If
someone had designed a work regime perfectly suited to maintaining the
power of finance capital, it’s hard to see how they could have done a
better job. Real, productive workers are relentlessly squeezed and
exploited. The remainder are divided between a terrorised stratum of
the, universally reviled, unemployed and a larger stratum who are
basically paid to do nothing, in positions designed to make them
identify with the perspectives and sensibilities of the ruling class (managers,
administrators, etc) – and particularly its financial avatars – but, at
the same time, foster a simmering resentment against anyone whose work
has clear and undeniable social value. Clearly, the system was never
consciously designed. It emerged from almost a century of trial and
error. But it is the only explanation for why, despite our technological
capacities, we are not all working 3-4 hour days.
Si alguien hubiera diseñado un régimen de trabajo perfectamente adecuado para mantener el poder del capital financiero, es difícil ver cómo se podría haber hecho un mejor trabajo. Los trabajadores reales y productivos son implacablemente exprimidos y explotados. El resto se divide entre un estrato aterrorizado por los universalmente denostados desempleados y un estrato más grande de los que están básicamente pagados para no hacer nada, en los puestos diseñados para hacer que se identifiquen con las perspectivas y sensibilidades de la clase dominante (gerentes, administradores, etc) - y en particular de sus avatares financieros -, pero, al mismo tiempo, fomentan un resentimiento latente contra cualquier persona cuyo trabajo tiene un valor social claro e innegable. Claramente, el sistema nunca fue concientemente diseñado. Surgió despues de casi un siglo de ensayo y error. Pero es la única explicación de por qué, a pesar de nuestras capacidades tecnológicas, no trabajamos 3-4 horas al día.
Si alguien hubiera diseñado un régimen de trabajo perfectamente adecuado para mantener el poder del capital financiero, es difícil ver cómo se podría haber hecho un mejor trabajo. Los trabajadores reales y productivos son implacablemente exprimidos y explotados. El resto se divide entre un estrato aterrorizado por los universalmente denostados desempleados y un estrato más grande de los que están básicamente pagados para no hacer nada, en los puestos diseñados para hacer que se identifiquen con las perspectivas y sensibilidades de la clase dominante (gerentes, administradores, etc) - y en particular de sus avatares financieros -, pero, al mismo tiempo, fomentan un resentimiento latente contra cualquier persona cuyo trabajo tiene un valor social claro e innegable. Claramente, el sistema nunca fue concientemente diseñado. Surgió despues de casi un siglo de ensayo y error. Pero es la única explicación de por qué, a pesar de nuestras capacidades tecnológicas, no trabajamos 3-4 horas al día.
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