El reciente libro de Alberto Vergara
(Ciudadanos sin república. ¿Cómo sobrevivir en la jungla política
peruana?), es una compilación de artículos que --según él-- revelan la
existencia de una «tensión entre las “promesas cumplidas” del
neoliberalismo y la frustración por el fracaso de la “promesa
republicana”». Martín Tanaka, conocido politólogo, comenta este libro
sin crítica alguna, acepta los supuestos logros del neoliberalismo y no
se sorprende del «republicanismo» de Vergara. «Mientras que el
neoliberalismo dio lugar –dice- a un inédito crecimiento económico, la
precariedad del republicanismo pone en riesgo lo avanzado».
Tampoco deben saber que desde el segundo gobierno de Alan García, se perdió eficiencia en la aplicación de las reglas de política introducidas con las reformas y se dejó caer el tipo de cambio real afectando a la producción manufacturera.
Félix Jiménez
Opinión Economista Ph. D.
Profesor Principal PUCP
Crecimiento económico y neoliberalismo
Vergara
-y Tanaka-- se equivocan cuando afirman que el reciente crecimiento es
«inédito». No saben que el crecimiento económico más alto del último
siglo se registra durante 1959-1967: el PBI y la Manufactura crecieron a
tasas promedio anuales de 7.2% y 7.8%, respectivamente. Estas tasas son
claramente superiores a las registradas durante 2004-2012 (7.0% para el
PBI y 5.9% para la Manufactura). Ambos períodos son de ocho años, pero
en el primero, a diferencia del segundo, el crecimiento fue liderado por
la manufactura y acompañado por un aumento sostenido del ingreso de los
trabajadores. Además, el crecimiento registrado en los años 2004-2012
fue el resultado del aumento espectacular en el precio de los metales y
de una sostenida demanda externa. Por lo tanto, este crecimiento ni fue
«inédito» ni fue resultado de las políticas neoliberales.
Vergara
y Tanaka también ignoran que durante el neoliberalismo «fujimorista»,
el magro crecimiento de 3.9% promedio anual de los años 1990-1997, acabó
con una crisis recesiva que se prolongó hasta 2001. Es posible que
tampoco sepan que durante el período 2001-2003 se realizaron reformas en
la política fiscal y monetaria que hoy se exhiben como fortalezas
macroeconómicas. Estas reformas --efectuadas por economistas críticos
del neoliberalismo--, bajaron la inflación a un dígito, redujeron el
riesgo cambiario de la deuda pública, bajaron la proporción de esta
deuda con respecto al PBI, permitieron acumular reservas internacionales
y recuperaron el papel del tipo de cambio como instrumento de
diversificación productiva. Tampoco deben saber que desde el segundo
gobierno de Alan García se perdió eficiencia en la aplicación de las
reglas de política introducidas con las reformas y se dejó caer el tipo
de cambio real, afectando a la producción manufacturera.
El carácter antirepublicano del neoliberalismo
Para Vergara, el neoliberalismo de los últimos 20 años ha «cumplido su promesa». El crecimiento «inédito» y la consecuente reducción de la pobreza, habría dado lugar a una sociedad de ciudadanos. Hoy, como nunca antes -dice-, existe «una economía de mercado y una extendida ciudadanía», lo que justificaría caracterizar al Perú de hoy como un país de «ciudadanos sin república».
Para Vergara, el neoliberalismo de los últimos 20 años ha «cumplido su promesa». El crecimiento «inédito» y la consecuente reducción de la pobreza, habría dado lugar a una sociedad de ciudadanos. Hoy, como nunca antes -dice-, existe «una economía de mercado y una extendida ciudadanía», lo que justificaría caracterizar al Perú de hoy como un país de «ciudadanos sin república».
¿El neoliberalismo ha
«ampliado la ciudadanía» en nuestro país? ¿Es esto verdad? Durante los
20 años de neoliberalismo los gobiernos elegidos perdieron legitimidad,
practicaron la impostura y la corrupción, envilecieron la política, y
gobernaron con los grupos de poder económico y en contra de los que los
eligieron. Unos gobiernos más que otros violaron los derechos humanos y
pervirtieron el ejercicio de la función pública. El neoliberalismo
convirtió a la política en un mercado, vaciando de «sentido de la ética y
de toda sustancia pública» a la lucha por el poder, y extendió la
utilización de la asistencia y caridad con lo cual envileció la
ciudadanía de las grandes mayorías de nuestro país.
En
consecuencia, el neoliberalismo no puede haber sido promotor de
ciudadanía. Por el contrario, ha sido y es responsable de la pérdida de
virtud cívica, de la pérdida de la conciencia civil de los electores que
los ha llevado a aceptar prácticas clientelares y corruptas como forma
de gobierno. «Roba pero hace obras» ha sido elevado por el
neoliberalismo en eslogan de persuasión para votar. Republicanos como
Viroli, Pettito Casassas, para citar a solo tres contemporáneos, dirían
que esta práctica neoliberal es contraria a los principios del bien
público, del gobierno de las leyes, de la virtud cívica, de la libertad
como no-dominación, y de la justicia. Por lo tanto, la ciudadanía no
pudo ni puede ser su resultado.
A modo de conclusión
Vergara dice que «hay que construir instituciones» para que el mercado y la «extendida ciudadanía» le dé plena vigencia al republicanismo. Nos está diciendo que al neoliberalismo solo le hace falta instituciones para transformarse en republicanismo. Es como la cuadratura del círculo. El neoliberalismo tiene sus propias instituciones que le son funcionales. Sus instituciones económicas y políticas son extractivistas. Por eso el republicanismo solo puede ser entendido como una alternativa al neoliberalismo. No es posible construir una comunidad política de ciudadanos soberanos, es decir, una república fundada sobre el derecho, el bien común y la libertad concebida como no-dominación, sin transformar el «modelo neoliberal». La república y la libertad requieren de condiciones materiales que impidan su dependencia de la voluntad arbitraria de otros. Por eso el republicanismo supone la existencia de mercados con parámetros regulatorios que limiten las asimetrías de poder. Pero esta no es, sin duda, la «promesa republicana» de Vergara.
Link a una referencia crítica al libro de Vergara
Publicado en:
http://www.laprimeraperu.pe/online/economia/neoliberalismo-y-republicanismo_149395.html
Martín Tanaka: Las alternativas al liberalismo
Vergara dice que «hay que construir instituciones» para que el mercado y la «extendida ciudadanía» le dé plena vigencia al republicanismo. Nos está diciendo que al neoliberalismo solo le hace falta instituciones para transformarse en republicanismo. Es como la cuadratura del círculo. El neoliberalismo tiene sus propias instituciones que le son funcionales. Sus instituciones económicas y políticas son extractivistas. Por eso el republicanismo solo puede ser entendido como una alternativa al neoliberalismo. No es posible construir una comunidad política de ciudadanos soberanos, es decir, una república fundada sobre el derecho, el bien común y la libertad concebida como no-dominación, sin transformar el «modelo neoliberal». La república y la libertad requieren de condiciones materiales que impidan su dependencia de la voluntad arbitraria de otros. Por eso el republicanismo supone la existencia de mercados con parámetros regulatorios que limiten las asimetrías de poder. Pero esta no es, sin duda, la «promesa republicana» de Vergara.
Link a una referencia crítica al libro de Vergara
Publicado en:
http://www.laprimeraperu.pe/online/economia/neoliberalismo-y-republicanismo_149395.html
Martín Tanaka: Las alternativas al liberalismo
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