Nuevamente
sobre el límite terrestre con chile.
Edición 2483: miércoles, 12 de abril de 2017
Ni Michi
El triángulo terrestre Perú–Chile no existe. Anudando el Tratado de
1929.
Publicado en Caretas:
Hubert Wieland Conroy, 59, ministro y
exdirector de Límites de la Cancillería peruana ha reunido todos los documentos
de la delimitación y demarcación de la frontera con Chile en una obra de
consulta obligada –sobre todo para los chilenos–, “El Punto Concordia y
la frontera entre el Perú y Chile”. Chile cambió de posición respecto al punto
de inicio de la frontera terrestre, haciendo una interpretación antojadiza de
la sentencia de la Corte Internacional de Justicia que delimitó la frontera
marítima entre ambos países, en enero del 2014.
–¿Cuál es el inicio
de la frontera terrestre entre el Perú y Chile?
–Es el punto Concordia, en
la costa, tal como como figura textualmente en el artículo 2 del Tratado de
1929.
–¿Cómo se
estableció el Punto Concordia?
–El Tratado de 1929 estipuló que la
frontera debía trazarse a 10 kilómetros al norte de la vía férrea Arica -La Paz
y que, consecuentemente, su punto de inicio en la costa –el punto Concordia–
debía estar a diez kilómetros al norte del puente de dicha vía férrea sobre el
río Lluta. La Comisión Mixta de Límites, creada para demarcar la nueva frontera
e integrada por los ingenieros Federico Basadre (Perú) y Enrique Brieba
(Chile), identificó al inicio de sus trabajos ese punto (punto N) y constató
que no podía ser el inicio de la frontera por estar ubicado a unos 10
kilómetros del litoral. El problema era cómo unir dicho punto con el mar.
Basadre propuso trazar un arco de círculo con centro en el citado puente.
Brieba, en cambio, propuso usar el paralelo correspondiente. El desacuerdo fue
elevado a ambos gobiernos en diciembre de 1929, los que acordaron adoptar la
propuesta de Basadre y la consignaron en las “instrucciones idénticas” emitidas
en simultáneo en abril de 1930 (ver recuadro).
–Chile sostiene que
la sentencia de la Corte Internacional de Justicia que delimitó la frontera marítima
ratificó el inicio de la frontera terrestre en la ubicación física del Hito 1.
–La Corte Internacional de Justicia
dictó en su sentencia de enero del 2014 que el límite marítimo se inicia en la
intersección del paralelo geográfico que pasa por el Hito 1 con la línea de
baja marea, y no en el mismo Hito 1, como se sostiene erróneamente en Chile; y
se limitó a señalar que si bien no había sido llamada para pronunciarse sobre
la ubicación del punto Concordia, donde se inicia la frontera entre
el Perú y Chile, observaba que ese punto podía no coincidir con el inicio de la
frontera marítima (Art. 175 de la sentencia). De hecho, las dos fronteras
–marítima y terrestre– no tienen un punto de contacto entre sí. Lo que sucede
es que el presidente de Chile Sebastián Piñera no quiso ser portador solo de
una mala noticia. Pero el Tratado de 1929 y los acuerdos demarcatorios de
1930, por un lado, y la sentencia de la Corte Internacional de Justicia, por el
otro, son muy claros.
Los Propios Chilenos
lo Ratificaron
El 28 de abril de 1930, el gobierno de Chile emitió
el documento de instrucciones finales para delimitar la frontera entre el
Perú y Chile. Estas eran idénticas a las peruanas por mutuo acuerdo. El
documento chileno a la letra dice:
HITO CONCORDIA
Para fijar este
punto:
Se medirán 10 kms
desde el primer puente del ferrocarril de Arica a La Paz sobre el río
LLuta, en dirección hacia el Norte, en la Pampa de los Escritos, y se trazará,
hacia el Poniente, un arco de diez kilómetros de radio, cuyo centro estará en
el indicado puente y que vaya a interceptar la orilla del mar, de
modo que, cualquier punto del arco, diste 10 kilómetros del referido puente del
ferrocarril de Arica a La Paz sobre el río Lluta.
Este punto de
intersección del arco trazado, con la orilla del mar, será el
inicial de la línea divisoria entre Chile y el Perú.
Se colocará un hito
en cualquier punto del arco, lo más próximo al mar posible, donde
quede a cubierto de ser destruido por las aguas del océano.
¿Es una posición del
Perú? Yo diría que no. Es la posición de los dos países. Por eso reproduzco en
el libro las “instrucciones idénticas” de ambos países.
Más claro ni el
agua.
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