Comparto estos dos escritos:
DOS SOLES NO PUEDEN BRILLAR BAJO EL MISMO CIELO
y
BOLÍVAR,
LIBERTADOR Y ENEMIGO Nº 1 DEL PERÚ
A propósito de los comentarios que se viene publicando sobre el tema:
Desde el Sur
versión impresa ISSN 2076-2674versión On-line ISSN 2415-0959
Desde el Sur vol.13 no.3 Lima set./dic. 2021 Epub 31-Dic-2021
http://dx.doi.org/10.21142/des-1303-2021-0029ARTÍCULOS
"Dos soles no pueden brillar bajo el mismo cielo". La entrevista de Guayaquil entre José de San Martín y Simón Bolívar (1822)
"Two suns cannot shine under the same sky". The Guayaquil interview between José de San Martin and Simón Bolívar (1822)
Javier Pérez Valdivia1*
http://orcid.org/0000-0002-3004-9097
César Puerta Villagaray2*
http://orcid.org/0000-0003-2345-7102
Daniel Morán3**
http://orcid.org/0000-0002-8244-5390
* Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima, Perú.
** Universidad San Ignacio de Loyola. Lima, Perú.
http://www.scielo.org.pe/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2415-09592021000300003
HERBERT MOROTE
BOLÍVAR,
LIBERTADOR Y ENEMIGO Nº 1 DEL PERÚ
https://www.herbertmorote.com/libros/cuarta%20edicion%20bolivar%20libertador.pdf
https://es.wikipedia.org/wiki/Independencia_del_Per%C3%BA
José de San Martín y la expedición libertadora del Perú
Conjura de los oficiales del ejército Libertador contra San Martín
Cuando oficiales generales del ejército Libertador vieron retirarse a la expedición de Canterac hacia la sierra, luego de su espectacular avance al Callao, fueron presas de la más exacerbada indignación. No podían entender la razón por la que San Martín se había negado a dar la orden de ataque, perdiéndose varias oportunidades de batir a las fuerzas realistas en el largo trayecto de Cieneguilla al Callao.
Según ellos, se había desperdiciado una magnífica oportunidad de acelerar el fin de la guerra de la independencia. Al no hallar una explicación de carácter estratégico, surgieron diversas hipótesis sobre problemas personales que aquejaban al Libertador.
Una de ellas decía que su adicción al uso del opio para combatir sus dolores estomacales (que se le presentaron de manera aguda a partir de la batalla de Chacabuco), habían minado su voluntad y firmeza. Sea como fuera, casi todos los oficiales concordaron en que era preciso deshacerse de San Martín, si se deseaba rectificar la estrategia militar que debía conducir al triunfo. Surgió así una conjura para deponerlo, apresarlo y deportarlo.
Las reuniones de los conjurados se realizaron en las oficinas del estado mayor, en los primeros días de octubre de 1821. Tácitamente, apoyaban la conjura el comandante del ejército, general Juan Gregorio de Las Heras, y el jefe de Estado Mayor Rudecindo Alvarado. Cuando ya estaba a punto de darse el golpe, los conjurados cometieron el error de poner al tanto del plan al coronel venezolano Tomás de Heres, comandante del batallón Voltígeros (ex Numancia), creyendo que se les uniría.
Pero Heres corrió presuroso a informar de la conjura a San Martín, quien se limitó a confrontar al denunciante con los oficiales acusados. Estos negaron rotundamente la acusación e incluso desafiaron al venezolano a someterse a duelo. San Martín apaciguó los ánimos y envió a Heres a Colombia, para evitar que sufriera algún atentado. Naturalmente, el plan de los conjurados se desbarató, al perderse el factor sorpresa.
San Martín no impuso ningún castigo a los oficiales implicados, e incluso, logró que el cabildo de Lima obsequiara a 20 altos oficiales, fincas en el Perú por un valor cercano de 500 mil pesos (propiedades que habían sido confiscadas a los españoles). Entre los beneficiados se hallaban Guise, Luzuriaga, Las Heras, Necochea, García del Río, Monteagudo, Álvarez de Arenales, Miller y Heres. Pero muchos de ellos venderían sus propiedades y se retirarían del Perú.
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