lunes, 1 de junio de 2015

Cómo no ser un Estado Fallido más.


Cómo no ser un Estado Fallido más.

Percy Cayetano Acuña Vigil

Cómo no ser un Estado fallido más
31 de mayo: Que es lo nuevo que me interesa.

El término Estado Fallido es empleado para describir un Estado soberano que, se considera, ha fallado en la garantía de servicios básicos. Con el fin de hacer más precisa la definición, el centro de estudio Fund for Peace ha propuesto los siguientes parámetros:

Pérdida de control físico del territorio, o del monopolio en el uso legítimo de la fuerza.
Erosión de la autoridad legítima en la toma de decisiones.
Incapacidad para suministrar servicios básicos.
Incapacidad para interactuar con otros estados, como miembro pleno de la comunidad internacional.

Por lo general, un Estado fallido se caracteriza por un fracaso social, político, y económico, caracterizándose por tener un gobierno tan débil o ineficaz, que tiene poco control sobre vastas regiones de su territorio, no provee ni puede proveer servicios básicos, presenta altos niveles de corrupción y de criminalidad, refugiados y desplazados, así como una marcada degradación económica.

En un sentido amplio, el término se usa para describir un Estado que se ha hecho ineficaz, teniendo sólo un control nominal sobre su territorio, en el sentido de tener grupos armados desafiando directamente la autoridad del Estado, no poder hacer cumplir sus leyes debido a las altas tasas de criminalidad, a la corrupción extrema, a un extenso mercado informal, a una burocracia impenetrable, a la ineficacia judicial, y a la interferencia militar en la política.

Consideramos que todos estos indicadores se aplican.  Es el estado ideal para quienes hacen "negocios" .

La comedia presidencial
Los entretelones de la comedia de la pareja presidencial con el personaje del momento haciendo "negocios" son un indicador más que apunta a configurar una situación indeseable.

Este personaje encarna el modus de muchos otros que lo consideran natural. Sin embargo da pie a  afirmaciones que van tejiendo una leyenda que contribuye a crear esta atmosfera enrarecida de un nuevo Macondo.

Esta situación no deja de estar en el fondo articulada por un tipo de noticia que no ha encontrado mejor manera de vender sino a base del escándalo diario y a la creación de una exasperante situación de que no hay salida al cumulo de problemas de seguridad y de corrupción.

Lo central, además de esta situación folklorica, se encuentra en la situación de descredito en que se encuentra la justicia. Su credibilidad esta en juego pues parecería que pocos creen en ella. Un país en el que su justicia no recibe la confianza de sus ciudadanos es más que preocupante.

La visión criolla liberal
También me interesa observar cómo se construye la visión liberal de que aquí se desaprueba al Estado. Desde el corazón del conservadurismo se viene construyendo sistemáticamente esta  falsa profecía. Se quiere vender la idea de que decir Estado es igual a decir corrupción.

En esta línea el mensaje subliminal asociado es el de descalificar también a la religión y a sus ministros. Ya los partidos políticos han sido criticados en extenso y en esencia han dejado de ser importantes para esta visión liberal, queda ahora también desaparecer a la religión.

Sin partidos políticos, sin religión y sin familia están sólidamente configuradas las bases para sostener un país inviable.

Ecos tercer mundistas de la inseguridad
También me interesa observar a nivel del día a día cómo la gente prefiere cercar todo, calles y plazas buscando seguridad, mientras los pulpines creen que lo mejor es que todo este sin rejas; este mejor se asocia con que cada uno haga lo que quiere.

Aquí en el fondo se encuentra el hecho de que no se sabe y no se quiere proteger a la población de la delincuencia común. Aquí el drama es que ni la sociedad civil ni el Estado desean actuar porque este en última instancia es un problema que implica actuar.

La realidad simple es que nadie quiere actuar, nadie quiere actuar porque no hay confianza en el Estado, ni menos en la sociedad misma.

La visión provinciana del tercer mundo
Este es otro de los componentes que sigue creciendo aupado por esta aparente visión conservadora, que en realidad es la visión más arcaica que se puede desear, pues configura el hecho de que aquí no puede haber alguien que sienta orgullo por que el otro destaque.

Esta situación parecería ha devenido en la marca de fábrica de un Estado fallido.

Esta inviabilidad podría referirse al cuestionamiento del Estado como alternativa posible tal como Adam Smith [[1]] y John Locke [[2]] lo plantearon, y como las sociedades modernas así lo están entendiendo.

Aquí parecería es impensable hoy un Estado protector y las asociaciones protectivas prácticamente no existen. Con un Estado que no protege a sus ciudadanos y una carencia de sistemas efectivos de protección individual, no hay lugar para pensar en la viabilidad efectiva del país. La realidad hace que cada uno tenga que resolver esta situación empleando los medios que tenga a su alcance. Aquí es que nace la informalidad del país.

En este contexto consideramos de utilidad revisar el trabajo de Robert Nozick: Anarquía, Estado y Utopía, en donde se discute la concepción del Estado y la justicia distributiva. [3]

Comparto la nota de Daniel Rodriguez Herrera sobre el texto de Nozick

Los individuos tienen derechos, y hay cosas que ninguna persona o grupo puede hacerles sin violar esos derechos.

Robert Nozick
Con este libro, Robert Nozick se convirtió en el principal defensor teórico del liberalismo en las cátedras americanas, gracias a su posición en la Universidad de Harvard. Una obra polémica, pues criticaba posturas tanto de la corriente central del pensamiento en filosofía política, básicamente intervencionista, como de las posturas más extremas del liberalismo, las del anarcocapitalismo.

En la primera parte del libro, Nozick parte del estado de la naturaleza de Locke para mostrar como se formaría un Estado mínimo, que es aquel que sólo se encarga de las tareas de seguridad y justicia, a partir de él, por medio de un proceso de "mano invisible". Indica que si existiera un modo en que una forma mínima del estado pudiera surgir sin coacción, todo Estado que tuviera esa forma estaría justificado. No obstante, el proceso que ofrece parece contener varias lagunas, que han sido ampliamente criticadas por Rothbard y sus discípulos.

La segunda parte es una crítica a toda idea del estado más allá del mínimo defendido previamente y es quizá la más conocida fuera del ámbito libertario. Se consideró la respuesta a la Teoría de la Justicia de John Rawls, la obra más importante de filosofía política en ese momento. Esta parte es más brillante que la anterior y contiene argumentos muy valiosos. Explica, por ejemplo, hasta que punto el objetivo de mantener los ingresos de los ciudadanos bajo una pauta específica obligaría a violar continuamente los derechos de éstas. O cuan ridícula queda la igualdad de oportunidades cuando se traslada a ámbitos distintos del económico. O cómo el velo de ignorancia propuesto por Rawls podría producir un principio de justicia retributivo o, incluso, uno de justicia distributiva inversa, del mismo modo y bajo los mismos supuestos que obligarían a tomar la justicia distributiva o social.

Por último, la tercera explica que su idea de Estado mínimo, al no entrometerse más que en los casos de violación de los derechos individuales, podría considerarse como un marco de utopías, en el que un grupo de ciudadanos no tendría impedimentos en unirse para formar pequeñas sociedades bajo los principios religiosos o políticos que consideren más convenientes. El marco podrá ser de mercado libre, pero las distintas comunidades podrían escoger serlo o no. De hecho, podría darse que ninguna quisiera serlo, pero lo importante es que esa opción exista. Esta idea podría emplearse por otros modelos políticos, como el anarcocapitalismo o la democracia celular de Foldvary.

En definitiva, lo mejor y más aprovechable del libro de Nozick es su crítica al socialismo, en la que se puede incluir su propuesta de marco de utopías. Al fin y al cabo, un socialista honrado, que crea que su sistema es mejor, debería permitir libertad y competencia entre ellos. El que ningún teórico socialista desee ese marco es la mejor prueba contra sus teorías.


R. Nozick hace referencia al trabajo de J. Locke en su texto. Aquí refiero algunas de las  ideas básicas sobre el punto.

En el Segundo Tratado Locke define el poder político como el derecho a hacer leyes para la protección y regulación de la propiedad. En su opinión, estas leyes sólo funcionan porque las personas los aceptan y porque son para el bien público. Locke afirma que todos los hombres están originalmente en un estado de naturaleza. Un hombre en este estado original está obligado por las leyes de la naturaleza, pero actúa de otra manera poder vivir, actuar, y disponer de sus bienes a su antojo. Más importantes, los seres humanos, libres de las leyes arbitrarias de otros hombres, tienen la obligación de proteger los intereses de los demás, ya que son todos igualmente hijos de Dios. También tienen la obligación de castigar a los que van en contra de la voluntad de Dios y tratar de dañar a otro por poner en peligro su vida, libertad o posesiones.

Los primeros capítulos del Segundo Tratado revelan algunas de las creencias básicas de Locke sobre la naturaleza humana. Ciertos problemas surgen necesariamente en un estado de la naturaleza, como el hecho de que algunas personas siempre van a hacer la guerra o entrar en conflicto entre sí, robar el uno del otro, actuar de forma agresiva hacia los demás, y así sucesivamente. Pero Locke cree firmemente que todas las personas tienen la capacidad de usar la razón para encontrar el camino moral correcto. Él insiste en que somos lo suficientemente racionales para saber lo que es nuestro mejor interés. La creencia en esta capacidad universal es esencial para su propuesta de gobierno.

Locke cree que las personas crean voluntariamente sociedades y gobiernos en todo el mundo porque el gobierno proporciona ciertas cosas que el estado de naturaleza no puede, al igual que la protección y estabilidad. Para Locke, el mantenimiento de la libertad personal es la clave para un gobierno adecuado, que debe trabajar hacia el individuo y de los mejores intereses de la ciudadanía en todo momento.

El Segundo Tratado expresa aún más enfáticamente que la clave para todas las teorías políticas de Locke es la propiedad y el derecho a la propiedad individual de las mercancías. Locke no trata directamente la importancia de la propiedad hasta el capítulo ix, pero una vez que lo hace, la propiedad se convierte rápidamente en el centro de su modelo de gobierno.

Después de todo, dice Locke, la razón principal de que las personas se unen para formar sociedades es que tienen la propiedad de proteger. Esas mismas personas se vuelven dispuestas a renunciar a algunos de sus derechos naturales al gobierno de una autoridad central, ya los que tienen la propiedad necesita una autoridad superior central para protegerla.

Cabe señalar, sin embargo, que esta explicación deja de lado a los que no tienen propiedad. Aunque las ideas de Locke fueron revolucionarios para su época, que a veces han sido criticadas por carecer de igualdad de trato entre los terratenientes y la gente común  (los ricos y los pobres) por igual.

Locke apoya el derecho del pueblo para derrocar a los gobernantes que los traicionan. El ejecutivo y el legislativo coexisten de forma independiente entre sí para mantener el control. Además, Locke afirma que si un líder viola la confianza de la comunidad, la gente puede y debe reemplazarlo inmediatamente. Del mismo modo, si el cuerpo legislativo no cumple con las necesidades de la gente, debe ser disuelto y reemplazado con cualquier forma de gobierno que la gente piense mejor.

Consideramos que esta revisión puede permitir una reflexión positiva sobre las ideas y los conceptos que estan configurando  aquí el panorama de la vida en sociedad.

Bibliografia de referencia
Link Estado y políticas sociales: del Estado protector al Estado subsidiario
Link EL ESTADO PROTECTOR: GLOBALIZACIÓN Y EXCLUSIÓNSOCIAL
Link Martín Tanaka: Tipos de corrupción

Link La batalla de Francia… y la precariedad social
Teoria del Estado Fallido







[[1]] 1776. An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations. Edited by Edwin Cannan. Chicago: University of Chicago Press, 1976. Available online at: http://www.econlib.org/library/Smith/smWN.html
[[2]] Locke, J. The Clarendon Edition of the Works of John Locke, Oxford University Press, 2015.
[3] Nozick, Robert. 1974. Anarchy, State and Utopia. Basil Blackwell Ltd. Oxford.

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