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domingo, 1 de abril de 2018

¿Por qué Grecia? De Romilly.




Extracto

De Romilly, J.,¿Por qué Grecia?

Recensión de Jesús Muñoz Morcillo





Ficha técnica
De Romilly, J., ¿Por qué Grecia?, Debate: Madrid, 1997, 263 páginas. Editio princeps: Pourquoi la Gréce?, Editions de Fallois, 1992. Traducción: Olivia Bandrés. Formato: octavilla. Encuadernación: rústica. Distribución: consta de un prefacio (págs. 7-22), una nota preliminar (págs. 23-24), ocho capítulos (págs. 25-242) y dos apéndices: uno de bibliografía citada en castellano, seguramente elaborado por la traductora pensando en el lector español (págs. 257-258), y un índice de textos citados o simplemente mencionados. El sumario está en las págs. 5-6.



Contenidos

El objetivo principal de este ensayo es demostrar a través de las manifestaciones literarias, artísticas, filosóficas y políticas del mundo griego, la presencia de unos conceptos básicos y universales que han pervivido en la cultura occidental y que tienen sus raíces directamente en Grecia. Este es un tema en el que sería fácil caer en la generalización huera y cierta parcialidad gratuita por el mundo griego. Sin embargo De Romilly supera estas primeras dificultades al no basar su obra en una serie de prejuicios que le dicta su instinto helenista y sus preferencias académicas, sino que por el mero hecho de trabajar sobre citas concretas de textos y de obras artísticas, consigue explicar cómo funcionan y cómo se generaron esos presupuestos que para nosotros hoy resultan cotidianos y evidentes hasta el extremo de no cuestionarnos su procedencia.
El mismo título del libro — ¿Por qué Grecia? — hace referencia a una búsqueda de la esencialidad, del concepto básico que pueda definir una cultura capaz de fascinar a más de medio mundo durante XXV siglos.


Las afinidades de la época contemporánea con el mundo griego no dejan de asombrarnos; valores como la tolerancia, el amor a la ley, el desprecio a la violencia, la apertura a otras culturas y, en definitiva, el concepto de philanthropía o humanitas (según la versión latina) tienen su origen en la Grecia clásica y arcaica, y perviven gracias a su valor universal, sabiamente acuñado por los griegos hasta nuestros días.
Parece que la civilización griega ha marcado el ritmo de vida intelectual, política, artística, e incluso, sin ir muy lejos, muchísimos aspectos de la vida cotidiana. Algo especial debía de haber en Grecia para tener tales repercusiones en la historia. Muy honestamente De Romilly expone los dos caminos posibles para saber por qué se produjo en Grecia ese punto de partida (pág. 10).
Una vía es la que ha desarrollado Jean Paul Vernant a través de sus estudios sobre la religión griega: consiste en buscar en la literatura griega los estratos arcaicos que nos llevan al campo de la mitología y los ritos antiguos. Esto nos permitiría deducir las estructuras básicas de la entidad griega. Pero la vía que escoge Jacqueline de Romilly se basa, sin embargo, en los textos como representantes de una civilización a través de los cuales se puede deducir en qué y por qué dieron lugar a una eclosión cultural de tales dimensiones.
[...]

domingo, 4 de febrero de 2018

Grecia: Manifestación en Atenas para que Macedonia abandone su nombre:

Grèce : manifestation à Athènes pour que la Macédoine abandonne son nom

Depuis des décennies, la Grèce refuse que le petit pays des Balkans ait le nom de Macédoine, le même que celui de la région de Thessalonique.

Le Monde.fr avec Reuters | 04.02.2018 à 17h13 • Mis à jour le 04.02.2018 à 17h33
image:



http://img.lemde.fr/2018/02/04/0/0/5472/3648/534/0/60/0/ed7d5a7_21cff887baf64e2db516f1bdc22921c8-21cff887baf64e2db516f1bdc22921c8-0.jpg

Les manifestants dans les rues d’Athènes, le 4 février.

Des centaines de milliers de Grecs ont manifesté, dimanche 4 février, devant le siège du Parlement à Athènes pour rejeter l’utilisation du mot « Macédoine » par l’ancienne république yougoslave éponyme dans le cadre d’un compromis visant à mettre fin à des décennies de contentieux entre les deux pays.

Les manifestants défilant à Athènes ont déployé un gigantesque drapeau national à l’aide d’une grue et des banderoles proclamant : « Pas touche à la Macédoine ! » en scandant l’hymne national.

Parmi ceux qui ont pris la parole pendant le rassemblement figurait le compositeur Mikis Theodorakis, qui a déclaré que les huit années de crise économique endurées par la Grèce n’avaient pas effacé la mémoire historique du peuple grec. « Si nous laissons passer cela, nous permettrons à un mensonge historique tragique de se perpétuer », a lancé sous les acclamations le musicien âgé de 93 ans, symbole de la résistance contre la dictature des colonels (1967-1974).

Environ 300 000 personnes avaient déjà manifesté, le 21 janvier à Thessalonique, capitale de la région grecque de Macédoine.

image: http://img.lemde.fr/2018/02/04/0/0/5568/3712/534/0/60/0/bdfaa17_5864415-01-06.jpg



Les manifestants défilent sur le place Syntagma à Athènes, le 4 février.

« Macédoine du Nord »

Depuis des décennies, la Grèce refuse que le petit pays des Balkans adopte le nom de Macédoine, le même que celui de la région de Thessalonique et de l’ancien royaume d’Alexandre le Grand.

La querelle empêche depuis plus de vingt ans l’ex-république yougoslave, dont l’indépendance a été reconnue en 1993 sous l’appellation provisoire d’« Ancienne République yougoslave de Macédoine », de rejoindre l’OTAN ou l’Union européenne.

Pour trouver un compromis, les gouvernements d’Athènes et Skopje ont décidé de relancer des négociations cette année sous l’égide des Nations unies. Pour désigner l’ancienne république yougoslave, le gouvernement grec d’Alexis Tsipras a proposé un nom composé comme Macédoine du Nord, mais les sondages montrent qu’une majorité de Grecs s’opposent à l’utilisation du mot « Macédoine » dans une quelconque combinaison.

En savoir plus sur
 http://www.lemonde.fr/europe/article/2018/02/04/grece-manifestation-a-athenes-contre-la-macedoine_5251677_3214.html#b02My38kUzlfoGOH.99



domingo, 23 de agosto de 2015

Hacia el septiembre griego




Hacia el septiembre griego
por Fernando Mires 22 agosto 2015

"Quien lo hubiera pensado: hace pocas semanas Syriza y Tsipras eran vistos por la mayoría de los gobiernos demócratas europeos como una maldición. Hoy en cambio son vistos como una tabla de salvación. Así es la política: enemigos de ayer amigos de mañana".

Es muy temprano para trazar líneas que permitan saber el lugar donde desembocarán las aguas de la división de Syriza, hasta ahora, el partido mayoritario de la izquierda griega. Lo importante por ahora es constatar que esas aguas son más cristalinas que antes.

El nacimiento de Unidad Popular (UP) anunciado por el exministro Panayotis Lafazanis después de la rebelión de los 25 diputados en contra de Tsipras y de la renuncia del propio primer ministro (Jueves19 de Agosto) ha marcado un punto de inflexión en la política griega.

La UP reclama para sí la voluntad del pueblo expresada en el referéndum del 5 de Julio interpretada por sus representantes como un No rotundo a la política de la UE. Por lo mismo, el nuevo partido dirige su mensaje a las corrientes más extremas y antieuropeístas de Grecia. Su objetivo es formar un polo de atracción de fuerzas orientado a agrupar a los descontentos con las medidas restrictivas que implica el “tercer rescate”. En ese punto –así especulan los disidentes de Syriza- la UP podría lograr un gran éxito en las elecciones de Septiembre. Pero si eso no ocurre –la popularidad de Tsipras va más allá de Syriza- la UP podría correr el peligro de autoestigmatizarse para convertirse en el partido que abrió las puertas a los nazis de Aurora Dorada.

Lo que sí parece evidente, es que la división de Syriza abre una chance de grandes  dimensiones al primer ministro Alexis Tsipras. Catalogado de “traidor” por muchos de sus antiguos compañeros, si logra que Syriza obtenga una alta votación en las próximas elecciones, es decir, una que le permita concertar alianzas de modo ventajoso en el espectro político griego, puede llegar a convertirse en un estadista de alta calidad, dejando detrás de sí a las sombras de su pasado comunista. Eso quiere decir, si Tsipras logra superarse a sí mismo, podrá conducir a su partido hacia el espacio de la centro-izquierda, catalizar de este modo a la clientela socialdemócrata que ayer apoyo al PASOK y, lo más importante, convertirse en un respetable interlocutor frente a los demás gobiernos europeos. Sobre todo frente a Ángela Merkel.

Angela Merkel ha jugado muchas cartas a favor de Tsipras impulsando un “tercer rescate” que costará enorme sumas de dinero a los alemanes. Por ese motivo ha recibido fuertes ataques desde las fracciones más derechistas de su partido. Pero a la vez Merkel ha ganado legitimidad dentro del amplio espectro que sigue tradicionalmente a la socialdemocracia. Por su parte, la “Linke”, el partido de la izquierda post-estalinista, al negarse a votar a favor del  “tercer rescate”, ha unido su destino a la UP griega, acercándose peligrosamente a la derecha del socialcristianismo alemán. Como está ocurriendo de modo muy frecuente en Europa, también en Francia y en España, la izquierda extrema termina apoyando las posiciones de la derecha extrema y viceversa.

Desde su visión de estadista, Merkel, y en cierto modo también Hollande, saben que Europa no puede prescindir de Grecia. Mucho menos en estos momentos. El movimiento migratorio más grande de la historia europea pasa por el Mediterráneo. Por otro lado, la agresividad islámica ha contagiado al gobierno de Turquía, país con el cual Grecia tiene varios conflictos pendientes. Por si fuera poco, Putin, siempre muy atento, ha visto en la iglesia ortodoxa griega, en la ultraderecha y en la ultraizquierda representada ahora por la UP, puntos de contacto que le podrían ayudar a incrementar sus zonas de influencia en Europa.

En estos difíciles momentos la mayoría de los gobiernos de Europa necesitan de un fuerte interlocutor político en Grecia. La transformación de Tsipras de agitador populista en líder de una centro-izquierda renovada podría ser el mejor pago político de Grecia a su enorme deuda externa. En efecto, un interlocutor político confiable, es decir, una Syriza separada de sus fracciones más radicales, debería traducirse en una ayuda económica aún más generosa a Grecia.

El Septiembre griego será decisivo. Si triunfa Tsipras, Grecia será más europea que nunca. Si llegara a perder, Grecia no será de Europa y Europa será menos europea que antes.

Quien lo hubiera pensado: hace pocas semanas Syriza y Tsipras eran vistos por la mayoría de los gobiernos demócratas europeos como una maldición. Hoy en cambio son vistos como una tabla de salvación. Así es la política: enemigos de ayer amigos de mañana.

martes, 7 de julio de 2015

Joseph Stiglitz, Nobel de Economía: "Las condiciones impuestas a Grecia son indignantes"



Joseph Stiglitz, Nobel de Economía: "Las condiciones impuestas a Grecia son indignantes"
Luis Fajardo BBC Mundo

•    30 junio 2015
Stiglitz cree que "el euro fue solo parcialmente exitoso por ocho años.
Las naciones europeas acreedoras "son las culpables" de la crisis griega y las condiciones que imponen al gobierno de Atenas son "indignantes".
Así resume el premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, la crisis económica que sacude a Europa estos días, en entrevista exclusiva con BBC Mundo.
Stiglitz ha sido una de las voces más críticas frente a la ortodoxia imperante en los gobiernos de las grandes capitales europeas y en las entidades financieras internacionales.

El ejecutivo griego ha dicho que objeta esas condiciones impuestas para que se siga extendiendo ayuda financiera a su país, que no cumplirá con un pago de su deuda antes de su vencimiento este martes y que someterá a referendo el próximo 5 de julio la aceptación o no de las demandas europeas.

Muchos creen que la situación actual podría ser la antesala de la salida griega del euro.
Muchos creen que la situación actual podría ser la antesala de la salida griega del euro.

Desde la Unión Europea aseguran que han hecho enormes esfuerzos para llegar a un acuerdo con Grecia que permita extender la ayuda financiera a esa nación y así se evite el colapso de su sistema económico.

Stiglitz alega, en cambio, que Grecia puede obtener buenas lecciones acerca del camino que debe seguir para recuperarse de la profunda crisis económica por la que atraviesa de la decisión de Argentina en 2001 de declarar el default sobre su deuda externa.


Horas antes de que se cumpla el plazo para que Grecia incumpla sus obligaciones con sus acreedores, Stiglitz dijo que todavía guarda alguna esperanza, aunque pequeña, de que el gobierno griego y la "troika" -formada por del Fondo Monetario Internacional (FMI), la Comisión Europea (CE), y el Banco Central Europeo (BCE)- alcancen un acuerdo.

A continuación BBC Mundo reproduce la entrevista con el Premio Nobel.

Grecia tiene hasta el martes para cumplir con un pago al FMI. ¿Hay todavía alguna posibilidad de un acuerdo que evite un default de Grecia?

"Es concebible que el resto de Europa y Alemania despierten y se den cuenta de que sus exigencias a Grecia son absolutamente indignantes".
Alexis Tsipras quiere someter a referendo los planes de ajuste que llegan de Bruselas.


"Es concebible, aunque muy poco probable".

"La exigencia (por parte de los acreedores) de que (Grecia) llegue a un superávit fiscal de 3.5% antes de 2018 es una garantía de que el país seguirá experimentando una depresión".

"Para mi es obvio que la austeridad ha fracasado. El pueblo griego fue el primero en decir: 'Nos negamos a renunciar a nuestra democracia y aceptar esta tortura de Alemania'. Pero con suerte, otros países, como España y Portugal, dirán lo mismo".

Al igual que Argentina, Grecia declaró un "corralito" bancario y ahora discute si sigue el camino de Buenos Aires, que en 2001 optó por el cese de pagos más grande de la historia. ¿Hay alguna enseñanza para Grecia de lo que pasó en Argentina?

"Me parece que hay una importante lección a partir del éxito de Argentina".
Stiglitz dice que Argentina se benefició de declararse en default.

"Después del default, Argentina empezó a crecer a una tasa del 8% anual, la segunda más alta en el mundo después de China".

"Estuve en Argentina y vi el éxito que tuvo, y lo que hizo para los estándares de vida".

"La experiencia argentina prueba que hay vida después de una restructuración de deuda, y después de dejar un sistema cambiario".

"El euro fue solo parcialmente exitoso por ocho años. Fue un experimento corto, en mi opinión, fracasado, a menos que cambien dramáticamente lo que están haciendo".

Usted ha dicho que las exigencias de Europa para un nuevo rescate financiero a Grecia son un "ataque a la democracia" de ese país. ¿No ignora eso de alguna manera la culpa que puede haber tenido Grecia misma para llegar a esta situación?

"Aunque Grecia tiene algo de culpa por la situación (que llevó a sus problemas fiscales descubiertos en 2010), la desastrosa situación que se experimenta desde entonces es responsabilidad de la Troika".

Grecia declaró un "corralito" bancario ante la crisis económica.

"Piense en lo que habría pasado si en 2010 Grecia y los países europeos hubiesen intentado acordar un plan de deuda que hubiera permitido a Atenas recuperar la senda del crecimiento. Hubieran podido escoger eso".

"Espero que esta crisis ayude a cambiar la manera como el mundo enfrenta las crisis de deuda soberana de los países".

"Cada país tiene una ley de bancarrotas, pues sabe que los individuos necesitan una nueva oportunidad, que a veces los prestamistas ofrecen demasiados préstamos y la gente a veces acepta demasiado dinero prestado. Eso pasa también con los países".

"Estados Unidos, reflejando los intereses de los grandes prestamistas que quieren usar la fuerza bruta, no quiere tener ese marco legal internacional".

"Será difícil, pero no imposible, llegar a un sistema semejante sin la cooperación de Estados Unidos".

lunes, 6 de julio de 2015

Referendum Griego. Los problemas de los europeos.

Ultimo minuto: Renuncia Varoufakis:



Evidente, quién fue el artífice del referendum griego debe ser silenciado pues malogró los planes de la troika. 

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Piden otras dimisiones

Referéndum para sacar a España de la Eurozona
Yesterday at 3:46am ·
 

"[...] Conocemos los detalles a través de Yanis Varoufakis, que ha filtrado a la prensa el desarrollo del cónclave. Según ha trascendido, el Ministro de Finanzas de Grecia expuso a sus colegas las fundadas razones que avalan la convocatoria de un referéndum para que los griegos se pronuncien sobre la propuesta de la troika, que supedita la continuidad de la ayuda financiera a la adopción de nuevos recortes, especialmente en materia de pensiones, y no ofrece solución al acuciante problema de la deuda.

La iniciativa griega fue recibida con una mezcla de desdén e indignación, y acabó provocando la expulsión de Grecia del Eurogrupo, un hecho de una gravedad extrema. En plena discusión, alguien espetó a Varoufakis una pregunta directa: “¿Cómo puede usted esperar que la gente común entienda asuntos de tal complejidad?” Pocas veces se ha expresado tan claramente la pulsión autoritaria y demofóbica que late en el interior de la Europa neoliberal.

Para comprender el alcance de esta pregunta, aparentemente tan sencilla, hay que detenerse, aunque sea someramente, en la concepción política que inspira y sustenta el proceso de construcción europea: el llamado neoliberalismo.

En efecto, el neoliberalismo no es sólo un conjunto de medidas de corte neoclásico ancladas en la prehistoria del pensamiento económico, sino también una teoría política tendencialmente autoritaria que cuestiona abiertamente la participación democrática de la ciudadanía. 

O, por expresar la idea con mayor precisión, el neoliberalismo asigna al Estado un papel tan limitado en la vida económica y social, que termina invariablemente cuestionando la democracia política y contemplando el desenlace autoritario como un horizonte no sólo posible, sino incluso necesario. 

No es casual que Friedrich Hayek y Milton Friedman, por mencionar los dos casos más emblemáticos, apoyaran públicamente la dictadura de Pinochet y se confesaran admiradores del modelo económico impuesto a sangre y fuego en el país andino.
..]
Estos hechos son fundamentales para comprender e interpretar correctamente la actual crisis europea, caracterizada por un rechazo radical a los principios de la democracia con el fin de eliminar cualquier interferencia política en los mercados. No es posible entender los problemas a los que se enfrenta la Unión Europea sin considerar la ideología autoritaria y antidemocrática que ha orientado la trayectoria del poder europeo desde la década de los ochenta y, sobre todo, desde el final de la Guerra Fría.

La teoría política neoliberal influyó decisivamente en la construcción de un marco institucional cada vez más alejado de la democracia, radicalmente contrario al principio de soberanía y temeroso de unos electores demasiado propensos a impulsar la justicia distributiva en los procesos electorales. Ya no es posible ocultar que la unión económica y monetaria es incompatible con la democracia.

La destrucción de la democracia en Europa
 

04 jul 2015
Héctor Illueca Ballester
Doctor en Derecho e Inspector de Trabajo y Seguridad Social
 

El 27 de junio de 2015 pasará a la historia por los insólitos acontecimientos que se produjeron en la reunión del Eurogrupo, convocada para decidir sobre la prórroga del rescate griego, que expiraba el 30 de junio. Conocemos los detalles a través de Yanis Varoufakis, que ha filtrado a la prensa el desarrollo del cónclave.

Según ha trascendido, el Ministro de Finanzas de Grecia expuso a sus colegas las fundadas razones que avalan la convocatoria de un referéndum para que los griegos se pronuncien sobre la propuesta de la troika, que supedita la continuidad de la ayuda financiera a la adopción de nuevos recortes, especialmente en materia de pensiones, y no ofrece solución al acuciante problema de la deuda. 

La iniciativa griega fue recibida con una mezcla de desdén e indignación, y acabó provocando la expulsión de Grecia del Eurogrupo, un hecho de una gravedad extrema. En plena discusión, alguien espetó a Varoufakis una pregunta directa: “¿Cómo puede usted esperar que la gente común entienda asuntos de tal complejidad?” Pocas veces se ha expresado tan claramente la pulsión autoritaria y demofóbica que late en el interior de la Europa neoliberal.

Para comprender el alcance de esta pregunta, aparentemente tan sencilla, hay que detenerse, aunque sea someramente, en la concepción política que inspira y sustenta el proceso de construcción europea: el llamado neoliberalismo. En efecto, el neoliberalismo no es sólo un conjunto de medidas de corte neoclásico ancladas en la prehistoria del pensamiento económico, sino también una teoría política tendencialmente autoritaria que cuestiona abiertamente la participación democrática de la ciudadanía.

 O, por expresar la idea con mayor precisión, el neoliberalismo asigna al Estado un papel tan limitado en la vida económica y social, que termina invariablemente cuestionando la democracia política y contemplando el desenlace autoritario como un horizonte no sólo posible, sino incluso necesario. No es casual que Friedrich Hayek y Milton Friedman, por mencionar los dos casos más emblemáticos, apoyaran públicamente la dictadura de Pinochet y se confesaran admiradores del modelo económico impuesto a sangre y fuego en el país andino.

En el fondo, la pregunta dirigida a Varoufakis apela a un principio fundamental de la teoría política neoliberal: la separación radical entre política y economía, con el fin de erradicar cualquier interferencia popular en el normal desenvolvimiento del mercado. 

Lo decisivo, como bien sabía Hayek, es aislar al sistema económico de las presiones electorales ejercidas por los ciudadanos a favor de la justicia distributiva o en contra de los recortes sociales. Por supuesto, la Unión Europea es plenamente consciente de que un nuevo ajuste estructural sólo podría imponerse traicionando y sometiendo al pueblo griego, que sufriría las consecuencias en términos de paro, recesión y penuria generalizada. El poder europeo percibe la democracia como una amenaza permanente y no vacila a la hora de justificar el despotismo político como medio de neutralizar cualquier respuesta social susceptible de poner en riesgo el orden neoliberal. 

Al menos hay que agradecer al desconocido interlocutor de Varoufakis (¿sería De Guindos? ¿Schäuble, tal vez?) la valentía de expresar abiertamente sus reservas hacia los procedimientos democráticos, mostrando sin ambages el lado más oscuro del liberalismo.

En cualquier caso, no es la primera vez que la Unión Europea tropieza con un referéndum y resuelve el trámite imponiendo toda clase de limitaciones a la participación política. En 2005, Francia y Holanda rechazaron mediante referéndum el proyecto de Constitución Europea, impidiendo de este modo la entrada en vigor de la misma, que exigía el voto unánime de todos los Estados miembros. Pues bien, dos años después se convocó una conferencia intergubernamental en Lisboa para aprobar dicho texto y someterlo a ratificación parlamentaria en los distintos países, eludiendo la voluntad democráticamente expresada en las consultas populares. Pero aún hay más. 

Obligada por su propia Constitución, Irlanda sometió a referéndum el Tratado de Lisboa el 12 de junio de 2008, registrando un voto negativo a la ratificación del mismo. Sin embargo, atrapado por la crisis económica y presionado por la Unión Europea, el gobierno irlandés convocó una nueva consulta el 2 de octubre del año siguiente, obteniendo finalmente la anuencia de su pueblo al controvertido texto. Anotemos que, durante la campaña, los partidarios del sí dijeron a los irlandeses que el Tratado de Lisboa permitiría al país salir de la crisis e incluso llegaron a amenazarlos con excluirlos de Eurovisión si no resultaba aprobado.

Como un inconsciente reprimido, la pulsión autoritaria de las instituciones comunitarias ha reaparecido con fuerza tras la victoria de Syriza en las elecciones griegas del 25 de enero.

Desde ese día, la Unión Europea ha aprovechado las dificultades financieras de Grecia para intentar doblegar al gobierno heleno, exigiéndole que renunciara a los principales compromisos programáticos contraídos en la noche electoral. Naturalmente, el objetivo no era reconstruir la economía griega, ni tampoco proteger los intereses de los acreedores, sino infligir una derrota política a Alexis Tsipras. 

Entre tanto, Bruselas conspiraba sin descanso con los líderes de Nueva Democracia para organizar un cambio político y restablecer el statu quo, alimentando peligrosas ilusiones de políticos fracasados y corruptos que habían sido rechazados por su pueblo. Los casos todavía recientes de Berlusconi y Papandreu, vergonzosamente destituidos por maniobras palaciegas urdidas desde Bruselas, sobrevuelan desde hace tiempo el teatro político del país heleno.

Como hemos dicho al principio, el último desafuero se ha producido en la reunión del Eurogrupo que se celebró el pasado 27 de junio en Bruselas.

 Irritada por el referéndum, la Unión Europea expulsó arbitrariamente a Varoufakis y rechazó la propuesta griega de extender el programa de rescate hasta después de las votaciones. 

Al proceder de este modo, las instituciones comunitarias precipitaron el cierre de los bancos y el establecimiento de controles de capital, lo que sólo puede interpretarse como una coerción antidemocrática hacia el pueblo griego. Cualquier demócrata habría aceptado la prolongación de la asistencia financiera durante unos días para que los ciudadanos pudieran emitir su veredicto en condiciones de plena normalidad democrática. Al negarse a ello, la Unión Europea ha mostrado al mundo su rapacidad y su autoritarismo, enviando un mensaje elocuente a todos los Estados miembros, y muy especialmente a los países del sur de Europa, sobre lo que les espera si osan oponerse al neoliberalismo.

Estos hechos son fundamentales para comprender e interpretar correctamente la actual crisis europea, caracterizada por un rechazo radical a los principios de la democracia con el fin de eliminar cualquier interferencia política en los mercados. No es posible entender los problemas a los que se enfrenta la Unión Europea sin considerar la ideología autoritaria y antidemocrática que ha orientado la trayectoria del poder europeo desde la década de los ochenta y, sobre todo, desde el final de la Guerra Fría.

La teoría política neoliberal influyó decisivamente en la construcción de un marco institucional cada vez más alejado de la democracia, radicalmente contrario al principio de soberanía y temeroso de unos electores demasiado propensos a impulsar la justicia distributiva en los procesos electorales. Ya no es posible ocultar que la unión económica y monetaria es incompatible con la democracia. Lo que se dirime en el referéndum griego no es sólo la aceptación o el rechazo de una propuesta humillante e insensata, sino también, y fundamentalmente, la destrucción de la democracia en Europa.

domingo, 5 de julio de 2015

La crisis no es griega, es del capitalismo

La crisis no es griega, es del capitalismo

    Sábado, 25 junio, 2011, 2:15
    Europa



 


   
Atilio Borón

Los medios, las consultoras, los economistas, los bancos de inversión, los presidentes de los bancos centrales, los ministros de hacienda, los gobernantes no hacen otra cosa que hablar de “la crisis griega”.

Ante tanta vocinglería mal intencionada es oportuno parafrasear aquella frase de campaña de Bill Clinton para decir e insistir que la crisis es del capitalismo, no de Grecia.

Que este país es uno de los eslabones más débiles de la cadena imperialista y que es a causa de ello que por allí hacen eclosión las contradicciones que lo están carcomiendo irremisiblemente.

La alarma de los capitalistas, justificada sin dudas, es que el derrumbe de Grecia puede arrastrar a otros países como España, Irlanda, Portugal y comprometer muy seriamente la estabilidad económica y política de las principales potencias de la Unión Europea.

Según informa la prensa financiera internacional, representativa de los intereses de la “comunidad de negocios” (léase: los gigantescos oligopolios que controlan la economía mundial) la resistencia popular a las brutales medidas de austeridad propuestas por el ex presidente de la Internacional Socialista y actual primer ministro griego, Giorgos Andreas Papandreu, amenazan con arrojar por la borda todos los estériles esfuerzos hasta ahora realizados para paliar la crisis.

La zozobra cunde en el patronato ante las dificultades con que tropieza Atenas para imponer las brutales políticas exigidas por sus supuestos salvadores. Con toda razón y justicia los trabajadores no quieren hacerse cargo de una crisis provocada por los tahúres de las finanzas, y la amenaza de un enorme estallido social, que podría reverberar por toda Europa, tiene paralizada a las dirigencias griega y europea.

La inyección de fondos otorgada por el Banco Central Europeo, el FMI y los principales países de la zona euro no han hecho sino agravar la crisis y fomentar los movimientos especulativos del capital financiero.

El resultado más visible ha sido acrecentar la exposición de los bancos europeos ante lo que ya aparece como un inevitable default griego.

Las conocidas recetas del FMI, el BM y el Banco Central Europeo: reducción de sueldos y jubilaciones, despidos masivos de empleados públicos, remate de empresas estatales y desregulación de los mercados para atraer inversiones han surtido los mismos efectos padecidos por varios países de América Latina, notablemente la Argentina. Parecería que el curso de los acontecimientos en Grecia se encamina hacia un estrepitoso derrumbe como el que conocieran los argentinos en diciembre del 2001.

Dejando de lado algunas obvias diferencias hay demasiadas semejanzas que abonan este pronóstico. El proyecto económico es el mismo, el neoliberalismo y sus políticas de shoc ; los actores principales son los mismos: el FMI y los perros guardianes del imperialismo a escala global; los ganadores son los mismos: el capital concentrado y muy especialmente la banca y las finanzas; los perdedores son también los mismos: los asalariados, los trabajadores y los sectores populares; y la resistencia social a esas políticas tiene la misma fuerza que supo tener en la Argentina.

Es difícil imaginar un soft landing, un aterrizaje suave, de esta crisis. Lo previsible y lo más probable es precisamente lo contrario, tal como ocurrió en el país sudamericano.

Claro que a diferencia de la crisis argentina, la griega está destinada a tener un impacto global incomparablemente mayor. Por eso el mundo de los negocios contempla con horror el posible “contagio” de la crisis y sus devastadores efectos entre los países del capitalismo metropolitano.

Se estima que la deuda pública griega asciende a 486.000 millones de dólares y que representa un 165 % del PIB de ese país. Pero tal cosa ocurre en una región, la “eurozona” en donde el endeudamiento ya asciende al 120 % del PIB de los países del euro, con casos como Alemania con un 143 %, Francia, 188 % y Gran Bretaña con el 398 %. No debe olvidarse, además, que la deuda pública de Estados Unidos ya asciende al cien por ciento de su PBI. En una palabra: el corazón del capitalismo global está gravemente enfermo.

Por contraposición la deuda pública china en relación a su gigantesco PBI es de apenas el 7 %, la de Corea del Sur 25 % y la de Vietnam 34 %. Hay un momento en que la economía, que siempre es política, se transforma en matemática y los números cantan. Y la melodía que entonan dicen que aquellos países están al borde de un abismo y que su situación es insostenible.

La deuda griega -exitosamente disimulada en su gestación y desarrollo gracias a colusión criminal de intereses entre el gobierno conservador griego de Kostas Karamanlis y el banco de inversión favorito de la Casa Blanca, Goldman Sachs- fue financiada por muchos bancos, principalmente en Alemania y, en menor medida, Francia.

Ahora son acreedores de papeles de una deuda que la calificadora de riesgo Standard & Poor’s (S&P) calificó con la peor nota del mundo: CCC, es decir, tienen acreencias sobre un deudor insolvente y que no tiene condiciones de pagar. En igual o peor posición se encuentra el ultraneoliberal Banco Central Europeo, razón por la cual un default griego tendría consecuencias cataclísmicas para este verdadero ministro de finanzas de la Unión Europea, situado al margen de cualquier control democrático.

Las pérdidas que originaría la bancarrota griega no sólo comprometería a los bancos expuestos sino también a los países en problemas, como España, Irlanda, Italia y Portugal, que tendrían que afrontar el pago de intereses mucho más elevados que los actuales para equilibrar sus deterioradas finanzas.

No hace falta mucho esfuerzo para imaginar lo que sucedería si se produjese, como se teme, una cesación unilateral de pagos griega, cuyo primer impacto daría en la línea de flotación de la locomotora europea, Alemania.

Los problemas de la crisis griega (y europea) son de origen estructural. No se deben a errores o a percances inesperados sino que expresan la clase de resultados previsibles y esperables cuando la especulación y el parasitismo rentístico asumen el puesto de comando del proceso de acumulación de capital. Por algo en el fragor de la Gran Depresión de los años treintas John Maynard Keynes recomendaba, en su célebre Teoría General de la Ocupación, el Interés y el Dinero, practicar la eutanasia del rentista como condición indispensable para garantizar el crecimiento económico y reducir las fluctuaciones cíclicas endémicas en el capitalismo.

Su consejo fue desoído y hoy son aquellos sectores los que detentan la hegemonía capitalista, con las consecuencias por todos conocidas.

Comentando sobre esta crisis el Istvan Meszaros decía hace pocos días que “una crisis estructural requiere soluciones estructurales”, algo que quienes están administrando la crisis rechazan terminantemente. Pretenden curar a un enfermo en gravísimo estado con aspirinas.

Es el capitalismo el que está en crisis y para salir de ella se torna imprescindible salir del capitalismo, superar cuanto antes un sistema perverso que conduce a la humanidad al holocausto en medio de enormes sufrimientos y una depredación medioambiental sin precedentes.

Por eso la mal llamada “crisis griega” no es tal; es, en cambio, el síntoma más agudo de la crisis general del capitalismo, esa que los medios de comunicación de la burguesía y el imperialismo aseguran desde hace tres años que ya está en vías de superación, pese a que las cosas están cada vez peor.

El pueblo griego, con su firme resistencia, demuestra estar dispuesto a acabar con un sistema que ya es inviable no en el largo sino en el mediano plazo. Habrá que acompañarlo en su lucha y organizar la solidaridad internacional para tratar de evitar la feroz represión de que es objeto, método predilecto del capital para solucionar los problemas que crea su desorbitada voracidad.

Tal vez Grecia, que hace más de dos mil quinientos años inventó la filosofía, la democracia, el teatro, la tragedia y tantas otras cosas, pueda volver sobre sus fueros e inventar la revolución anticapitalista del siglo veintiuno. La humanidad le estaría profundamente agradecida.


Atilio Borón

martes, 24 de febrero de 2015

Grecia: No sólo las intenciones sino la realidad de los intereses es lo determinante.

Grecia



Poco a poco la realidad va determinando el curso de los acontecimientos.

Dear President of the Euro group,

In the Euro group of 20 February 2015the Greek government was invited to present to the institutions, by Monday 23rd February 2015, a first comprehensive list of reform measures it is envisaging, to be further specified and agreed by the end of April 2015.

In addition to codifying its reform agenda, in accordance with PM Tsipras’ programmatic statement to Greece’s Parliament, the Greek government also committed to working in close agreement with European partners and institutions, as well as with the International Monetary Fund, and take actions that strengthen fiscal sustainability, guarantee financial stability and promote economic recovery.

The first comprehensive list of reform measures follows below, as envisaged by the Greek government. It is our intention to implement them while drawing upon available technical assistance and financing from the European Structural and Investment Funds.

Truly

Yanis Varoufakis
Minister of Finance
Hellenic Republic

Las propuestas al Euro grupo

Así ven las propuestas griegas

Las propuestas griegas son aprobadas por el Euro grupo

UCRANIA: INFORMACIÓN BÁSICA SITUACIONAL: BITACORA DE PERCY CAYETANO ACUÑA VIGIL.

  UCRANIA: INFORMACIÓN BÁSICA  SITUACIONAL.  Percy Cayetano Acuña Vigil. En este escrito se ha registrado información básica situacional con...