Sicosis navideña en Francia: tres atentados en tres días al grito de "Alá es grande"Añadir leyenda |
Un nuevo proyecto presentado al Parlamento holandés por el ministro del interior Piet Hein Donner el 16 de junio de 2014, dice:
«El Gobierno comparte la insatisfacción del pueblo holandés frente al modelo de sociedad multicultural en Holanda y expresa su intención de centrar sus prioridades- de ahora en más- hacia los valores fundamentales del pueblo holandés. En el nuevo sistema de integración, los valores holandeses van a tener un rol fundamental y por ello el gobierno "no adhiere más al modelo de sociedad multicultural".
Los hechos
La nota sigue:
"Una integración más rigurosa es ahora perfectamente justificada. Por esto es que dice al Gobierno y a todo su pueblo, que esta orientación se ha vuelto absolutamente necesaria porque la sociedad holandesa, está a punto de disgregarse en términos de identidad y nadie se siente "como en su casa" en Holanda.
La nueva política de integración será mucho más exigente para con los inmigrantes.
Por ejemplo, los inmigrantes deberán obligatoriamente aprender el idioma holandés y el gobierno va a tomar serias medidas coercitivas ante los inmigrantes que ignoren los valores del país y desobedezcan las leyes holandesas"
El Gobierno Holandés va -también- a dejar de dar subsidios especiales a los musulmanes para favorecer la integración y según Donner, "no corresponde al Gobierno ni a los fondos públicos, integrar a los inmigrantes"
El proyecto prevé también la creación de una legislación, prohibiendo los casamientos forzosos y también se pondrá una ley imponiendo severas medidas para estos inmigrantes musulmanes que disminuirán-voluntariamente- sus posibilidades de trabajar, simplemente por la manera que tienen de vestirse.
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Más específicamente el Gobierno va a prohibir el uso de vestimentas que cubran todo el rostro como el velo, la burka, la hijab, todo esto a partir de enero de 2015
Holanda se dio cuenta, quizá un poco tarde, que su liberalismo multicultural podría convertir su país en un territorio de "tribus del desierto", que destruirían la nación de origen y su propia identidad.
Sin embargo se debe tener en cuenta que la integración significa una confluencia de aportaciones y no la amputación de elementos que conforman el carácter definitorio de la identidad fundamental p.e. de Francia»
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A principios del tercer milenio, obviamente, Francia está sufriendo un bloqueo cultural y psicológico marcado por la ausencia de movilidad social. Reflejo de una grave crisis de identidad, dicho bloqueo se encuentra, paradójicamente, en contradicción con la realidad «pluriétnica» de la población francesa, en contradicción con la aportación cultural de la inmigración y en contradicción con las necesidades demográficas de Francia.
También está en contradicción con la ambición francesa de hacer de la Francofonía el elemento aglutinador de una constelación «pluricultural», destinada a contrarrestar la hegemonía anglosajona planetaria, y que sería la garantía de la futura influencia de Francia en el mundo.
Naturalmente, la adhesión de los países bálticos y del centro de Europa a la Unión Europea reducirá la proporción de «morenos» en el espacio europeo, pero el envejecimiento previsible de la población europea convierte a la comunidad árabe musulmana en un auténtico objetivo debido a su tasa de natalidad, su dinamismo y su flexibilidad salarial.
La integración significa una confluencia de aportaciones y no la amputación de elementos que conforman el carácter definitorio de la identidad fundamental de Francia. La tercera generación descendiente de inmigrantes, franceses de pleno derecho en virtud del nuevo código de la nacionalidad de 1998, está, por supuesto, extremadamente sensibilizada a su entorno internacional, como demuestran las explosiones de violencia de carácter confesional relacionadas con la Intifada palestina, la Guerra del Golfo (1990-1991), el conflicto de Bosnia (1990-1999), la Guerra de Afganistán (2001-2002) o la Guerra de Iraq (2003).
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Y además está claro que dicha tercera generación de descendientes de inmigrantes es portadora de una dinámica intercultural debida a sus orígenes, su perfil cultural y sus creencias religiosas. Por las solidaridades verticales que podría desarrollar con el país de origen y las solidaridades horizontales con el país de acogida, estos descendientes de inmigrantes constituirían un valor añadido para Francia, tanto en el ámbito del Mediterráneo como en la Unión Europea.
No obstante no se prevé que se instaure un clima de consenso que supere la visión xenófoba del mundo, en abierta contradicción con la misión universalista de Francia.
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Se argumenta que el tema es delicado apelando al pasado. Se argumenta en esta línea de pensamiento que quizá el término medio sea el camino; no exacerbar la xenofobia. Estos dos argumentos no toman en consideración los valores europeos ni los de la defensa precisamente de la civilización.
Ahora bien, que Europa haya reaccionado tarde, después de la marea migratoria, es simple imprevisión. Pero no es tarde sino muy a tiempo para tomar cartas en el asunto. Depende de la Unión Europea ver que tal disolución de identidad nunca ocurra.
Link: Europa y la inmigración, hoy
Huntington al respecto indica que es necesario tener nuevos paradigmas que sean aplicables al régimen internacional actual y que cualquier analista de las Relaciones Internacionales actuales debe de tomar en cuenta las diferentes civilizaciones dentro de los Estados, así como su influencia en los demás países con el propósito de entender de una forma más objetiva el porqué del surgimiento de tantos conflictos étnicos, nacionalismos, y conflictos que se suscitan dentro de los Estados mismos. El autor propone que los líderes respeten y acepten que la naturaleza de la política mundial depende de las múltiples civilizaciones, y sólo de esta forma podrá evitarse una Gran Guerra mundial entre las diferentes culturas.
Propone considerar dentro del nuevo orden mundial, lo que el autor llama el resurgimiento islámico. Sostiene que representa una gran amenaza ideológica para Occidente, y una pieza importante dentro del tablero de la política internacional que las demás civilizaciones no pueden pasar por alto.
Huntington dibuja un mapa que traza una línea muy clara estableciendo las fronteras entre las civilizaciones, facilitando así la forma de determinar las zonas de influencia de cada civilización. Según el autor, esta línea baja desde la frontera que divide a los países Bálticos y Rusia, atravesando Bielorrusia, Ucrania y Rumania, hasta llegar a Bosnia.
De esta forma, establece que la Unión Europea es el centro de Occidente en Europa, ya que esta se encuentra relativamente separada de forma geográfica del Islam y de la ortodoxia rusa. Rusia será el centro de la civilización ortodoxa, China será el centro del este asiático, exceptuando a Corea y a Japón. Sin embargo la civilización Islámica, es muy especial ya que no cuenta con un Estado central, y sus poblaciones se encuentran muy dispersas tanto en Europa, como en Asia del Este.
El hecho es que la emigración hacia países europeos y Estados Unidos, está siendo cada vez más frecuente por poblaciones no occidentales. Estas poblaciones representan una amenaza para los habitantes innatos de esos territorios.
Por el momento la mayoría de la población europea y estadounidense se encuentra cada vez más a favor de políticas nacionalistas que tratan de reducir o de acabar con la inmigración y cada vez más en contra de brindar ayuda estatal y política a sociedades que no pertenezcan a la occidental,
El choque de civilizaciones según Samuel Phillips Huntington
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