Amigos y alumnos que leyeron mi artículo
el pasado sábado, publicado en este diario, me han comentado y escrito
criticándome por el uso de la frase «neoliberalismo de Estado». ¿Cómo
puede haber neoliberalismo de Estado –me preguntan-- si usted mismo dice
que el neoliberalismo propone la minimización del Estado, la ausencia
de toda intervención estatal en la economía. Por lo demás, me dicen, es
un sinsentido hablar de neoliberalismo de Estado en nuestro país cuando
los neoliberales critican al Estado peruano acusándolo de «miedoso e
incompetente».
El neoliberalismo,
además, ha acentuado el extractivismo económico y político. El poder
minero controla al poder político. El extractivismo que hoy se practica
en nuestro país, está agotando los recursos naturales no renovables, y
el actual gobierno no tiene una política clara de creación de otros
activos para compensar esta pérdida y no perjudicar a las generaciones
futuras. La inversión privada de los últimos tiempos ya no expande la
producción de aquellas actividades que generan más empleo e ingresos.
En nuestro país este neoliberalismo de Estado comienza con la creación de las AFP. Estas instituciones privadas no fueron creadas por el mercado sino por el Estado, con la forzada direccionalidad de parte de nuestros ingresos a las AFP que no elegimos, según algún indicador de mercado.
En nuestro país este neoliberalismo de Estado comienza con la creación de las AFP. Estas instituciones privadas no fueron creadas por el mercado sino por el Estado, con la forzada direccionalidad de parte de nuestros ingresos a las AFP que no elegimos, según algún indicador de mercado.
Félix Jiménez
Opinión Economista Ph. D.
Profesor Principal PUCP
Los orígenes del neoliberalismo
El neoliberalismo como ideología sucede al liberalismo. Esto es por definición, como la teoría económica neoclásica sucede a la teoría económica clásica (pero aclarando que esta última alude a la teoría de Ricardo). Los liberales del siglo XVIII y XIX tuvieron enorme influencia en el desarrollo de la teoría económica neoclásica, según la cual la economía tiende al pleno empleo cuando los mercados funcionan sin la intervención del Estado. En este sentido, los liberales incluyen como parte de las libertades civiles, la autonomía económica, lo que implica postular la ausencia de regulación del mercado por parte del Estado.
El neoliberalismo surge como respuesta crítica a la puesta en práctica del proyecto socialista a partir de 1917. Reaccionan contra la sustitución del mercado por un plan centralizado, y contra la supresión de las libertades individuales. A partir de ese acontecimiento–según Todorov-- «entramos a una nueva fase de la evolución del liberalismo, que justifica que hablemos de neoliberalismo. Ahora la doctrina se formula asumiendo la oposición con el mundo totalitario que está construyéndose». Sus principales exponentes son Ludwig von Mises (1881-1973) y Friedrich A. Hayek (1899-1992). Pero, después de la gran depresión de 1929 y durante el auge del Keynesianismo, estos neoliberales enfilan sus críticas contra el Estado del Bienestar.
El significado del neoliberalismo de Estado
Los
neoliberales plantean «la sumisión del hombre a las fuerzas
impersonales del mercado». En su obra Camino de Servidumbre, Hayek
sostiene que en el pasado esta sumisión «hizo posible que se
desarrollara la civilización».
Con el ascenso al poder de
Margaret Thatcher en Gran Bretaña (1979) y Ronald Reagan en Estados
Unidos (1980), se dio inicio a la aplicación del pensamiento neoliberal
en el mundo. La manera cómo se aplicaron las políticas y reformas
neoliberales en nuestros países, difiere de un lugar a otro, de sus
condiciones iniciales y del tipo de institucionalidad vigente en ellos.
Lo que no varió fue el uso del poder del Estado para beneficiar a los
poderes existentes en el mercado. Y esto es lo que dio lugar al
«neoliberalismo de Estado» frase que, en justicia, hay que decirlo
ahora, pertenece a Todorov.
En nuestro país este neoliberalismo
de Estado comienza con la creación de las AFP. Estas instituciones
privadas no fueron creadas por el mercado sino por el Estado, con la
forzada direccionalidad de parte de nuestros ingresos a las AFP que no
elegimos, según algún indicador de mercado. Estas instituciones
administran nuestros recursos con la ayuda del Estado. Si los fondos
para proveer la pensión mínima no alcanzan, el diferencial se los provee
el Estado. El jubilado no puede retirar todos sus fondos, por ejemplo,
para comprarse una casa, etc.
Otro ejemplo de «neoliberalismo de
Estado» en nuestro país fue el rescate del sistema bancario afectado
por la crisis de 1998-1999 que hizo el gobierno de Fujimori,
acrecentando la deuda pública en cerca de mil millones de dólares.
El
neoliberalismo, además, ha acentuado el extractivismo económico y
político. El poder minero controla al poder político. El gobierno de
Humala cedió ante este poder y no fue capaz de exigirle compartir sus
ganancias extraordinarias asociadas a los altos precios de los
minerales. El extractivismo que hoy se practica en nuestro país, está
agotando los recursos naturales no renovables, y el actual gobierno no
tiene una política clara de creación de otros activos para compensar
esta pérdida y no perjudicar a las generaciones futuras. La inversión
privada de los últimos tiempos ya no expande la producción de aquellas
actividades que generan más empleo e ingresos.
A nivel
internacional, hay también neoliberalismo de Estado. Durante la crisis
de 2008-2009, los Estados intervinieron para salvar a los bancos
privados. Para esta ideología los beneficios son y deben ser siempre
privados, pero los riesgos y las pérdidas de las operaciones de los
grupos de poder privados deben ser socializados, deben ser asumidos por
toda la población.
A modo de conclusión
Ciertamente
decir «neoliberalismo de Estado» es una contradicción. Pero, como dice
Todorov, «precisamente por tratarse de una contradicción hace dudar de
la coherencia interna del proyecto. El liberal Benjamin Constant
(1767-1830) no había previsto que el Estado pudiera reforzar su
influencia en la vida de los individuos y a la vez ponerse al servicio
de algunos de ellos. Después de los atentados del 11 de setiembre de
2001, los Estados que habían adoptado esta ideología, como Estados
Unidos y Gran Bretaña, acrecentaron su control sobre las libertades
civiles, y a la vez dejaron plena libertad a agentes económicos
individuales. A partir de este momento hemos entrado en el
ultraliberalismo, tercera fase de la evolución de esta doctrina».
Publicado en:
http://www.laprimeraperu.pe/online/economia/el-significado-del-neoliberalismo-de-estado_142710.html
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