposición por parte del Estado hacia una expansión ilimitada y forzosa». Schumpeter sostenía que esa expansión no era una consecuencia del interés económico, sino una política de poder de las clases dominantes.

Tercer mundo y tecnología

Las nuevas tecnologías son esenciales en una sociedad como la existente, donde los países con el régimen de monopolizadores se encargan de suministrar a los demás esas fuentes de innovación. Existen esfuerzos e inversiones considerables de dinero, destinados a promover el uso de Internet en zonas rurales y grupos en riesgo de exclusión social o laboral, como el tercer mundo, países en regímenes de gran subdesarrollo, con características como el analfabetismo, el hambre y la precariedad en todas las áreas de la sociedad.

Para muchos burócratas y Estados desarrollados, conseguir que la tecnología y su uso lleguen adecuadamente a los países más pobres y necesitados se convierte en todo un reto para obtener, en la mayoría de los casos, algún tipo de beneficio. Pero lo cierto es que la opinión pública se encuentra bastante en desacuerdo con la actitud de los mandatarios de los grandes Estados, ya que consideran que integrar Internet o la telefonía móvil en países de África o América Latina es un contrasentido, ya que, según grupos de ONG, lo primero es ayudar a esas personas pobres a obtener un trabajo, para que se puedan comprar una casa, la cual tendrá teléfono, y entonces puede que se use Internet. La ONU ha declarado recientemente que el desarrollo de las nuevas tecnologías aumenta todavía más las diferencias entre los países ricos y los del tercer mundo.7

Actualmente, de manera anacrónica (el «segundo mundo» del «bloque socialista» ha desaparecido como concepto), el término se utiliza, de manera poco precisa, para referirse a los países periféricos subdesarrollados o «en vías de desarrollo», en contraste a los países desarrollados; en este último sentido actual, el término se emplea a veces para referirse en bloque a todos los países no desarrollados, y en ocasiones, para referirse solo a los que registran los peores índices de desarrollo de gran atraso económico-social, como el analfabetismo, el hambre, las carencias hospitalarias y de salud pública, las viviendas y servicios sanitarios precarios, una escasa expectativa de vida, etc. Según la RAE, el tercer mundo es el conjunto de países menos desarrollados económica y socialmente. 1
Entre las características comunes figuran el tener una base económica agraria, la exportación de materias primas, una economía endeudada con los países más industrializados y escasa infraestructura. En materia de decisiones internacionales, los países del tercer mundo, aún congregando a la mayoría de las naciones independientes y de la población mundial, cumplen un papel secundario -y en ocasiones subordinado- respecto del que tienen las naciones más poderosas. Algunos bloques de países creados a partir de la década de 1980 para hegemonizar las decisiones mundiales, como el G-7, el G-8 y el G20, se relacionan indirectamente con la idea de «tercer mundo» y su relación con el sistema de toma de decisiones globales. Dentro de la teoría del tercer mundo, también se encuentran países europeos como SuizaAustriaSueciaFinlandia, la extinta Yugoslavia o la República de Irlanda 
Historia del término

En agosto de 1967 un grupo de obispos de diversas partes del mundo firmaron el Manifiesto de los Obispos del Tercer Mundo.3 El economista francés Alfred Sauvy utilizó el término «tercer mundo» (en el original «tiers monde») en un artículo titulado «Tres mundos, un planeta» publicado en la revista francesa L'Observateur el 14 de agosto de 1952.2 Asimilándolo al tercer Estado de la Revolución francesa, Sauvy llamó la atención sobre la existencia de un tercer mundo«el más importante», de los países subdesarrollados, explotados y olvidados, al que el primer mundo capitalista y el segundo mundo comunista no prestaban atención. Hay que aclarar que, en francéstiers monde significa tercer mundo en el sentido de tercero en una clasificación y no tercero a la hora de contar del uno al tres (troisième y tiers son sinónimos).

El término se generalizó durante la Guerra Fría, cuando algunos países se calificaron a sí mismos como pertenecientes al tercer mundo, debido a que no estaban alineados ni con la OTAN ni el Pacto de Varsovia. El término primer mundo se refería a Estados Unidos y sus aliados en la Guerra Fría, mientras que el segundo mundo estaba formado por el Bloque del Este -desaparecido después de 1991-.
A partir de la década de 1960 el término fue utilizado con dos alcances semánticos: a) un significado estratégico que expresaba una postura de no alineación en la Guerra Fría detrás de ninguna de las dos superpotencias enfrentadas, que se correspondió también con la expresión "países no alineados"; b) un significado económico-social que expresaba la gran asimetría en términos de condiciones de vida entre los países enfrentados en la Guerra Fría y el resto del mundo, que se correspondió con la expresión "Norte-Sur".4
Algunos miembros del «tercer mundo» original ueron YugoslaviaIndia y Egipto.
Algunos países del tercer mundo creían que podrían desarrollarse sin la influencia de los países comunistas y capitalistas siguiendo sus propios métodos sin caer bajo la influencia directa de estos. Después de la Segunda Guerra Mundial los países del primer y segundo mundo lucharon por expandir sus respectivas esferas de influencia al tercer mundo. Los servicios de inteligencia y militares de Estados Unidos y la Unión Soviética trabajaron ambos secretamente intentando influir en los gobiernos del tercer mundo, con resultados variados.
Hay una serie de países que no entraban de forma clara en ninguna de las definiciones de primer, segundo y tercer mundo. Estos países incluían a SuizaSuecia e Irlanda, países europeos que eligieron ser neutrales. Finlandia estuvo bajo influencia soviética por su cercanía a la URSS, pero no era comunista, ni era miembro del Pacto de Varsovia.
México, a pesar de ser vecino de Estados Unidos y ser influido por ello, no era miembro de la OTAN, y casi no apoyó las políticas de este. Austria se encontraba bajo influencia estadounidense, pero en 1955, cuando el país volvió a ser de nuevo una república completamente independiente, lo consiguió bajo la condición de mantenerse neutral. Ninguno de estos países fue definido como Tercer Mundo a pesar de su no-alineamiento.
En América Latina, si bien hubo una fuerte injerencia de Estados Unidos sobre todo en las décadas de los 50 y 60, los modelos económicos predominantes en esos países se destacaron por un fuerte estatismo incluso bajo gobiernos de derecha, a lo que se agregaron políticas internacionales en apoyo de esta tendencia (como, por ejemplo, la de sustitución de exportaciones impulsada por la CEPAL).
Con la caída de la Unión Soviética en 1991, el término segundo mundo dejó de usarse y el primer mundo pasó a englobar todos los países desarrollados. Algunos de los países industrializados que formaban parte del bloque comunista fueron incluidos en el primer mundo y otros en el tercer mundo. Por su parte, desde la finalización de la Guerra Fría, el término tercer mundo ha cambiado su significado original hasta ser sinónimo de países con pobre infraestructura o países periféricos.

Más recientemente ha vuelto a aparecer el término segundo mundo para referirse a los países como Rusia y los demás países que pertenecían a la URSS. Ha aparecido también el término cuarto mundo para referirse a las personas que viven en pobreza extrema o grupos marginales, tanto en el primer como en el tercer mundo.5

También es usado a veces para describir países extremadamente pobres sin ninguna infraestructura industrial o como sinónimo de «los países menos desarrollados».

Algunos estudiosos sostienen que el término tercer mundo es obsoleto debido a que es un arcaísmo que describe una situación internacional de poder y estructura que existía después de la Segunda Guerra Mundial. Otros estudiosos por contrario, sostienen que, terminada la Guerra Fría entre los dos primeros mundos, la problemática del tercer mundo pasó a primer plano; en este sentido se utiliza ampliamente el concepto de «el Sur» o «países del Sur». El origen del término puede también venir del francés «tiers monde» que viene de «tiers état» en comparación al pueblo durante la Revolución francesa.
Finalmente se ha alertado sobre una falsa generalización actual, al suponer que el tercer mundo carece de infraestructura industrial, ya que muchos países que se consideran parte del tercer mundo, como China y otros países del sudeste asiático, son en algunas zonas tan o más tecnológicamente avanzados como muchos países considerados del primer mundo. Lo mismo sucede con algunos países del Golfo Pérsico y Centroamérica como Costa Rica y Panamá que han superado a otros países desarrollados. Por lo tanto el término debería usarse con precaución ya que clasificar países en grupos homogéneos puede inhibir la perspectiva objetiva y los veloces cambios en curso.
En 2004 John Hobson, en su libro Los orígenes orientales de la civilización de occidente, relacionó el término con los tres mundos en los que el pensamiento racista europeo había dividido el mundo: el primer mundo europeo de la raza blanca, el segundo mundo bárbaro de la raza amarilla y el tercer mundo salvaje de la raza negra.6
Teoría de la dependencia.
Pocos años antes de la formulación del término tercer mundo por Alfred Sauvy, la Escuela Desarrollista latinoamericana desde la CEPAL formuló la llamada teoría de la dependencia utilizando para ello un modelo de análisis de la economía mundial a partir de la dualidad centro-periferia.
Según el desarrollismo la economía mundial está organizada por un centro industrial que, en el comercio internacional, se beneficia sistemáticamente debido al deterioro de los términos de intercambio de los productos primarios generados por una periferia agrícola, que descapitaliza constantemente a los llamados países atrasados impidiendo su desarrollo. Por esa razón el desarrollismo sostiene que los Estados de los países periféricos deben promover activamente la industrialización como política crucial para el desarrollo.
Postura de Schumpeter
Para Schumpeter, el desarrollo y la democracia irían limitando a los monopolios económicos hasta hacerlos desaparecer.
El economista Joseph Schumpeter sostuvo que la expansión mundial de las empresas monopólicas, en perjuicio del desarrollo de los países no desarrollados, es un atavismo de estructuras políticas preindustriales, derivada de «la insensata disposición por parte del Estado hacia una expansión ilimitada y forzosa». Schumpeter sostenía que esa expansión no era una consecuencia del interés económico, sino una política de poder de las clases dominantes.
Tercer mundo y tecnología
Las nuevas tecnologías son esenciales en una sociedad como la existente, donde los países con el régimen de monopolizadores se encargan de suministrar a los demás esas fuentes de innovación. Existen esfuerzos e inversiones considerables de dinero, destinados a promover el uso de Internet en zonas rurales y grupos en riesgo de exclusión social o laboral, como el tercer mundo, países en regímenes de gran subdesarrollo, con características como el analfabetismo, el hambre y la precariedad en todas las áreas de la sociedad.
Para muchos burócratas y Estados desarrollados, conseguir que la tecnología y su uso lleguen adecuadamente a los países más pobres y necesitados se convierte en todo un reto para obtener, en la mayoría de los casos, algún tipo de beneficio. Pero lo cierto es que la opinión pública se encuentra bastante en desacuerdo con la actitud de los mandatarios de los grandes Estados, ya que consideran que integrar Internet o la telefonía móvil en países de África o América Latina es un contrasentido, ya que, según grupos de ONG, lo primero es ayudar a esas personas pobres a obtener un trabajo, para que se puedan comprar una casa, la cual tendrá teléfono, y entonces puede que se use Internet.
 La ONU ha declarado recientemente que el desarrollo de las nuevas tecnologías aumenta todavía más las diferencias entre los países ricos y los del tercer mundo.7
Referencias[editar]
1.            Definición de la RAE . Consultado el 11 de agosto de 2011.
2.           Sauvy, Alfred (1952). Trois mondes, une planète, L'Observateur, 14 de agosto de 1952, n°118, pag.          14.
3.          «Manifiesto de los Obispos del Tercer Mundo». Ruinas Digitales. agosto de 1967.
4.            Houtart, François (15 de abril de 2004). «Primer Mundo - Tercer Mundo». CETRI.
5.            Azucena García (2008). «Cuarto Mundo: pobreza en los países desarrollados». Uruguay: Consumer           Eroski. Consultado el 23 de enero de 2010.
6.            Hobson, John M. Los orígenes orientales de la civilización de occidente. Barcelona,
7.           Diez millones de africanos, al filo de la hambruna. «He visto con mis propios ojos el profundo                  sufrimiento del pueblo somalí, que busca seguridad y alimentos. Niños refugiados que mueren y              sus madres, que se han convertido en esqueletos andantes, y están ante la disyuntiva de qué hijo            salvar», indicó Antonio Guterres, alto comisionado de la ONU para los Refugiados.
Bibliografía [
·         Prebisch, Raúl (1982). Contra el monetarismo. Buenos Aires: El Cid Editor. ISBN 950 002 032 7.
·        Furtado, Celso (1964). Desarrollo y subdesarrollo. Buenos Aires: Eudeba.
·        Glejdura, Stefan (mayo-junio de 1972). «La URSS y el Tercer Mundo»Revista de Política Internacional (Centro de Estudios Políticos y Constitucionales del Ministerio de la Presidencia de España) (121).


domingo, 1 de marzo de 2015

TROIS MONDES, UNE PLANÈTE: Sauvy, Alfred

Tercer mundo

Un uso temprano de este sistema de división de la Humanidad en «mundos» aparece en el discurso racial del periodo clásico del imperialismo europeo. John Hobson, en su libro Los orígenes orientales de la civilización de occidente (2004)2 explica cómo, a partir del pensamiento de intelectuales como Robert Knox, Benjamin Kidd y Comte, la cultura europea dividió a la Humanidad en tres mundos que correspondían a tres razas: el primer mundo europeo de la raza blanca, el segundo mundo bárbaro de la raza amarilla y el Tercer Mundo salvaje de la raza negra.

Más tarde el economista francés Alfred Sauvy utilizó el término «Tercer Mundo» (en el original «tiers monde») en un artículo titulado «Tres mundos, un planeta» publicado en la revista francesa L'Observateur el 14 de agosto de 1952. Asimilándolo al tercer Estado de la Revolución Francesa Sauvy llamó la atención sobre la existencia de un Tercer Mundo, «el más importante», de los países subdesarrollados, explotados y olvidados, al que el primer mundo capitalista y el segundo mundo comunista no prestaban atención. Hay que aclarar que, en francés, tiers monde significa Tercer Mundo en el sentido de tercero en una clasificación y no tercero a la hora de contar del uno al tres (troisième y tiers son sinónimos).

Biografía de Alfred Sauvy
LÉconomiste

Société
Démographie - En vrac
Link al ensayo de Alfred Sauvy



 
          TROIS MONDES, UNE PLANÈTE
      
      Alfred Sauvy
L'Observateur, 14 août 1952, n°118, page 14.      
     
Nous parlons volontiers des deux mondes en présence, de leur guerre possible, de leur coexistence, etc., oubliant trop souvent qu’il en existe un troisième, le plus important, et en somme, le premier dans la chronologie. C’est l’ensemble de ceux que l’on appelle, en style Nations Unies, les pays sous-développés.

Nous pouvons voir les choses autrement, en nous plaçant du point de vue du gros de la troupe : pour lui, deux avant-gardes se sont détachées de quelques siècles en avant, l'occidentale et l'orientale. Faut-il suivre l'une d'elles ou essayer une autre voie ?

Sans ce troisième ou ce premier monde, la coexistence des deux autres ne poserait pas de grand problème. Berlin ? Allemagne ? Il y a longtemps qu'aurait été mis en vigueur le système d'occupation invisible, qui laisserait les Allemands libres et que seuls les militaires épris de vie civile, peuvent condamner. Les Soviétiques ne redoutent rien tant que voir l’Europe occidentale tourner au communisme. Le plus fervent stalinien d’ici est considéré là-bas comme contaminé par l’Occident. Parlez plutôt d’un bon Chinois, d’un Indien ayant fait ses classes à Moscou et ne connaissant la bourgeoisie que par la vision correcte et pure qui est donnée là-bas. Mais les Anglais, les Suédois, les Français, autant d’indésirables recrues.

Ce qui importe à chacun des deux mondes, c’est de conquérir le troisième ou du moins de l’avoir de son côté. Et de là viennent tous les troubles de la coexistence.

Le capitalisme d’Occident et le communisme oriental prennent appui l’un sur l’autre. Si l’un d’eux disparaissait, l’autre subirait une crise sans précédent. La coexistence des deux devraient être une marche vers quelque régime commun aussi lointain que discret. Il suffirait à chacun de nier constamment ce rapprochement futur et de laisser aller le temps et la technique. D’autres problèmes surgiraient qui occuperaient suffisamment de place. Lesquels ? Gardons-nous de poser la question.

Transportez-vous un peu dans l’histoire : au cœur des guerres de religion, émettez négligemment l’opinion que, peut-être un jour, catholiques et protestants auront d’autres soucis que l’Immaculée Conception. Vous serez curieusement considéré et sans doute brûlé à un titre ou l’autre, peut-être comme fou.

Malheureusement, la lutte pour la possession du troisième monde ne permet pas aux deux autres de cheminer en chantant, chacun dans sa vallée, la meilleure bien entendu, la seule, la «vraie». Car la guerre froide a de curieuses conséquences : là-bas, c’est une cour morbide de l’espionnage, qui pousse à l’isolement le plus farouche. Chez nous, c’est l’arrêt de l’évolution sociale. A quoi bon se gêner et se priver, du moment que la peur du communisme retient sur la pente ceux qui voudraient aller de l’avant ? Pourquoi considérer quoi que ce soit, puisque la majorité progressiste est coupée en deux ? Jamais période ne fut plus favorable à la législation de classe, nous le voyons bien. Absolvons-nous donc de nos vols, par l’amnistie fiscale, amputons sans crainte les investissements vitaux, les constructions d’écoles et de logements pour doter largement le fonds routier, de façon que se fassent plus aisément les retours du dimanche soir dans les beaux quartiers. Renforçons les privilèges betteraviers et alcooliers les moins défendables. Pourquoi se tourmenter, puisqu’il n’y a pas d’opposition ?

Ainsi l’évolution vers le régime lointain et inconnu a été stoppée dans les deux camps, et cet arrêt n’a pas pour seule cause les dépenses de guerre. Il s’agit de prendre appui sur l’adversaire pour se fixer solidement. Ce sont les durs qui l’emportent dans chaque camp, du moins pour le moment. Il leur suffit de qualifier les autres de traîtres ; bataille facile et classique. Et ainsi ils s’unissent pour une cause en somme commune : la guerre.

Et cependant, il y a un élément qui ne s’arrête pas, c’est le temps. Son action lente permet de prévoir que l’ampleur des ruptures sera, comme toujours, en rapport avec l’artifice des stagnations. Comment s’exerce cette lente action ? De plusieurs façons, mais d’une en particulier, plus implacable que toutes :
Les pays sous-développés, le 3è monde, sont entrés dans une phase nouvelle : certaines techniques médicales s’introduisent assez vite pour une raison majeure : elles coûtent peu. Toute une région de l’Algérie a été traitée au D.D.T. contre la malaria : coût 68 francs par personne. Ailleurs à Ceylan, dans l’Inde etc., des résultats analogues sont enregistrés. Pour quelques cents la vie d’un homme est prolongée de plusieurs années. De ce fait, ces pays ont notre mortalité de 1914 et notre natalité du XVIIIè siècle. Certes, une amélioration économique en résulte : moins de mortalité de jeunes, meilleure productivité des adultes, etc. Néanmoins, on conçoit bien que cet accroissement démographique devrait être accompagné d’importants investissements pour adapter le contenant au contenu. Or ces investissements vitaux coûtent, eux, beaucoup plus de 68 francs par personne. Ils se heurtent alors au mur financier de la guerre froide. Le résultat est éloquent : le cycle millénaire de la vie et de la mort est ouvert, mais c’est un cycle de misère. N‘entendez-vous pas sur la Côte d’Azur, les cris qui nous parviennent de l’autre bout de la Méditerranée, d’Egypte ou de Tunisie ? Pensez-vous qu’il ne s’agit que de révolutions de palais ou de grondements de quelques ambitieux, en quête de place ? Non, non, la pression augmente constamment dans la chaudière humaine.

À ces souffrances d'aujourd'hui, à ces catastrophes de demain, il existe un remède souverain ; vous le connaissez, il s'écoule lentement ici dans les obligations du pacte atlantique, là-bas dans des constructions fébriles d'armes qui seront démodées dans trois ans.

Il y a dans cette aventure une fatalité mathématique qu'un immense cerveau pourrait se piquer de concevoir. La préparation de la guerre étant le souci n°1, les soucis secondaires comme la faim du monde ne doivent retenir l'attention que dans la limite juste suffisante pour éviter l'explosion ou plus exactement pour éviter un trouble susceptible de compromettre l'objectif n°1. Mais quand on songe aux énormes erreurs qu'ont tant de fois commises, en matière de patience humaine, les conservateurs de tout temps, on peut ne nourrir qu'une médiocre confiance dans l'aptitude des américains à jouer avec le feu populaire. Néophytes de la domination, mystiques de la libre entreprise au point de la concevoir comme une fin, ils n'ont pas nettement perçu encore que le pays sous-développé de type féodal pouvait passer beaucoup plus facilement au régime communiste qu'au capitalisme démocratique. Que l'on se console, si l'on veut, en y voyant la preuve d'une avance plus grande du capitalisme, mais le fait n'est pas niable. Et peut-être, à sa vive lueur, le monde n°1, pourrait-il, même en dehors de toute solidarité humaine, ne pas rester insensible à une poussée lente et irrésistible, humble et féroce, vers la vie. Car enfin ce Tiers Monde ignoré, exploité, méprisé comme le Tiers Etat, veut, lui aussi, être quelque chose.

Note sur l’origine de l'expression «Tiers Monde» par Alfred Sauvy :

En 1951, j'ai, dans une revue brésilienne, parlé de trois mondes, sans employer toutefois l'expression «Tiers Monde».
Cette expression, je l'ai créée et employée pour la première fois par écrit dans l'hebdomadaire français «l'Observateur» du 14 août 1952. L'article se terminait ainsi : «car enfin, ce Tiers Monde ignoré, exploité, méprisé comme le Tiers Etat, veut lui aussi, être quelque chose». Je transposais ainsi la fameuse phrase de Sieyes sur le Tiers Etat pendant la Révolution française. Je n'ai pas ajouté (mais j'ai parfois dit, en boutade) que l'on pourrait assimiler le monde capitaliste à la noblesse et le monde communiste au clergé.

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UCRANIA: INFORMACIÓN BÁSICA SITUACIONAL: BITACORA DE PERCY CAYETANO ACUÑA VIGIL.

  UCRANIA: INFORMACIÓN BÁSICA  SITUACIONAL.  Percy Cayetano Acuña Vigil. En este escrito se ha registrado información básica situacional con...