miércoles, 25 de septiembre de 2019

Qué es la "posverdad", el concepto que puso de moda el "estilo Trump"

Qué es la "posverdad", el concepto que puso de moda el "estilo Trump" en Estados Unidos




Sean Coughlan12 Enero 2017


AC Grayling dice que un mundo de posverdad amenaza el "tejido de la democracia"
Una palabra para definir "el mundo al revés" de la política.

En eso se ha convertido la "posverdad".

Fue la palabra del año, según el prestigioso diccionario de Oxford.
Y ha sido utilizada para tratar de explicar el instinto y la sensación anti-establishment que catapultó a Donald Trump a la presidencia de EE.UU. e hizo ganar al Brexit -la opción para salirse de la Unión Europea- en Reino Unido.

Por qué tantos comparan el triunfo de Donald Trump con el Brexit
Oxford la define como el fenómeno que se produce cuando "los hechos objetivos tienen menos influencia en definir la opinión pública que los que apelan a la emoción y a las creencias personales".

Pero, ¿qué significa esta nueva definición del mundo para los académicos y científicos que se ganan la vida tratando de establecer hechos objetivos?
"Todo es relativo... ya no existe la verdad", asegura Grayling.

El filósofo, humanista y pensador británico A.C. Grayling, quien hizo campaña por la permanencia de Reino Unido en la UE, contraria al Brexit, mira con horror la posibilidad de un mundo dominado por la posverdad.

Y hace una advertencia sobre la "corrupción de la integridad intelectual" y el daño "del tejido completo de la democracia".
Desde "el mundo estaría mejor con Saddam Hussein" hasta "Putin es un gran líder": el credo de Donald Trump en 21 frases

El origen
Pero, ¿de dónde viene la posverdad?
"El mundo cambió después de 2008", dice Grayling. Tras la crisis financiera, la política ha sido definida por un "tóxico" crecimiento de la desigualdad de ingresos.

Grayling asegura que la posverdad tiene su origen en la crisis económica de 2008.
Así como creció la brecha entre ricos y pobres, también aumentó un profundo sentido de disconformidad en la clase media, la que ha enfrentado un gran estancamiento en sus ganancias.

Con una corriente de resentimiento económico desatada, no es difícil "exaltar" las emociones sobre temas como la inmigración y sembrar la duda sobre los políticos establecidos, dice.

Otro ingrediente clave en la cultura de la posverdad han sido las redes sociales, asegura Grayling.

10 frases de Donald Trump en su tensa primera rueda de prensa desde que ganó las elecciones en EE.UU.

En ellas una opinión fuerte puede acallar evidencia.
Las redes sociales han contribuido al fenómeno.

"Todo el fenómeno de la posverdad es sobre: 'Mi opinión vale más que los hechos'. Es sobre cómo me siento respecto de algo", explica el filósofo.

"Es terriblemente narcisista. Y ha sido empoderado por el hecho de que todos pueden publicar su opinión".

"Todo lo que necesitas ahora es in iPhone", prosigue Grayling. "Y si no estás de acuerdo conmigo, me atacas a mí, no a mis ideas.

"Lograr articular una forma de ponerte en primera fila y lograr ser visto te convierte en una especie de celebridad".

"Noticias falsas"

Las "noticias falsas" se pusieron de moda tras la elección de EE.UU., luego de que el presidente electo acusara directamente a medios de publicarlas.

Ponte a prueba: ¿eres capaz de detectar si una noticia es falsa?
Grayling advierte que el problema es una cultura online incapaz de distinguir entre realidad y ficción.

¿Cambió Donald Trump las reglas de campaña?
"Si pones las palabras 'existió el...' en Google, lo primero que te saldrá es 'holocausto' y los vínculos te llevarán a versiones de que no ocurrió".

Este proceso es "corrosivo para nuestra conversación pública y para nuestra democracia" y advierte de una cultura donde unos pocos reclamos en Twitter tienen el mismo peso que una biblioteca llena de investigaciones.

Raíces intelectuales

Desde la filosofía, las raíces de la posverdad se encuentran en el posmodernismo y el relativismo.

"Todo es relativo. Se inventan historias todo el tiempo, ya no existe la verdad. Se puede ver cómo esto decantó directamente en la posverdad".
Esto ha "abierto la puerta" sin querer a un tipo de política que no se hace problema con la evidencia.

¿Pero acaso no ha sido siempre así en la batalla por las ideas?
"Post-truth" (Posverdad) fue una de las palabras del año de 2016 según el diccionario de Oxford.

Grayling relata la historia de Adlai Stevenson, representante liberal en la batalla presidencial de EE.UU. de 1952.

"Le dijeron: 'Señor Stevenson, cualquier ser pensante de EE.UU. votará por usted'. Y él respondió: 'Genial, pero necesito la mayoría'". Y perdió la elección.

Pero el filósofo argumenta que ha habido un vuelco significativo, más allá de las fronteras de la rotación electoral, hacia algo fundamentalmente diferente.
Lo ve desde una perspectiva histórica, explicando que el escenario internacional se parece a la era volátil e intolerante de los años previos a la Segunda Guerra Mundial.

"Hay varias similitudes incómodas con los años 30", comenta.
"Esa gente se dio cuenta de que no necesitas hechos, simplemente puedes mentir".

https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-38594515

viernes, 20 de septiembre de 2019

LA POSVERDAD: EL PAIS

LA POSVERDAD: EL PAIS


https://elpais.com/elpais/2017/05/28/eps/1495922709_149592.html

La mentira impera en la sociedad del conocimiento exaltando emociones y pensamientos sin fundamento. Analizamos algunas de las causas en las que se cimenta la ‘era de Pinocho’.

EN LA formidable película de Amenábar Los otros (2001) el espectador descubre que todo lo que parece pertenecer al feudo de los vivos es en realidad del reino de los muertos, y que todo lo que los personajes ven como apariciones o fantasmas son manifestaciones y puntos de contacto con el mundo de los vivos.

La protagonista, Grace Stewart, interpretada por Nicole Kidman, vive en una falsa verdad, alimentada solamente por lo que quiere creer: que sus hijos están vivos y que ella no los mató. Así que todo lo que confirme su creencia y apacigüe sus emociones será cierto, mientras que lo que amenace su estabilidad emocional y convicciones, por fuerza habrá de ser falso.

Así puede definirse, exactamente, la posverdad. El diccionario de Oxford ya lo ha incluido como un nuevo término: post-truth. La RAE todavía no, pero es probable que se acabe aceptando, dada su preponderancia en el lenguaje coloquial y, especialmente, en el mediático. La posverdad se resume en que la apariencia de los hechos es más relevante que los hechos en sí, aunque este tipo de creencias nos lleve a una falsedad.

Un eufemismo moderno de la mentira de siempre. Pero la gran cuestión es: ¿por qué le damos este nuevo nombre? ¿No estaremos, valga la redundancia, ocultando que posverdad es mentira? ¿De dónde viene tal temor? ¿Qué nos preocupa o asusta? Responderé desde cuatro perspectivas.

La primera es la tecnológica. Desde que en 2003 irrumpiera Second Life, el espacio virtual más famoso de la Red que permite al usuario inventarse una segunda vida en Internet, empezamos a experimentar cómo la tecnología nos permite vivir en mundos paralelos, que son reales y ficticios a la vez. Lo real y lo virtual se entremezclan. Las mentiras pueden resultar semiverdades en mundos imaginarios o paralelos.

De lo que no somos conscientes es de que, como sucede en la trama de Los otros, esos mundos están en contacto con el auténtico y que la posverdad que aceptamos de forma alegre y despreocupada en la vida virtual, tarde o temprano, se manifestará como lo que es, una falsedad con todas sus consecuencias.

El segundo motivo por el que preferimos hablar de posverdades y no de mentiras es la velocidad. En las redes sociales suelen aparecer titulares de noticias que todavía están sin contrastar. Leemos rumores y les concedemos toda la credibilidad. ¿Por qué? Porque sabemos que en cuestión de minutos u horas dispondremos de la información totalmente correcta. Y por eso le vemos sentido a permanecer atentos a la evolución de las inexactitudes. En otras palabras, prevalece la rapidez sobre la exactitud.

No nos importa que algo no sea cierto del todo mientras sea reciente. De hecho, parte del gran cambio en las reglas de la información es que aceptamos que un mensaje evolucione durante unas horas. Hemos acabado por aceptar que las noticias no sean exactas en el primer minuto. Pero preferimos posverdad en el minuto uno a la concreción exacta dentro de varias horas. El problema es que tampoco nos preocupa la validación de las cosas. El entretenimiento es seguir la apariencia de los hechos, no descubrirlos.

No nos importa que algo sea incierto en el minuto uno. El problema es que tampoco nos preocupa confirmar los hechos.

El tercer punto de vista tiene que ver con la pérdida de confianza en las instituciones que se viene observando desde el inicio de la crisis, y que ha acentuado la credibilidad en fuentes desconocidas, gente sin fundamento o diletantes sin experiencia sobre el asunto en cuestión. Cognitivamente buscamos la sorpresa continuada. Es decir, prestamos más atención a las cosas que nos llaman la atención independientemente de cuál sea su fuente y si esta tiene credibilidad o no.

En cuarto lugar, está el ansia por confirmar las propias creencias y sentimientos: la reducción de la disonancia cognitiva, que se ha convertido en un problema social, psicológico y educativo dada la información contradictoria que corre por Internet. A través de un buscador, cualquiera de nosotros puede encontrar información que confirme lo que piensa o siente. Y otra persona que piense y sienta lo opuesto encontrará los datos que confirmen las tesis contrarias.

Poco importa que se trate de un asunto científico o médico. ¿Quiere preocuparse por una enfermedad? Introduzca en el buscador, junto a la patología que sufre, la palabra “problemas” o “complicaciones”.

¿Quiere apaciguarse? Escriba, aparte de su dolencia, términos positivos. La proliferación de información contradictoria en grandes dosis propicia un déficit de criterio para el neófito en la materia que desemboca en la búsqueda de reducción de disonancia. Leeré aquello que confirme lo que pienso o lo que siento. Por eso preferimos hablar de posverdad. De llamarlo mentira estaríamos aceptando que son alimento de nuestra cabeza.

Conceptualizándolo así reducimos la disonancia que produciría reconocer el autoengaño. El problema es que este tipo de creencias exaltan la opinión en detrimento del verdadero conocimiento. El mundo es el que es. Real o virtual. Grace Stewart, Truman, Pinocho, no importa. El tiempo, tarde o temprano, pone a todo el mundo en su sitio. La posverdad morirá. Es solo cuestión de tiempo.

POSVERDAD: PERCY C. ACUÑA VIGIL

POSVERDAD: PERCY C. ACUÑA VIGIL





Posverdad 1​ o mentira emotiva es un neologismo 2​ que describe la distorsión deliberada de una realidad, con el fin de crear y modelar la opinión pública e influir en las actitudes sociales,3​ en la que los hechos objetivos tienen menos influencia que las apelaciones a las emociones y a las creencias personales.4​

En cultura política, se denomina política de la posverdad (o política posfactual)2​ a aquella en la que el debate se enmarca en apelaciones a emociones desconectándose de los detalles de la política pública y por la reiterada afirmación de puntos de discusión en los cuales las réplicas fácticas ―los hechos― son ignoradas. La posverdad difiere de la tradicional disputa y falsificación de la verdad, dándole una importancia «secundaria». Se resume como la idea en «el que algo aparente ser verdad es más importante que la propia verdad».5​

Para algunos autores la posverdad es sencillamente mentira (falsedad) o estafa encubiertas con el término políticamente correcto de «posverdad», que ocultaría la tradicional propaganda política 6 7 8  y el eufemismo de las relaciones públicas y la comunicación estratégica como instrumentos de manipulación y propaganda.9 10​

1. Simons, Ned (8 de junio de 2016). «Tory MP Sarah Wollaston Switches Sides in EU Referendum Campaign». The Huffington Post (en inglés). Consultado el 11 de julio de 2016.
2. Fundéu BBVA (17 de noviembre de 2016). «Posverdad, mejor que post-verdad». fundeu.es. Consultado el 1 de diciembre de 2016.
3. Amón, Rubén (17 de noviembre de 2016). «’Posverdad’, palabra del año». El País. Consultado el 1 de diciembre de 2016.
4. Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española (2014). «Posverdad». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). Madrid: Espasa. ISBN 978-84-670-4189-7.
5. Bassas, Antoni (17 de noviembre de 2016). «L'anàlisi d'Antoni Bassas: la postveritat». Diari Ara (en catalán).
6. Caro Figueroa, Gregorio (22 de noviembre de 2016). «Post-verdad, nueva forma de la mentira». Clarín. Consultado el 1 de diciembre de 2016.
7. Rouco, Francisco (28 de noviembre de 2016). «La posverdad se hace viral». Diario Bez.
8. Benegas, Javier (29 de noviembre de 2016). «Por qué la hipótesis de la "posverdad" es mentira». vozpopuli.com.
9. Rojas, Octavio (11 de diciembre de 2016). «¿Es la posverdad la "propaganda" de toda la vida?». Diario Bez.
10. Caparrós, Martín (30 de marzo de 2017). «La verdad de la posverdad». El País.

jueves, 19 de septiembre de 2019

Fowks. J. (2017). Mecanismos de la posverdad.

Fowks. J. (2017). Mecanismos de la posverdad.



Lima: Fondo de Cultura Económica.

El fenómeno de la posverdad ha adquirido mayor relevancia en las últimas décadas debido al desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), así como por el fácil acceso que tienen millones de personas a estas tecnologías. Es importante mencionar que las tecnologías no solo han simplificado diversos quehaceres, sino también, a través de las páginas web 2.0 y redes sociales (Facebook, Twitter y Youtube principalmente), han dado voz a aquellos que no pueden acceder a los grandes medios de comunicación (radio, televisión, prensa).

Por lo tanto, con este avance tecnológico tenemos a la prensa que usa los medios digitales para difundir noticias a la brevedad posible, líderes de opinión y políticos que manejan contenidos a través de estas plataformas y son rápidamente compartidos por miles de usuarios, ciudadanos que hacen de reporteros y periodistas, un tema que se hace tendencia y desplaza rápidamente a otros, etc.

Entonces, ¿por qué nos debe preocupar el fenómeno de la posverdad? Para responder esta pregunta, primero hay que conocer la definición de este término.

En 2016, el término posverdad (post-truth en inglés) apareció por primera vez en el Diccionario Oxford1   y lo define como un adjetivo vinculado a contextos en donde los hechos objetivos influyen menos en la formación de la opinión pública que aquellos hechos que apelan a la emoción y a la creencia personal. 

De esta manera, se habla de posverdad cuando un discurso carece de objetividad y veracidad, y más bien contiene elementos emocionales y creencias, tonándose de interés público.

Por tal razón, la periodista e investigadora Jacqueline Fowks señala en su libro la importancia de conocer estos mecanismos de los que se vale la posverdad para crear hechos supuestamente objetivos y aceptados por mayorías, y para difundir medias verdades. La autora hace una descripción de la sociedad peruana en la actualidad, afirma que hay una polarización de la opinión pública y de la sociedad debido a que existe una debilidad democrática y hay un aumento de la violencia e ilegalidad; este contexto es propicio para el desarrollo de la posverdad.


Letras 89(129), 2018 241
Reseñas

Existe también una lucha mediática, como señala la autora, en donde los medios de comunicación intentan defender “una verdad”, y estas relaciones no están exentas de intereses políticos y económicos.

Por el acelerado ritmo en que se vive en las sociedades contemporáneas, se empieza a dejar de lado las prácticas éticas, el juicio crítico, la búsqueda de evidencias y veracidad para, posteriormente, se creen ciudadanos pasivos que acepten cualquier tipo de contenido que carezca de valor trascendental, veracidad y objetividad, violando así su derecho a la información. Fowks sostiene en su libro que este estado de pasividad y ausencia de ciudadanos informados convienen a las élites y poderes fácticos, ya que conlleva a la manipulación y el mantenimiento de la dominación.

Así, los medios de comunicación sirven como herramientas para la legitimación de dichos poderes, y la autora pone como ejemplo que mientras se refuerza la idea de una región estable con crecimiento económico y fortalecimiento democrático, por otro lado se minimizan los problemas de la pobreza, desnutrición, derechos infringidos de los pueblos indígenas y de los pobres urbanos, falta de acceso a la justicia, discriminación y una ciudadanía precaria, acceso a deficientes servicios públicos de salud y educación, entre otros.

Asimismo, Jacqueline Fowks desarrolla el papel que deben cumplir los medios de comunicación en la sociedad; sin embargo, sostiene que los medios no cumplen con la función de promover ciudadanos informados sino que más bien sirven a intereses de ciertos poderes políticos y económicos.

La autora señala que los poderes formales o fácticos prohíben a los medios el acceso a ciertos lugares o deniegan información solicitada; también los medios contribuyen al silencio informativo al negar u omitir información, como fue en los casos de las desapariciones forzadas de personas en dictaduras o regímenes autoritarios. 


Letras 89(129), 2018 242
Reseñas

Por tal motivo, Fowks afirma que los medios de comunicación construyen el relato de los hechos de acuerdo con los intereses que persiguen y que los grandes grupos de poder suelen intervenir en esta construcción, dando como resultado que se creen narrativas distorsionadas de la realidad y basadas en emociones y prejuicios.

En su libro, Fowks advierte que las nuevas tecnologías han traído serias consecuencias a la labor periodística. Sostiene la autora que las empresas se han sumado a la novedad de hacer que sus usuarios o audiencias se conviertan en “periodistas ciudadanos” a través del envío de videos o fotografías por WhatsApp que serán publicados o transmitidos en sus páginas o canales; las empresas hacen estas prácticas para incrementar su productividad o tener más interacción con sus usuarios, engagement.

Esto ha traído como consecuencia una banalización de la información porque los ciudadanos no necesariamente conocen los criterios éticos para la producción de noticias de interés público. Una de las características de la posverdad es que convierte temas de poca trascendencia en temas de interés público, haciendo creer que la opinión pública está a favor o en contra de dicho  tema; por lo tanto, hay una manipulación de la opinión pública y, como afirma la autora, hay una falsa participación ciudadana.

En Mecanismos de la posverdad, Fowks expone cómo se planifica y fabrica una noticia falsa o una media verdad. Señala que primero se determinan los temas a tratar según la política editorial del medio, se esconden temas controversiales o que sean incómodos para ciertos grupos de poder, se usan eufemismos como por ejemplo usar ‘dinamización de la economía’ en lugar de ‘reactivación de la economía’, se procura difundir rápidamente verdades incompletas a partir de los conocidos tuits, se hace uso de falsedades fundamentadas en creencias y emociones, se apela a una “retórica del miedo” y los estereotipos como por ejemplo llamar terrorista a quien exige el respeto de sus derechos o participa en una huelga.

Estos mecanismos se refuerzan cuando existen grandes cantidades de información, como lo que sucede en Internet. En este caso, cualquier persona con acceso a Internet puede informar o desinformar; la inmediatez también es otra causa para que se desinforme.

Letras 89(129), 2018 243
Reseñas

Para el desarrollo de esta investigación es importante mencionar que la autora hace referencia a autores que desarrollaron teorías relacionadas con la comunicación y sociología, algunos son:
Teun Van Dijk, J. B. Thompson, Noam Chomsky, Bárbara Tuchman para indagar sobre la construcción de las noticias, relación con los grupos de poder y élites del periodismo; Michel Pêcheux y Rodrigo Alsina sobre producción de la noticia, su selección y jerarquización.

Para la metodología de Mecanismos de la posverdad, Jacqueline Fowks plantea analizar los cambios de la comunicación política en el proceso de producción, circulación y apropiación de las noticias. Además, investiga la relación de este proceso con los grupos de poder y el papel que cumple cada uno de los agentes que intervienen (instituciones públicas, empresarios, medios de comunicación, operadores, reporteros, ciudadanos, etc.).

Para el desarrollo del tema, la autora se basa en el ejercicio del periodismo, análisis del discurso de los medios y las noticias, enfoques de la sociología y la ciencia política. Con base en ello, analiza los casos peruanos y latinoamericanos donde se evidencia un control y manipulación de los contenidos para tergiversar los hechos o dar por sentado medias verdades: 

debates electorales en Perú ocurridos a partir de 2009; hechos que recuerdan los años de violencia en el país (1980-2000); noticias sobre los conflictos sociales en donde se confrontan los intereses económicos y empresariales y los derechos de pueblos indígenas y comunidades campesinas; la campaña del No en el referéndum del acuerdo por la paz en Colombia; desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, México; uso del término “terrorista” para designar a los mapuches como responsables de los disturbios en Chile.

De este modo, el presente libro abre el diálogo sobre qué y cómo es lo que se está informando a la sociedad, si los medios de comunicación cumplen con el rol de informar objetivamente y pone en evidencia la intromisión de ciertos poderes políticos y económicos al momento de construir noticias según determinados intereses. Por esa razón, es importante identificar los mecanismos que constituyen un hecho de posverdad, tal cual la autora lo expone para eliminar prejuicios y garantizar una ciudadanía más informada. 

De acuerdo con la autora, queda el  compromiso de investigar para entender por qué millones de personas creen o son proclives a creer en las versiones manipuladas, sesgadas o falsas.

Letras 89(129), 2018 244
Notas 1 Oxford Dictionaries. (2016). Oxford Dictionaries Word of the Year 2016 is… 

Recuperado
de https://bit.ly/2kHCyIE
Valeria Saavedra-Vásquez

Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima, Perú

Contacto: diana.saavedra@unmsm.edu.pe
https://orcid.org/0000-0002-2748-2172

lunes, 9 de septiembre de 2019

Dominic Cummings: Estratega del BREXIT



Dominic Cummings


Qualifié de "psychopathe carriériste" par David Cameron, il a aussi déjà été comparé à Steve Bannon, l'ex-conseiller controversé du président américain Donald Trump.

L'un des hommes les plus puissants du Royaume-Uni se balade en jean et t-shirt. Au soir de son intronisation comme Premier ministre, Boris Johnson est photographié dans le hall du 10, Downing Street, entouré de membres de son nouveau cabinet, endimanchés. Dans le fond à droite, un homme mince à la calvitie avancée applaudit, vêtu d'un t-shirt gris et d'un jean foncé. Un cameraman emporté par sa ferveur ? Non. Dominic Cummings, 47 ans, est le nouveau conseiller spécial de Boris Johnson. 

L'homme "s'habille comme un sac pour bien montrer son mépris du pouvoir", estime le site d'information britannique, Reaction. 

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Depuis, le cerveau de la campagne en faveur du Brexit, qui n'a jamais pris sa carte au parti conservateur, a troqué son t-shirt contre une chemise froissée et une éternelle doudoune sans manche. S'il reste discret, son influence auprès de "BoJo" ne fait que grandir.  

Un "psychopathe carriériste"

Depuis l'arrivée au pouvoir de l'ancien maire de Londres en juillet, Dominic Cummings est à l'origine d'une série de licenciements d'assistants ministériels pas assez pro-Brexit à son goût, y compris la conseillère du ministre des Finances Sajid Javid, sans que ce dernier en soit informé à l'avance. À son tableau de chasse récent, le quadragénaire peut aussi accrocher l'annonce faite par Boris Johnson de suspendre le Parlement jusqu'à mi-octobre. 

Qualifié de "psychopathe carriériste" par l'ancien Premier ministre conservateur David Cameron, il a aussi déjà été comparé à Steve Bannon, l'ex-conseiller controversé du président américain Donald Trump.  

LIRE AUSSI >> Royaume-Uni : les élections anticipées, ultime espoir d'une sortie de crise ? 

"Nous avons déjà eu des chefs de gouvernement qui étaient très proches de leurs conseillers, mais jamais de personnes qui semblent autant contrôler le travail des ministres. Il se comporte comme un vice-premier ministre. C'est comme si le Royaume-Uni était gouverné par quelqu'un qui n'a pas été élu", s'inquiète dans Le Monde Tim Bale, professeur de science politique à l'université Queen Mary, à Londres. 

Son rôle est tel qu'il lui a valu un téléfilm, diffusé en janvier sur Channel 4, Brexit : The Uncivil War. Dominic Cummings, interprété par Benedict Cumberbatch, est dépeint en agitateur déployant des tactiques tirées de L'art de la guerre de Sun Tzu. 

Un russophile à la formation prestigieuse

Né en 1971 à Durham, dans le nord de l'Angleterre, d'un père gestionnaire d'un projet de plateforme pétrolière et d'une mère institutrice, Dominic Cummings fréquente une école privée puis la prestigieuse université d'Oxford. Russophile, passionné par l'écrivain Dostoïevski, il vit en Russie durant trois ans après ses études, où il contribue, dans les années 1990, au lancement d'une compagnie aérienne qui ne décolle pas. 

De retour au Royaume-Uni, il fait ses armes en politique en menant plusieurs campagnes, notamment contre l'adoption de l'euro. En 2002, il est nommé directeur de la stratégie du Parti conservateur, mais il quitte ses fonctions huit mois plus tard, jugeant "incompétent" le chef des Tories de l'époque, Iain Duncan Smith. Il devient ensuite conseiller spécial du ministre de l'Éducation, Michael Gove, devenu entre-temps le bras droit de Boris Johnson. 

Le stratège de la campagne pro-Brexit

Directeur de la campagne pro-Brexit "Vote Leave", il joue un rôle décisif en menant une campagne active basée sur les réseaux sociaux et la collecte de données personnelles. Les méthodes de "Vote Leave" ont été mises en cause depuis, en particulier l'utilisation de slogans trompeurs et de publicités politiques ciblées.  

Après ce dernier, il se retire pendant deux ans et demi "dans un bunker dans la ferme de Durham qu'il codétient avec son père - et qui a bénéficié de 20 000 euros par an de subventions européennes", détaille L'Obs. Là, il écrit frénétiquement sur son blog, estimant par exemple que le Royaume-Uni traverse "une crise unique sur cinquante ou cent ans" dont il faut profiter "pour changer des choses normalement immuables".  

En mars, Dominic Cummings est reconnu coupable d'outrage au Parlement pour avoir refusé de comparaître devant une commission enquêtant sur la diffusion de fausses informations pendant la campagne - ce qui pousse aujourd'hui plusieurs députés à questionner son accès au Parlement, rapporte le Guardian. 

Il reste d'ailleurs très impopulaire, y compris dans son camp. Mardi encore, l'ancien ministre conservateur des Finances Philip Hammond, opposé à une sortie de l'Union européenne sans accord, a lancé sur la BBC à son encontre une critique à peine voilée, dénonçant "les nouveaux venus", ceux qui font de l"'entrisme" et "essaient de transformer" le Parti conservateur pour le rendre moins ouvert à différents courants politiques. Une critique qui a probablement peu touché Dominic Cummings, qui en a vu d'autres. 

https://www.lexpress.fr/actualite/monde/europe/dominic-cummings-le-stratege-du-brexit-devenu-l-ombre-de-boris-johnson_2096594.html?utm_medium=Social&utm_source=Facebook&Echobox=1568030411&fbclid=IwAR2kfCE2z1EiJKMyVgt2KXC8N8KSOogq1lIfIqTt8ojSNuPwzGwOaFyIn6s#xtor=CS3-5076

Dominic Cummings



Descrito como "psicópata profesional" por David Cameron, también ha sido comparado con Steve Bannon, el controvertido ex asesor del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.

Uno de los hombres más poderosos del Reino Unido camina en jeans y camiseta. En la noche de su inducción como primer ministro, Boris Johnson es fotografiado en el vestíbulo de 10 Downing Street, rodeado de miembros de su nuevo gabinete, vestido con el mejor atuendo del domingo. En el fondo a la derecha, un hombre delgado con calvicie avanzada aplaude, vestido con una camiseta gris y jeans oscuros. ¿Un camarógrafo que se deja llevar por su fervor? No. Dominic Cummings, de 47 años, es el nuevo asesor especial de Boris Johnson. El hombre "se viste como una bolsa para mostrar su desprecio por el poder", dice el sitio de noticias británico Reaction.

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Desde entonces, los cerebros de la campaña Brexit, que nunca tomó su tarjeta del partido conservador, cambiaron su camisa por una camisa arrugada y una eterna chaqueta sin mangas. Si permanece discreto, su influencia con "BoJo" solo aumenta.

Un "psicópata profesional"

Desde que el ex alcalde de Londres llegó al poder en julio, Dominic Cummings ha estado detrás de una serie de despidos de asistentes ministeriales que no son lo suficientemente pro Brexit, incluido el asesor del Ministro de Finanzas. Sajid Javid, sin que este último sea informado de antemano. En su reciente persecución, el hombre de cuarenta años también puede enganchar el anuncio de Boris Johnson de suspender el Parlamento hasta mediados de octubre.

Descrito como un psicópata profesional por el ex primer ministro conservador David Cameron, también ha sido comparado con Steve Bannon, el controvertido ex asesor del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.

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"Ya hemos tenido jefes de gobierno muy cercanos a sus asesores, pero nunca personas que parecen tener tanto control sobre el trabajo de los ministros. Se comporta como un viceprimer ministro. Es como si el Reino Unido fuera gobernado por alguien que no fue elegido ", le preocupa a Le Monde Tim Bale, profesor de ciencias políticas en la Universidad Queen Mary de Londres.

Su papel es tal que ganó una película de televisión, transmitida en enero en Channel 4, Brexit: The Uncivil War. Dominic Cummings, interpretado por Benedict Cumberbatch, es retratado como un agitador que despliega tácticas de The Art of War de Sun Tzu.

Un rusófilo con una formación prestigiosa.

Nacido en 1971 en Durham, en el norte de Inglaterra, Dominic Cummings, padre gerente de un proyecto de plataforma petrolera y madre maestra, asistió a una escuela privada y luego a la prestigiosa Universidad de Oxford. 

Russophile, fascinado por el escritor Dostoievski, vive en Rusia durante tres años después de sus estudios, donde contribuye, en la década de 1990, al lanzamiento de una aerolínea que no despega.

De vuelta en el Reino Unido, se abrió paso en la política al realizar varias campañas, incluso contra la adopción del euro. En 2002, fue nombrado director de la estrategia del Partido Conservador, pero dejó el cargo ocho meses después, juzgando al líder tory "incompetente" Iain Duncan Smith en ese momento. Luego se convierte en Asesor Especial del Ministro de Educación, Michael Gove, quien desde entonces se ha convertido en la mano derecha de Boris Johnson.

El estratega de la campaña pro-Brexit



Director de la campaña pro-Brexit "Vote Leave", juega un papel decisivo en el liderazgo de una campaña activa basada en las redes sociales y la recopilación de datos personales. Los métodos de "voto de licencia" se han puesto en duda desde entonces, en particular el uso de eslóganes engañosos y anuncios políticos dirigidos.

Después de esto último, se retiró durante dos años y medio "en un búnker en la granja de Durham que es copropietario de su padre, y que recibió 20.000 euros por año en subsidios europeos", detalla L'Obs. Allí, escribe frenéticamente en su blog, estimando, por ejemplo, que el Reino Unido atraviesa "una sola crisis durante cincuenta o cien años" de la que es necesario obtener ganancias "para cambiar las cosas normalmente inmutables".

En marzo, Dominic Cummings se encuentra en desacato al Parlamento por negarse a comparecer ante una comisión que investiga la divulgación de información falsa durante la campaña, lo que está presionando a muchos parlamentarios hoy para cuestionar su acceso al Parlamento, informa The Guardian. .

Sigue siendo muy impopular, incluso en su campamento. El martes, el ex ministro de Finanzas conservador Philip Hammond, opuesto a una salida de la Unión Europea sin un acuerdo, lanzó una crítica apenas velada de la BBC en su contra, denunciando a "los recién llegados", aquellos que La "entrada" y el "intento de transformar" al Partido Conservador para hacerlo menos abierto a las diferentes corrientes políticas.

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