jueves, 23 de diciembre de 2021

La secularización: CAYETANO ACUÑA VIGIL.

 La secularización (lat. saeculare, significa ‘siglo’ o ‘mundo’) es el paso de algo o alguien de una esfera religiosa a una civil o no teológica. También significa el paso de algo o alguien que estaba bajo el ámbito de una doctrina religiosa (siguiendo sus reglas o preceptos) a la estructura secular, laica o mundanal.1​2​


En el ámbito de la Filosofía de la Cultura en general, y con repercusiones directas en Derecho Civil y Canónico, el concepto o proceso social de Secularización se ha referido a la desacralización de elementos y estructuras, inicialmente percibidas como dotados de significado simbólico transcendente y pasando al ámbito del laicismo profano, afirmándose de ese modo una inmanencia radical (relativismo individualista) en el valor referido a de los mismos. Dicho proceso se vincula con la subjetivización de dichos elementos, pérdida de transcencencia pública, incluso en la codificación legal y asignación de relativismo subjetivo en la asignación de valor de los mismos.

Ejemplo de esto es la consideración de la institución del matrimonio por la Reforma Protestante como una cuestión no sacramental, sino puramente civil, y su posterior pérdida de relevancia pública hasta la crisis de la institución legal del matrimonio sufrida en el siglo XX y XXI al ser considerado una estructura sin relevancia pública más allá del propio individuo.

Proviene del latín saeculare, que significa ‘siglo’ pero también ‘mundo’. De ahí que secular se refiera a todo aquello que es mundano, por oposición a lo espiritual, lo santo, o lo divino. De saeculum también deriva la palabra «seglar», con la que se designa a los miembros de la Iglesia que no son clérigos. Así pues, «secular» se opone a «religioso», como «profano» se opone a «sagrado».

El término ha servido para designar la pérdida de propiedades de la Iglesia y su paso a manos del Estado o de la sociedad civil.3​ Para referir a tal hecho actualmente se utilizan las expresiones «desamortización» o «expropiación eclesiástica».

El término «secularización» también designó la progresiva independencia del poder político respecto al poder eclesiástico. En este sentido, secular equivale a laico, es decir, a no-confesional. Con la secularización el Estado deja de ser confesional, se emancipa de cualquier tutela religiosa y se convierte en un Estado laico.

En un tercer sentido, «secularización» se refiere a la pérdida de influencia de la religión en la cultura. Si en alguna época estuvieron sometidas a la influencia de grupos religiosos, con la secularización la ciencia, la moral, el arte y otras expresiones humanas recobran su papel al margen de lo religioso.

https://es.wikipedia.org/wiki/Secularizaci%C3%B3n

En cuarto lugar, la «secularización» designa la autonomía de la sociedad en general y de sus instituciones (enseñanza, sanidad, asistencia social, etc.) frente a las instituciones religiosas que, tradicionalmente, habían tenido mucho más peso.

Finalmente, la «secularización» es una manera de hablar de la decadencia de las prácticas y creencias religiosas que se observa en las sociedades modernas.

La secularización también se refiere al proceso que experimentan algunos Estados o territorios cuando diversas instituciones y bienes pasan de la esfera religiosa a la civil. Con la secularización, lo sagrado y lo religioso se hacen más privados y ceden su preeminencia pública a la sociedad.

El secularismo (de secular) es aquel pensamiento o actuación que es perteneciente o relativo a la vida, estado o costumbre del siglo o mundo y, por tanto, que no tiene órdenes clericales y es ajeno a las prácticas y usos religiosos.

George Jacob Holyoake, considerado el padre del secularismo inglés, definía lo secular como aquello que en esta vida podía ser controlado por la experiencia.1​ Barry A. Kosmin distingue entre secularismo débil y secularismo fuerte:2​

El secularismo débil afirma la libertad de religión, estando libre de la imposición de alguna religión oficial o gubernamental sobre la gente, dentro de un estado o de una sociedad que es neutra sobre los asuntos de creencia espiritual, y no da ningún privilegio estatal o subvención a religiones (mirar también la separación Iglesia-Estado).

El secularismo fuerte establece que las decisiones y actividades humanas, sobre todo políticas, deberían estar basadas en lo que se consideran pruebas y hechos antes que en creencias con influencia religiosa. Las doctrinas religiosas están basadas en lo que consideran una verdad absoluta, mientras que el secularismo está basado en la razón que fue desarrollado durante la Ilustración. Los secularistas creen que todas las actividades que caen fuera de la esfera privada deberían ser seculares; es decir, no religiosas (véase la Razón pública).

Librepensamiento y secularización en la Europa contemporánea, Pedro F. Álvarez Lázaro, pág. 196

 Kosmin, Barry A. "Hard and soft secularists and hard and soft secularism: An intellectual and research challenge."

https://tendencias21.levante-emv.com/secularizacion-de-la-sociedad-occidental-donde-se-opero-el-cambio_a26656.html

https://alacip.org/cong13/1025-vallejo-7c.pdf

Bibliografía

Roberto Blancarte (2008). Los Retos de la Laicidad y la Secularización en el Mundo Contemporáneo. Colegio de México. ISBN 978-968-12-1345-9.

Charles Taylor. A Secular Age. Harvard University Press. Cambridge (Massachusetts) y Londres (2007).

Massimo Borghesi (2007). Secularización y nihilismo. Cristianismo y cultura contemporánea. Ediciones Encuentro. ISBN 978-84-7490-869-5.

Jürgen Habermas; Joseph Ratzinger (2006). Dialéctica de la secularización: sobre la razón y la religión. Encuentro. ISBN 978-84-7490-791-9.


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