jueves, 25 de enero de 2018

Leguía y las fronteras:

Leguía y las fronteras




09 de Febrero del 2012 - 04:04 Aldo Mariátegui

- ¿Cómo un historiador como el marxista Tony Zapata puede olvidar en una reciente columna que Leguía cerró también las fronteras con Brasil y Bolivia en 1909, durante su primer gobierno, aparte de hacer lo mismo con Chile y Colombia en el segundo? Para que vean lo folclórico que era nuestro país (y lo importante que fue Leguía en darle una forma moderna de Estado), ya que no teníamos unos límites claramente establecidos con todos nuestros vecinos a casi 100 años de haber expulsado a los españoles.

Mismo el África subsahariana actual...

Y nuestros vecinos también tenían tantos reclamos y argumentos válidos como los teníamos nosotros (a pesar de que el principio del "utis possidetis" nos favorecía), así que no nos confiemos muy ciegamente en esos decimonónicos mapas que presentan inmenso al Perú y como una víctima del resto (tendencia que cual espejo uno también encuentra en los países vecinos cuando revisas sus historias locales. Ellos también piensan que todos les quitaron algo). Dado que a la administración colonial española no le interesó fijar límites muy precisos (porque nunca pensaron que los iban a expulsar y no les parecía especialmente importante ponerse a delimitar los bordes de territorios que al fin y al cabo era todos suyos en conjunto. Tampoco la precaria ciencia y los elementales conocimientos de geografía/topografía de aquel entonces les ayudaron mucho) entre sus posesiones, los linderos eran muy aproximados y no quedaba más que ponerse a negociarlos.

De poco servía tener un mapa con un Perú inmenso si el resto no te reconocía como tal (ser revisionista con la Historia propia no te hace muy popular, pero hay que mirar la realidad tal como fue y es). A Leguía solo le faltó Ecuador, un tema difícil que tuvo que esperar hasta finales de los años 90, cuando nuestro vecino norteño finalmente admitió la validez del Protocolo de Río de Janeiro, firmado en 1942. A menudo se le critica a Leguía que haya cedido Leticia a Colombia, pero -como bien me explicó una vez el historiador Félix Denegri Luna- eso fue producto de una ingeniosa maniobra para poder encarar la devolución de Tacna y Arica con Chile (la selva amazónica en aquel entonces era muy remota y no se le veía como un activo interesante). Además, Colombia nos dio el territorio de Sucumbios a cambio (y como los peruanos somos tontos de capirote, le cedimos Sucumbios a Ecuador al firmar el Protocolo antes mencionado. ¡Debemos ser el único país del mundo que gana una guerra y entrega territorios! Lo más trágico es que luego Ecuador descubrió allí grandes cantidades de petróleo), algo que no nos enseñan ni en el colegio ni en la universidad, y así Leguía queda como un entreguista.

De esta forma, el propósito de Leguía fue romper el hostil y unido frente norte -que ya en 1916 ambos habían pretendido repartirse toda la Amazonía peruana- para poder concentrarse en los complicados tratos con Chile. Satisfecha Colombia y siendo Ecuador un peligro mucho más pequeño al perder a su aliado, Leguía ya pudo presionar al presidente chileno Ibáñez y lograr de este la famosa "mitaya" (que viene a ser nuestro "mita/mita") que ofreció y que los chilenos, tras 50 años, nos devuelvan Tacna sin disparar un tiro, además de arrancarle usos portuarios y algunos derechos más sobre Arica.

Así, Leguía cerró -en forma realista y de acuerdo al poco poderío económico-militar del país- cuatro de nuestras cinco fronteras en sus dos periodos (1908-1912 y el "Oncenio") sin meternos en ninguna guerra.

No es poco.

https://diariocorreo.pe/opinion/leguia-y-las-fronteras-396048/

Deuda y corrupción

Deuda externa y corrupción con Augusto B. Leguía.- Sólo en una de sus múltiples coimas, Juan Leguía Swayne, hijo y testaferro de Leguía, fue sobornado con el equivalente de once millones seiscientos mil dólares del día de hoy.- La orgía financiera en el Perú entre 1919 y 1929

“Difícilmente podía el Presidente Leguía ignorar el hecho de que sus hijos y muchos de sus parientes y amigos recibían millones de dólares como comisiones y utilidades provenientes de los empréstitos extranjeros y contratos de obras públicas. A veces fueron las propias firmas estadounidenses las que pagaron directamente las comisiones a su hijo y amigos. Sus hijos también lucraron con las utilidades de los monopolios estatales y, especialmente, con las concesiones para explotar casas de juego en toda la república, un mal que [Leguía] tuvo que legalizar haciendo modificar la disposición constitucional que prohibía el funcionamiento de casas de juego.”

Dennis 1930, 118

Link

https://cavb.blogspot.pe/2012/06/deuda-externa-y-corrupcion-en-el.html

El Oncenio de Leguía

Inicio » Periodo Independiente » República » El Oncenio de Leguía
El oncenio de Leguía, fue un gobierno que dejó profunda huella en nuestra historia del siglo XX. Este gobierno se resume en entreguismo total al capital extranjero y con los países vecinos, corrupción a niveles extremos, atropello de las instituciones del Estado y autoritarismo.

Con este gobierno el Perú se convirtió en satélite del capital de EE.UU., ante la crisis del capitalismo inglés después de la Primera Guerra Mundial. Esta condición de dependencia de EE.UU. que se mantiene hasta este siglo XXI.

Augusto B. Leguia

Augusto B. Leguía inspira a los gobernantes de nuestro país, hacia un autoritarismo y permanencia en el poder; Leguía inspira a los gobernantes a anular las propuestas y organizaciones no acólitas a su persona y gobierno; inspira a hacer obras sin importar los medios ni los costos, sólo el “quedar bien”. Al final Leguía cayó por su torpe política económica  basada en la “adicción” a los préstamos usureros de la banca de EE.UU. que hizo del Perú un país débil ante las fluctuaciones del capitalismo mundial.

Concepto
El oncenio fue una etapa de nuestra historia donde se estableció una dictadura cívica dirigida por Augusto B. Leguía, cuyo gobierno favoreció la penetración de capitales de EE.UU. en nuestra economía haciéndolo dependiente de la banca de EE.UU. Los civilistas fueron desplazados del poder político.

Economía
Los rasgos economicos más importantes del Oncenio de Leguía fueron:
El gradual, pero contundente desplazamiento del capital británico por el norteamericano, que si bien se inicio con la fuerte inversión en la Cerro de Pasco Corporation durante el gobierno de López de Romaña, alcanzo su apogeo con el oncenio de leguía.

La consolidación  de los enclaves o concesiones de nuestro territorio y soberania a empresas extranjeras para que exploten nuestros recursos naturales. La entrega a perpetuidad de los ferrocarriles según la ley 6281 de noviembre de 1924. La dictadura descarto el acuerdo de concesión por 66 años de nuestros ferrocarriles a la Peruvian Corporation y le concedio para siempre la administración.

Mineria en el Peru Aristocratico

 El abuso del endeudamiento externo promocionado por EE.UU. que necesitaba expandir sus áreas de inversión, incluso indirecta (empréstitos a gobierno) sin preocuparse de la productividad de los proyectos financiados por el gobierno sino de la colocación- interés y garantías.

La injerencia creciente del gobierno norteamericano y sus técnicos en diferentes aspectos de la vida nacional durante el Oncenio de Leguía.

Presiones de la banca privada principalmente extranjera cuyos intereses prevalecieron para la creación del Banco de Reserva del Perú el 9 de marzo de 1922 sobre el molde del Federal Reserve Bank de EE.UU. En el directorio del Banco de Reserva se acreditarón 10 directores: 7 de la banca privada en especial extranjera y 3 del estado.

Política
Oncenio de Leguia

Como recordamos Leguía ocupó la presidencia durante la República Aristocrática (1908- 1912) con el apoyo civilista de José Pardo, de quien fue ministro de hacienda. En 1919 Leguía canceló la República Aristocrática, derrocando al mismo José Pardo. La crisis de la República Aristocrática era insalvable, no solo por las consecuencias de la Primera Guerra Mundial cuya marejada produjo una gran inflación y la protesta del Movimiento Obrero que arrancó de José Pardo las célebres leyes obreras. Los obreros, los empleados, los militares de mediana o baja graduación, artesanos, comerciantes y empleados públicos descontentos encontraron su esperanza en la candidatura de 

Leguía para las elecciones de 1919.
El 18 de Enero de 1920 Augusto B. Leguía promulgó la constitución de 1920 para darle el marco jurídico a su gobierno que luego ha de llamar la “Patria nueva”

El congreso promulgó el 18 de setiembre de 1923 la enmienda de la constitución para permitir la reelección de Augusto B. Leguía para 1924 como su segundo mandato consecutivo, también en 1927; al acercarse la culminación de 5 años constitucionales volvió a presionar al congreso, tenía “mayoría”, para promulgar la ley 5857, que modificó la constitución de nuevo permitiendo una reelección indefinida. Según los legistas, era preciso un hombre  extraordinario; los gobernantes mediocres no permanecen en el poder.

Leguía se hizo reelegir en agosto de 1929 como presidente para un tercer periodo presidencial hasta 1934, pero fue derrocado en 1930 por Luis M. Sánchez Cerro.

Fin del oncenio de A. B. Leguía
La caída del oncenio se produjo rápidamente como consecuencia de la crisis mundial del capitalismo, especialmente el norteamericano que se evidenció con la quiebra de la bolsa de Valores de Nueva York (24 de octubre de 1929) en el “Jueves negro”. La caída de las acciones y la liquidación de importantes transnacionales arrastró a sus sucursales en Latinoamérica. No se vendían más nuestras materias primas o los precios cayeron estrepitosamente. En la caída del oncenio también se paralizaron las obras públicas y las actividades en los enclaves de provincias, generándose un desempleo inmenso: minería, migraciones a Lima, protestas, actividades subversivas, etc.

Las dictaduras pro-EE.UU. en Latinoamérica cayeron en serie: Hernando siles en Bolivia; Carlos Ibáñez en Chile; Washington Luis en Brasil; Hipólito Irigoy en Argentina; etc. y en el Perú Leguía.
El 22 de agosto de 1930 se sublevó el comandante Luis Miguel Sánchez Cerro, antiguo defensor del civilismo en Arequipa.

Leguía fue apresado y conducido a la prisión de San Lorenzo y luego a la clínica Naval de Bellavista, donde escribió sus memorias Yo Tirano, Yo ladrón y murió el 6 de febrero de 1932. Tenia 69 años, de los cuales 15 ocupó la presidencia.

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https://historiaperuana.pe/periodo-independiente/republica/oncenio-leguia/

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