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lunes, 19 de enero de 2015

Glosa de la obra de Pierre Bourdieu. El contexto de Lima.



  

...mientras que ver es exclusivamente quedarse con lo superficial de las cosas, mirar es tomar parte del objeto, de su propia alma, de su interior.

Pierre-Félix Bourdieu

Adjunto una glosa de la obra de Pierre Bourdieu.
Dr. Percy C. Acuña Vigil

Para mi es importante su obra porque como urbanista, planificador urbano y también arquitecto veo como se continua interviniendo nuestras ciudades en el nombre del seudo desarrollo que se ha impuesto.

No es simple abandono el que sufren nuestras ciudades sino una intervención diaria y pautada sin plan ni concierto, dejada al libre juego de los intereses.

La actualidad de la obra de Bourdieu es un faro que orienta y su obra es uno de los aspectos que considero de mayor valor epistemológico desde la Sociología para aquilatar y comprender en toda su dimensión la desidia a que está sometida la ciudad por parte de quienes con el aval de arquitectos e ingenieros pretenden validarla.

Ocurre que en el contexto local el desorden de la ciudad por la intervención impropia de arquitectos e ingenieros cada día es mayor. Esto viene ocurriendo por la vorágine del negocio en la ciudad, y éste dominado por la avaricia de quienes tienen por objetivo apropiarse de toda la plusvalía que se haya podido generar han logrado que se destruya todo instrumento de protección a la ciudad.

Es particularmente de importancia observar como hasta en donde se instruye a los gestores de la intervención sobre la ciudad, no deja de postularse valores de cómo se debe de actuar para apropiarse de los beneficios de intervenir en la ciudad y no de aquellos valores que promueven una intervención pertinente y adecuada que genere su desarrollo.

Ocurre que en los centros en donde se forma a arquitectos e ingenieros los vientos neo liberales están validando una formación venida a menos en donde la preocupación por defender la ciudad ha desaparecido, dejando paso a la apropiación de la gestión contraria a ella. 

Para validar sus objetivos se viene aplicando manierismos y formulas seudo asépticas con justificaciones puramente formalistas y sentimentaloides cuando no con máscaras aparentemente de carácter legaloide en donde todo lo que es el sujeto del estudio que reclama Bourdieu, aquí  hoy día está desapareciendo en su totalidad o ya lo está de facto.

Pierre-Félix Bourdieu: 

 (Denguin, 1 de agosto de 1930 – París, 23 de enero de 2002)

Ha sido uno de los intelectuales más influyentes de Francia durante la última mitad del siglo XX. La variedad de las temáticas que estudió y el intento de llevar a la práctica la construcción interdisciplinaria de diversos objetos de estudio evidencia su capacidad para hacer coincidir su producción intelectual con los problemas más relevantes de la sociedad y, en especial, de los sectores dominados. Realizó sus estudios en la École Normale Supérieure y en la Facultad de Letras de París.

En 1981, fue designado en el puesto académico más prestigioso de Francia, el Collège de France, con el título de Profesor Titular de Sociología, cátedra que dictó hasta su muerte en enero de 2002.

Fue uno de los más destacados representantes de la sociología de nuestro tiempo. Bourdieu  en su obra reflexiona sobre la sociedad, introduciendo y/o rescatando un conjunto de conceptos fundamentales  e investigando de manera sistemática sobre lo que desde su ojo crítico a simple vista suele parecernos algo trivial, como parte de nuestra cotidianidad.

Pierre Bourdieu al final de su vida se convirtió, por su compromiso público, en uno de los principales actores de la vida intelectual francesa. Su pensamiento ha ejercido una influencia considerable en la conciencia humana y social, especialmente en la sociología francesa después de la guerra. Bourdieu mismo caracterizó su modelo sociológico como "constructivismo estructuralista"; la problemática constructivista tiende a descifrar las realidades sociales como construcciones históricas cotidianas de actores colectivos e individuales que se sustraen del control de estos actores. Su sociología, trabajo revelador, no ha dejado de tener  críticos con visiones antagónicas en su mayoría de carácter de posición política que en mi concepto se invalidan solas.

Su obra está dominada por un análisis sociológico de los mecanismos de reproducción de jerarquías sociales. Bourdieu hace hincapié en la importancia de la diversidad cultural y simbólica en esta reproducción y critica la primacía otorgada a los factores económicos en las ideas marxistas. Él quiere hacer hincapié, en que la capacidad de los agentes en posición dominante para imponer sus producciones culturales y simbólicas juega un papel esencial en la reproducción de las relaciones sociales de dominación. Lo que Pierre Bourdieu llama violencia simbólica, que él define como la capacidad de hacer caso omiso de la arbitrariedad de la producción simbólica, y por lo tanto para ser aceptado como legítimo, es de gran importancia en su análisis sociológico.

El mundo social en las sociedades modernas, para Bourdieu, aparece dividido en lo que él llama campos. Parece, en efecto, que la diferenciación de las actividades sociales condujo a la creación de "sub espacios sociales", como el artístico o el campo político, que se especializan en el desempeño de una determinada actividad social. Estos campos tienen una autonomía relativa en la sociedad en su conjunto. Ellos son jerárquicos y una competencia dinámica proviene de las luchas sostenidas por los agentes sociales a ocupar las posiciones dominantes. Por lo tanto, como en el análisis marxista, Bourdieu hace hincapié en la importancia de la lucha y el conflicto en el funcionamiento de la sociedad. Pero para él, estos conflictos se llevan a cabo principalmente en distintos ámbitos sociales, enraizados en sus respectivas jerarquías, y se basan en la oposición entre los agentes dominantes y dominados. Para Bourdieu, el conflicto no se reduce únicamente a los conflictos entre las clases sociales en que se centra en el análisis marxista.

Pierre Bourdieu también ha desarrollado una "Teoría de acción", en torno al concepto de habitus, que ha ejercido gran influencia en las ciencias sociales. Esta teoría trata de demostrar que los agentes sociales desarrollan las estrategias, sobre la base de un pequeño número de disposiciones adquiridas por la socialización, el bien y el inconsciente, se adaptan a las necesidades del mundo social.

El trabajo de Bourdieu está ordenado en torno a una serie de conceptos rectores, entre otros: el habitus como principio de acción de los agentes, como el espacio de carreras de campo social y la violencia simbólica como mecanismo fundamental de la primera imposición de las relaciones de dominación.


Según Loïc Wacquant, [[1]] Pierre Bourdieu llegó a ser en los últimos años de su vida "el sociólogo vivo más citado en el mundo". Las reediciones en "poche" de la casi totalidad de sus textos en Francia, las traducciones numerosas a diversos idiomas, el éxito de ventas de los libros de la editorial Raisons d'agir, la aparición de su nombre y sus teorías en manuales, diccionarios, libros de texto y programas de cursos básicos o avanzados de sociología y otras disciplinas, la multiplicación de trabajos que asumen sus conceptos o se inspiran en algunos de sus planteos, la cantidad de páginas web y foros virtuales en que se discute su trabajo, el número de entradas diarias que éstos ostentan, no nos permite dudar sobre este punto:
Bourdieu se fue convirtiendo en una de las referencias más importantes en numerosos países, no sólo del campo de la sociología, sino que la influencia de su trabajo ha trascendido a todas las disciplinas y especialidades que a lo largo de su carrera fue tocando y de distinta manera al conjunto de las ciencias sociales. A esto se suma, desde 1995, concomitante con la multiplicación de sus intervenciones políticas y a la crisis y puesta en cuestión de la "globalización neoliberal", una creciente proyección internacional en el ámbito de la política y las luchas sociales.





Pierre Bourdieu


"Nada es más sorprendente para aquellos que consideran que los asuntos humanos con mirada filosófica que ver la facilidad con la que se rige la mayoría (la mayoría) por la minoría (los pocos) y observar la implícita sumisión con la que el hombre revoca sus propios sentimientos y las pasiones de sus líderes. Cuando nos preguntamos por qué medios lo asombroso se hace, nos encontramos con que, como la fuerza está siempre del lado de los gobernados, los gobernantes no tienen nada más que el apoyo de la opinión. Por lo tanto,  esta máxima se extiende a los gobiernos más despóticos y militares, así como al más libre y más popular”.

 "(David Hume en Pierre Bourdieu, Bourdieu, Seuil, colección Liber, 1997, p. 213)


Pierre Bourdieu


 "Il y a une ontologie rampante dans les sciences sociales et, s'agissant de la combattre, le modèle des modèles c'est évidemment Wittgenstein. Il y a mille usages possibles de Wittgenstein, mais un des plus utiles pour les spécialistes des sciences sociales, qui sont sans arrêt affrontés à des réifications de concepts (la famille, la nation, etc.), ce devrait être une sorte de réflexe professionnel de les soumettre à une critique que l'on peut associer à Wittgenstein."

Pierre Bourdieu, in Lire les sciences sociales. volume 3, 1994-1996, Hermes science, 2000. P.208
Pierre Bourdieu, en las ciencias sociales. Volumen 3, 1994-1996, Hermes Science, 2000. p.208
Pierre Bourdieu y la teoría del mundo social



Pierre Bourdieu, el sociólogo que escribía con luz 

En Madrid se está realizando una muestra fotográfica de alguien que no ha destacado precisamente como fotógrafo ya es noticia per se.
Dice una romántica teoría que las fotografías auténticamente buenas son las que le tocan a uno el alma, y no necesariamente las que ofrecen nitidez y color a raudales. Y Pierre Bourdieu era el ejemplo extremo de esta teoría: no sabía medir ni enfocar, no le gustaba revelar y apenas entendía su cámara fotográfica.

Bourdieu no era fotógrafo. O mejor dicho: era fotógrafo, pero malo. No cuidaba sus instantáneas como haría cualquier reportero; sin importarle encuadres, exposiciones o sensibilidad, retrataba a la gente, la sociedad, la vida… y luego se pasaba horas examinando el material resultante para sus investigaciones como sociólogo. No es la fotografía de un artista. Bourdieu hace un trabajo político y social del que la imagen fija forma parte. La fotografía no es el centro de su trabajo, sino un apéndice más. Perfectamente prescindible, pero altamente enriquecedor para el todo.

En su juventud Bourdieu trabajaba como profesor en Argelia y presenció los últimos coletazos de una guerra que acabaría con el país independizado de Francia. Pero a diferencia de los cronistas gráficos de la época, Bourdieu no buscó el morbo de la muerte ni la crudeza de la guerra; como buen sociólogo, retrató a una población civil que luchaba contra el capitalismo, renunciaba a sus raíces y abandonaba el campo para instalarse en los núcleos urbanos. No en vano, el lema de Bourdieu fue: "Ver para hacer ver, comprender para hacer comprender."


Racismo de clase



Antes de fallecer en 2002, el autor reflexionaba así sobre su trabajo: "En algunos casos, yo hacía las fotografías para poder recordar, para poder describir después. En otros casos, era una forma de mirar. Hay una sociología espontánea de la pequeña burguesía que ridiculiza a los que se van a hacer turismo con la cámara colgada al hombro y que terminan por no mirar los paisajes que fotografían. Siempre he pensado que se trata de racismo de clase."

Bourdieu también tuvo tiempo para criticar a los fotógrafos profesionales. Haciendo gala de su lado más social, el investigador se cuestionaba cómo era posible que los reporteros retratasen a la gente sin interesarse por su vida ni por sus circunstancias, trabajando "sin otro modelo que la categoría de lo pintoresco: tejedores en su oficio, mujeres volviendo de la fuente…"

Pierre Bourdieu; Jean-Claude Passeron, -, 2009

Los herederos: los estudiantes y la cultura (2ª ed.) Nº de páginas: 216 págs.



La construcción de poder y los mecanismos de dominación en el ámbito de la cultura son el eje de este célebre trabajo de los influyentes pensadores franceses. Y lo hacen empleando una metodología en la que converge la indagación empírica con la crítica política y social en un enlace de proporciones justas.

Valiéndose de estadísticas y estudios de campo, Pierre Bourdieu y Jean-Claude Passeron demuestran aquí que las instituciones escolares, lejos de afianzar los principios democráticos y formular posibilidades igualitarias, actúan otorgando títulos y reconocimiento a quienes pertenecen a sectores socioculturales y económicos privilegiados. Así, ponen en funcionamiento la exclusión de las clases más desfavorecidas o su estancamiento en ciertas disciplinas a partir de la restricción de elección. En este sentido, el sistema educativo reproduce y refuerza las desigualdades sociales de origen, a las que concibe como dones naturales irreversibles.

Pierre Bourdieu, Poder,derecho y clases sociales.Descellée de Brouwer, 2000. 244 págs.
Editorial: DESCLEE DE BROUWER




Este libro constituye una ocasión importante para reconstruir algunas de las claves básicas de la sociología de Bourdieu. Es parte necesaria de toda una obra dedicada a desvelar lo que el sentido común calla u oculta, a dar razón del orden social que se esconde tras el orden simbólico, a descubrir las diferentes formas de dominación de ese orden (incluida la jurídica). Para ello, Bourdieu ha ido elaborando un trabajo científico que, para romper con las premoniciones y los prejuicios de la visión dominante, debe construir sus propios instrumentos de análisis de la realidad social.



Obras principales

Pierre Bourdieu y Jean-Claude Passeron. Los Herederos. Los estudiantes y la cultura, Siglo XXI, 2008 (v.o. 1964).
Pierre Bourdieu, Jean-Claude Passeron y Jean-Claude Chamboredon. El oficio de sociólogo, Siglo XXI, 2002 (v.o. 1968).
Pierre Bourdieu, Jean-Claude Passeron. La Reproducción. Elementos para una teoría del sistema de enseñanza, Popular, 2001 (v.o. 1970).
Jean-Claude Passeron y Claude Grignon. Lo culto y lo popular. Miserabilismo y populismo en sociología y en literatura, La Piqueta, 1992 (v.o. 1989).
Jean-Claude Passeron. El razonamiento sociológico. El espacio comparativo de las pruebas históricas, Siglo XXI, 2011 (v.o. 1991).
Pierre Bourdieu y Jean Claude-Passeron. Fundamentos de una teoría de la violencia simbólica, en Bourdieu, Pierre y Passeron, Jean-Claude. La Reproducción. Elementos para una teoría del sistema de enseñanza, Libro 1, Editorial Popular, España, 2001. pp. 15-8
Pierre Bourdieu. - Sobre el poder simbólico, en Bourdieu Sobre el poder simbólico, Intelectuales, política y poder“
















[1] Loïc Wacquant:
Es profesor de Sociología en la Universidad de California, Berkeley, e investigador en el Centre de Sociologie Européenne en París. Es cofundador y past director de la revista interdisciplinaria Ethnography. Ha publicado varios trabajos sobre desigualdad urbana, dominación etnorracial, Estado penal y teoría sociológica, traducidos a una docena de idiomas. Entre ellos cabe mencionar Las cárceles de la miseria, El misterio del ministerio: Pierre Bourdieu y la política democrática y Repensar los Estados Unidos. Es autor, también, de Los condenados de la ciudad y, junto a Pierre Bourdieu, Una invitación a la sociología reflexiva, publicados por Siglo Veintiuno Editores.

jueves, 14 de agosto de 2014

Ciudades incongruentes: Geopolítica.




 Ciudades incongruentes: Tarifa, Ceuta y Melilla

Estas ciudades son un testimonio más de las inconsistencias e incongruencias  de la geopolítica actual. Tarifa es una ciudad española localizada  en las cercanías de Gibraltar sobre el estrecho, es un receptor diario de migrantes que buscan una alternativa a su estatuto humano.[1]



Melilla, ciudad española  en pleno territorio árabe, es un quiste que la debilidad del Estado marroquí hasta ahora no ha podido resolver, y que es diariamente acosada por migrantes que aprovechándose de la lenidad frente al problema de su ubicación, se convierte en puerta de entrada al continente europeo [2].



Ceuta es una ciudad autónoma de España, situada en la península Tingitana, en la orilla africana del estrecho de Gibraltar.
La finalidad de la conquista y pertenencia de los territorios en el norte de África a la Corona de España no era otro que la de servir de frontera para la expansión del Islam en el norte de África



Es precisamente a finales del siglo XIX, tras la pérdida de las últimas colonias españolas en América, cuando España redescubre el valor de sus posesiones fronterizas en el norte de África, considerándolas, mejor, volviéndolas a considerar como un medio de penetración en esta zona que se plasmará en la formación del Protectorado español en la zona norte de Marruecos.

Ceuta está enfrente de la base de Gibraltar, posee un buen puerto, una fortaleza en el monte Hacho que nos recuerda la importancia histórica de la ciudad, así como polvorines y depósitos de combustible.

Melilla está algo más alejada del Estrecho, pero a una distancia adecuada para poder constituir un activo de importancia en el control de los accesos orientales del Estrecho de Gibraltar. En su parte antigua, tiene también una fortaleza, posee un puerto aceptable, un aeropuerto con una pista de tamaño reducido, y depósitos de combustible. Los peñones e islotes están también fortificados. 


Hay que hacer notar que las misiones de vigilancia del Estrecho de estos territorios no son en la actualidad de tanta importancia como las que se realizan en Gibraltar, pero no cabe duda que constituirían un activo muy importante en manos de un país que pudiera permitir su utilización a los países del Pacto de Varsovia o que los utilizara para chantajear a los países de la OTAN, un juego que ciertamente no ha excluido el reino de Marruecos en alguna ocasión tras la independencia.

En este contexto deben encuadrarse los territorios españoles en el norte de África, que si bien, no cumplen las funciones que la base de Gibraltar o la base de Rota realizan en la actualidad, son unos activos cuya posesión por un país sometido a serias incertidumbres sobre su estabilidad futura, debilitaría la estabilidad de la zona del Estrecho tal como hasta ahora ha venido planeándose, y los presupuestos sobre los que el mundo occidental ha podido desarrollar sus actividades hasta el presente.

Sin embargo, este planteamiento choca con una realidad innegable, la vulnerabilidad de los territorios españoles en el norte de África.
Aparte de estas consideraciones hay que hacer notar la vulnerabilidad también de Ceuta y Melilla, sobre todo de esta última, que no posee un hinterland adecuado, fácilmente abatibles desde las alturas próximas.

Aquí se debe tener en cuenta el peligro de desestabilizar la monarquía marroquí, que sería la más perjudicada en una confrontación, y también la monarquía española, en caso de cesiones precipitadas.

Tambien esta la situación de la política exterior española, teniendo varios frentes abiertos, sobre la participación de España en la OTAN, estando en curso las negociaciones difíciles para la reducción de la presencia militar norteamericana en España y localizada sine die la negociación sobre la soberanía de Gibraltar.

Lo que resultaría desastroso es ceder unos territorios, por una mala política, teniendo empantanado el problema de Gibraltar. La solución del problema de Gibraltar no tiene por qué ligarse a la cesión de territorios. Los intereses estratégicos occidentales en el Estrecho de Gibraltar, hay que constatar, pasan por la permanencia de Gibraltar en manos británicas y la posesión por España de los territorios del norte de África. Otro asunto será prever cómo se desarrollará  Marruecos en el contexto geopolítico frente a las debilidades aludidas.

Tarifa
El nombre de la ciudad procede del árabe Al Yazirat Tarif o Isla de Tarif. Este nombre le fue dado en 710 a la isla que se encuentra frente a su costa al ser el lugar seleccionado por las tropas expedicionarias de Tarif, comandante de Tarik, en su primer desembarco en la península ibérica. Tras la conquista musulmana de la península ibérica en 711 se fundó en el emplazamiento actual de la ciudad una medina cuyo nombre llegaría al castellano bajo la forma de Tarifa.3 El gentilicio es tarifeño.
El centro histórico de la ciudad se encuentra situado en el interior de las murallas medievales, que se conservan prácticamente en todo el perímetro Las viviendas del casco antiguo presentan una arquitectura típica de los pueblos de Andalucía, con edificios encalados de una o dos plantas. Se mantiene en esta zona el trazado medieval de la ciudad con estrechas calles sin ordenación urbanística alguna. La zona extramuros de Tarifa se comenzó a urbanizar a partir de los años 1970

En 710 Tarif Abu Zara, comandante de Tarik, desembarcó en la Isla de Las Palomas y llevó a cabo una expedición por la costa norte del Estrecho con el objetivo de comprobar la envergadura de las fuerzas militares presentes. Tras constatar la ausencia de defensa informó a Tarik. Un año después 9.000 hombres desembarcaron en el peñón de Gibraltar y emprendieron la conquista de la península ibérica.
Durante sus primeros siglos de existencia, la recién fundada Al-Yazirat Tarif no pasó de ser una pequeña ciudad de pescadores. Pero a partir del siglo X comenzó a fortificarse la ciudad,

En 1147 fueron los Almohades los que, entrando a través del Estrecho de Gibraltar, se establecerían en toda la región hasta su declive tras la batalla de las Navas de Tolosa en 1212. En 1231 Tarifa pasó a depender de nuevo del Reino Taifa de Algeciras tras la expulsión de los Almorávides de la zona.

En 1273 el rey de Granada pidió ayuda a los benimerines del norte de África entregándoles las ciudades de Tarifa y Algeciras donde se hacen fuertes y comienzan la defensa de la frontera occidental del Reino de Granada con Castilla. La importancia estratégica de la plaza hizo que en 1292 se pusiera cerco a la ciudad y la rindiera el 21 de septiembre de ese mismo año.

Tarifa quedó entonces en manos castellanas. En 1340 pusieron de nuevo cerco a Tarifa las tropas benimerínes. Tarifa resistió el sitio hasta cuando llegaron al lugar las tropas de los reinos de Castilla y Portugal que obligaron a los sitiadores a replegarse hacia Algeciras y hacia la campiña tarifeña. El día siguiente, el grueso de las tropas castellanas y portuguesas acometieron contra las norteafricanas en las proximidades del río Salado, cerca de la ciudad, derrotándolas en la hoy conocida como Batalla del Salado.

Importancia geopolítica
A mediados del siglo X el mundo musulmán estaba enfrentado en luchas político-religiosas. Desde tiempos de Abderramán se fortificó los puertos de Melilla, Ceuta y Tánger, y se ordenó la construcción de un torre de vigía y defensa rodeada de muros en Tarifa como complemento al sistema impuesto contra una posible invasión proveniente de África. La misión de esta fortaleza consistiría, por tanto, en servir de potente atalaya desde la que se controlaría cualquier sorpresa para los dueños de esta orilla del Estrecho.

Con la posterior decadencia del poder musulmán, los castellanos irían ganando terrero en la Península. Desde comienzos del siglo XIII, tras la victoria de las Navas de Tolosa (1212) y la ocupación del valle del Guadalquivir, se planteaba la necesidad de dominar el Estrecho de Gibraltar con un doble objetivo: obstaculizar el tránsito de tropas entre el Norte de África y el reino nazarí de Granada y facilitar el tráfico comercial entre el Mediterráneo y el Atlántico. Así pues, la cuestión del Estrecho, es decir, la lucha entre castellanos, granadinos y norteafricanos por el dominio de esta zona, constituyó un factor esencial en la política de aquellos reinos durante dos largos siglos.

En ese contexto, para los monarcas castellanos, Tarifa tenía un valor estratégico militar extraordinario. Pero no sólo era cuestión de dominio territorial, sino también de símbolos. Y la posesión de esta ciudad representaría todo un símbolo, una muestra ejemplar de la efectiva superioridad del Cristianismo sobre el Islam.

La conquista de Tarifa en 1292 se enmarca en esa carrera por el dominio del Estrecho. En 1344, se recuperó la plaza para España. El impacto que tuvo la conquista de esta ciudad fue enorme en toda la Cristiandad, lo que le dio a Castilla un mayor protagonismo en la política no sólo peninsular, sino también europea.

Melilla es una ciudad autónoma de España, situada en el norte de África, a orillas del mar Mediterráneo. Se sitúa al noroeste del continente africano, frente a las costas de Granada y Almería. Se encuentra dispuesta en un amplio semicírculo en torno a la playa y el puerto, en la cara oriental de la península de cabo de Tres Forcas. El núcleo urbano originario era una fortaleza construida sobre un montículo peninsular de unos 30 m de altura.



Es parte de la región del Rif [3] y limítrofe con Marruecos. Está próxima a Argelia. También está incluida en la zona geográfica natural de Guelaya.
La ciudad y sus territorios se extienden sobre 12,5 km2 de superficie en la parte oriental del cabo de Tres Forcas. Presenta diversas particularidades fruto de su posición geográfica e historia, tanto en la composición de su población y sus actividades económicas, como en su cultura (fruto de la ejemplar convivencia de cristianos, musulmanes, judíos e hindúes).

Dispone de una fortaleza construida entre los siglos XVI y XVIII, con almacenes, aljibes fosos, baluartes, fuertes, cuevas, minas, capillas, una de ellas la única obra religiosa gótica de África y hospitales, que es la más completa de esta orilla del Mediterráneo, aparte de los fuertes exteriores, neo medievales construido a finales del siglo XIX.

El patrimonio arquitectónico de Melilla está considerado, junto con el de Barcelona y por encima del de Madrid y Valencia, como uno de los mejores exponentes del estilo modernista español de principios del siglo XX. Actualmente recibe diariamente una población flotante de los municipios marroquíes próximos a su hinterland que hacen que su población casi se duplique en algunas ocasiones.

Con la llegada de los árabes a partir del 680, la península de Guelaya se utilizó para continuar conquistando la antigua Hispania, al cruzar el Estrecho Tariq en el 711 y continuarían los árabes hasta el 732 en la antigua Hispania Septimana; el territorio permaneció abandonado hasta que a partir del siglo X fue recuperado por Abderramán III, quien mandó una flota desde Málaga en el 927 y creó la taifa de Melilla, integrándose así en el Califato de Córdoba y manteniendo estrechas relaciones con la Hispania musulmana de al-Ándalus.

La expansión de portugueses y castellanos en el norte del Reino de Fez durante el siglo XV culminó en 1497, que pasó a depender del Ducado de Medina Sidonia y a partir de 1556, de la corona española.

En 1860, con el Tratado de Wad-Ras, se establecieron los límites fronterizos de la ciudad con Marruecos, trazados hasta donde alcanzaban los disparos del cañón de "El Caminante", según lo estipulado en dicho tratado.
Durante el último tercio del siglo XIX y el primero del siglo XX, Melilla fue escenario de intermitentes enfrentamientos que desembocaron en el conflicto de la Guerra de Marruecos. Las sucesivas batallas de forzaron la alianza militar entre España y Francia que permitió la constitución del Protectorado español de Marruecos.

El establecimiento del protectorado tuvo efectos positivos en la economía de la ciudad, que se convirtió en la capital económica de la parte oriental.

Con la independencia de la zona francesa en 1956, no pudo evitar lo propio de la zona española debido a constantes disturbios. El Gobierno español reconoció la soberanía de Marruecos. En este reconocimiento oficial es en el que se basan las reclamaciones territoriales de Marruecos sobre Melilla y Ceuta no obstante las dos plazas y islas cercanas han sido partes integras del estado ibérico desde el siglo XV antes de la independencia de Marruecos y desde la implantación de la democracia en España en 1977 los sucesivos gobiernos democráticos han defendido la españolidad de la ciudad y se han negado a establecer negociaciones de ningún tipo sobre la soberanía de la ciudad.

Hasta 1995 era una comarca de la provincia de Málaga, fue en dicho año cuando la ciudad accedió administrativamente al estatuto de ciudad autónoma siendo a principios del siglo XXI uno de los motores económicos de la región rifeña, basado en su condición de puerto franco y los intercambios comerciales, a la par que centro de atención de los flujos migratorios de población africana hacia los territorios de la Unión Europea.




[1] Gibraltar ilustra también esta situación de inconsistencia y es un foco latente de conflicto.
BRAUDEL, J., .1976, El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época de Felipe II. F.C.E., , tomo 1.
BRAUDEL, F., .1987. El Mediterráneo. Espasa Calpe, Colección austral, Madrid, ,.
[2] http://www.cuentayrazon.org/revista/pdf/027/Num027_008.pdf
Geopolítica del Estrecho: http://www.tarifaweb.com/aljaranda/num21/art4.htm

[3] El Rif (en amazigh, Arrif y en árabe, الريف Ar-Rīf) es una región con zonas montañosas y zonas verdes del noroeste de África, con costa en el Mediterráneo, que abarca desde la región de Yebala hasta Kebdana (Nador) en la frontera con Argelia. Forma parte de España y Marruecos. Se trata de una región tradicionalmente aislada y desfavorecida. Sus habitantes son bereberes o amaziges, y árabes. El idioma materno de una parte de la población es el "tamazight rifeño" o tarifit, aunque mucha gente (principalmente los varones) habla también el árabe dialectal, el francés y el español, que constituyen las principales lenguas extranjeras, no hay que confundir la región del Rif con las montañas del Rif, que se extienden más allá de la región con el mismo nombre.

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