miércoles, 16 de febrero de 2022

CLIVAJE: CAYETANO ACUÑA VIGIL

 Clivaje: 

DEFINICIÓN:



El concepto de clivaje es desarrollado por
Lipset y Rokkan (1967)[1] en sus estudios sobre sistemas de partidos políticos, aunque su planteamiento se adelanta a los trabajos de Lazerfelds (1944) en la Escuela de Columbia, al determinar que «las características sociales determinan las preferencias políticas». 

El clivaje se entiende como una divisoria o fractura confrontacional entre distintos grupos que genera la organización del conflicto en torno a ellos. Esta brecha se articula a través de la creación de partidos políticos que generan espacios contrapuestos entre sectores de la sociedad y que posicionan en la estructura social a los individuos en función de su alineamiento con cada uno de ellos. Como principales características podemos señalar:

El clivaje es configurado por la posición que ocupa un individuo en la estructura social, nunca por sus creencias o valores ya que la primera es estática y sobre la que no puede intervenir el sujeto y la segunda dinámica y puede ser modificada por el individuo. No todas las fracturas sociales son clivajes sociales, ya que necesitan necesariamente de la toma de posición del sujeto respecto a cada uno de estos bloques opuestos, así como una división normativa y organizativa que desemboque en la creación de partidos políticos.

Para Kriesi (1998)[2] a estos elementos definitorios de los clivajes hay que añadirle el que los grupos implicados deban ser conscientes de su pertenencia e identidad colectiva respecto a un grupo, además ha de generar una división organizativa y estructural que articule los intereses de dicho grupo.

A lo largo del desarrollo de las sociedades modernas Lipset y Rokkan describen cuatro grandes clivajes que se ajustan a momentos y situaciones históricas muy concretas y que han dado lugar a la configuración del actual sistema de partidos:

1. Clivaje centro – periferia: Es la plasmación de las divisiones territoriales surgidas de la contraposición de lo local frente a lo nacional, surgidas principalmente tras la articulación de los grandes Estados nación implican la lucha entre intereses culturales, políticos y económicos de las regiones o zonas periféricas ante el avance y toma de poder de estos Estados con un fuerte carácter centralizador. Como principal efecto sobre el sistema de partidos se encuentra el surgimiento de los partidos nacionalistas y los partidos centralistas.

2. Clivaje religioso: La fractura surge entre los intereses de estos nuevos Estados y la herencia de carácter religioso que, aún después de los procesos de modernización llevados a cabo en las sociedades avanzadas, sigue estando vigente. Estos intereses se articulan alrededor de la preponderancia de determinados intereses laicos o confesionales en la articulación del propio estado, así como en la propia imposición de un determinado poder ético y moral. De este clivaje surgen los partidos laicos y los partidos religiosos.

3. Clivaje campo-ciudad: Articulado alrededor de las diferencias en el acceso a los recursos en las sociedades rurales o urbanas. Este conflicto ejemplifica la tensión en una determinada jerarquía territorial marcada por los intereses burgueses surgidos tras la industrialización y los intereses de las élites terratenientes de las sociedades más ruralizadas. En la actualidad, esta tensión se manifiesta en los procesos de incremento de la desigualdad entre zonas ricas y pobres o países desarrollados y subdesarrollados. El conflicto campo ciudad dará lugar a partidos de corte agrario o de corte burgués.

4. Clivaje de clase: Surge a lo largo del proceso de salto a la sociedad industrial, marcado por la distinción entre clase trabajadora y clase empresarial. La preponderancia de los propietarios de los medios de producción frente a los trabajadores va a caracterizar uno de los principales conflictos sociales a lo largo de la historia, así como va a delimitar la división de la estructura social y productiva de las sociedades modernas. Como reflejo de este clivaje en el sistema de partidos destacan los partidos de corte obrero y liberal. Aparte de las cuatro tipologías clásicas se han ido señalando, nuevas fracturas que a lo largo del desarrollo de las sociedades post industriales han dado lugar a la aparición de nuevos clivajes, de ente ellos el principal es el clivaje postindustrial.

5. Clivaje postindustrial: Surgido del denominado paso de las sociedades materiales a las sociedades postmateriales, Inglehart (1971)[3] y Kriesi (1995)[2] y en el que se articulan una serie de nuevos intereses para los individuos, alejados de la mera satisfacción de lo material o económico y que tienen que más que ver con la satisfacción y el desarrollo personal. En este clivaje se ubicarían los partidos ecologistas, antiglobalización, feministas, etc.

Véase también Partidos políticos

Referencias

 Lipset, S, y S. Rokkan (1967): Cleavage estructures, party systems, and voter alignments: an introduction. Nueva York: Free Press.

http://www.cialc.unam.mx/cuadamer/textos/ca155-97.pdf


Clivaje

El término clivaje no forma parte del diccionario de la Real Academia Española (RAE). Se trata de un anglicismo: un giro del inglés que se utiliza en nuestra lengua con referencia a una segmentación, un quiebre o una disociación.

En el terreno de la psicología, se llama clivaje a un mecanismo de defensa que se vincula a una disociación emocional e implica separar las propiedades contradictorias que se atribuyen a un objeto. Mientras que es natural en la infancia, el clivaje en la adultez puede aparecer como una manifestación de una psicosis si no se lo tramita de una manera adecuada.

Supongamos que una persona está enamorada de otra por diversas cualidades, aunque también registra en ella otras que considera negativas. El clivaje hace que la primera separe ambas facetas de la segunda, optando por privilegiar aquello que toma como positivo y manteniendo el vínculo por esa razón, a pesar de lo malo.

En este contexto, el concepto surge del término alemán Spaltung y se encuentra vinculado a la discordancia y la disociación. Se trata de nociones que aparecieron por primera vez a finales del siglo XIX en los trabajos de investigación de Wundt y Jean-Martin Charcot, quienes dedicaron sus vidas al estudio de temas tales como la hipnosis, el automatismo mental y la personalidad múltiple.

Como se menciona más arriba, y según las teorías de la orientación psicodinámica (el campo que reúne el pensamiento psicoanalítico posmoderno), el clivaje es un mecanismo de defensa que nos sirve para separar las cualidades contradictorias que coexisten en un objeto, o también en el ego.

La psicología considera este mecanismo algo arcaico y primitivo que nos permite ver con buenos ojos nuestras relaciones afectivas, para evitar la frustración que puede causar sentir amor por alguien nocivo o que presenta actitudes negativas. Se espera que en la adultez seamos capaces de aceptar los defectos en el otro sin necesidad de negarlos, mientras que en los primeros años de vida es normal que actuemos de forma extremista e idealicemos a nuestros mayores.

Clivaje 

En un adulto sano no se debe comprometer el principio de realidad, el cual, junto con el de placer, rige el funcionamiento de la mente, según Freud. El principio de realidad modifica al otro y se impone para aplicar las condiciones propias del mundo exterior a la búsqueda de satisfacción, de manera que, a diferencia de lo que ocurre en la infancia, este camino sea más largo y complejo, respetando obstáculos tales como la intimidad ajena.

Durante el siglo XX, el psicoanálisis ha dado diferentes matices al concepto de clivaje; en sus orígenes, Freud lo definía principalmente como la coexistencia en el ego de dos actitudes opuestas: una que negaba la realidad, y otra que la aceptaba según el principio antes expuesto. Por ese entonces, el término en alemán que se utilizaba para designar este concepto era Ichspaltung, que puede traducirse como “escisión del ego”.

Para la sociología, el clivaje es una división que se registra en una comunidad por motivos religiosos, étnicos, económicos, ideológicos o de otro tipo. En el plano electoral, este clivaje se advierte en una escisión marcada a la hora de elegir a un partido político o un candidato.

El clivaje, en este caso, puede implicar una fractura o una grieta en la sociedad. Puede advertirse esta distancia, por ejemplo, en la separación entre la clase obrera y los capitalistas o terratenientes. Los obreros votarán de acuerdo a sus intereses de clase, que suelen resultar antagónicos a los intereses que defienden quienes disponen del capital y de las tierras. El clivaje no solo es electoral, sino que también se manifiesta en la ideología, en las expresiones culturales y en muchos otros contextos y situaciones.

https://www.alice-comunicacionpolitica.com/wikialice/index.php/Clivaje

REFERENCES:

Kriesi, H. (1989). New social movements and the new class in the Netherlands, American Journal of Sociology 94: 1078–1116.

 Kriesi, H. (1993). Political mobilization and social change: The Dutch case in comparative perspective. Aldershot: Avebury.

 Kriesi, H. (1998). Movements of the left, movements of the right: Putting the mobilization of two new types of social movements into a political context, in H. Kitschelt, P. Lange, G. Marks & J. D. Stephens (eds.), Continuity and change in contemporary capitalism, Cambridge: Cambridge University Press (forthcoming).


Kriesi, H., Koopmans, R., Duyvendak, J. W. & Giugni, M. (1995). New social movements in Western Europe. Minneapolis: Minnesota University Press.

Kriesi, H. & Wisler, D. (1996). Social movements and direct democracy in Switzerland, European Journal of Political Research 30: 19–40.

Kriesi, H., Wernli, B., Sciarini, P. & Gianni, M. (1996). Le clivage linguistique: Problèmes de compréhension entre les communautés linguistiques en Suisse. Berne: Office Fédéral de la Statistique.

Pakulski, J. (1995). Social movements and class: the decline of the Marxist paradigm, pp. 55–86, in: L. Maheu (ed.), Social movements and social classes. London: Sage.

Cite this article

Kriesi, H. The transformation of cleavage politics The 1997 Stein Rokkan lecture. European Journal of Political Research 33, 165–185 (1998). https://doi.org/10.1023/A:1006861430369

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Issue Date

March 1998

https://doi.org/10.1023/A:1006861430369




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