martes, 30 de junio de 2015

Seguimos con el problema del Neo liberalismo

AQUÍ TODAVÍA SEGUIMOS CON EL PROBLEMA DEL NEOLIBERALISMO


Nuevamente se continúa editorializando sosteniendo que el Estado no debe tener empresas. Esto ya está demostrado que corresponde a una visión obsoleta de hace cerca de cincuenta años. En realidad resulta risible encontrar este pensamiento en pleno siglo XXI.

Aquí se sigue postulando de modo permanente y en forma reaccionaria que el único que puede tener empresas es el sector privado. Se postula que solo el sector privado debe tener riesgos. Se sostiene que el Estado, como no trabaja sino con el dinero de todos, está impedido de tener riesgos. Nuevamente este es el pedido del defensor del ultra neoliberalismo. Todas las propuestas de este tipo lo único que buscan es la defensa de que el sector privado es la panacea y que ahí se encuentra la llave del desarrollo.

La politóloga Belga Chantal Mouffe en recientes declaraciones sostiene:

En un mundo multipolar, la democracia no puede ser un modelo único, exportado desde Europa y Norteamérica al resto del mundo. “Hay que aceptar que va a haber distintas formas de democracia, que corresponden a su adscripción en distintos contextos históricos”.  Mouffe reivindica las experiencias democráticas latinoamericanas, en las que observa no un rechazo al modelo liberal-democrático occidental, sino una rearticulación de esas tradiciones pero “con predominio de la soberanía popular”.

1.    EL NEOLIBERALISMO: ¿Cuándo surge esta corriente?


Surge en los años 70s a raíz de la crisis en que se encuentra la economía a nivel mundial. En estos años se pone fin a la etapa de crecimiento económico que se había registrado a partir de la II guerra mundial. Esta crisis se agravó con la subida del precio del petróleo en el año 1973.

¿POR QUE SE LE LLAMA NEOLIBERALISMO?
Neo, quiere decir nuevo y Liberalismo se refiere al pensamiento que sirvió de base al capitalismo desde sus inicios y que está basado en el individualismo y la libertad de empresa. Se le denomina nuevo, porque resurge después de aproximadamente 40 años en los que se practicó otro tipo de política económica en la que es Estado intervenía de manera considerable en todos los ámbitos de la economía, inspirados en la teoría keynesiana.

El neo liberalismo interpreta la actual crisis económica como el resultado de la excesiva interven-ción del Estado en la economía practicada desde la crisis mundial de los años 30s. En estos años se creía que con la intervención del Estado en la economía se evitaría una nueva crisis, pero esto no sucedió, y ante el surgimiento de la crisis iniciada en 1970, los neoliberales sostienen que: “La crisis es culpa de la intervención del Estado en la economía”.

2.    Objetivos

Este pretende que la empresa privada retome las riendas de la economía que le habían sido arre-batadas por el Estado. Para ellos el Estado solo sirve para perturbar el orden natural de las leyes del mercado, el cual es capaz de regularse a sí mismo.

Las soluciones que proponen los neoliberales son: Privatización y liberalización de la economía; y desaparición de: Programas de seguridad social, programas de construcción de viviendas por el Estado, leyes del salario mínimo, legislación a favor de los sindicatos, impuestos a las importaciones, controles de precios, subsidios y otros.

El principal objetivo para el neoliberalismo es la maximización de las ganancias de los empresarios privados. Y a este criterio están sometidas todas las necesidades sociales. Para esta corriente la satisfacción de las necesidades sociales no cuenta, lo que cuenta es el lucro.

Para ellos el mercado lo puede todo. En este sentido hay una absolutización del mercado y no se toma en cuenta que el mercado dejado a su libre juego no es capaz de garantizar la satisfacción de las necesidades fundamentales de toda la población.

El libre comercio es una posibilidad de la que sólo pueden gozar aquellos que tienen con qué. Quien tiene dinero para comprar un bien puede escoger a quién se lo compra. Quien tiene dinero para pagar a un trabajador, puede escoger a quién contrata. Pero quien tiene la necesidad de trabajar para ganar lo mínimo indispensable para sobrevivir, no se puede dar el lujo de escoger, tiene que aceptar cualquier trabajo. Tampoco puede escoger lo que comerá, porque sólo podrá pagar hasta donde le alcance.

Una persona sólo será más productiva en la medida en que mejore su salud y su educación. Si la manera de acceder a estos servicios es pagando por ellos, ¿cómo podrá una persona que ha nacido en un hogar pobre mejorar su nivel de vida? De allí que es “salvaje” pretender que sólo aquellos que pueden pagar reciban salud, educación y otros bienes indispensables, porque simplemente esto violenta la dignidad humana.

Los mismos que tanto hablan en contra de la intervención del estado en la economía son los mis-mos que sostienen que debe existir un aparato fuerte en el sentido de tener capacidad de reprimir y someter a todos aquellos que cuestionen los programas neoliberales y sus efectos.

Los que subsisten son los fuertes, las grandes empresas, los que tienen capacidad de sacar la economía de la crisis. A esto es lo que se llama el darwinismo social, o sea, la ideología que defiende el imperio de la ley del más fuerte, la ley de la selva.

Estas medidas pretenden reducir la intervención del estado en la economía a través de: liberalización de precios, liberalización del comercio exterior, privatización de los bancos, privatización de los servicios públicos, privatización de las empresas productivas que son propiedad del Estado, rebaja de los impuestos a las importaciones.

Estos programas también llevan a incrementar la concentración del ingreso en manos de los sectores económicamente más poderosos, arruinando a la micro y pequeña empresa a la que consideran condenada a desaparecer.

3. Consecuencias

La pobreza y su reducción están determinadas por el actual modelo neoliberal y por ello el crecimiento no ha favorecido a los más necesitados. El modelo neoliberal, privatizando los servicios públicos sin un control riguroso confiando en reformas tributarias regresivas, desprotegiendo industrias nacionales intensivas en mano de obra apostando por mayor eficiencia en detrimento de la equidad, convirtiendo la estabilidad de precios en el máximo objetivo de la política económica -donde competitividad significa bajos salarios-, ha puesto al interés privado por encima del interés general. Ha acentuado la desigualdad y provocado más pobreza.
Nuestros políticos usaron el término “hemos apostado al neoliberalismo”, pero ocultando que más que apostar tienden a sujetarse a políticas diseñadas por el BM o el FMI. Un ejemplo directo es la actual situación financiera griega.

La estrategia del achicamiento del Estado lleva a la apertura económica. La orientación ya no es hacia adentro, sino al contrario, se impone una orientación hacia fuera. Sin embargo se ha com-probado que ni la mayor apertura del mercado, ni la “orientación hacia afuera” de la economía están asociadas con un mayor crecimiento.

Evidentemente la estrategia contiene un interés específico. No es dar un mayor crecimiento, sino permitir la participación de otros actores internacionales en la escena económica de un país. Una vez que el Estado se retrae en la conducción de la economía nacional, la fuerza del mercado crece y se pueden fomentar empresas cuyo principal motor sea la prosperidad econó-mica de los agentes privados. Pero la realidad es que cuando el estado no interviene, los índices de pobreza aumentan, la mano de obra se abarata y como dicen los neoliberales, el mercado se “ajusta”.

En este sentido, son valiosas las consideraciones que hace Juan Pablo II en sus encíclicas Laborem exercens y Centesimus annus, en donde también califica al capitalismo de “salvaje”, mucho antes de que el concepto se pusiera de moda en nuestro país.

El Papa plantea la dignidad del trabajo humano, el cual no puede ser visto simplemente como una mercancía a ser vendida o pagada, o como una manera de mejorar la productividad y de reducir costos, sino que tiene que ver directamente con el desarrollo pleno del ser humano y con su esencia.

En la tarea del neoliberalismo el primer paso consistió en domesticar a los sindicatos con el objetivo de empobrecer al mundo del trabajo y quitarles el poder que antes habían adquirido.

El segundo aspecto fue el llamado “salario social” que era el que garantizaba el Estado. Prácticamente este está desapareciendo a gran velocidad con el argumento de que no hay dinero.

Como vemos, el neoliberalismo lleva al desastre económico y social, como ya lo estamos sufriendo en la actualidad. Al no tener un contrapoder y considerarse un modelo único y perpetuo, se irá mostrando cada vez más regresivo y represivo y donde la democracia será un adorno justificativo. La economía crece, pero la situación de la mayoría social no ve mejorar su situación en igual medida.

Ahora bien, cuando abandonamos el plano particular y vemos al mundo en su conjunto, nos damos cuentas que las leyes del capital generan las mismas injusticias, pero en el plano de las naciones. Peor que esto, es ver que en los países en los que se han aplicado las fórmulas neoliberales, no sólo los resultados macroeconómicos no han sido, a la larga, los esperados, sino que además, en el plano social, estas recetas lo que han logrado es profundizar mucho más las inmensas brechas que existen entre ricos y pobres.

Pero, además de todo, está el problema de la apropiación indebida de los bienes colectivos, como es el caso de la tierra y del ambiente. Dentro de este esquema económico, la tierra deja de ser el sitio en donde se nace y se vive y del cual se extraen los alimentos, para convertirse en un elemento más de la cadena de producción. Con el medio ambiente sucede peor.

La propuesta del neoliberalismo es sencillamente un “sálvese quien pueda”. Obviamente, en una situación así, cualquiera se vuelve un “salvaje”.


Ver: La Republica: Los ricos nos impiden crecer más.

domingo, 28 de junio de 2015

El acuerdo Trans pacifico. ¿Porqué secreto?

El acuerdo Trans pacifico,  muy bien guardado



El Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica (en inglés: Trans-Pacific Strategic Economic Partnership o Trans-Pacific Partnership, TPP), es la propuesta de expansión del Acuerdo P4, un tratado de libre comercio multilateral entre las economías de la región del Asia-Pacífico. El tratado fue firmado originalmente por Brunéi, Chile, Nueva Zelanda y Singapur, el 3 de junio de 2005 y entró en vigencia el 1 de enero de 2006.
 
Refiriéndose al Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés), Joseph Stiglitz, premio Nobel que alguna credibilidad debe tener entre los funcionarios del MEF, ha dicho que “tal vez la parte más odiosa –más deshonesta– de estos acuerdos sea la concerniente a la protección de los inversores”.
 
Para Stiglitz, el tratado hará que aspectos centrales de las políticas de salud, medioambiente y seguridad dejen de estar controlados y regulados por los Estados que lo firmen. Será un gran triunfo de las trasnacionales, que podrán llevar a tribunales internacionales a los Estados que osen provocar “cualquier reducción de sus ganancias futuras esperadas”, producto de “cambios regulatorios” (www.nonegociable.pe 22.5.15). El colmo es que un asunto tan grave como este lo están manejando en absoluto secreto los 12 países involucrados en la negociación, incluido el Perú.
 
El ministro de Economía tiene la obligación de informar en el Congreso los efectos del tratado, para conocimiento de todos los peruanos; por ejemplo, lo referido a áreas sensibles como la salud y los medicamentos. El nuevo tratado amplía el periodo considerado en el TLC Perú-EE.UU. que permite el control de las patentes por los grandes laboratorios. Con esto se le estaría dando un golpe directo al incremento de la producción y distribución de medicamentos genéricos. El asunto es de urgencia absoluta, porque el Senado norteamericano, con el apoyo republicano, le acaba de otorgar al presidente Obama luz verde a la llamada “vía rápida” (fast track) para aprobar el TPP.
 
Por más coincidencia que el Parlamento peruano, o por lo menos algunas de sus bancadas, y los grandes medios de comunicación tengan con la firma de este tratado, por lo menos deberían abrir el debate y exigir que el texto se divulgue. Es un derecho ciudadano. A pesar de la mentalidad pro EE.UU. de gran parte de los altos funcionarios del MEF, no pueden dejar de reparar en que ese país está blindándose en su caída frente a China y a otras potencias del siglo XXI.



El Transpacific Partnership y el Gran Mercado Trasatlántico, instrumentos al servicio de la hegemonía estadunidense

Pierre Charasse
La Jornada

El 23 de mayo se concluyó en Lima (Perú) la 17 sesión de negociación del Transpacific Partnership (TPP) entre 11 países de la ribera del Pacífico (Estados Unidos, Canadá, México, Perú, Chile, Australia, Brunei, Malasia, Nueva Zelanda, Singapur y Vietnam), que acordaron poner en marcha dentro de pocos meses una amplia zona de libre comercio bajo la batuta de Estados Unidos.

La mayoría de los comentaristas, turiferarios beatos del libre comercio, se alegraron de los beneficios esperados de este acuerdo: más crecimiento, más empleos. Una voz disonante se hizo oír, la del embajador Jorge Eduardo Navarrete en La Jornada del 23 de mayo, quien formula una visión crítica de esta asociación transpacífica y pone en evidencia su dimensión política. De hecho, más que un acuerdo comercial es todo un proyecto político que se inscribe en el contexto de un propósito estadunidense más ambicioso: el de tejer acuerdos de asociación con países del Pacífico políticamente afines como Chile, Perú, México, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, y en América Latina aislar a países como Brasil, Argentina, o los del Alba, que proclaman su voluntad de independencia. México se incorporó muy rápidamente al proceso, sin que nadie supiera cuáles fueron las concesiones que le permitieron alcanzar el avance actual de la negociación.

Es exactamente el mismo proceso que está en marcha entre la Unión Europea y Estados Unidos, con el nombre de Gran Mercado Transatlántico (GMT).

Mediante estos acuerdos Estados Unidos busca imponer su propia legislación y forzar a sus socios a eliminar todas las barreras tarifarias y no tarifarias, denunciadas como obstáculos al comercio. Esta estrategia fue concebida por varios think tanks como el Transatlantic Policy Network (TPN), quienes tratan de proponer estrategias para contrarrestar, con cierta impotencia, el declive de Estados Unidos y de Occidente, progresivamente desplazados por las nuevas gran potencias como el BRICS, y especialmente China. 

Un muy reciente informe del National Intelligence Council, El mundo en 2030 ( cf. el artículo de Ignacio Ramonet en Le Monde Diplomatique edición española de mayo de 2013: http://www.monde-diplomatique.es ) confirma el temor de las agencias de inteligencia estadunidenses sobre la pérdida inexorable de influencia de Occidente en el mundo, en beneficio de China y otros países emergentes.

Los dos procesos avanzan de manera paralela, pero con dificultades. En Estados Unidos el proyecto TPP se tropieza con la clásica oposición de los republicanos a los acuerdos de libre comercio, y será muy difícil para el presidente Obama obtener una autorización fast track para concluir estos acuerdo en los próximos meses. Por otra parte, varios países, muy cercanos a Estados Unidos, se muestran preocupados por la ofensiva estadunidense porque tienen intereses nacionales que proteger. Es el caso en particular de Japón, quien duda en entrar en este proceso. Sin embargo, es una pieza clave en el dispositivo estadunidense.

Del lado europeo, después de un inicio laborioso, las cosas se aceleran. El principio de un acuerdo de libre comercio tras atlántico fue lanzado en la cumbre Estados Unidos-Unión Europea en Madrid en 1995, como parte de un acuerdo político más amplio, la Nueva Agenda Trasatlántica (NAT), conjunto de declaraciones de principios que establecen el marco de las nuevas relaciones transatlánticas después del derrumbe de la Unión Soviética en 1991. 




Naturalmente el NAT tenía un componente comercial, pero sobre todo una reafirmación de sometimiento de la UE a la política de seguridad estadunidense, especialmente por medio de la OTAN, estructura político-militar cuyo campo de intervención no para de extenderse más allá del Atlántico norte. En 2007 se pone en marcha la primera institución del GMT, el Consejo Económico Trasatlántico (CET), encargado de armonizar las legislaciones de los dos lados del Atlántico. Su funcionamiento es todo menos transparente.

Sin embargo, se ha establecido un diálogo entre los sindicatos (AFL-CIO y confederación de sindicatos europeos), pero son encuentros muy formales. Lo mismo pasa entre asociaciones de consumidores. Un grupo de trabajo sobre medio ambiente nació muerto, disuelto por George Bush, que encontraba que sus propuestas eran demasiado limitantes para las empresas. En junio de 2010 se creó un grupo de estudio sobre la ciberseguridad y el cibercrimen. En junio de 2012, un grupo mixto entregó un informe que retoma como base de discusión las exigencias estadunidenses y establece la entrada en vigor del GMT para 2015. 

Como se trata de un acuerdo comercial (aun si su verdadera intención es política), los 27 estados de la Unión Europea deben negociar entre ellos y con la Comisión Europea un mandato de negociación. La Comisión Europea es el único organismo autorizado a negociar acuerdos comerciales: una vez empezada la negociación los estados miembros ya no podrán oponerse a lo negociado, todo el poder lo tendrá la comisión, cuyas orientaciones ultraliberales y pro-estadunidenses son bien conocidas. 

Varios países tiene objeciones, Francia en especial, que quiere defender su excepción cultural, es decir, el derecho para cualquier país de proteger sus industrias culturales y su producción intelectual y artística. Pero su posición no será de mucho peso a la hora de negociar el mandato, texto de carácter muy general y consensual entre los 27 miembros, lo que deja a la comisión un gran margen de libertad de negociación. El mandato debería estar listo en julio próximo para una conclusión de la negociación en 2015.

Estas dos amplias coaliciones detrás de Estados Unidos, el TPP y el GMT, tienen un mismo objetivo estratégico: crear un cerco alrededor de China, e impedir la emergencia de poderes que no sean controlados por los occidentales. La ausencia de China en el TPP tiene como excusa oficial que su moneda, el yuan, no es convertible. Pero nadie se deja engañar, y las autoridades y los medios de comunicación chinos no dejaron de criticar esta ofensiva estadunidense directamente orientada contra ellos.

Numerosos gobiernos y parlamentos aceptan sin objetar acercarse a los estadunidenses, aun si comercialmente no es de su interés, pero no es lo mismo con la opinión pública, muy preocupada por estos acuerdos que tendrán fuerte impacto en cuestiones de medio ambiente, de organismos transgénicos, de libertades públicas, de control de Internet y de limitaciones de los derechos sociales. Por estos motivos, estos acuerdos (el TPP y el GMT) se negocian en la discreción más absoluta, por el temor que tienen los gobiernos de provocar reacciones muy violentas en las opinión pública.

La deuda griega 2: Historia

Pensamiento crítico

Vicenç Navarro

La desconocida historia sobre las negociaciones de la deuda griega

26 jun 2015

Vicenç Navarro Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y ex Catedrático de Economía. Universidad de Barcelona


La gran mayoría de los mayores medios de información y persuasión españoles han presentado las negociaciones que han estado ocurriendo entre las mayores instituciones de los establishments financieros (tanto el Banco Central Europeo, BCE, como el Fondo Monetario Internacional, FMI) y políticos europeos (la Comisión Europea, el Consejo Europeo y el Eurogrupo, dominado por el gobierno alemán), por un lado,  y el gobierno Syriza, de Grecia, por el otro, como un desencuentro originado por la supuesta rigidez e incompetencia del último, a pesar de la paciencia y comportamiento racional de los primeros.

En artículos anteriores he cuestionado esta visión tan complaciente y poco crítica reproducida como parte de la sabiduría convencional (ver “La canallada que le están haciendo a Syriza en Grecia”, Público, 11.06.15), y promovida por los gurús mediáticos económicos, todos ellos de clara sensibilidad neoliberal. Los últimos ejemplos son los análisis de la situación griega del asesor oficial en temas económicos de La Sexta Noche, el Sr. José Carlos Díez, y el “economista de la casa” (como le define la televisión pública de Catalunya, TV3, en su programa “Classe d’Economia”), el Sr. Xavier Sala i Martín.

La evidencia científica abundante (aunque no en los mayores medios de información españoles, incluyendo La Sexta Noche y TV3) muestra el error y/o falacia de dicha versión oficial. La última evidencia de tal falsedad la acaba de dar una persona que conoce bien el entramado político que estuvo detrás de las políticas aprobadas por las instituciones de los establishments financieros y políticos europeos citados anteriormente, e impuestas a la población griega.


Tal persona es nada menos que Philippe Legrain, antiguo asesor del que fue Presidente de la Comisión Europea, el Sr. José Manuel Barroso, y que muestra dicha evidencia en el testimonio presentado frente a la Comisión de Análisis de la Deuda Pública del Parlamento griego hace solo unos días, el 11 de junio (ver también el artículo del economista James K. Galbraith, “Bad Faith. Why Real Debt Relief Is Not On the Table for Greece”, Social Europe Journal, 18.06.15).

Según el Sr. Legrain, el problema se inició en mayo de 2010, cuando el FMI se dio cuenta de que el Estado griego no podría nunca pagar su deuda pública acumulada, lo cual causaría un problema grave para los bancos que la habían comprado, consecuencia de las grandes cantidades de deuda pública adquirida por estos bancos. Su supervivencia estaba claramente amenazada. Según el Sr. Legrain, el gobierno alemán era también consciente de este gran problema, como lo eran los demás componentes del establishment financiero europeo, incluido el BCE.


Todos sabían que la bancarrota del Estado griego crearía un problema gravísimo para los bancos poseedores de dicha deuda pública. Y este problema podría convertirse en un problema político mayor. Los bancos extranjeros (no griegos) que tenían más deuda pública griega eran los franceses y los alemanes (aunque también estaban los españoles), que habían sido muy activos en la compra de la deuda griega, la cual generaba unos intereses ya entonces muy elevados.

Hasta aquí el primer capítulo del drama, un drama basado en la complicidad entre las instituciones financieras (FMI y BCE), por un lado, y las instituciones políticas que gobiernan los países del euro (la Unión Europea y los principales gobiernos de la Eurozona), por el otro, para salvar, no a Grecia, sino a los mayores bancos privados. Dos ciudadanos franceses jugaron un papel clave en este entramado. Uno fue el Presidente del FMI, el Sr. Dominique Strauss-Khan, que pensaba dejar el FMI para presentarse a las elecciones francesas –como candidato del Partido Socialista francés- para el cargo electo de Presidente del país.


El otro francés era el Presidente del Banco Central Europeo, el Sr. Jean-Claude Trichet, también consciente de las elecciones francesas y del desastre que podría ocurrir si algunos de los mayores bancos franceses colapsaban. Una preocupación semejante se tenía en Alemania, donde la comunidad bancaria gozaba (y continúa gozando) de una enorme influencia sobre el Estado federal alemán.

De ahí que tales instituciones se movilizaran para salvar, repito, no a Grecia, sino a los bancos, como expuso claramente el Sr. Philippe Legrain. Y así es como se generó el rescate a la banca por parte del FMI, del BCE y de los mayores gobiernos de la Eurozona, comprándoles la deuda pública griega que estos habían adquirido, plenamente conscientes (repito, plenamente conscientes) de que el Estado griego nunca podría pagar dicha deuda. Era obvio que todos los actores de aquel drama conocían esto, aunque todos mantuvieron un silencio ensordecedor a fin de ocultar una situación que, de conocerse, habría creado una revuelta popular en los países cuyos gobiernos estaban salvando a los bancos privados con dinero público, comprándoles una deuda pública que nunca se podría pagar.

¿Por qué los recortes? El segundo capítulo del drama
El segundo capítulo del drama fue la intensidad y brutalidad (y no hay otra manera de decirlo) de los recortes de gasto público que se impusieron a la población griega, unos recortes sin precedentes en un país europeo en tiempos de paz. Estos recortes tenían como objetivo conseguir que el Estado griego pagara, primero a los bancos privados, y más tarde a las instituciones financieras citadas anteriormente y a los Estados que habían comprado a los bancos privados sus bonos públicos griegos.


Estos recortes se impusieron al pueblo griego con pleno conocimiento del enorme daño que causarían, tanto al bienestar de la población como al estado de la economía griega. El FMI había estimado que tales recortes originarían un descenso de un 5% del PIB griego. En realidad, fue mucho peor. El PIB griego descendió nada menos que un 20% (algunos creen que fue incluso mayor, un 25%).

Lo que es importante señalar es que otro de los mayores objetivos de estos recortes fue que estos determinaran un descenso de la deuda pública griega, objetivo que (como era fácil de predecir), no solo no se alcanzó, sino que se consiguió todo lo contrario. La deuda pública aumentó de una manera muy notable, alcanzando el 150% del PIB en el año 2013. Como indicó el Sr. Legrain en su declaración frente al Parlamento griego, ninguno de esos “expertos” del FMI ha sido penalizado por sus errores, errores que definió como “estupideces”, consecuencia de su aceptación acrítica del dogma neoliberal.

Pero otro objetivo de esa imposición de las políticas de austeridad era castigar al pueblo griego (y anunciar que se castigaría  con la misma fuerza a cualquier otro país que no pagara la deuda pública de su Estado, como podría ocurrir en España), escogiendo las intervenciones que dañarían más a las clases populares, como por ejemplo las pensiones públicas, justificándolo bajo el argumento de que estas pensiones eran exuberantes, argumento que fue previsiblemente promovido por los mayores medios de información. 


En España, el rotativo El País, a través de las columnas de Xavier Vidal-Folch, ha denunciado repetidamente las “abusivas pensiones griegas” (“Mal griego, mal de otros muchos”, 24.06.15). En realidad, solo el 14% de los pensionistas reciben más de 1.050 euros al mes.

La gran mayoría reciben unas pensiones por debajo de 665 euros, que es el umbral de pobreza en aquel país.

Es importante señalar que ni el gobierno anterior al de Syriza ni las autoridades del FMI, del BCE, de la Comisión Europea o de los gobiernos alemán y francés, jamás exploraron la posibilidad de reducir el gasto militar, lo cual no deja de ser sorprendente, pues Grecia es el país que se gasta más en sus fuerzas armadas en la UE-15, después del Reino Unido. La causa de este silencio era fácil de ver. Francia y Alemania eran los mayores proveedores de armamento, realizando unos negocios suculentos con la venta de armas al Ejército griego, pagadas con deuda pública. Grecia tiene 1.620 vehículos blindados, que es un número más alto que el que tienen Alemania, Francia e Italia juntas. Y en su mayoría son comprados a estos países.

Y fue el gobierno Syriza, no la Troika, el que propuso que se recortara del gasto militar, y no de las pensiones, otro dato también ignorado en los medios. En realidad, el gobierno Syriza ha sido el único que se ha atrevido a enfrentarse con el Ejército, intentando que desaparezcan las tensiones de Grecia con Turquía, hábilmente utilizadas por las fuerzas armadas para perpetuar sus intereses.  Como era ya previsible, el gobierno de EEUU y la OTAN han ayudado al rearme de aquel país, presionando a la vez para que Grecia haga recortes en su Estado del Bienestar, incluidas las pensiones.

La necesaria reestructuración de la deuda
El quid de la cuestión que no apareció en las negociaciones hasta que Syriza, el partido gobernante en Grecia, lo puso sobre la mesa, fue la necesidad de reestructurar la deuda pública griega, pues dicha deuda no podría pagarse en las condiciones aprobadas por las negociaciones entre la Troika y el gobierno griego anterior. Este tema era un tema tabú al principio de las negociaciones, aunque fue, por fin, aceptado al final de las mismas. Las instituciones del establishment europeo y el FMI eran plenamente conscientes de ello. Pero preferían ignorarlo y continuar explotando al pueblo griego, recuperando algo de su dinero prestado (con sus intereses).

Lo que forzó a estos establishments a ser sensibles a considerar la reestructuración de la deuda fue lo que estaba pasando en Grecia, y también en España y en Portugal. Las movilizaciones populares en apoyo al gobierno Syriza (y que fueron acompañadas por movilizaciones a lo largo del territorio de la UE) en contra de la austeridad, y los resultados de las elecciones municipales y autonómicas españolas, han alarmado en gran medida a tales establishments, pues la victoria de Podemos y otros partidos anti-austeridad en las grandes ciudades les ha preocupado en gran manera (ver John Palmer “We Must Stand With Greece For The Sake of Europe”, Social Europe Journal, 22.06.15).


Y en Portugal, el Partido Socialista, probable vencedor en las próximas elecciones, ha prometido anular todas las políticas de austeridad. Hoy, lo que se ha venido a llamar la nueva izquierda está expandiéndose a lo largo del territorio europeo, una nueva izquierda que está en contra de esta Europa, queriéndola sustituir por otra distinta. Y la actual está altamente preocupada. Y de ahí la flexibilización de la enorme rigidez que había mostrado hasta ahora.

Ni que decir tiene que el gobierno Syriza tuvo que ceder en algunas de las exigencias impuestas por el establishment financiero y político, aunque menores de lo que se demandaba al principio de las negociaciones. Pero la victoria de Syriza, a la cual debe dársele las gracias por haber iniciado la rebelión frente a las políticas de austeridad, significó resistirse a la mayoría de medidas que querían imponerse a Grecia y forzar el cuestionamiento de la continuidad en el pago de la deuda pública en las condiciones actuales, que son inaceptables.


Hoy en Europa se ha puesto en marcha un movimiento de protesta contra las imposiciones de su establishment financiero y económico que está ocurriendo también en España, como ha mostrado el tsunami político ocurrido en las últimas elecciones municipales y autonómicas. Todo ello muestra que si las clases populares de los países se movilizan, pueden ir conquistando espacios de libertad, democracia y bienestar que aquellos establishments, a través de sus establishments políticos, les han ido reduciendo durante todos estos años. 

Como decía mi amigo Eduardo Galeano, “mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo”. Está ocurriendo en Grecia y en España, habiéndose iniciado un proceso, que en este país inició el 15-M, al cual no se le puede parar. Y si no se lo creen esperen y lo verán.

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jueves, 25 de junio de 2015

La pequeña política

La pequeña política

Francois Mitterrand

La petite politique, la grand politique, acostumbraba distinguir Francois Mitterrand, el último gran Presidente de Francia. Esto, de acuerdo con su biografía escrita por Franz-Olivier Giesbert: Mitterrand el Presidente. La pequeña política era la política mafiosa para conservar el poder; la gran política, dar pasos grandes hacia la Unión Europea.
Respecto de la gran política, ni Chirac pudo ni Sarkozy ha podido conservar siquiera lo que construyó el socialista Mitterrand. En cuanto a la política pequeña, su instinto despertaba en ese lector infatigable de tantas obras, pero, diariamente, del Príncipe de Maquiavelo, la astucia del zorro. Con sus enemigos de dentro y de fuera era implacable, sobre todo, con los enemigos embozados. 

Lo supo en carne propia su compañero de partido, Michel Rocard, quien cometió el error de aspirar a la Presidencia, justo cuando Mitterrand estaba pensando en su relección para gobernar a Francia otros siete años, como al final sucedió. La astucia del zorro, en torno a un proyecto, ilumina ligeramente aun la política pequeña.

La política pequeña dominante, la política mafiosa, de grupos y clanes, de distribución de cargos entre los mismos y de exclusiones abiertas o simuladas, se vuelve catastrófica por su alcance, ya no pequeño, sino minúsculo.
El único efecto positivo de dicho empequeñecimiento es su generalización.

Ningún partido se salva de este encogimiento. Los de izquierda excluyen a los de extrema izquierda, a los centristas y no se diga a los clasificados como de derecha. Los de centro actúan a partir de lealtades estrechas de grupo, lealtades estériles, sin objetivos ni fines.

Los que vendían su presunta democracia interna, ahora no sólo cuidan los intereses familiares y de grupo, sino que, como lo dijo una de las excluidas, han dejado su partido “en manos de una banda de cuatreros”.

Nada que ocultar, entonces, así es en general la política, pequeña. Pero, se debe entender que los políticos no pueden quejarse ni ha lugar su indignación moral. Los ciudadanos ven todo ese teatro de lejos, no les incumbe. 

Francois Mitterrand

En muchos partidos y agrupaciones políticas prevalece la problemática diaria y pequeña antes que los objetivos de largo alcance. Desgraciadamente para muchos partidos políticos y agrupaciones políticas la problemática diaria pequeña de corte alcance prevalece sobre los objetivos de largo alcance.

De acuerdo con Gramsci: La gran política comprende las cuestiones ligadas a la fundación de nuevos Estados, a la lucha por la destrucción, por la defensa, por la conservación de determinadas estructuras orgánicas económico-sociales. La pequeña política comprende las cuestiones parciales y cotidianas que se presentan en el interior de una estructura ya establecida en el transcurso de luchas por la predominancia entre las diversas fracciones de una misma clase política.

Existe hegemonía de la pequeña política cuando la política deja de ser pensada como arena de lucha por diferentes propuestas de sociedad y pasa, por lo tanto, a ser vista como un terreno ajeno a la vida cotidiana de los individuos, como simple administración de lo existente.

La apatía, se vuelve así no solo un fenómeno de masas, sino que es también teorizada como un factor positivo para la conservación de la "democracia" por los teóricos que condenan el "exceso de demandas" como generador de desequilibrio fiscal y consecuentemente, de inestabilidad social. Pero, como también vimos, es expresión de gran política reducir todo a la pequeña Política: en otras palabras, es a través de este tipo de reducción, que desvaloriza la política en cuanto tal, que se afirma hoy la casi incontestada hegemonía de las clases dominantes. 


En situaciones "normales" la derecha ya no precisa de la coerción para dominar: se impone a través de este consenso pasivo, expresado entre otras cosas en elecciones (cada vez con mayor tasa de abstención), en las cuales nada sustantivo está puesto en cuestión.

Descarga el PDF: La era neoliberal y la hegemonía de la pequeña política - (Carlos Nelson Coutinho).pdf (148 KB)

Esta concepción de la política como disputa de élites y no como acción de mayorías fue teorizada por algunos exponentes de la teoría política del siglo XX, como Mosca, Schumpeter, Sartori, y muchos otros.

El político alemán Bismarck dijo: “La política no es ninguna ciencia, sino un arte”.

Bismarck


La política es, sobre todo, el arte de saber dialogar con los ciudadanos y gestionar eficazmente los bienes comunitarios, para que éstos rindan lo más posible a favor de todos.

La política es también ciencia, pero no una ciencia exacta. La política es especialmente arte. Para la política se necesita un sexto sentido de comunicación, flexibilidad y habilidad, que no se estudia en la Universidad, sino que se aprende a fuerza de intuición penetrante, observación aguda y paciencia inteligente.

El buen político nace y se hace. No sirve cualquiera. La política es una misión delicada que exige inteligencia, esfuerzo y, sobre todo, aguda intuición para el diálogo, el pacto y la resolución rápida y eficaz de los problemas.

Hay que dignificar la política, porque ésta es indispensable para conseguir el bien común, que es aquel conjunto de condiciones que hacen posible el pleno desarrollo de toda la persona y de todas las personas de una comunidad  .

Política pequeña, política grande

El filósofo español, Jaume Balmes, en su obra El criterio, afirma: “En el gobierno de las naciones, la política pequeña es la política de los intereses bastardos, de las intrigas, de la corrupción; la política grande es la política de la convivencia pública, de la razón, del derecho”.

Si no sabemos distinguir sabiamente entre estos dos tipos de política, corremos el serio peligro de desprestigiar la política en general. Y esto es un craso error, porque “política” proviene del vocablo griego “polis” que significa ciudad. Y el que trabaja de verdad en favor de la ciudad, lo hace en favor del bien común. Y, precisamente, el servicio honrado y desinteresado al bien común debe ser la finalidad primordial de la política, de la “política grande”, en la cual todos tenemos la obligación moral de trabajar.

Si confundimos “política pequeña” con “política grande”, queda desprestigiado el simple vocablo “política”. Y uno de los vocablos más nobles de nuestro vocabulario resulta inservible.

Articulo (306) de “Punto ético” publicado en el periódico “Última hora” del día 11 de diciembre de 2014, jueves, pág. 30.

La salud ética de una ciudad

Los que nos preocupamos por la salud ética de la ciudad en la que vivimos, queremos presentar y vivir este decálogo, deseando y construyendo:

     1º) Una ciudad limpia y agradable con buenas infraestructuras y servicios básicos bien atendidos.
      2º) Una ciudad que sepa respetar los valores ecológicos tan importantes y decisivos en el momento actual.
      3º) Una ciudad abierta y hospitalaria, donde nadie se sienta extraño ni forastero.
      4º) Una ciudad culturalmente avanzada, donde las manifestaciones culturales y artísticas sean frecuentes y de calidad.
      5º) Una ciudad solidaria, donde los más necesitados sean siempre atendidos y donde todos, a pesar de la profunda crisis económica que nos afecta, puedan encontrar oportunidades reales de autorrealización.
      6º) Una ciudad pacífica, donde la paz sea fruto maduro de la justicia y de la solidaridad.
      7º) Una ciudad que sepa respetar y promover sus nobles tradiciones culturales y religiosas y reconozca en la familia y en la escuela las dos instituciones básicas de la sociedad.
      8º) Una ciudad que sepa apreciar su propia identidad humana, cultural y religiosa, porque la religión es también un elemento muy importante en la salud cívica de un pueblo.
      9º) Una ciudad donde la gente sea respetuosa, tolerante y dialogante y que sepa estructurarse en dinámicas asociaciones ciudadanas de todo tipo que son las que verdaderamente fortalecen su tejido social. Y 10º) Una ciudad con una plataforma sólida de ética civil, donde los valores básicos de la justicia, la libertad, la verdad y la fraternidad sean respetados por creyentes y no creyentes y por gente de diferente ideología .

Joan Bestard Comas,
Canonge de la Seu de Mallorca 


martes, 23 de junio de 2015

Camino de servidumbre: Friedrich Hayek

Camino de servidumbre: Friedrich Hayek, Premio Nobel de Economía.



 

Camino de servidumbre (título original "The Road to Serfdom") es un libro escrito por Friedrich Hayek, Premio Nobel de Economía.

Contexto
Publicado por primera vez por Rouledge Press en marzo de 1944 en el Reino Unido, y en septiembre del mismo año por la Universidad de Chicago en EEUU. En abril de 1945 Reader's Digest publicó una versión ligeramente abreviada del libro, que llegó a alcanzar una difusión de 600.000 lectores.
Alrededor de 1950 se publicó en Look Magazine una versión ilustrada, posteriormente convertida en folleto por General Motors.

El libro ha sido traducido a unos 20 idiomas, y está dedicado "A los socialistas de todos los partidos". La introducción a la edición de su 50º aniversario fue escrita por Milton Friedman, también galardonado con el premio Nobel y adversario monetarista de Hayek. Camino de servidumbre es una de las manifestaciones más populares e influyentes de la escuela austríaca en el liberalismo.


Tesis y argumentos principales
La tesis central es que Socialismo y Totalitarismo son esencialmente lo mismo, dos retoños del colectivismo y éste, a su vez, un modelo de organización incompatible con la libertad humana. Para Hayek toda planificación económica, por leve que sea, se basa en la creación de un supuesto bien común o nacional que se constituye en objetivo general. Asi pues, la planificación económica conduce necesariamente hacia el totalitarismo y a la pérdida de las libertades individuales. En el libro, él usa tanto la Unión Soviética como la Alemania Nazi como ejemplos de países que han recorrido el "camino a la servidumbre" y llegado a esa situación.

En sus palabras:
Cualquier política dirigida directamente a un ideal de justicia distributiva, es decir, a lo que alguien entienda como una distribución "más justa", tiene necesariamente que conducir a la destrucción del imperio de la ley porque, para poder producir el mismo resultado en personas diferentes, sería necesario tratarlas de forma diferente. Y ¿cómo podría haber entonces leyes generales?[1]

Von Hayek argumenta que en una economía planificada no puede ser ni el pueblo ni sus representantes (el parlamento) los que lleven a cabo la planificación, localización y distribución tanto de recursos como de bienes producidos, sino que esa tarea recae sobre un grupo pequeño de "planificadores", (técnicos o economistas) grupo que, bienintencionado o no, será incapaz de obtener y procesar toda la información necesaria para llevar a cabo la tarea como se espera o en forma eficiente. (ver "Debate sobre el cálculo económico en el socialismo")

Continua von Hayek argumentando que desacuerdos acerca de los diferentes planes posibles, combinado con esa ineficiencia de los planificadores en el manejo de los recursos económicos disponibles, llevará inevitablemente al uso de la coerción a fin de obtener los fines deseados.

Fallas en ese sentido serán percibidas, tanto por los planificadores como por el público, como resultado de una falta de poder por parte del Estado para poder implementar una buena idea. Esa percepción llevaría al público a elegir a quienes proponen más poder para el estado. Lo mismo sucedería entre los planificadores, terminando con la llegada al poder de un "hombre fuerte", percibido como capaz de hacer lo que se necesita. Una vez completado lo anterior, el país inevitablemente termina en una dictadura.

Para von Hayek, el "camino a la servidumbre", inadvertidamente comenzado por los que buscan "justicia social", con su control y subsecuente desmantelamiento del mercado libre, termina con la destrucción de toda libertad económica y personal.

Von Hayek afirma que varias naciones democráticas están siguiendo el mismo camino que la Alemania Nazi o la Rusia comunista:[2] buscando una utópica justicia social y basándose en el principio de que el fin justifica los medios, principio que él observa en "la ética individual se considera la negación de toda moralidad. En la ética colectivista llega a ser, de necesidad, la regla suprema".

Sin embargo, como el propio Hayek afirma "es importante no confundir la oposición contra este tipo de planificación con una actitud dogmática a favor del laissez-faire" pero tal oposición debe ser, en su opinión, dentro de un marco estricto: "Obviamente, el funcionamiento de la competencia requiere, y depende, de condiciones que nunca pueden ser totalmente garantizadas por la empresa privada. La intervención estatal siempre es necesaria, pero la planificación y la competencia sólo pueden combinarse cuando se planifica para la competencia, no en contra de ella"[3]

Von Hayek ofrece la siguiente observación, que podría haber servido de conclusión a su obra: "En el pasado, ha sido la sumisión a las fuerzas impersonales del mercado lo que ha hecho posible el desarrollo de la civilización. Es esta sumisión lo que nos permite a todos construir algo que es mayor que lo que cada uno de nosotros pudiera construir. Se equivocan terriblemente los que creen que podemos ayudar a dominar las fuerzas de la sociedad de la misma forma que hemos aprendido a dominar las fuerzas de la naturaleza. Esto no sólo es el camino hacia el totalitarismo sino también el camino hacia la destrucción de nuestra civilización y, ciertamente, la mejor manera de bloquear el progreso."[4]


Contenidos
1.    El camino abandonado
2.    La gran utopía
3.    Individualismo y colectivismo
4.    La "inevitabilidad" de la planificación
5.    Planificación y democracia
6.    Planificación y el Estado de Derecho
7.    La intervención económica y el totalitarismo
8.    ¿Quién, a quién?
9.    Seguridad y Libertad
10.    Por qué los peores se colocan en cabeza
11.    El final de la verdad
12.    Las raíces socialistas del nazismo
13.    Los totalitarios en nuestro seno
14.    Condiciones materiales y fines ideales
15.    Las perspectivas de un orden internacional
16.    Conclusión

Criticas
"Camino a la servidumbre" ha sido criticado por algunos autores, incluyendo Karl Polanyi, como una visión utópica debido a la sugerencia, entre otras, que "en el pasado, ha sido la sumisión a las fuerzas impersonales del mercado lo que ha hecho posible el desarrollo de la civilización". De acuerdo con Polanyi, el desarrollo de la civilización sucede, por el contrario, cuando las fuerzas sociales, incluida el funcionamiento de la economía, están organizadas en función de los intereses comunes. ("empotradas", en sus palabras).[5] Para Polanyi, el desarrollo sugerido por Hayek refleja un caso excepcional, destructivo de los valores sociales que constituyen las bases de una civilización estable.

Otras dos respuestas, la de Herman Finer, un miembro de la Sociedad Fabiana, en su Camino a la reacción (1946) y la de Barbara Wootton - Libertad en la planificación" (Freedom under Planning) han sido generalmente no considerados como relevantes o adecuadas por parte de los seguidores del neoliberalismo. Hayek llamo el libro de Finer "un ejemplo de abuso e infundios que es probablemente único en la discusión académica contemporánea".[2] y Frank Knight, fundador de la Escuela de Economía de Chicago, escribió acerca del segundo: "déjeme repetir que el libro de Wootton no es en ningún sentido lógico una respuesta a "Camino a la servidumbre"[6]

Sin embargo, cabe considerar que ambos autores centran sus críticas en lo que consideran la visión casi maniquea o injustificadamente dualística tanto de von Hayek como de su predecesor, Ludwig von Mises, quien, por ejemplo, afirma:
Simplemente no hay otra opción que esta: ya sea abstenerse de interferir en el libre juego del mercado, o delegar el manejo completo de la producción y distribución al gobierno. Ya sea capitalismo o socialismo: no hay un camino intermedio[7]

En el mismo "Camino de Servidumbre", von Hayek agrega:
Una de dos. Si el estado tiene que poder prever los resultados de sus acciones, no podrá dejar ninguna opción a los afectados por ellas. Y si queremos dejar opciones a la gente, los resultados de la acción gubernamental tendrán que ser imprevisibles. Las reglas generales, a diferencia de las reglas específicas o sustantivas, tienen que operar en circunstancias que no puedan ser previstas en detalle. Ser imparcial significa no tener respuesta para ciertas preguntas.[8]

Algunos autores sugieren que von Hayek invierte la forma en que la planificación central funciona. Por ejemplo, Paul Sweezy bromea en su revision del libro de von Hayek -presentada en su "The Present as History", 1953- que von Hayek busca hacernos creer que si hubiera, por ejemplo, una sobre producción de cunas para bebés en un momento determinado, los planificadores ordenarían a la sociedad "producir" mas hijos en lugar de guardar dichas cunas por un tiempo y disminuir su producción el ciclo siguiente.

En ese sentido son de interés los argumentos cibernéticos de Stafford Beer en su Designing Freedom -clase magistral de Massey (en 1974)- acerca de cómo la "planificación de inteligencia adaptiva" puede aumentar libertad. Igualmente lo son las posiciones técnicas de Herbert Simon y Albert Ando, quienes sugieren que los elementos de los sistemas jerárquicos semi-separables de la economía no están completa y rígidamente relacionados ni son totalmente dependientes, como von Hayek asume serían para fundamentar su crítica.

Volviendo a la sugerencia que la posición de von Hayek presenta una dicotomía discutible, Offe sugiere:
Es mi pretensión que los dos argumentos clave del análisis liberal-conservador son válidos en gran medida, al contrario de lo que a menudo argumentan críticos de la izquierda. El principal defecto que veo en este análisis se relaciona menos con sus afirmaciones explícitas que con aquello que omite considerar[9]

Martínez de Pisón agrega que no es posible desconocer el paso de la historia, pero así como no se puede negar el absolutismo que los partidarios -reales o putativos- de la planificación estatal han en ocasiones impuesto, tampoco es posible desconocer los resultados de un mercado totalmente libre, incluyendo su incapacidad para evitar Crisis cíclicas y el resultado tanto social como político de tales crisis.[10] (Ver "orígenes y evolución" en Estado del Bienestar). Jeffrey Sachs concluye: "Von Hayek estaba equivocado. En las democracias sólidas y vigorosas, un Estado social de bienestar generoso no es un camino a la servidumbre sino a la justicia, la igualdad económica y la competitividad internacional."[11]

Hans-Hermann Hoppe, otro miembro de la Escuela Austríaca de Economía., critica el libro no porque considere que los planificadores centrales carezcan del conocimiento necesario para hacer funcionar el sistema (como von Hayek sugiere) sino porque, en su opinión, falla en establecer que el problema central de la economía planificada es la ausencia de la propiedad privada de los medios de producción. Eso significa, en la opinión de Hoppe, que es imposible para los planificadores efectuar cualquier cálculo significativo, aun cuando poseyeran toda la información existente acerca de las necesidades y deseos de los individuos.[12]




Hacia el totalitarismo:
Resumen detallado:

Entrevista a Hayek:
Comentario- Juan Urrutia- Catedrático de Fundamentos del Análisis Económico - Presidente del Patronato de la Fundación Urrutia Elejalde:

Comentario- Este artículo es un extracto del prólogo escrito por Juan F. Bendfeldt al libro de F. A. Hayek «Camino a la Servidumbre»:

Notas y referencias
1.    ↑ von Hayek: Camino a la servidumbre, capitulo VI: "La Planificación y el Imperio de la Ley".
2.    ↑ La referencia es a las propuestas del Estado del bienestar, que se estaba empezando a implementar en esa epoca.
3.    ↑ Camino de servidumbre, capitulo III: Individualismo y Colectivismo
4.    ↑ Camino de servidumbre, Capítulo XIV: "Condiciones materiales y fines ideales"
5.    ↑ Karl Polanyi, "La gran transformación", Madrid, La Piqueta, 1989. ISBN 84-7731-047-5
6.    ↑ Knight, Frank (1946). «Freedom Under Planning». Journal of Political Economy 54 (5):  pp. 451-454.
7.    ↑ Mises, Ludwig von [1] Liberalism, 1927. (la fuente es la traducción al inglés de 1985.)
8.    ↑ von Hayek: "Camino de servidumbre" Capítulo VI : La planificación y el imperio de la ley
9.    ↑ Offe. C - "Algunas contradicciones del moderno Estado del Bienestar"" en Contradicciones en el Estado del Bienestar. pp 141.
10.    ↑ José Martínez de Pisón: La crítica neoliberal al Estado social. Un resumen y una valoración
11.    ↑ Jeffrey D. Sachs "EL ESTADO SOCIAL DE BIENESTAR, MÁS ALLÁ DE LA IDEOLOGÍA" : http://econpapers.repec.org/article/col000093/004347.htm
12.    ↑ http://www.mises.org/journals/rae/pdf/RAE9_1_13.pdf

Ver: Prologo de "La fatal arrogancia"
La Fatal Arrogancia. Los Errores del Socialismo es la última obra escrita por Friedrich A. Hayek. El título original en inglés es The Fatal Conceit: The Errors of Socialism (Routledge y Chicago University Press, 1988). La versión en español fue publicada por Unión Editorial (Madrid, 1990) en coedición con el Centro de Estudios en Economía y Educación (CEEE). Con esta obra se inició la publicación de las Obras Completas de Hayek a cargo del Profesor W. W. Bartley III de la Hoover Institution, Stanford University.

Categoria:
Filosofía
Enviado por Percy en Dom, 07/22/2012 - 01:13


Publicado en:
http://urbanoperu.com/camino-servidumbre-friedrich-hayek-premio-nobel-economia.html

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lunes, 22 de junio de 2015

Cuestión de valores?



Cuestión de valores

Parece ser que la Apatía y Decepción son las características de hoy.



A juzgar por la prensa y los medios esto es lo que es evidente en este contexto. Esta situación a mi juicio es producto fundamentalmente creado por los medios y por la ideología que se ha impuesto de que lo único que vale es lo que viene de afuera y que solos no podemos. Ideología basada en que la individualidad es lo único fuerte, que el mercado es el salvador y que el Estado es la peste.

Estas son las máximas que se traen desde el exterior, desde otros contextos; pe. Europa en donde desde hace ya cierto tiempo hay una crisis en el pensamiento de la llamada izquierda socialista [[1]], como lo expresa con humor el líder de la izquierda radical de Gran Bretaña, Owen James, “el socialismo es para los ricos, el capitalismo para los pobres” [[2]].

En ese sentido Chantal Mouffe [[3]] señala para el mundo desarrollado –Lamentablemente es cierto. El multimillonario Warren Buffett [[4]] decía también: “La lucha de clases existe siempre, pero somos nosotros quienes la ganamos”. El ex primer ministro británico Tony Blair y otros como él decían: “hoy se acabaron los antagonismos, la lucha de clases terminó, podemos tener un consenso en el centro, las diferencias entre el centroizquierda y el centroderecha no existen más, la democracia ha madurado y podemos estar todos de acuerdo”.

Ocurre que Mouffe hoy es una de las principales conexiones teóricas de Pablo Iglesias e Iñigo Errejón, ambos dirigentes de Podemos en España. Junto con Íñigo Errejón, el Secretario Político de Podemos. Estaremos por ser espectadores de la tragedia española con este experimento, si llega a cuajar.

Sin embargo ocurre que aquí estos conflictos no han desaparecido, sino que no se han construido mecanismos reales de defensa y protección, además de que no se ha construido todavía una nación moderna. Es obvio que en los últimos 30 años las desigualdades aumentaron de forma catastrófica. El libro de Thomas Piketty, El Capital en el Siglo XXI, lo demuestra muy bien. Hoy estamos en una sociedad mucho más desigual que hace tres décadas.

Aquí este es el caldo de cultivo de la situación actual, la cual muchas veces en nuestro contexto se obvia, suponiendo que la teoría anglo sajona ha calado.  La cara real es que no se cuenta con instituciones políticas fuertes y que la construcción democrática evidente es endeble y teatral.

¿Esta situación de infelicidad, esta situación es producto de un problema de valores?
La historia nos cuenta que aquí sólo hubo intereses de cofradía o personales. Aquí nunca hubo una pugna real entre ¿Liberales? vs ¿Conservadores?, a lo más ha sido producto de una folclórica relación falsa de derecha y de izquierda con ribetes de tragicomedia.
¿O se trata de una sociedad cínica, conformista, llena de fantasmas?

La teoría anglo sajona no cala aquí por los diferentes niveles de ingreso y por lo tanto de los diferentes niveles de calidad de vida. Es ajena por la pervivencia de una cultura parroquial de barrio. No empata con la realidad informal y sub desarrollada mentalmente. No se puede asociar con una sociedad con un común denominador de marginalidad económica, social y política y cultural.

Consultar mi Blog "Bonus Vita": Alasdair MacIntyre: Tras La Virtud.

Los derechos de propiedad
Aquí todavía se discute sobre los derechos de propiedad. En un contexto informal es plenamente valido que los propietarios reclamen su protección y exigen mecanismos de control. La violación de este principio moderno sólo es pensable en un medio salvaje. Un Estado que no ha podido construir sus instituciones básicas para construir nación  es un estado fallido.

Esta realidad está presente en el día a día y es otra de las causas de la situación que comentamos y tiñe a todas las áreas de la vida en sociedad dándole un patina de inseguridad jurídica a todos los otros niveles de vida. Es evidente que esto influye en el comportamiento y en la relación entre los ciudadanos que no encuentran canales para ejercer sus derechos básicos.

Los otros, los no propietarios diariamente reciben cantos de sirena para violar este estado de Derecho ficto y que más parece una quimera cual macondo real. Lo tragicómico aquí es que se vive asistiendo a esta farsa que  sirve de modelo y de pauta de comportamiento.

Como parte de esta tragicomedia se hace partícipe de ella a todo el entorno político satanizándolo y degradándolo todos los días quedando todavía más desamparado el individuo sin guía ni modelo, sin conductor.

Orden con libertad y libertad con orden son principios que en este contexto se cuestionan y se promueven en los medios permanentemente cuestionándose el espíritu de la democracia. Así también se contribuye a construir este estado de situación.

Las nefastas ONGs
Como parte de esta situación resalto otra incoherencia típica entre quienes se consideran los que tienen la “verdad” y quienes tratan de construir por lo menos una.

Cuando se trata de cautelar los intereses del Estado las ONGs de “izquierda” promovidas desde Europa, defienden las causas de los delincuentes, quienes buscan imponer violentamente sus programas políticos y para lo cual pretenden destruir el pequeño Estado que aquí se trata de organizar.

Por supuesto que las ONG concernidas han puesto el grito en el cielo denunciando un abuso del gobierno peruano cuando les impone pautas de comportamiento democrático. Los europeos, quienes financian a estas ONGs, son los menos autorizados para dar lecciones sobre conflictos, máxime cuando vienen con ideas preconcebidas y que además nunca han sido de utilidad.

La responsabilidad de dos Guerras Mundiales y la colonización del mundo deberían darles más prudencia. Sin embargo les queda el sello y la impronta de seguir siendo colonialistas, no sólo en estas ONGs sino en todas sus empresas.

Esta situación se magnifica aquí, cuando el mismo Estado por impericia en unos casos e interesadamente en la mayoría, lejos de contribuir a la solución de los conflictos, los agrava azuzándolos. 

Se rompen las vestiduras por la encíclica papal que defiende el medio ambiente.
 
Otra perla más en esta comedia de valores es la crítica que se le hace al papa por su encíclica en contra del mal manejo del ambiente. Aquí se editorializa en contra del pedido del papa para que se enfrente con políticas específicas este mal manejo.
 

Se editorializa defendiendo la destrucción irresponsable del planeta sosteniéndose malévolamente y con gala de ignorancia que hay que dejar que el mercado y la empresa sigan con sus prácticas destructivas.
 

Evidentemente no se trata de valores sino de intereses concretos que no tienen nada que ver con el desarrollo del hombre y de la sociedad sino con el lucro y el descarado aprovechamiento para fines protervos.


[1] La izquierda democrático-reformista es la que propugna que el principal marco de actuación deben ser las elecciones libres, la acción parlamentaria y las reformas progresivas y con amplio consenso en amplios sectores sociales. Es el tipo de izquierda predominante en la mayor parte de los sistemas democráticos de principios del siglo XXI. Ideológicamente rechaza los sistemas políticos dictatoriales y marca distancia con cualquier teoría que inspire dicho tipo de sistemas dictatoriales. Actualmente son las corrientes mayoritarias dentro de la izquierda democrática-reformista: Socialdemocracia: el Socio liberalismo, como en el caso del laborismo británico, el eco socialismo y el socialismo democrático entre otros.
Owen Jones. Chavs: The Demonization of the Working Class (Paperback)

[[4]] Warren Edward Buffett. Es considerado uno de los más grandes inversionistas en el mundo,

PAÍSES BÁLTICOS: CAYETANO ACUÑA VIGIL. 03 11 24 PCAV

 PAÍSES BALTICOS: More than 25 years after the re-establishment of independent Baltic States, Latvia, Lithuania, and Estonia have built stab...