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domingo, 27 de diciembre de 2015

Economía Política Peruana

Economía Política Peruana

Bruno Seminario

Bruno Seminario: “Las políticas que se aplican en el país solo son reacciones a los cambios en la economía mundial”


Es uno de los principales economistas del país pero nunca ha ocupado un cargo público. Sus opiniones muchas veces van a contracorriente. Considera que la minería no es el motor de la economía, como comúnmente se dice, y se resiste a ver el país a través de la dicotomía formal e informal como póstula De Soto. Cada una de sus afirmaciones tienen el sustento de una profunda investigación. El economista del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico Bruno 
Seminario ha realizado un estudio de los principales indicadores macroeconómicos del Perú desde el año 1,700 hasta la actualidad.
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Los políticos y sectores empresariales difunden la idea de que el Perú es un país minero, y que la minería es el motor de la economía. Pero usted ha dicho que nunca lo ha sido.

Y ahora tampoco lo es. ¿Qué se entiende por la frase “país minero”? La minería en el año 2007, con los precios muy altos, representaba el 16% del PBI y el empleo directo que generaba era 2%. Esto quiere decir que el 98% de los peruanos trabajan en otros sectores. En este momento ya no es 16% del PBI porque los precios internacionales han descendido. Tan solo representa el 8%, que incluye a la minería, el petróleo y las refinerías del complejo metalúrgico. En realidad el 92% de la economía depende de otros sectores.

Quienes defienden la importancia del sector minero en la economía sostienen que la base del sector servicios está en la minería.

No, porque la base del sector servicios está en la urbanización de la sociedad. Siempre ha sido así. La mitad de la población se ha concentrado en Lima. Esa población necesita alimentarse, y para ello se deben comercializar los productos. Tampoco es cierto que sea el sector que más impuestos paga. La mayor parte de los impuestos no viene del sector minero, sino de los impuestos que pagamos cuando compramos productos.

¿De qué otros?
De la agricultura que siempre ha sido un sector enorme, y del terciario que está compuesto por el comercio, el turismo y el transporte. Lo que pasa es que cuando suben los precios de los metales la importancia del sector aumenta. Ahora que los precios están cayendo, su importancia va a disminuir.

Link al artículo



Crítica a las políticas neoliberales y propuestas alternativas

FÉLIX JIMÉNEZ



Thursday, December 24, 2015

Cómo salir del estancamiento económico
 

La economía peruana va camino al estancamiento económico en consonancia con la disminución de los precios de los commodities y el débil dinamismo de la demanda externa. Este entorno internacional desfavorable tardará varios años en revertirse. Si se considera que en los últimos quince meses los sectores manufactura y construcción han registrado tasas negativas de crecimiento, se puede afirmar que, para propósitos prácticos, la economía ya se encuentra en recesión. De otro lado, el bajo crecimiento del empleo registrado recientemente (alrededor de 2%), es de baja calidad. Crece el subempleo mientras el empleo adecuado ya no crece.

El crecimiento del PBI durante estos mismos meses --que en promedio se ubica por debajo del 3%--, se explica fundamentalmente por la expansión de la producción de los sectores terciarios: estos crecen por encima del 5% con la «ayuda» del INEI. Por ejemplo, en los últimos 24 meses los servicios financieros y seguros y los servicios prestados a empresas, crecieron a las tasas promedio mensual-anualizadas de 11.6% y 5.98%, respectivamente. 

Revertir la desaceleración del crecimiento de la producción y el empleo con políticas macroeconómicas contra-cíclicas, sin cambiar el estilo de crecimiento y en un contexto externo económico y financiero desfavorable, es difícil. Hay, además, una situación interna que exacerba esta dificultad. El 33% de los créditos están dolarizados; el aumento del tipo de cambio –que se acentuará con la reciente elevación de la tasa de interés de la FED--, incrementa la inflación; las reservas internacionales del Banco Central (BCR) han caído en cerca de 50% (ahora dispone de solo US $ 25,226.36 millones, equivalente al 12.4% del PBI). Esta es una realidad que ha obligado al BCR a subir su tasa de interés de referencia en dos ocasiones, situándola desde el 9 de este mes en 3.75%.

La oportunidad para cambiar el modelo económico 
La actual crítica situación económica que se da en el contexto de una profunda crisis política, ha generado nuevamente, como en otras ocasiones en la historia económica de nuestro país, una gran oportunidad para iniciar el camino al desarrollo. Es la hora de cambiar el modelo de crecimiento y acumulación de capital. Es la hora de emprender un proceso de industrialización de nuevo tipo, basado en la agricultura y en la agroindustria, y con políticas macroeconómicas adecuadas a este propósito.

Esta oportunidad está caracterizada por la caída de los términos de intercambio y una demanda externa por commodities, cuya debilidad se prolongará por varios años, acompañada de condiciones financieras desfavorables a la práctica rentista (carry trade)  de endeudarse «barato» en el extranjero para prestar «caro» en la economía doméstica. Hemos pasado de un largo período de apreciación cambiaria que le quitó competitividad a las actividades transables y manufactureras, a otra de signo contrario: aumenta el tipo de cambio y, bajo ciertas condiciones de política, se genera la posibilidad de diversificar e industrializar la economía. Hemos pasado de una situación donde el financiamiento del crecimiento provenía básicamente de la inversión extranjera y de los influjos de liquidez internacional, a otra que, sin rechazar la inversión extranjera, exige promover la inversión privada nacional orientada a la diversificación productiva y basar el financiamiento del crecimiento en el desarrollo del mercado de capitales en moneda local. En fin, podemos decir que hemos pasado de un largo período de pérdida de la autodeterminación nacional en las decisiones de política económica, a otra donde se abren posibilidades de un manejo soberano de la política monetaria y cambiaria, y de cambio en la orientación de la política fiscal y de inversiones públicas.    

Políticas macro para iniciar el cambio del modelo
En primer lugar, hay que recuperar el manejo soberano de la política cambiaria para convertirlo en el principal instrumento de diversificación productiva. Esto requiere terminar con la dolarización de los créditos y adoptar restricciones fiscales o de otro tipo principalmente a la entrada de capital especulativo internacional. Hay que impedir la práctica rentista del «carry trade» por parte de la banca comercial.

En segundo lugar, hay que recuperar también el manejo soberano de la política monetaria, para que el BCR no siga subiendo su tasa de interés en pleno enfriamiento económico, por temor a los efectos del aumento del tipo de cambio. Este riesgo desaparece en un sistema financiero que no dolariza los créditos, pero también cuando se morigera la vulnerabilidad de la economía al movimiento del capital especulativo internacional. Un instrumento de política adicional que permitirá mejorar la eficiencia de la política monetaria, es el desarrollo del mercado de capitales en soles. Con un mercado de capitales dinámico y en expansión aumenta la competitividad en el mercado financiero y abarata el costo del endeudamiento doméstico en moneda local.

En tercer lugar, adecuar la política fiscal al objetivo del crecimiento y del cambio estructural. Esto requiere priorizar la inversión en infraestructura pública sobre la base de un reordenamiento territorial que dé lugar a un nuevo esquema de regionalización. La diversificación productiva y el cambio en el actual modelo de crecimiento no pueden realizarse bajo el actual esquema de «regionalización». De otro lado, sin capacidad financiera el Estado no puede promover el cambio estructural. Es necesario entonces reformar el sistema tributario para hacerlo más progresivo y combatir la evasión y la elusión.

A modo de conclusión

El esbozo de política macro presentado aquí se orienta a promover el desarrollo de mercados internos para apuntalar el cambio estructural. No limita sino que aumenta los espacios de acción del mercado, pero al mismo tiempo exige una revalorización del papel del Estado. Hay que abandonar el tratamiento contrapuesto y dicotómico del Estado y el mercado que hace el neoliberalismo. 


Publicado en el diario UNO, el sábado 19 de diciembre de 2015
Posted by FÉLIX JIMÉNEZ at 9:40 AM

lunes, 13 de julio de 2015

¿Qué hay detrás del rechazo alemán a garantizar a Grecia un alivio de la deuda?

Yanis Varoufakis | 12/07/2015 



La cumbre de la UE de este domingo (12 de julio) sellará el destino de Grecia en la Eurozona. Cuando escribo estas líneas, Euclides Tsakalotos, mi gran amigo, camarada y sucesor al frente del Ministerio de Finanzas griego se va a una reunión del Eurogrupo que determinará si se llega a un acuerdo de última hora entre Grecia y nuestros acreedores y si ese acuerdo incorpora el grado de alivio de la deuda necesario para hacer viable la economía griega dentro del área Euro. Euclides lleva consigo un plan moderado y bien concebido de reestructuración de la deuda que responde, sin lugar a dudas, tanto a los intereses de Grecia como a los de sus acreedores.

 (Tengo intención de publicar aquí detalles de ese plan el próximo lunes, una vez despejada la niebla.)

Si esas modestas propuestas de reestructuración de la deuda fueran rechazadas, según ha dado a entender el ministro alemán de finanzas, la cumbre de la UE de este domingo tendrá que decidir entre echar a Grecia de la Eurozona ahora o mantenerla en la zona un poco más, en una situación de desjarretamiento creciente, hasta que en algún momento futuro ella misma abandone. La cuestión es: por qué el ministro de finanzas alemán, el Dr. Schäuble, se resiste a una reestructuración de la deuda tan delicada y suave como mutuamente beneficiosa? La columna mía aparecida en el Guardian de hoy [11 de julio] ofrece mi respuesta a la pregunta. Se publicó, por cierto, con un título que yo no había puesto: “Alemania no ahorrará sufrimiento a Grecia: tiene interés en quebrarnos”.

El drama financiero griego ha dominado durante cinco años las cabeceras de los periódicos por una razón: el terco rechazo de nuestros acreedores a ofrecer alivios substanciales a nuestra deuda. ¿Por qué, contra el sentido común, contra el veredicto del FMI y contra las prácticas cotidianas de los banqueros que tienen que lidiar con deudores asfixiados, se resisten a una reestructuración de la deuda? La respuesta no puede hallarse en la teoría económica, porque se halla profundamente anclada en la laberíntica política europea.
Link al aticulo de Yanis Varoufakis

Ultima hora
Pacto aceptado por Tsipras 

La crisis griega muestra que el capitalismo no es compatible con la democracia.

lunes, 2 de febrero de 2015

El Minotauro global. Yanis Vaourofakis

Yanis Varoufakis, EL MINOTAURO GLOBAL. ESTADOS UNIDOS, EUROPA Y EL FUTURO DE LA ECONOMÍA MUNDIAL,

 Madrid: Capitán Swing, 2012, (333 p.), ISBN: 9788494027963 


Arrogante y con aversión a las corbatas, el estilo del ministro de Finanzas de Syriza llenó de tensión su primer encuentro con el presidente del Eurogrupo
  
El ministro griego de Finanzas, en una comparecencia el pasado miércoles
Cuando el holandés Jerome Dijsselbloem, presidente del Eurogrupo, llegó ayer a Atenas para vérselas por primera vez con el nuevo Gobierno griego no pudo disimular su embarazo y frialdad al conocer al que de ahora en adelante será su forzoso interlocutor. Sin corbata y con los faldones de la camisa colgando por fuera del pantalón, Yanis Varoufakis, ministro de Finanzas en el flamante primer Gobierno de Syriza, lanzaba un mensaje nítido y desafiante. Atenas ya no acepta a la troika como interlocutor y no cumplirá los compromisos adquiridos por el país en los planes de rescate. Lo hizo después de haber estrechado la mano de Dijsselbloem con una de las suyas en el bolsillo.

Desde luego, lo que el debutante ministro transmitió al mundo y al enviado de sus socios y prestamistas en su primera gran aparición pública, fue osadía y descaro, rasgos que coinciden con lo que de él cuentan los medios griegos. Se dice que es arrogante, que le gusta la ropa informal pero cara y que va a todas partes solo y en su moto.

Nacido en 1961 en el seno de una izquierdista pero acomodada familia ateniense, el currículum del elegido por Alexis Tsipras es tan impactante como lo fue ayer su debut en la escena internacional. Una extensa carrera universitaria como profesor de Teoría Económica y una prolija labor como investigador en universidades británicas y estadounidenses avalan al atípico gestor al que la nueva Grecia se ha entregado, en la ilusión de que la zona euro aceptará un trágala del más castigado y endeudado de sus integrantes.

Asesor de Papandreu
Antes de embarcarse en esta aventura política, Varoufakis ya asesoró al ex primer ministro Yorgos Papandreu, que cedió el poder derrotado por su incapacidad para reflotar a un país quebrado, y trabajó para importantes empresas privadas.

La radical oposición de Varoufakis al modo en que los gobiernos precedentes, el FMI y la Unión Europea han gestionado en los últimos años el colapso de la economía griega es conocida desde antes de ser nombrado por Alexis Tsipras para encargarse de las cuentas públicas. En 2012 publicó su obra:

«El Minotauro mundial: Las auténticas razones de la crisis», una auténtica enmienda a la totalidad al dogma de la austeridad al que los griegos dijeron basta en las urnas.






Jordi Roca Jusmet1
Universitat de Barcelona
 
Este libro del economista Varoufakis, asesor de la coalición griega de izquierdas Syriza, es la traducción de la segunda edición actualizada del original inglés. En mi opinión se trata de un texto excelente y original de lectura muy recomendable. El lector encontrará muchos elementos de análisis de la crisis y de propuestas alternativas a la política dominante pero sobre todo es un análisis de la evolución de la economía capitalista mundial desde la segunda guerra mundial centrado en el papel de su principal potencia, los Estados Unidos.

El sugerente título retrata con una imagen lo que para el autor ha sido durante décadas, desde los años 1970s, el papel de los EEUU dentro del sistema económico capitalista: el gran destinatario de los bienes excedentes producidos por países como Alemania y Japón y –crecientemente- por China. Las enormes importaciones netas de los EEUU se podían mantener gracias al papel internacional del dólar que se acumulaba en el exterior y en su mayor parte se reciclaba de nuevo hacia los EEUU. Los impresionantes “déficits gemelos” – comercial y público- de este país se podían mantener gracias a este “mecanismo de reciclaje de los excedentes globales”, a un flujo global de bienes y de dinero que alimentaban a la bestia, al “minotauro global” al igual que –en la mitología el engendro medio humano-medio toro encerrado en su laberinto en la isla de Creta se alimentaba con el sacrificio periódico de muchachos y doncellas. El término minotauro global fue introducido por el autor –junto a Joseph Halevi- ya en un artículo publicado en 2003 en la Monthly Review.


Link al texto de la reseña

1  jordiroca@ub.edu
Jordi Roca Jusmet


Blog referente
Editorial de El País 18 NOV 2012 - 00:00 CET

Los Estados Unidos como centro de la crísis  


lunes, 5 de enero de 2015

Protesta juvenil y neoliberalismo criollo en coyuntura crítica

Protesta juvenil y neoliberalismo criollo en coyuntura crítica
Por Diario UNO el enero 3, 2015  

 Félix Jiménez



Protesta juvenil y neoliberalismo criollo en coyuntura crítica   

Protesta juvenil y neoliberalismo criollo en coyuntura crítica

La coyuntura por la que atraviesa actualmente el país está caracterizada por la confluencia de dos hechos. En primer lugar está el enfriamiento de la economía y su incapacidad de reproducir en el futuro próximo las altas tasas de crecimiento de los años previos a la crisis internacional de 2008-2009. 

El incierto contexto externo ha puesto en cuestión el estilo neoliberal de crecimiento y acumulación de capital de las últimas dos décadas. Y, en segundo lugar, está el creciente deterioro de la democracia constitucional liberal. Los partidos políticos han perdido total credibilidad y todos los poderes del Estado están penetrados por la corrupción.

No hay control ni rendición de cuentas creíbles de los elegidos. El extractivismo económico promovido por las políticas neoliberales, llegó hasta los niveles más altos de las instituciones del Estado en forma de aprovechamiento desembozado de los recursos públicos.

Hay corruptos y corruptores que han infiltrado el Poder Judicial, el Ministerio Público y Contraloría General de la República para operar con impunidad. Las instituciones políticas y económicas extractivistas impulsadas por el poder político desde la década del «fujimorato» se reforzaron mutuamente aprovechando los periodos de altos precios de las materias primas.

La configuración de una coyuntura crítica
La masiva irrupción de jóvenes en la política con movilizaciones contra la ley Pulpín que les recorta derechos y beneficios sociales –que ha puesto al margen a los políticos tradicionales–, se han sumado al enfriamiento económico y a la erosión de la democracia constitucional liberal, configurando una coyuntura crítica que pueden trastornar el equilibrio existente de poder político y económico neoliberal. Se trata de un momento de cambio significativo –como dirían David y Ruth Collier (1991)– que está dando paso justamente a una nueva expresión política en el país.

Las movilizaciones masivas de los jóvenes y que continuarán según sus organizadores a nivel nacional, apuntan directamente contra el extractivismo neoliberal en el mercado de trabajo. Todas las políticas neoliberales –la liberalización comercial y financiera, las facilidades al capital transnacional, el establecimiento de una competencia entre países mediante el desmantelamiento de los estándares regulatorios, las privatizaciones, el debilitamiento de los sindicatos, la desprotección laboral, y el recorte de beneficios y derechos de los trabajadores–, afectan a los trabajadores de los sectores privado y público, precarizan el empleo, y reducen y/o estancan la capacidad de compra de los salarios. Por esta razón, en casi todos los países que adoptaron el credo neoliberal, aumentó la desigualdad en la distribución de los ingresos.

La indignación de los jóvenes apunta precisamente al núcleo del discurso neoliberal según el cual la disminución relativa de los costos laborales aparece así como un factor indispensable para ganar competitividad en el comercio internacional, insertar las unidades productivas en las cadenas de valor de la economía global y como un incentivo para promover las inversiones privadas. Es el primer cuestionamiento masivo, social y juvenil, al modelo neoliberal que no pudo resolver la informalidad en la que se encuentran más del 70% de los trabajadores.

¿Fin del equilibrio extractivista?
Pero el desenlace de la actual coyuntura crítica, es incierto. «El camino exacto del desarrollo institucional durante las coyunturas críticas –nos recuerdan Acemoglu y Robinson–, depende de cuál de las fuerzas en oposición logra tener éxito, de qué grupos son capaces de formar coaliciones efectivas y de qué líderes pueden estructurar los acontecimientos en provecho propio».

Lo que queda claro es que las protestas juveniles han puesto en agenda los temas antes evitados por el poder político y económico. La restricción de derechos y beneficios laborales expresada en diversos dispositivos que generan distintos regímenes (Ley MYPES, Agroindustria, Textil, CAS, Trabajadores del Hogar, entre otros). Esto pone en cuestión la sobrevaloración del mercado autorregulado. La demanda de derogatoria de la ley Pulpín, puede entonces dar inicio a una movilización masiva por la aprobación de la ley general del trabajo que restituya todos los beneficios y derechos laborales y elimine los distintos regímenes especiales.

El otro tema es el del colapso de los partidos políticos, junto al rechazo de sus principales «líderes» vinculados directa o indirectamente con la corrupción y/o que aprovechan los cargos públicos para hacer negocios privados. Los jóvenes reclaman una nueva forma de hacer política. Es la primera participación ciudadana, activa y directa, el germen de la virtud cívica en jóvenes interesados en mejorar sus condiciones de vida en sociedad,

Si las movilizaciones continúan y se expanden a lo largo y ancho del país, si los jóvenes y otros movimientos progresistas construyen coaliciones efectivas, entonces se producirá una recomposición del espacio político haciendo posible la ruptura definitiva del equilibrio extractivista para dar paso a la innovación política y económica.

A modo de conclusión

“Toda juventud es inquieta –decía José Ingenieros. El impulso hacia lo mejor solo puede esperarse de ella: jamás de los enmohecidos y de los seniles (…) Nada cabe esperar de los hombres que entran a la vida sin afiebrarse por algún ideal; a los que nunca fueron jóvenes, paréceles descarriado todo ensueño. Y no se nace joven; hay que adquirir la juventud. Y sin un ideal no se adquiere”.

lunes, 29 de diciembre de 2014

La economía argentina y los fondos buitre

La economía argentina y los fondos buitre

Última noticia: Corte en USA da la razón a Argentina: 31/08/15




Publico estas notas por que considero son de utilidad para reflexionar sobre las carencias de información respecto a los  intereses del negocio filisteo, totalmente ajenos a los intereses de la vida de nuestros pueblos. Corresponden a los que lucran de los otros. Esta información es de valor especialmente en un momento en que los medios son sólo monocordes para defenderlos y no se tiene construidas alternativas ni siquiera para difundir información sobre su comportamiento.



Leopoldo Moreau: “La estrategia jurídica y financiera se está trabajando con inteligencia”
El dirigente de la UCR  consideró que  el fallo de Griesa, fue “un fallo imperial”, al tiempo que destacó la negociación del Gobierno argentino.





"Quieren quebrar al país para venir por nuestros recursos naturales"




El dirigente radical, Leopoldo Moreau, desnudó las razones del fallo contra la Argentina que favorece a los fondos buitres y pretende someter al país.

La deuda Argentina "es una tragedia que viene soportando Argentina hace muchos años", indicó el dirigente de la UCR, Leopoldo Moreau este viernes.


 El ex diputado aseguró en declaraciones a Nacional Rock que "en estos treinta años de democracia se intentaron muchos caminos para salir de la presión que significaba la dependencia de los poderes internacionales", pero que "algunos hasta empeoraron la deuda”.

 Moreau destacó que lo que no perdona el poder mundial es que "vino un gobierno que quiso aplicar autonomía", dijo y señaló: "No quieren que seamos un ejemplo".

 "El objetivo es que no podamos pagar. No es cierto que lo que están queriendo lograr es que normalicemos las relaciones con el mundo y respetemos las reglas, nos quieren aleccionar", indicó.




En este sentido, Moreau explicó que "Argentina es un país que es mirado con mucha codicia porque tenemos recursos naturales de gran significación como Vaca Muerta, seguimos siendo reserva natural del mundo, tenemos agua dulce. Vienen por esos recursos. Para obtener nuestros recursos quieren quebrar al país para poder condicionarlo", alertó.

Para Moreau, "en estas condiciones no tenemos que pagar porque con la sentencia de Griesa estamos hipotecando a la Argentina por los próximos treinta años y sometiéndola a los grupos financieros".


Alfonsín, sobre fondos buitre:

"El Gobierno dio pruebas suficientes de su voluntad de hallar una solución":


El diputado nacional Ricardo Alfonsín (UCR-Buenos Aires) sostuvo que "por ende, el juez (Thomas) Griesa ya no tiene razones objetivas para negarse a reponer la cautelar", para suspender el fallo que obliga a la Argentina a pagar unos 1.400 millones de dólares a un grupo de holdouts.

El diputado nacional Ricardo Alfonsín (UCR-Buenos Aires) sostuvo hoy que "el gobierno nacional ha dado pruebas suficientes de su voluntad de hallar una solución al conflicto con los holdouts".
Alfonsín sostuvo que "por ende, el juez (Thomas) Griesa ya no tiene razones objetivas para negarse a reponer la cautelar", para suspender el fallo que obliga a la Argentina a pagar unos 1.400 millones de dólares a un grupo de holdouts.
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Ricardo Alfonsín sostuvo que el juez distrital del estado de Nueva York, Thomas Griesa, "cuenta con alternativas para una solución que permita el cumplimiento de sus decisiones y, al mismo tiempo, evite que los argentinos sufran daños mayores".

De esta manera el diputado respaldó la intención del ejecutivo de buscar que el Griesa reponga la cautelar -stay- para poder cumplir con el pago al 93 por ciento de los bonistas ingresados a los canjes.

"La Argentina no debe ni puede comprometerse en una propuesta que active la cláusula Rufo", afirmó el dirigente radical.

El dirigente radical sostuvo además que cualquier sentencia judicial que "no tenga en cuenta la necesidad de evitar la activación de la cláusula Rufo, no sólo sería inviable, sino que al causar daños evitables, sería manifiestamente injusta".

Durante el encuentro en Nueva York se  ratificó la "voluntad de Argentina de seguir dialogando".
Se afirmó en un comunicado, que "pagar de cualquier manera" a los holdouts antes de enero (mes en el que la cláusula ya no tendrá vigencia), "sería abrir la puerta a la cláusula Rufo.

En ese sentido, opinó que en caso de activarse la claúsula Rufo "la dimensión de los pagos en cuestión (120.000 millones de dólares) pondría una vez más en alto riesgo el futuro económico de nuestra Nación, como sucedió a fines de los años noventa", situación que consideró "se esconde detrás del insólito fallo del juez Griesa".

"De allí que bajo ningún concepto hay que abrir la puerta de que la Rufo pueda ser invocada por los bonistas que entraron en aquellos canjes. Años de penurias para gran parte de nuestros ciudadanos podrían sobrevenir si se cede en esto".

Los buitres gastaron más de un millón de dólares en lobby contra la Argentina

Los fondos buitre que litigan en Estados Unidos contra la Argentina invirtieron este año más de un millón de dólares para hacer lobby sobre funcionarios norteamericanos, y acumulan más de cinco millones de dólares gastados para tal fin desde 2007.

La American Task Force Argentina (ATFA), cuyo principal aportante es el fondo buitre Elliott Management del magnate Paul Singer, invirtió durante este año 1.060.000 dólares para influir sobre legisladores y funcionarios del Ejecutivo estadounidense en la causa que enfrenta a la Argentina 0.
En 2013, los buitres invirtieron 1.010.000 dólares, en 2012 gastaron 955.000 y en 2011, 920.000.

Desde 2007, la cifra trepa a 5.665.000 dólares, según informa el sitio web del Center for Responsive Politics, en el que los lobistas deben publicar los registros que dan cuenta de su actividad.
Durante este año, ATFA distribuyó más de un millón de dólares entre seis firmas dedicadas al "cabildeo", que formularon presentaciones a favor de los fondos buitre en el Congreso estadounidense así como en los departamentos de Estado, del Tesoro y de Justicia norteamericanos.

De la información pública disponible en el sitio del Center for Responsive Politics también se desprende que la mayoría de los lobistas han sido funcionarios o legisladores en Estados Unidos.
La ATFA publicó que "en vez de negociar con sus acreedores y salvar al país de un default, Argentina se ha dedicado a una campaña de desinformación. Los líderes de la Argentina están divulgando mitos mientras el tiempo se está acabado para el país".

El texto finalizaba con dos frases de tono amenazante: "Los líderes de la Argentina deberían juntarse con sus acreedores en una negociación, y evitar un default catastrófico. Argentina, es hora de negociar".

Argentina y el litigio con los fondos buitre: de la lucha solitaria al contundente respaldo global

Los apoyos que cosechó la Argentina en 2014 en diversos organismos internacionales, en el marco de su disputa con los fondos buitre, brindaron un respaldo contundente a la postura del país.
En la cuestión de la reestructuración de su deuda soberana, Argentina recibió un claro respaldo en Naciones Unidas, el Mercosur, la Celac y el G-20, además de contar con la adhesión de China y Rusia, dos naciones con las cuales el país mantiene una alianza económica estratégica.

Un día antes de que la Corte Suprema de Estados Unidos ratificara el fallo del juez Thomas Griesa, que ordenaba a Argentina pagar la totalidad de la deuda a los bonistas que no habían ingresado en los canjes de 2005 y 2010, el G-77+China emitió un fuerte espaldarazo a la posición de la administración de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

El 15 de junio, los mandatarios de este grupo que nuclea a 133 naciones en vías de desarrollo y al gigante asiático, formularon, en la declaración final de la cumbre que se llevó a cabo en Santa Cruz de la Sierra, un claro apoyo a la posición argentina.

La Conferencia de la Naciones Unidas sobre el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD) advirtió, en una declaración difundida a fines de junio, que la decisión del magistrado neoyorquino amenazaba "con causar profundas consecuencias al sistema financiero internacional".

Por esos días, el Mercosur y la Comunidad de Estados de Latinoamérica (CELAC) se manifestaron en el mismo sentido y pidieron "la búsqueda de una solución que no comprometa el desarrollo económico de Argentina".
Argentina planteó entonces el tema en la Organización de Estados Americanos (OEA), que promulgó una resolución en la que se instaba a otorgarle a la Argentina "la oportunidad de reestructurar su deuda con un mecanismo justo y equitativo".

La postura contó con la aprobación de todos los miembros de la OEA con excepción de Canadá, que se abstuvo y de Estados Unidos, que aclaró que no podía pronunciarse porque se trataba de un litigio que se procesaba en una Corte de su territorio.
El grupo Brics, que componen las naciones emergentes Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, también sumó su adhesión a la causa argentina.

Además, en el marco de sus viajes a la región por esta cumbre, los presidentes de China, Xi Jinping, y de Rusia, Vladimir Putin, visitaron Buenos Aires, ratificaron su decisión de reforzar los vínculos económicos con el país.

"La Argentina es el principal socio estratégico en América latina", dijo el mandatario ruso.
Por su parte, Xi Jinping destacó que China y Argentina resolvieron "de común acuerdo elevar las relaciones bilaterales al nivel de Asociación Estratégica Integral y reforzar la cooperación amistosa de mutuo beneficio".

El Gobierno decidió entonces que la cuestión debía ser planteada en las Naciones Unidas con el propósito de iniciar una discusión sobre el establecimiento de un sistema global sobre el capital especulativo global.

"No sólo son terroristas los que ponen bombas, sino también quienes desestabilizan la economía de los países y provocan hambre, miseria y pobreza. En épocas de buitres económicos y halcones de guerra necesitamos más palomas de la paz y respeto al derecho", afirmó Cristina al hablar ante la Asamblea de la ONU que se aprestaba a considerar la iniciativa del país.
    El 9 de septiembre, el cónclave de la ONU aprobó una resolución que expresó la necesidad de "fundar un marco jurídico en el seno del organismo que sea capaz de supervisar los mecanismos de intercambio financiero".

Días después, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU reunido en Ginebra, Suiza, condenó a los holdouts y acordó investigar las actividades que llevan a cabo estos grupos financieros.
En noviembre, y contra los pronósticos de varios analistas locales e internacionales, el G-20 - emitió, una declaración que destacó "la necesidad de garantizar las reestructuraciones de las deudas de los estados".

Este mes, en Nueva York, 128 naciones -cuatro más que en la primera compulsa- ratificaron en la ONU la decisión de construir un marco regulatorio internacional ante estos fondos.

"Allí donde están representados todos los países del mundo, ganamos una posición que no es de la Argentina sino de las naciones con dignidad que defienden los derechos de sus pueblos".

De este modo, en seis meses, Argentina recibió el aval de buena parte de la comunidad internacional en la lucha que libra.

El diario estadounidense New York Times publicó un editorial contra la justicia de su país, y respecto del conflicto entre la Argentina y los fondos buitre, que reclaman el pago total de los bonos de la deuda en cesación de pagos en su poder, sostuvo que "las cortes han fallado, y hasta ahora las sentencias no han logrado más que enriquecer a muchos abogados".

Fondos buitre: New York Times habla de excesos de la Justicia de EEUU

En una nota titulada "El caso argentino no tiene ningún ganador, pero muchos perdedores", escrita por el jefe de la sección Finanzas, Floyd Norris, se planteó que "el sistema judicial de los Estados Unidos puede haberse excedido en sus facultades y puede que se vea obligado a retractarse".

En ese sentido, el New York Times advirtió que "el mundo de las deudas soberanas quedó patas para arriba tras la victoria de los fondos de inversión encabezados por Elliott Management contra Argentina".

Link a mi publicación en Urbanoperu sobre este tema

martes, 16 de diciembre de 2014

Lealtad, ¿con quién?, por Richard Webb

El Comercio, Lunes 15 de diciembre del 2014 | 06:00
Lealtad, ¿con quién?, por Richard Webb
 



La ética de lealtad personal, confianza, respeto y privacidad empodera a cualquier organización.
•    Richard Webb
•    Director del Instituto del Perú de la USMP

 

“Sí, juro”, dice el nuevo miembro de la mafia siciliana el día de su incorporación a la ‘Familia’. Lo que jura cumplir es el voto de silencio, la ‘omertà’, el código de honor del crimen organizado. El cemento que sella ese silencio es la lealtad personal, pero acompañada del miedo. El castigo para el que delata es la muerte. Según un dicho siciliano, “el que es sordo, ciego y mudo vive cien años en paz”.
 
La ética de lealtad personal, confianza, respeto y privacidad empodera a cualquier organización, pero tiene doble cara si impide o dificulta el deber ante el resto de la sociedad. ¿Cuántos policías “leales” callan ante la deshonestidad de sus compañeros? ¿Cuántos niños sufrieron por el silencio cómplice de los que sabían de los abusos cometidos por algunos religiosos? ¿Cuántos analistas de empresas auditoras callan cuando sus jefes tergiversan datos para darle visto bueno a un cliente?
 
Una brillante representación del dilema de la lealtad moral es la película clásica “El tercer hombre”, basada en una novela del británico Graham Greene. Cuenta el caso de un joven estadounidense que, terminada la Segunda Guerra Mundial, viaja a la destruida ciudad de Viena, respondiendo al ofrecimiento de trabajo de un amigo austriaco, representado por el célebre Orson Welles. Al llegar, le informan que su amigo ha muerto, y de quien se sospecha era traficante de medicinas. El norteamericano descubre que su amigo solo ha fingido la muerte y que, efectivamente, era un criminal. Luego de visitar un hospital y de ver niños muertos por la meningitis causada por la penicilina bamba de su amigo, el estadounidense lo persigue, pero, en la lucha para capturarlo, termina matándolo.
 
¿Fue desleal? Recuerdo que vi la película en Estados Unidos con dos amigos peruanos. Al regresar a casa, debatimos la respuesta. Para ellos, era imperdonable la traición al amigo. Para mí, hubiera sido imperdonable no delatarlo.
 

Años después, me tocó ser protagonista de un desacuerdo acerca de la lealtad. En 1983, la economía peruana fue duramente golpeada por una crisis financiera mundial y un desastroso fenómeno El Niño. 

Al año siguiente el Gobierno Peruano logró un rescate financiero del exterior, condicionado en el cumplimiento de un plan de estabilización. Pero pasaba el año y el gobierno no hacia lo necesario para equilibrar la economía. Como presidente del BCR, me tocó informar al país sobre la situación de las finanzas nacionales, como mandaba la ley. Así, se conoció que el Perú no estaba cumpliendo las metas acordadas en su plan de estabilización.
 
Inmediatamente fui acusado por el gobierno de desleal, textualmente, de “darle una puñalada en la espalda al país”. El presidente pidió públicamente mi renuncia, pero la nueva Constitución, de 1979, establecía la independencia del BCR, protegiendo a su directorio de despido por motivos políticos. 

Las recriminaciones aumentaron cuando el banco se negó a desequilibrar el programa monetario para financiar al gobierno. Horas después de escuchar un ataque televisivo a mi persona, mi padre falleció de un infarto, castigo totalmente accidental, pero que me graficó para siempre el riesgo personal y familiar que corre cualquier funcionario que opta por ser leal a su función, antes que a los individuos de su entorno del momento.
 
Se anuncia la posibilidad de que el Perú sea admitido al club de los países más desarrollados del mundo, la OCDE. Pero lo que caracteriza a esos países es su desarrollo institucional, una cultura que pone la lealtad a la función y a la colectividad antes que la lealtad personal. El camino a la OCDE no está en la “privatización” de lo conversado por los funcionarios del Estado, sino, precisamente, en su “publicación”.

domingo, 26 de enero de 2014

Felix Jiménez: Neoliberalismo y Republicanismo.

El reciente libro de Alberto Vergara (Ciudadanos sin república. ¿Cómo sobrevivir en la jungla política peruana?), es una compilación de artículos que --según él-- revelan la existencia de una «tensión entre las “promesas cumplidas” del neoliberalismo y la frustración por el fracaso de la “promesa republicana”». Martín Tanaka, conocido politólogo, comenta este libro sin crítica alguna, acepta los supuestos logros del neoliberalismo y no se sorprende del «republicanismo» de Vergara. «Mientras que el neoliberalismo dio lugar –dice- a un inédito crecimiento económico, la precariedad del republicanismo pone en riesgo lo avanzado».

«Roba pero hace obras» ha sido elevado por el neoliberalismo en eslogan de persuasión para votar. Republicanos como Viroli, Pettito Casassas, para citar a solo tres contemporáneos, dirían que esta práctica neoliberal es contraria a los principios del bien público, del gobierno de las leyes, de la virtud cívica, de la libertad como no-dominación, y de la justicia.

Tampoco deben saber que desde el segundo gobierno de Alan García, se perdió eficiencia en la aplicación de las reglas de política introducidas con las reformas y se dejó caer el tipo de cambio real afectando a la producción manufacturera.


Félix Jiménez
Félix Jiménez
Opinión Economista Ph. D.
Profesor Principal PUCP

Crecimiento económico y neoliberalismo 

Vergara -y Tanaka-- se equivocan cuando afirman que el reciente crecimiento es «inédito». No saben que el crecimiento económico más alto del último siglo se registra durante 1959-1967: el PBI y la Manufactura crecieron a tasas promedio anuales de 7.2% y 7.8%, respectivamente. Estas tasas son claramente superiores a las registradas durante 2004-2012 (7.0% para el PBI y 5.9% para la Manufactura). Ambos períodos son de ocho años, pero en el primero, a diferencia del segundo, el crecimiento fue liderado por la manufactura y acompañado por un aumento sostenido del ingreso de los trabajadores. Además, el crecimiento registrado en los años 2004-2012 fue el resultado del aumento espectacular en el precio de los metales y de una sostenida demanda externa. Por lo tanto, este crecimiento ni fue «inédito» ni fue resultado de las políticas neoliberales.

Vergara y Tanaka también ignoran que durante el neoliberalismo «fujimorista», el magro crecimiento de 3.9% promedio anual de los años 1990-1997, acabó con una crisis recesiva que se prolongó hasta 2001. Es posible que tampoco sepan que durante el período 2001-2003 se realizaron reformas en la política fiscal y monetaria que hoy se exhiben como fortalezas macroeconómicas. Estas reformas --efectuadas por economistas críticos del neoliberalismo--, bajaron la inflación a un dígito, redujeron el riesgo cambiario de la deuda pública, bajaron la proporción de esta deuda con respecto al PBI, permitieron acumular reservas internacionales y recuperaron el papel del tipo de cambio como instrumento de diversificación productiva. Tampoco deben saber que desde el segundo gobierno de Alan García se perdió eficiencia en la aplicación de las reglas de política introducidas con las reformas y se dejó caer el tipo de cambio real, afectando a la producción manufacturera.

El carácter antirepublicano del neoliberalismo 
Para Vergara, el neoliberalismo de los últimos 20 años ha «cumplido su promesa». El crecimiento «inédito» y la consecuente reducción de la pobreza, habría dado lugar a una sociedad de ciudadanos. Hoy, como nunca antes -dice-, existe «una economía de mercado y una extendida ciudadanía», lo que justificaría caracterizar al Perú de hoy como un país de «ciudadanos sin república».

¿El neoliberalismo ha «ampliado la ciudadanía» en nuestro país? ¿Es esto verdad? Durante los 20 años de neoliberalismo los gobiernos elegidos perdieron legitimidad, practicaron la impostura y la corrupción, envilecieron la política, y gobernaron con los grupos de poder económico y en contra de los que los eligieron. Unos gobiernos más que otros violaron los derechos humanos y pervirtieron el ejercicio de la función pública. El neoliberalismo convirtió a la política en un mercado, vaciando de «sentido de la ética y de toda sustancia pública» a la lucha por el poder, y extendió la utilización de la asistencia y caridad con lo cual envileció la ciudadanía de las grandes mayorías de nuestro país.

En consecuencia, el neoliberalismo no puede haber sido promotor de ciudadanía. Por el contrario, ha sido y es responsable de la pérdida de virtud cívica, de la pérdida de la conciencia civil de los electores que los ha llevado a aceptar prácticas clientelares y corruptas como forma de gobierno. «Roba pero hace obras» ha sido elevado por el neoliberalismo en eslogan de persuasión para votar. Republicanos como Viroli, Pettito Casassas, para citar a solo tres contemporáneos, dirían que esta práctica neoliberal es contraria a los principios del bien público, del gobierno de las leyes, de la virtud cívica, de la libertad como no-dominación, y de la justicia. Por lo tanto, la ciudadanía no pudo ni puede ser su resultado.

A modo de conclusión

Vergara dice que «hay que construir instituciones» para que el mercado y la «extendida ciudadanía» le dé plena vigencia al republicanismo. Nos está diciendo que al neoliberalismo solo le hace falta instituciones para transformarse en republicanismo. Es como la cuadratura del círculo. El neoliberalismo tiene sus propias instituciones que le son funcionales. Sus instituciones económicas y políticas son extractivistas. Por eso el republicanismo solo puede ser entendido como una alternativa al neoliberalismo. No es posible construir una comunidad política de ciudadanos soberanos, es decir, una república fundada sobre el derecho, el bien común y la libertad concebida como no-dominación, sin transformar el «modelo neoliberal». La república y la libertad requieren de condiciones materiales que impidan su dependencia de la voluntad arbitraria de otros. Por eso el republicanismo supone la existencia de mercados con parámetros regulatorios que limiten las asimetrías de poder. Pero esta no es, sin duda, la «promesa republicana» de Vergara.

Link a una referencia crítica al libro de Vergara

Publicado en:
http://www.laprimeraperu.pe/online/economia/neoliberalismo-y-republicanismo_149395.html

Martín Tanaka: Las alternativas al liberalismo

Felix Jiménez: Politica Industrial, en la ruta del Republicanismo.

No es posible industrializar el país sin una deliberada intervención del Estado. En una economía primario exportadora ---desconectada de la geografía y demografía, y cuya dinámica responde a los mercados externos-- sus mercados internos ---poco desarrollados o inexistentes en la sierra y en la selva del país-- no pueden revelar rentabilidades de inversiones en actividades productivas que aún no existen. Sin embargo, de aquí no puede inferirse que es responsabilidad exclusiva del Estado el revelar las rentabilidades de potenciales actividades industriales a lo largo y ancho del país, ni que es el Estado el que tiene que asumir la tarea de la diversificación, involucrándose en actividades empresariales. Para no repetir los errores del pasado, la industrialización debe ser de nuevo estilo; debe ser el «resultado de una acción concertada del Estado y de la recíproca colaboración público-privada».

No es la «debilidad de las instituciones» la que impide aprovechar el «boom de los altos precios de los minerales», sino las instituciones extractivistas del actual modelo neoliberal.

Una industrialización de nuevo estilo debe fundarse, entonces, en instituciones económicas inclusivas que –en el caso de nuestro país—deben conducir al desarrollo de mercados internos con igualdad de condiciones y oportunidades económicas para todos, propiciar su integración política y social.
Félix Jiménez
Félix Jiménez
Opinión Economista Ph. D.
Profesor Principal PUCP

La importancia de las instituciones: extractivismo versus inclusión 

La historia de nuestro país independiente registra la presencia, sin solución de continuidad, de instituciones políticas y económicas extractivistas. La industrialización de los años 1960 y 1970 fue espuria: generó una industria no competitiva y fomentó el extractivismo rentista. Los «industriales» de esa época ganaban lo que gastaba el Estado. Con la actual reprimarización neoliberal, ocurre lo mismo. Los inversionistas primario-exportadores usufructúan de la renta natural de los recursos y de sus altos precios en los mercados internacionales. Este extractivismo, al apreciar nuestra moneda y generar «enfermedad holandesa», neutraliza los esfuerzos por elevar la competitividad de las actividades transables e impide «cerrar la brecha de productividad que tenemos con los países desarrollados».

El actual crecimiento primario-exportador es resultado de instituciones extractivistas que no fomentan la competencia, que no incentivan la innovación ni la diversificación productiva, que favorecen la concentración de la propiedad y la posición de dominio, que son enemigas de la regulación de los mercados, y que disfrutan manteniendo salarios bajos. Por lo tanto, ni este modelo neoliberal ni la industrialización de viejo estilo, ambos extractivistas, pueden constituir el camino para la diversificación productiva. Las instituciones políticas y económicas del extractivismo son funcionales, se autorrefuerzan.

Una industrialización de nuevo estilo debe fundarse, entonces, en instituciones económicas inclusivas que –en el caso de nuestro país— deben conducir al desarrollo de mercados internos con igualdad de condiciones y oportunidades económicas para todos, propiciar su integración política y social, orientar la asignación de las inversiones hacia la diversificación productiva, y estimular el desarrollo del capital humano y las innovaciones tecnológicas. Estas instituciones económicas, por su propio carácter inclusivo, son contrarias al dominio de los mercados por los grupos de poder económico.

El Republicanismo y las instituciones políticas inclusivas
Una industrialización basada en la concertación y colaboración público-privada, debe ser el resultado de la construcción de instituciones políticas también inclusivas. «Nadie echa vino nuevo en odres viejos –decía Jesús-- porque los odres viejos se rompen y el vino se derrama (…); pero si echan el vino nuevo en odres nuevos, lo uno y lo otro se conservan juntamente (San Mateo 9:17)».

Las instituciones políticas inclusivas y los procesos políticos que estas generan, son los que determinan –como dicen Acemoglu y Robinson--- el carácter inclusivo de las instituciones económicas. Si hay canales de participación ciudadana y mecanismos de control de los gobernantes, si se preserva y respeta los derechos políticos y civiles de los ciudadanos, si el poder político está ampliamente distribuido en la sociedad, si hay normas que efectivamente impiden y sancionan el uso del poder del Estado por los «políticos» y burócratas en beneficio propio, si el Estado es soberano y tiene capacidad para regular la sociedad y los mercados, si hay división de poderes y efectiva limitación recíproca de los mismos, si las decisiones del gobierno se subordinan al logro del bien común, en fin, si el «contexto político» es inclusivo, entonces «emergerán» las instituciones económicas inclusivas con los incentivos para la innovación y la diversificación productiva.

El país no tiene este tipo de instituciones políticas. La democracia que practicamos nos ha convertido en «esporádicos electores, sin influencia relevante en las decisiones del gobierno». No se fomenta la virtud cívica ni la libertad como ausencia de dominación. Por lo tanto, la democracia tiene poco que ver con un gobierno del pueblo y para el pueblo. Esto tiene que cambiar. De acuerdo al Republicanismo que inspiró la elaboración del plan La Gran Transformación, se tiene que reorganizar el poder político, y transformar el Estado para hacerlo promotor del desarrollo, con «base al acuerdo y consentimiento libre de todos los ciudadanos», incorporando mecanismos que aseguren un efectivo control y supervisión del ejercicio del poder político, de forma tal que siempre se oriente a la consecución del bien común.

A modo de Conclusión 
No es la «debilidad de las instituciones» la que impide aprovechar el «boom de los altos precios de los minerales», sino las instituciones extractivistas del actual modelo neoliberal.

Publicado en: 
http://www.laprimeraperu.pe/online/economia/politica-industrial-en-la-ruta-del-republicanismo_148149.html

Felix Jiménez: Neo liberalismo de Estado

Amigos y alumnos que leyeron mi artículo el pasado sábado, publicado en este diario, me han comentado y escrito criticándome por el uso de la frase «neoliberalismo de Estado». ¿Cómo puede haber neoliberalismo de Estado –me preguntan-- si usted mismo dice que el neoliberalismo propone la minimización del Estado, la ausencia de toda intervención estatal en la economía. Por lo demás, me dicen, es un sinsentido hablar de neoliberalismo de Estado en nuestro país cuando los neoliberales critican al Estado peruano acusándolo de «miedoso e incompetente».

El neoliberalismo, además, ha acentuado el extractivismo económico y político. El poder minero controla al poder político. El extractivismo que hoy se practica en nuestro país, está agotando los recursos naturales no renovables, y el actual gobierno no tiene una política clara de creación de otros activos para compensar esta pérdida y no perjudicar a las generaciones futuras. La inversión privada de los últimos tiempos ya no expande la producción de aquellas actividades que generan más empleo e ingresos.

En nuestro país este neoliberalismo de Estado comienza con la creación de las AFP. Estas instituciones privadas no fueron creadas por el mercado sino por el Estado, con la forzada direccionalidad de parte de nuestros ingresos a las AFP que no elegimos, según algún indicador de mercado.
Félix Jiménez
Félix Jiménez
Opinión Economista Ph. D.
Profesor Principal PUCP

Los orígenes del neoliberalismo 

El neoliberalismo como ideología sucede al liberalismo. Esto es por definición, como la teoría económica neoclásica sucede a la teoría económica clásica (pero aclarando que esta última alude a la teoría de Ricardo). Los liberales del siglo XVIII y XIX tuvieron enorme influencia en el desarrollo de la teoría económica neoclásica, según la cual la economía tiende al pleno empleo cuando los mercados funcionan sin la intervención del Estado. En este sentido, los liberales incluyen como parte de las libertades civiles, la autonomía económica, lo que implica postular la ausencia de regulación del mercado por parte del Estado.

El neoliberalismo surge como respuesta crítica a la puesta en práctica del proyecto socialista a partir de 1917. Reaccionan contra la sustitución del mercado por un plan centralizado, y contra la supresión de las libertades individuales. A partir de ese acontecimiento–según Todorov-- «entramos a una nueva fase de la evolución del liberalismo, que justifica que hablemos de neoliberalismo. Ahora la doctrina se formula asumiendo la oposición con el mundo totalitario que está construyéndose». Sus principales exponentes son Ludwig von Mises (1881-1973) y Friedrich A. Hayek (1899-1992). Pero, después de la gran depresión de 1929 y durante el auge del Keynesianismo, estos neoliberales enfilan sus críticas contra el Estado del Bienestar.

El significado del neoliberalismo de Estado 
Los neoliberales plantean «la sumisión del hombre a las fuerzas impersonales del mercado». En su obra Camino de Servidumbre, Hayek sostiene que en el pasado esta sumisión «hizo posible que se desarrollara la civilización».

Con el ascenso al poder de Margaret Thatcher en Gran Bretaña (1979) y Ronald Reagan en Estados Unidos (1980), se dio inicio a la aplicación del pensamiento neoliberal en el mundo. La manera cómo se aplicaron las políticas y reformas neoliberales en nuestros países, difiere de un lugar a otro, de sus condiciones iniciales y del tipo de institucionalidad vigente en ellos. Lo que no varió fue el uso del poder del Estado para beneficiar a los poderes existentes en el mercado. Y esto es lo que dio lugar al «neoliberalismo de Estado» frase que, en justicia, hay que decirlo ahora, pertenece a Todorov.

En nuestro país este neoliberalismo de Estado comienza con la creación de las AFP. Estas instituciones privadas no fueron creadas por el mercado sino por el Estado, con la forzada direccionalidad de parte de nuestros ingresos a las AFP que no elegimos, según algún indicador de mercado. Estas instituciones administran nuestros recursos con la ayuda del Estado. Si los fondos para proveer la pensión mínima no alcanzan, el diferencial se los provee el Estado. El jubilado no puede retirar todos sus fondos, por ejemplo, para comprarse una casa, etc.

Otro ejemplo de «neoliberalismo de Estado» en nuestro país fue el rescate del sistema bancario afectado por la crisis de 1998-1999 que hizo el gobierno de Fujimori, acrecentando la deuda pública en cerca de mil millones de dólares.

El neoliberalismo, además, ha acentuado el extractivismo económico y político. El poder minero controla al poder político. El gobierno de Humala cedió ante este poder y no fue capaz de exigirle compartir sus ganancias extraordinarias asociadas a los altos precios de los minerales. El extractivismo que hoy se practica en nuestro país, está agotando los recursos naturales no renovables, y el actual gobierno no tiene una política clara de creación de otros activos para compensar esta pérdida y no perjudicar a las generaciones futuras. La inversión privada de los últimos tiempos ya no expande la producción de aquellas actividades que generan más empleo e ingresos.

A nivel internacional, hay también neoliberalismo de Estado. Durante la crisis de 2008-2009, los Estados intervinieron para salvar a los bancos privados. Para esta ideología los beneficios son y deben ser siempre privados, pero los riesgos y las pérdidas de las operaciones de los grupos de poder privados deben ser socializados, deben ser asumidos por toda la población.

A modo de conclusión
Ciertamente decir «neoliberalismo de Estado» es una contradicción. Pero, como dice Todorov, «precisamente por tratarse de una contradicción hace dudar de la coherencia interna del proyecto. El liberal Benjamin Constant (1767-1830) no había previsto que el Estado pudiera reforzar su influencia en la vida de los individuos y a la vez ponerse al servicio de algunos de ellos. Después de los atentados del 11 de setiembre de 2001, los Estados que habían adoptado esta ideología, como Estados Unidos y Gran Bretaña, acrecentaron su control sobre las libertades civiles, y a la vez dejaron plena libertad a agentes económicos individuales. A partir de este momento hemos entrado en el ultraliberalismo, tercera fase de la evolución de esta doctrina».

Publicado en: 
 http://www.laprimeraperu.pe/online/economia/el-significado-del-neoliberalismo-de-estado_142710.html

Felix Jimenez - Neoliberalismo y Republicanismo: replica a Martín Tanaka

Martin Tanaka ha escrito en el diario La República (LR) dos columnas sobre nuestro artículo «Neoliberalismo y Republicanismo (LP: 14-09-13)». Por la importancia que tienen sus críticas sobre el tema en debate, responderé de manera puntual.

La asociación que hace Tanaka entre el carácter del crecimiento 1959-67 y la propuesta industrialista de La Gran Transformación, puede conducir a confusiones. Es verdad que el neoliberalismo se impone como crítica al proceso industrialista de los años 1960 y 1970. Pero, el crecimiento asociado a este proceso y el crecimiento neoliberal, son ambos, extractivistas o rentistas.

«La mejor manera de entender el neoliberalismo –dice Tanaka-- es relacionarlo con el llamado “Consenso de Washington”». ¿Acaso no está enterado que el decálogo de medidas de este Consenso es precisamente neoliberal?.

Publicado en: 
 http://www.laprimeraperu.pe/online/economia/neoliberalismo-y-republicanismo-replica-1_151938.html

Félix Jiménez
Félix Jiménez
Opinión Economista Ph. D.
Profesor Principal PUCP
(1) En su columna de LR: 29-09-13, dice: «Para Jiménez, el crecimiento 1959-67 sería más “sano” porque fue liderado por el sector manufacturero y estuvo acompañado de mejoras en los ingresos de los trabajadores, mientras que el reciente se basa en sectores extractivos con ingresos laborales estancados. ¿Qué hacer? (…) En la línea de lo propuesto en “La Gran Transformación”, se apunta a promover un crecimiento más diversificado en general y la industrialización en particular».

La asociación que hace Tanaka entre el carácter del crecimiento 1959-67 y la propuesta industrialista de La Gran Transformación, puede conducir a confusiones. Es verdad que el neoliberalismo se impone como crítica al proceso industrialista de los años 1960 y 1970. Pero, el crecimiento asociado a este proceso y el crecimiento neoliberal, son, ambos, extractivistas o rentistas. En el primero se gana lo que gasta el Estado y en el segundo, se aprovecha la renta de los recursos naturales en un contexto de precios altos de los metales y de una sostenida demanda externa. En consecuencia, los dos estilos de crecimiento son recusables. Finalmente, sobre las propuestas políticas, sociales y económicas de La Gran Transformación, documento más vilipendiado que he leído, solo debo decir que reivindica las ideas republicanas.

(2) En la misma columna, afirma: «parte de (los) supuestos “éxitos” (del neoliberalismo en Perú) serían consecuencia de iniciativas planteadas por “economistas críticos con el neoliberalismo” entre 2001-2003, con lo cual Jiménez reivindica su participación como funcionario dentro del gobierno de Alejandro Toledo».

Mi participación personal en esas “iniciativas” no viene a cuento. Sin embargo, lo que dice Tanaka puede inducir a un silogismo elemental: si eran “sus críticos”, entonces no deberían haber participado en un gobierno neoliberal; o, si se aceptaron las reformas que sus críticos impulsaron, entonces el neoliberalismo es suficientemente flexible. Este tipo de razonamiento no ayuda a comprender los procesos históricos. Muchos peruanos luchamos junto con Toledo para salir del fujimorismo sátrapa, que desfalcó al Estado y practicó la corrupción como forma de gobierno. El gobierno de Toledo fue, entonces, el resultado de un proceso político que abrió la posibilidad de hacer cambios en democracia. Pero, como ya ocurrió antes en nuestro país, algunos «cambios» se truncaron y otros se mediatizaron. Después, Alan García acentuó el neoliberalismo. El fujimorismo y el alanismo son los que más daño le han hecho a la política (en su acepción republicana).

(3) En su columna de LR: 06-10-13, dice: «El término “neoliberalismo” se presta a malos entendidos. Por lo general, se le atribuyen sentidos intrínsecamente negativos, y esto tiene cierta razón de ser: muchos gobiernos neoliberales han sido muy corruptos e ineficientes, en particular el fujimorismo ha ayudado a crear la asociación neoliberalismo=autoritarismo=corrupción (…) Sin embargo, hay muchos gobiernos que pueden considerarse ilustraciones emblemáticas del neoliberalismo que no han sido autoritarios ni particularmente corruptos (Chile, Brasil, Colombia, etc.). Mas todavía, podría decirse que ellos implementaron reformas fundamentales para el logro de un crecimiento sostenido, reducciones de pobreza, fortalecimiento de instituciones, incluso, de políticas de desarrollo que buscan la diversificación productiva y menor dependencia de recursos naturales».

Primero, el fujimorismo no fue autoritario sino “dictatorial”, fue un gobierno que cometió crímenes de lesa humanidad. Segundo, el neoliberalismo no es un término, es una doctrina que propone la eliminación de las intervenciones públicas en la economía, la desregulación de los mercados y la eclosión del interés individual por encima del interés público. Específicamente propone liberalizar el comercio y desarrollar un modelo exportador basándose en las «ventajas comparativas» y las ganancias de competitividad abaratando el costo del trabajo. «Según la nueva vulgata –-dice Todorov— el Estado solo debe intervenir para favorecer el libre funcionamiento del mercado, allanar los conflictos sociales y mantener el orden público. Su papel consistiría no en limitar, sino en facilitar el poder económico».

Es cierto que el recetario neoliberal se aplicó parcialmente en algunos países: por ejemplo, se mantuvieron empresas estatales “estratégicas”, se limitó el flujo de capitales para tener autonomía en el manejo de la política monetaria y cambiaria, y no se desregularon todos los mercados. Sin embargo, en estos mismos países las medidas neoliberales han generado problemas. Por ejemplo, en Brasil se dice que la apreciación cambiaria y los salarios bajos son una amenaza contra la industria; en Chile hay evidencia de una regresión en la distribución del ingreso y protestas contra las bajas pensiones que otorgan las AFP; y, en Colombia no hay trabajos estables, los sindicatos están destruidos y el agro está en crisis.

A modo de conclusión
«La mejor manera de entender el neoliberalismo –dice Tanaka-- es relacionarlo con el llamado “Consenso de Washington”». ¿Acaso no está enterado que el decálogo de medidas de este Consenso es precisamente neoliberal?.

Replica 

Tanaka sigue preso de su razonamiento dicotómico Estado-Mercado. Según él, la derecha reivindica el Mercado y la izquierda el Estado. Tanaka ha leído el plan La Gran Transformación con esta visión dicotómica. Por eso no ha entendido que el Estado que allí se propone, debe ser promotor activo del desarrollo de mercados internos y de la expansión de la inversión privada nacional.

Tanaka no acepta la existencia de un camino alternativo al neoliberal; no entiende que es posible desarrollar una economía de mercado y ciudadanía, con un marco institucional y regulatorio adecuado o funcional.


Félix Jiménez


Félix Jiménez
Opinión Economista Ph. D.
Profesor Principal PUCP

(1) Después de las crisis de 1998-2002 y de 2008-2009, «me parece claro que predicar la libertad irrestricta de los mercados y la minimización del papel del Estado –dice Tanaka-- suena descabellado. Lo interesante es que en esto coinciden, en lo teórico, tanto derechas como izquierdas».


Esta afirmación presupone que existe una dicotomía Estado-Mercado, que niega la realidad. El Estado no tiene por qué contraponerse al mercado. Es verdad que el Estado debe establecer regulaciones contra las asimetrías de poder que se generan en los mercados, pero también ha sido y es promotor de la creación de mercados. Polanyi (1944) decía que los mercados habían sido formados desde los inicios del capitalismo por acciones deliberadas del Estado. La historia también enseña que detrás de los riesgos más audaces y de las grandes innovaciones –como señala Mariana Mazzucato (2013)-- ha estado presente el Estado.

(2) Para la derecha –según Tanaka-- «las reformas centradas en la liberalización de los mercados y en la promoción del crecimiento» corresponden a la primera etapa «de un proceso más ambicioso de reformas, que deberían consolidarse con una segunda fase, con énfasis en la equidad, mejoras en la distribución del ingreso y el fortalecimiento de las instituciones»

Las reformas neoliberales han generado una economía más vulnerable y dependiente de factores externos, menos industrial y menos agropecuaria, y más productora de servicios predominantemente de baja productividad, y con una distribución del ingreso más desigual y, por lo tanto, más expuesta al conflicto social. Decir que el neoliberalismo es «promotor del crecimiento» es sólo una afirmación. 

Los que criticamos al neoliberalismo no somos opuestos al crecimiento; pero sabemos diferenciar entre un estilo de crecimiento que acrecienta la vulnerabilidad externa de la economía, y un estilo de crecimiento enraizado en la expansión de los mercados internos y en la diversificación productiva. Basarse en el desarrollo de los merados internos no significa dejar de exportar o de cerrarse al mundo. De acuerdo con esta concepción alternativa del crecimiento, el sistema de comercio global debe servir al desarrollo interno y los mercados domésticos no pueden descuidarse por la búsqueda de ventajas competitivas internacionales como lo hace el neoliberalismo.

(3) «Desde la izquierda –dice Tanaka--, lo que se busca es cambiar de lógica, recuperando espacio para la planificación, el control y la iniciativa del Estado, especialmente en áreas “estratégicas”».

Tanaka sigue preso de su razonamiento dicotómico Estado-Mercado. Según él, la derecha reivindica el Mercado y la izquierda el Estado. Tanaka ha leído el plan La Gran Transformación con esta visión dicotómica. Por eso no ha entendido que el Estado que allí se propone, debe ser promotor activo del desarrollo de mercados internos y de la expansión de la inversión privada nacional. Y, como para promover el desarrollo se requiere recursos, es necesario reformar el sistema tributario y controlar la energía y otros recursos naturales. 

El Estado debe compensar el agotamiento de estos recursos con la creación de otros activos para no perjudicar a las generaciones futuras del país. La derecha no es la «propietaria» del mercado. Tanaka no acepta la existencia de un camino alternativo al neoliberal; no entiende que es posible desarrollar una economía de mercado y ciudadanía, con un marco institucional y regulatorio adecuado o funcional.

(4) «Es justo resaltar –dice Tanaka-- que por lo general no se plantea un retorno al pasado populista, sino que ese renovado protagonismo estatal se ubica dentro de los márgenes de la disciplina fiscal y de los equilibrios macroeconómicos, es decir, parcialmente dentro del canon del “Consenso de Washington”».

Ubicar a la propuesta alternativa al neoliberalismo dentro del canon del Consenso de Washington, es un descuido académico y hasta un atrevimiento. La disciplina fiscal que se aplicó desde el «fujimorato» sirvió para pagar puntualmente los servicios de la deuda externa, recortando los gastos en educación, salud, seguridad social e infraestructura pública. Es el mismo tipo de política que hoy imponen los países del centro Europeo y el FMI, a los países de la periferia europea. 

Es la misma monserga de los equilibrios macroeconómicos que los neoliberales lo entienden a su manera. En la alternativa al neoliberalismo, se propone (a) una regla fiscal contra cíclica y un manejo de la deuda que evite el riesgo de refinanciamiento y que base la sostenibilidad fiscal en el predominio de la deuda pública en soles; (b) una regla monetaria contra cíclica de tasa de interés, cuya eficiencia supone el desarrollo del mercado de capitales apuntalado por el mercado de deuda pública doméstica en soles; y, (c) una regla de política de intervenciones cambiarias que se oriente a mantener un tipo de cambio real estable y competitivo, para promover el desarrollo industrial y la diversificación productiva.

A modo de Conclusión
Hubiera sido interesante saber si Tanaka también adhiere al republicanismo, si piensa que hay tradición republicana en el Perú y si comparte la indefinición de republicanismo de Vergara.

Replica 2


Martin Tanaka (LR: 06-1013), afirma que el problema no está tanto en las políticas neoliberales del Consenso de Washington sino en el “fundamentalismo” en su implementación. «Vistas las cosas así –dice--, me parece que en Perú el neoliberalismo ha tenido éxitos evidentes (crecimiento, reducción de la pobreza sin aumento de la desigualdad), que han permitido que muchos peruanos sean más ciudadanos (conscientes de sus derechos y deberes), aunque su aplicación haya sido escamoteada por sus componentes autoritarios y corruptos y ciertamente también por la debilidad de nuestras instituciones y valores republicanos».

Se le ha mostrado que el crecimiento reciente no es inédito; que cualquier tipo de crecimiento reduce la pobreza monetaria; que se ha crecido con sueldos y salarios estancados y que, por lo tanto, ha aumentado la desigualdad; que se cercenaron los derechos laborales de los trabajadores; y, que el crecimiento reciente no habría sido posible sin altos precios de los minerales y sin una demanda externa sostenida. Nada de esto puede ser considerado un éxito y, sin embargo, Tanaka insiste, en que los «éxitos del neoliberalismo son evidentes».

Lo que hay de ciudadanía y virtud cívica en nuestro país, se desarrolla contra la fuerza y resistencia del neoliberalismo, contra el mercado desregulado y el interés privado que «arrincona a la virtud y solidaridad.
Félix Jiménez
Félix Jiménez
Opinión Economista Ph. D.
Profesor Principal PUCP
Extractivismo neoliberal, poder económico y corrupción.
 
Tanaka no refuta mis argumentos. Se le ha mostrado que el crecimiento reciente no es inédito; que cualquier tipo de crecimiento reduce la pobreza monetaria; que el atraso cambiario y la espectacular penetración de importaciones han afectado la competitividad y mercado interno de la manufactura; que se ha crecido con sueldos y salarios estancados y que, por lo tanto, ha aumentado la desigualdad; que se cercenaron los derechos laborales de los trabajadores; que la política de gasto afectó la calidad e infraestructura de la educación, la salud y la seguridad social; y, que el crecimiento reciente no habría sido posible sin altos precios de los minerales y sin una demanda externa sostenida. Nada de esto puede ser considerado un éxito y, sin embargo, Tanaka insiste en que los «éxitos del neoliberalismo son evidentes».

La apertura comercial indiscriminada, la apreciación monetaria y el contexto externo favorable acentuaron la especialización de la economía peruana en la producción y exportación de minerales, que “resultó” ser su principal ventaja comparativa. Se siguió la pauta neoliberal según la cual los países se especializan, no se diversifican. Ahora somos un país menos industrial y agrícola, y más exportador de minerales y productor de servicios de baja productividad. Pero, si se para el «motor externo», se para el «carro» del crecimiento. Por otro lado, el extractivismo primario exportador opera porque existen instituciones políticas extractivistas donde campea la corrupción. Estas instituciones facilitan la penetración del poder económico privado en todas las esferas de la administración gubernamental del Estado.

El extractivismo, el poder económico y la corrupción son enemigas del republicanismo. «La República –dice Pocock- resulta por completo imposible allí donde las oligarquías, los gentiluomini, adquieren demasiado poder. Con el poder de estas oligarquías, no puede haber gobierno libre». Cuando Tanaka dice que «los éxitos del neoliberalismo fueron escamoteados por sus componentes autoritarios y corruptos y ciertamente también por la debilidad de nuestras instituciones y valores republicanos», no parece entender que esos «componentes autoritarios y corruptos» son los que debilitan a las «instituciones y valores republicanos». 

Al respecto, Pocock, comentando los Discursos de Maquiavelo, dice: «Las instituciones dependen de la atmosfera moral y las mismas leyes que operan el bien en un pueblo no corrupto, producen efectos contrarios a los deseados cuando la corrupción se ha impuesto». Entonces, en una atmósfera corrupta, las instituciones públicas son penetradas por el interés privado; los gobernantes y políticos practican la impostura; las deberes públicos en los distintos poderes del Estado, se negocian; y, la ley no impide la arbitrariedad y los privilegios.

El neoliberalismo es anti-republicano
El neoliberalismo ha erosionado los fundamentos institucionales de la ciudadanía al desmantelar los estándares laborales y sociales básicos, y al fomentar la concentración del poder económico privado y su injerencia en el gobierno «disputándole al Estado su inalienable derecho a definir la utilidad pública». Con el neoliberalismo la democracia «representativa» se ha convertido en caricatura: «gobiernan los que no ganan las elecciones» (problema del agente-principal).

Por lo tanto, decir que «los éxitos del neoliberalismo han permitido que muchos peruanos sean más ciudadanos», es suponer «que es imposible percibir la luz, sin antes percibir la oscuridad». No hay manera de mostrar que el neoliberalismo ha ampliado la ciudadanía entre los peruanos. Se desmantelaron los derechos de los trabajadores, se generalizaron las prácticas clientelares en la competencia política, no hay derecho universal a la educación y la salud, se criminaliza la protesta social, no se respeta los derechos de los pueblos cuando se hacen concesiones mineras o petroleras y, los gobiernos elegidos practican la impostura y sirven a los grupos de poder.

El neoliberalismo, además, ha despolitizado y privatizado la vida pública. El interés privado domina sobre el interés público («la actividad pública es un instrumento al servicio de los fines privados»); hay asimetrías de poder en los mercados; no hay virtud cívica (los comportamientos individualistas menoscaban el «compromiso con el bien público»; no hay igualdad jurídica; y, los mecanismos de control de los gobernantes y la independencia de los poderes del Estado han sido dañados por la corrupción y los caudillos.

A modo de conclusión
Lo que hay de ciudadanía y virtud cívica en nuestro país, se desarrolla contra la fuerza y resistencia del neoliberalismo, contra el mercado desregulado y el interés privado que «arrinconan a la virtud y la solidaridad».

UCRANIA: INFORMACIÓN BÁSICA SITUACIONAL: BITACORA DE PERCY CAYETANO ACUÑA VIGIL.

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