Protágoras de Abdera
Protágoras de Abdera (en griego antiguo Πρωταγόρας; Abdera, c. 485 a. C.- c. 411 a. C.)1 fue un sofista griego. Admirado experto en retórica que recorría el mundo griego cobrando elevadas tarifas por sus conocimientos acerca del correcto uso de las palabras u ortoepía. Platón lo acredita como el inventor del papel del sofista profesional o profesor de "virtud" (entendida no como "bondad" sino como conocimiento y habilidad para tener éxito mundano).
Protágoras fue un pensador viajero, celebrado y necesitado allí donde fuera. Vivió durante largas temporadas en Atenas, donde fue conocido de Sócrates y amigo de Pericles, quien le encargó la constitución para la nueva colonia de Turios, que redactó hacia 444 o 443 a. C. y en donde, por primera vez en la historia, se estableció la educación pública y obligatoria.
También viajó a Sicilia y a otras ciudades de Asia Menor en funciones de maestro de retórica y conducta, y recibió a cambio cantidades notables de dinero, como el resto de los sofistas. El magisterio que llegó a ejercer en el área de influencia griega se extendió durante cuarenta años, según relata Platón.
Platón le dedicó uno de sus diálogos, el Protágoras, que aún hoy puede leerse como un cuadro vivo, animado y colorido, aunque con escaso rigor histórico, sobre los distintos tipos de sofistas que habitaban en la mansión de Calias –rico ateniense, una especie de mecenas con intereses comerciales, políticos, artísticos y militares-. Junto a Gorgias, fueron los únicos sofistas considerados filósofos por Platón y Aristóteles. Sócrates guardaba gran estima de ellos por sus cualidades retóricas y la profundidad de sus predicados, a pesar del uso que podían hacer de ellos.
Según la mayoría de los autores antiguos,2 Protágoras era originario de la ciudad de Abdera, afirmación solo discutida por el dramaturgo ateniense Eupolis, quien lo estimaba natural de Teos, en Asia menor.3 También, con cierto consenso, se indicaba la 84 olimpiada (años 444 a 441 a. C.) como su acmé o época de plenitud,4 dato a partir del cual, modernamente, se suele fijar la fecha de su nacimiento en torno al año 485 a. C.5
Biografía
Se lo tenía por discípulo de Demócrito,6 aunque Filóstrato cuenta que también se habría relacionado con magos de Persia en los tiempos de la expedición del rey Jerjes contra Grecia.7 Se decía que en su juventud había trabajado como cargador,8 inventando un cojín llamado tyle que facilitaba el transporte de la carga. Según Diógenes Laercio, Demócrito quedó tan impresionado con el ingenio que el joven Protágoras manifestó en dicho invento, que decidió adoptarlo como discípulo.9
Se contaba a Protágoras entre los creadores del arte retórico,10 y se lo señala como el primero en introducir los razonamientos erísticos.11
Obra
No nos ha llegado ninguna obra completa escrita por Protágoras, pero se conservan valiosos fragmentos y testimonios en los diálogos de Platón (Protágoras, Crátilo, Eutidemo, Hipias Mayor -de dudosa autenticidad-, Menón, Fedro, La República, Teeteto y Sofista), así como en textos de otros autores como Aristóteles (especialmente en Metafísica IV) y Sexto Empírico. Hay también resúmenes de su obra y pensamiento en historiadores antiguos como Filóstrato de Atenas y Diógenes Laercio (IX.50-56). Diógenes Laercio cita la siguiente lista de sus obras "conservadas":
Los libros que se conservan de él son los siguientes: El arte de la erística, Sobre la lucha, Sobre las matemáticas, Sobre el Estado, Sobre la ambición, Sobre las virtudes, Sobre el estado de las cosas en el principio, Sobre el Hades, Sobre las malas acciones de los hombres, El discurso preceptivo, La disputa sobre los honorarios, dos libros de Antilogías. Estos son sus libros.33
Diógenes Laercio, Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más ilustres
La lista no incluye tres títulos conocidos a partir de otras fuentes: Sobre la verdad34 (llamada también Refutaciones o Sobre los discursos convincentes), Sobre los dioses35 y Sobre el Ser.36 Bodrero37 explica la omisión reparando en la frase "Los libros que se conservan de él son los siguientes" y señalando que los textos no incluidos en la enumeración ya constituían obras perdidas en tiempos de Diógenes Laercio.
Untersteiner, por su parte, conjetura que los títulos nombrados en la lista no serían sino capítulos de las Antilogías. Según Untersteiner,38 Protágoras habría escrito solo dos obras: Sobre la verdad y las Antilogías. Esta última, que constaba de dos libros, habría estado dividida en cuatro secciones subdivididas, a su vez, en los títulos señalados por Diógenes Laercio. El esquema que propone Untersteiner es el siguiente:
Pensamiento
Una de las principales preocupaciones de Protágoras fue la corrección de expresión del lenguaje y su significado. Esto le llevó a realizar los primeros análisis históricos del lenguaje en el mundo griego. Distinguió cuatro tipos distintos de actos de habla (peticiones, mandatos, preguntas y respuestas) y tres género gramaticales (masculino, femenino y neutro).39
El hombre como medida de todas las cosas
πάντων χρημάτων μέτρον ἔστὶν ἄνθρωπος, τῶν δὲ μὲν οντῶν ὡς ἔστιν, τῶν δὲ οὐκ ὄντων ὠς οὐκ ἔστιν40
El hombre es la medida de todas las cosas, de las que son en cuanto que son, de las que no son en cuanto que no son.
La frase figuraba, según refiere Sexto Empírico, en la obra perdida de Protágoras Los discursos demoledores, y ha llegado hasta nosotros a través de la transcripción de varios autores antiguos. Aparte de Diógenes Laercio, es citada por Platón, Aristóteles, Sexto Empírico y Hermias.
Interpretaciones
La sentencia acusa diversas interpretaciones, como resultado de la dificultad que implica determinar el sentido y alcance de sus tres expresiones fundamentales, a saber: a) El hombre (ἄνθρωπος); b) La medida (μέτρον); c) Las cosas (χρηματὰ).
a) Se discute si la expresión "el hombre" (ἄνθρωπος) se refiere al hombre en sentido individual o en sentido colectivo. A saber:
1) La interpretación en sentido individual señala que el hombre al que hace mención la frase de Protágoras es cada hombre concreto, cada individuo, de tal forma que habría tantas medidas distintas para las cosas como hombres individuales hay. A tal lectura adhiere Platón, quien, por medio de Sócrates, señala en el Teeteto:
¿No es verdad que [Protágoras] dice algo así?: Tal como me parecen las cosas, tales son para mí, tal como te parecen, tales son para ti. Pues tú eres hombre y yo también.
2) La interpretación en sentido colectivo, a su vez, tiene dos enfoques distintos: uno que entiende que la expresión alude a cada grupo social humano; otro, que la considera en sentido genérico, es decir, referida al género humano:
a) El primer enfoque, que podemos denominar sociológico, ha sido defendido por Eugène Dupréel, e implica plantear que la frase de Protágoras alude a cierta forma de relativismo cultural, donde cada sociedad, cada polis, actuaría como medida de las cosas.
Hay autores (como Untersteiner y Schiappa) que, adhiriendo a la tesis sociológica, consideran que ella no es incompatible con el sentido individual del término, ya que Protágoras habría contemplado ambas visiones al formular su sentencia.
b) El segundo enfoque, que podemos denominar genérico, fue formulado por Goethe y defendido especialmente por Theodor Gomperz, e implica entender la existencia de una única medida común para todos los hombres individuales; una misma forma, compartida por el género humano, para tasar la totalidad de las cosas.
A veces se interpreta este dicho como simple antropocentrismo, como relativismo de la verdad de las cosas, como que cada hombre es la norma de lo que es verdad para sí mismo, y que toda verdad es relativa para el individuo que la sostiene y que no podría tener validez más allá de él. Él, con su frase célebre, se refería al ser humano y no a cada sujeto, por eso tenía fama de moderado, no era radical. Heidegger propone una interpretación más penetrante de él en su curso Introducción a la Filosofía (Ed. Cátedra, Madrid, 1999, pp. 166 ss. Trad. de Manuel Jiménez Redondo).
La teoría de los juicios contrarios
El dominio de esta técnica ofrecería al poseedor -el dialéctico- la disposición, por medio de su arte, de convertir en más fuerte el argumento más débil. Sin embargo, es importante señalar que Protágoras no contemplaba el uso de esta técnica de forma meramente instrumental, por mero afán oportunista, sino que la apoyaba en un complejo discurso en el que se debatía la virtud.
Escepticismo y agnosticismo
Protágoras también hizo una proposición de agnosticismo. Según se informa, en la obra perdida de Protágoras, Sobre los dioses, escribió: "Con respecto a los dioses, no tengo forma de saber si existen o no, ni de qué tipo pueden ser, debido a la oscuridad del tema, y la brevedad de la vida humana".4142
Según Diógenes Laercio, la posición abierta y agnóstica adoptada por Protágoras despertó la ira, lo que provocó que los atenienses lo expulsaran de la ciudad, y todas las copias de su libro fueron recolectadas y quemadas en el mercado. Cicerón también menciona la destrucción deliberada de sus obras.43
Sin embargo, el filósofo John Burnet duda de este relato, ya que tanto Diógenes Laercio como Cicerón escribieron cientos de años después y como los contemporáneos que hacen extensas referencias a este filósofo no mencionan ninguna persecución de Protágoras.44 Burnet señala que incluso si se quemaron algunas copias de los libros de Protágoras, suficientes de ellas sobrevivieron para ser conocidas y discutidas en el siglo siguiente.
https://es.wikipedia.org/wiki/Prot%C3%A1goras
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