lunes, 14 de noviembre de 2016

Trump, Poutine, Merkel, Hollande: Dirigentes que encubren síntomas de un futuro avenir político.



Trump, Poutine, Merkel, Hollande: Dirigentes que encubren síntomas de un futuro avenir político. 




Colosales fuerzas históricas hacen romper los diques del sistema oligárquico.

En la elección de Donald Trump, los norteamericanos sorprendieron. Sin embargo, sólo han llegado de nuevo a su verdadera identidad: en lugar de una mujer caricaturescamente globalista y "moderna", eligieron a un vaquero americano, un macho tosco, adepto del puñetazo popular, un héroe Hollywoodiense a lo John Wayne, luchando, pistola en la mano, contra bandidos mexicanos u oligarcas corruptos venidos de las ciudades. Esta vuelta a los mitos fundacionales también se nota en la mayoría de los otros poderes históricos.

Así, en el Reino unido, la elección de Theresa May - una mujer-, como Primer ministro absolutamente no corresponde al conformismo feminista actual sino a la resurgencia del alma británica, Un país que se hizo una potencia superior bajo el reinado de la reina Elizabeth en el siglo XVI, que conoció su apogeo en la época de la reina Victoria y que, por última vez, había sido respetado bajo la férula de otra mujer, Margaret Thatcher, en los años 1980. La conservadora pro - Brexit Theresa May es bien pues, a pesar de su delicadeza, tan British, una figura parecida  a Donald Trump, una encarnación de la nación británica renaciente.

A las puertas de Europa, Vladimir Putin y Recep Erdogan encarnan a su manera la resurgencia de la tradición imperial y autoritaria de Rusia y de Turquía. Son dos descendientes simbólicos de los zares rusos y de los sultanes otomanos que apoyan su popularidad sobre una vuelta a las tradiciones marciales y a las raíces religiosas de su patria: El cristianismo ortodoxo para Poutine, el Islam sunita para Erdogan. En la India, también, Narendra Modi, el Primer ministro, es un nacionalista que se apoya en el despertar del hinduismo y, en China, Xi Jinping, aunque secretario general del Partido comunista, evoca la fuerza y el patriotismo del emperador Ming.

En este gran despertar de los pueblos, las potencias de Europa continental parecen tardías. Por cierto, el éxito de Viktor Orbán en Hungría y la victoria anunciada por Norbert Hofer en Austria sugieren la resurgencia del Imperio austro-húngaro, pero en cuanto a Alemania y de Francia, el cuadro es abrumador.

Aquí, ningún jefe carismático que encarna las fuerzas profundas de la nación, pero dos figuras que encarnan las fuerzas modernas y mórbidas del odio de los suyos: Ángela Merkel y François Hollande. Ángela Merkel, mujer sin edad, sin gracia y sin infancia, le evoca sólo el suicidio demográfico y moral de la Alemania liberal-protestante. Creyendo expiar los crímenes del totalitarismo nazi, entrega su pueblo al totalitarismo islamista. Los éxitos del AID dejan pensar que una parte del pueblo niega la eutanasia dulce que se le propone, pero no podemos excluir que el nazismo definitivamente hubiera matado el alma alemana. Si es el caso, Alemania desaparecería de la Historia con su canciller, aunque sus patronos y sus empresas continuarían prosperando.

En Francia, no es necesario epilogar para comprender que François Hollande encarna magníficamente " el suicidio francés ", o más bien el homicidio cometido por las élites.

Sin embargo, en el país profundo, el fuego se incuba, fuerzas históricas colosales hacen romper los diques del sistema oligárquico. El pueblo, muertos gloriosos y vivos reunidos, aspira a confiar las riendas del país a uno de estos dirigentes de excepción con los que la Historia nos gratificó tan a menudo.

Cuando las consecuencias trágicas de las políticas llevadas desde hace 40 años se habrán hecho hasta manifiestas para los más ingenuos, posiblemente veamos surgir un verdadero jefe. ¿ Tomará la cara de una joven chica como Juana d' Arc, de un general audaz como Bonaparte o de Gaulle, o bien será de nuevo una figura totalmente imprevisible? Esperemos que no tengamos que esperar demasiado para conocer la respuesta.

Publicación de referencia: Red Voltaire: 
Trump, Poutine, Merkel, Hollande : des dirigeants si symptomatiques.
http://www.bvoltaire.fr/francoisfalcon/trump-poutine-merkel-hollande-des-dirigeants-si-symptomatiques,293774
La traducción al castellano es personal. 


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