Nombramiento del general Franco como Jefe del Gobierno del Estado Español.
El nombramiento del general Franco como Jefe del Gobierno del Estado tuvo lugar el 28 de septiembre de 1936 en una reunión de los altos mandos militares del sector del Ejército que se había sublevado y que una semana antes lo habían designado como Generalísimo. Los generales lo nombraron «Jefe del Gobierno del Estado, mientras dure la guerra civil », pero en el decreto de la Junta de Defensa Nacional publicado el día 30, se suprimió la acotación «mientras dure la guerra» y se añadió «quien asumirá todos los poderes del nuevo Estado».
Al día siguiente, 1 de octubre, en una ceremonia solemne celebrada en la sede de Capitanía General de Burgos el general Franco fue investido con sus nuevos poderes como «Jefe del Estado», que fue el título que ostentó durante su larga dictadura —el 1 de octubre sería conmemorado oficialmente todos los años como el día de la «Exaltación de Franco a la Jefatura del Estado» o simplemente como «Día del Caudillo.
El proceso por el que se llegó a la elección de Franco como jefe militar y político de la sublevación fue complejo y las fuentes históricas han sido bastante poco coincidentes en su descripción y en su cronología.
Con la investidura del general Franco como «Generalísimo» de las fuerzas sublevadas y como «Jefe del Gobierno del Estado» —aunque el título que adoptó fue el de «Jefe del Estado»— se cerró la etapa de cierta provisionalidad que representó la Junta de Defensa Nacional y quedó instaurada una dictadura de carácter personal.
Después del fracaso de la toma de Madrid —entre noviembre de 1936 y marzo de 1937— y con la perspectiva de que la guerra iba a ser larga el Generalísimo Franco, con la ayuda de su cuñado Ramón Serrano Suñer, comenzó a configurar la organización política del «Nuevo Estado» de la zona sublevada.
El primer paso fue el Decreto de Unificación de abril de 1937 por el que todas las fuerzas políticas que apoyaban el «alzamiento nacional», y singularmente los falangistas y los carlistas que eran quienes con sus milicias más estaban contribuyendo a la guerra, fueron integradas bajo un único partido denominado Falange Española Tradicionalista y de las JONS.
El paso siguiente fue el nombramiento el 30 de enero de 1938 de su primer gobierno que sustituyó a la Junta Técnica del Estado.
La construcción del «Nuevo Estado» fue acompañada de la destrucción de todo lo que tuviera que ver con la República. Así en la zona sublevada, al contrario de lo que estaba sucediendo en la zona republicana —en la que se había desencadenado la revolución—, se procedió a una "contrarrevolución", llevándose a cabo «una sistemática represión de las personas, las organizaciones y las instituciones que en alguna forma, real o, incluso, imaginaria, pudieran entenderse ligadas a esa República revolucionaria, o en manos de revolucionarios, a la que se decía combatir.
En ese camino Franco contó con el apoyo y bendición de la Iglesia católica. Obispos, sacerdotes y religiosos comenzaron a tratar a Franco como un enviado de Dios para poner orden en la ciudad terrenal y Franco acabó creyendo que, efectivamente, tenía una relación especial con la divina providencia.
https://es.wikipedia.org/wiki/Nombramiento_del_general_Franco_como_Jefe_del_Gobierno_del_Estado
La sucesión
1969: Juan Carlos I es elegido sucesor a título de Rey
El 22 de julio de 1969 el príncipe don Juan Carlos era designado por Franco como su sucesor en la Jefatura de Estado con título de Rey. Se terminaba así de deshojar la margarita que daba opciones a su primo, don Alfonso de Borbón-Dampierre. Remotas eran las opciones del legítimo candidato, don Juan de Borbón, y más aún las del aspirante carlista, Carlos Hugo de Borbón-Parma. El nombramiento de Juan Carlos daba cuerpo a la inconclusa Ley de Sucesión de 1947, en la que España se constituía en reino aun careciendo de un rey, figura a la que se aproximaba Franco como jefe de Estado.
La Ley de Sucesión esclarecía de algún modo el remoto futuro de España, pero habrían de pasar aún veinte años para que aquel reino encontrase a su monarca. Veinte años en los que el régimen franquista se afianzó, logró superar el bloqueo de Europa y conoció cierta prosperidad económica. A finales de la década de los sesenta Franco empezó a presentar síntomas de cansancio.
Sobrepasaba ya los setenta y cinco años y, aunque exhibía una sorprendente lucidez, la incertidumbre sobre el futuro del régimen comenzaba a preocupar en España. El 5 de enero de 1968 don Juan Carlos cumplía treinta años, edad prevista en las Leyes Fundamentales para asumir funciones de rey. El día 30 del mismo mes nacía su primer hijo, Felipe de Borbón y Grecia, con lo que el linaje quedaba perpetuado.
Para don Juan Carlos aceptar el cargo suponía hacer un requiebro sobre los derechos dinásticos de su padre. Don Juan, hijo de Alfonso XIII, era el legítimo aspirante al trono de una restaurada monarquía, pero su relación con Franco se había deteriorado. Don Juan Carlos era diferente. Había sido educado junto a Franco desde niño y siempre le había respondido con lealtad. Una lealtad que tenía con Franco, pero no podía tener con su padre, a quien Alfonso XIII había cedido sus derechos en 1941.
Para legitimar el salto dinástico, Franco evitó hablar de restauración. Quería que la designación fuese concebida como la instauración de una nueva monarquía desde la legitimidad de los vencedores de la guerra. Así comenzó don Juan Carlos su difícil reinado. Y es que la historia también se escribe con renglones torcidos.
http://lahemerotecadelbuitre.com/piezas/franco-designa-a-don-juan-carlos-de-borbon-como-sucesor-en-la-jefatura-del-estado-a-titulo-de-rey/
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