Teoría del conflicto:
La teoría del conflicto es un paradigma teórico bastante difuso en el pensamiento sociológico. El término teoría del conflicto se cristalizó en la década de 1950, cuando sociólogos como Lewis Coser y Ralf Dahrendorf criticaron el entonces funcionalismo estructural dominante en la sociología por enfatizar excesivamente la naturaleza consensual y libre de conflictos de las sociedades (véase Clásicos del Paradigma de la Teoría del Conflicto).
Por lo tanto, proponen la teoría del conflicto como un paradigma independiente de la teoría sociológica con un enfoque distinto en los fenómenos de poder, intereses, coerción y conflicto. Básicamente, la teoría del conflicto asume que las sociedades exhiben divisiones de poder estructurales y desigualdades de recursos que conducen a intereses en conflicto.
Sin embargo, el surgimiento de conflictos manifiestos es un fenómeno bastante raro, ya que depende de la movilización de los recursos de poder por parte de los actores sociales y de su organización social. Por lo tanto, la teoría del conflicto asume que las sociedades y otras formas de organización social suelen exhibir estructuras bastante estables de dominación y coerción, puntuadas sólo con poca frecuencia por conflictos manifiestos.
Sin embargo, aparte de algunos autores como Randall Collins (ver obras contemporáneas del paradigma de la teoría de conflictos), sólo unos pocos sociólogos contemporáneos usan la teoría del conflicto de etiquetas para identificar su postura paradigmática. Por lo tanto, la teoría del conflicto no se ha convertido en un paradigma establecido en la teoría social (véase History and Overviews).
Sin embargo, aparte de la noción de teoría del conflicto como paradigma teórico independiente, el término se utiliza a menudo en al menos otros tres significados importantes: en primer lugar, resumir la tradición teórica en la teoría sociológica, que trata del conflicto, el poder, la dominación y el cambio social, Ejemplificado por autores como Karl Marx, Max Weber (1864-1920), y Georg Simmel (1858-d 1918) (véase Clásicos de la tradición de la teoría del conflicto).
En segundo lugar, se aplica para denotar el análisis y la explicación de conflictos sociales en diferentes paradigmas sociológicos y en otras ciencias del comportamiento (ver Teoría de Conflictos Multiparadigmáticos y Perspectivas de Otras Disciplinas). Finalmente, la teoría del conflicto de etiquetas se aplica a menudo a la investigación sustantiva sobre las estructuras de poder, la dominación, el conflicto y el cambio (ver Campos de Conflicto).
La teoría de los conflictos como paradigma tenía una especie de función catalítica en las ciencias sociales. Fue capaz de demostrar que los clásicos sociológicos también se centraban en los fenómenos de poder y conflicto (véase Clásicos de la Tradición de la Teoría del Conflicto), inspiró otros paradigmas teóricos para ampliar su enfoque para incluir temas hasta ahora descuidados (ver Teoría de Conflictos Multiparadigmáticos) Y contribuyó al surgimiento de la investigación orientada al conflicto en varios campos de la sociología (ver Campos de Conflicto).
En las discusiones sociológicas contemporáneas, por lo tanto, la teoría del conflicto es menos importante como un paradigma sociológico independiente que en las diversas formas de teorización del conflicto que ha inspirado.
Fuente
Historia y Visión General
Dado que la teoría de los conflictos no es un paradigma sociológico independiente completamente establecido, el número de textos introductorios y reflexiones sobre la historia del pensamiento teórico del conflicto es bastante limitado.
Bartos y Wehr 2002 proporcionan una introducción general y completa a la explicación del conflicto social.
Binns 1977 es una visión completa de la teoría de los conflictos neo-weberianos y marxistas. Bonacker 2008 ofrece una excelente visión de la teoría de conflictos multiparadigmáticos, que abarca la mayoría de los enfoques teóricos de los conflictos sociales en las ciencias sociales contemporáneas.
Collins 1994 trata exhaustivamente la tradición de la teoría del conflicto, especialmente Marx y Weber, mientras que Collins 1990 crea un vínculo entre el paradigma teórico del conflicto y el trabajo contemporáneo en la sociología histórica comparada.
Demmers 2012 presenta las teorías generales más importantes del conflicto violento.
El capítulo de Joas y Knöbl 2011 es un excelente resumen del trabajo clásico en el paradigma de la teoría del conflicto en la década de 1950 y discute las razones de la desaparición de la teoría del conflicto como un paradigma sociológico independiente.
Finalmente, Turner 2003 discute brevemente la tradición teórica del conflicto y el paradigma clásico de la teoría del conflicto y se enfoca especialmente en la teoría neo-weberiana contemporánea, neomarxista y feminista del conflicto.
Otros autores que tratan el tema
Carl Freund define al conflicto como un desacuerdo entre dos grupos que manifiestan, una intención hostil, en general a propósito de un derecho y lo afirman eventualmente recurriendo a la violencia.
Lewis Coser destaca que el conflicto es entre valores y derechos, entre poderes y recursos, para lo cual se busca eliminar a los rivales sin importar los efectos sociales.
Ralf Dahrendorf postula que el conflicto es el motor de la historia, es lo que mantiene el desarrollo de la sociedad porque trasciende las relaciones individuales. Su ámbito de desarrollo se da entre los roles sociales, entre los grupos sociales, entre los sectores de la sociedad, entre sociedades y entre organizaciones supranacionales.
Para Dahrendorf las fuentes estructurales de los conflictos se encuentran en la desigual distribución del poder entre personas y entre grupos, lo que denomina “distribución dicotómica de la autoridad”. En esta dicotomía el conflicto es inevitable entre quienes pretenden mantener el orden y quienes desean alterarlo. Dahrenhof sostiene que la autoridad como el elemento estructural, esencial de la organización social, permite asegurar que ésta es la que provoca el conflicto persistente que, a su vez, reestructura la misma sociedad de la que surgen nuevos conflictos.
Norberto Bobbio señala que el conflicto es una forma de interacción social que implica enfrentamientos por el poder de acceso a recursos y a su distribución. Sostiene que, sin embargo, una vez admitido lo señalado surgen de inmediato divergencias respecto a la mayor parte de problemas vinculados al concepto de conflicto y su utilización.
Bobbio sostiene que el objetivo del conflicto es el control de los recursos, los cuales se presentan bajo formas diversas y pueden situarse en diversos niveles, que se distinguen entre sí por algunas características objetivas, entre las que estan: Dimensión, Intensidad, Objetivos.
Sobre la prevención de conflictos armados Serbin y Ugarte indican que la prevención de conflictos es un concepto en proceso de desarrollo y que para su estudio, se puede considerar:
Primero, las raíces de la teoría del conflicto.
Segundo, las posturas clásicas: Kaldún, Nicolás Maquiavelo, Karl Marx, Karl Von Clawsewitz, Thomas Hobbes, Georges Simmel, Lewis Coser y Henry Kissinger.
Tercero, las posturas contemporáneas con las tesis de: Louis Kriesberg, Lewis Coser, Herbert Marcuse, Erick Fromm, Randall Collins, Georges Balandier y Elton McNeil.
Tambien el interaccionismo simbólico desarrollado por Mead y Blumer es un factor importante en el estudio de la Teoría del conflicto
La Escuela de Chicago (Cooley, Lippmann, Park, Mead y Blumer) surge en EE. UU. durante los años 20 en el contexto de aparición de la opinión pública moderna, el desarrollo de las tecnologías de la información, el sistema democrático y la inmigración europea. Ellos estudian la comunicación como un hecho social significativo y muestran un considerable interés por la opinión pública.
Inauguran el conductismo social en un contexto en que se trabajaba o con el individuo como una máquina aislada o con la sociedad como una máquina aislada. Los objetos de estudio más significativos de esta escuela son la Ecología humana, la relación individuo-comunidad y la interpretación como factor fundamental en la comunicación.
De acuerdo con Herbert Blumer, quien acuña el término interaccionismo simbólico en 1938, sus principales premisas son:
Las personas actúan sobre los objetos de su mundo e interactúan con otras personas a partir de los significados que los objetos y las personas tienen para ellas. Es decir, a partir de los símbolos. El símbolo permite, además, trascender el ámbito del estímulo sensorial y de lo inmediato, ampliar la percepción del entorno, incrementar la capacidad de resolución de problemas y facilitar la imaginación y la fantasía.
Los significados son producto de la interacción social, principalmente la comunicación consciente, que se convierte en esencial, tanto en la constitución del individuo como en (y debido a) la producción social de sentido. El signo es el objeto material que desencadena el significado, y el significado el indicador social que interviene en la construcción de la conducta.
Las personas seleccionan, organizan, reproducen y transforman los significados en los procesos interpretativos en función de sus expectativas y propósitos.
Otras premisas importantes son: la distinción entre conducta interna y externa presupone que el individuo se constituye por la interacción social (formación del yo social autoconsciente), y que no es posible entender el yo sin el otro ni a la inversa, y que los grupos y la sociedad se constituyen sobre la base de las interacciones simbólicas de los individuos al tiempo que las hacen posibles.
Referencias históricas
El conflictgo para los griegos:
Heráclito es el presocrático por excelencia que no podemos dejar de mencionar por la defensa a ultranza del conflicto que en su escuela proyecta, así como de la guerra que llega a identificarla como el padre de todas las cosas.
Su filosofía se podría resumir con la famosa sentencia suya que aparece, por ejemplo, en el Crátilo de Platón, 402, y que dice:
[...] que todo se mueve y nada permanece, y, comparando las cosas con la corriente de un río, dice que en el mismo río no nos bañamos dos veces».
Este juicio es el que le lleva, también, a afirmar que
[...] todas las cosas se hallan en perpetuo flujo y cambio; en ninguna parte del universo se podrá encontrar en reposo eterno, la estabilidad inmutable. Y no sólo hay en él perpetuo cambio; sino también perpetuo conflicto.
El carácter permanente que Heráclito otorga al conflicto es el que nos lleva a interpretarlo en su pensamiento como un aspecto inherente de las relaciones sociales y de la naturaleza humana, pues él mismo es quien señala al choque de los opuestos como la verdadera condición de la vida, siendo este contraste, este choque de opuestos y, con ello, decimos, evidentemente, el conflicto la única armonía posible.
“[...] lo opuesto concuerda y que de las cosas discordantes surge la más bella armonía”, “y que todo sucede según discordia”.
Sin embargo, hay que decir, al mismo tiempo, que Heráclito ideó un principio inmanente de orden y medida para gobernar ese mundo de caos, complejidad y conflicto, y que no fuese, por el contrario, un simple caos.
Esta misma presencia del conflicto y de la complejidad en la naturaleza humana se encuentra en otros pensadores clásicos de la época como, por ejemplo, Platón, quien ya hace patente el carácter conflictivo de la naturaleza humana desde la misma división que plantea del alma humana en tres partes.
En el diálogo el Fedro nos habla de la parte racional del alma ligada a la racionalidad, de la parte irascible en la que se da la valentía y de la parte apetitiva donde se hallan los deseos corporales. A partir de esta división, Platón caracteriza al ser humano justo como aquel en el que tiene lugar un equilibrio entre las tres partes del alma, como aquel en el que de forma armónica se dan los deseos corporales y la valentía, aunque siempre supervisados por la racionalidad, que seguirá teniendo una cierta superioridad respecto a las otras dos partes
Esta partición en tres puede ser una buena muestra de los conflictos internos que vivimos las personas, pues ni que decir tiene que son muchas las ocasiones en las que, por ejemplo, no coincide lo que nos dice nuestra racionalidad y nuestros deseos, y es ahí donde surge el conflicto.
Doctrina cristiana
En la doctrina cristiana hay un antecedente remoto que refiere un primer conflicto: entre los ángeles y arcángeles, al final del cual hubo un combate en el cual salió victorioso el Arcángel San Miguel, desterrando a los “infiernos eternos” al Arcángel caído Luzbel que más tarde fue conocido como Satanás. Este “conflicto de la igualdad de los derechos” es uno de los que más problemas sociales ha causado en la historia de la humanidad.
Otro antecedente antiguo es aquel del mito del llamado paraíso terrenal cuando la serpiente tentó a los primeros humanos, a que comieran la fruta del “árbol prohibido”. Cedeño nos advierte que el problema trascendental no radica en el análisis del rol de la serpiente, sino en el dilema de obedecer o desobedecer el mandato de la prohibición puesta en boca de Dios. La obediencia inevitablemente nos hubiera sentenciado a la ignorancia, mientras que la desobediencia nos condujo al conocimiento de la diversidad de la creación.
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Teorías de la desigualdad en la Persia islámica medieval
Hubo dos actitudes opuestas hacia la desigualdad en el Islam: puntos de vista igualitarios y meritocráticos que favorecían un sistema de estratificación abierto y puntos de vista no igualitarios de la jerarquía como naturales en la sociedad y el universo.
Ebn Kaldūn (d. 381/992), Bīrūnī († 440/1048), Ebn Fātek (siglo V / 11) y, sobre todo, el eminente sociólogo y filósofo de la historia, Ebn Kaldūn 809/1406), quienes intentaron explicar la naturaleza y las causas de la diferenciación social.
Amerī, al presentar su teoría meritocrática de la diferenciación social en la sociedad islámica (1387/1967, pp. 159-60, 174-76), culpó la noción biohereditaria de la nobleza de los reyes sasánidos y las enseñanzas zoroastrianas por la rígida división entre los nobles y La base de la sociedad sasánida, una división que bloqueaba la movilidad ascendente de muchas personas libres con buenas cualidades.
Bīrūnī vio la coerción y el uso de la fuerza física por los gobernantes y las clases dominantes como la principal causa del sistema de castas indo-persa: consideraba innecesarias e impropias las rígidas fronteras de las castas y las estrictas barreras a la movilidad social en la Persia y la India preislámica (Págs. 75-79).
En una discusión sobre el pensamiento social de Platón, Abu'l-Wafā Mobaššer Ebn Fâtek anticipó las ideas elitistas de Vilfredo Pareto (1848-1923, I, capítulos 12-13) y Gaetano Mosca (1858- 1941, pp. 430-64) y abogó por la "circulación de las élites" como un medio para fortalecer el liderazgo político y la sociedad en general.
Ebn Kaldūn, anticipando las teorías del conflicto exterior del pensamiento social moderno, influyó en las ideas de sociólogos políticos como Ludwig Gumplowicz (1838-1909), quien le dedicó un capítulo de su obra de 1899 (Barnes y Baker, II, 267 ), Y Franz Oppenheimer (1864-1943, pp. 8-31). Ebn Ḵaldūn rastreó los orígenes de la división de la sociedad en clases soberanas y sujetas a la formación del Estado mediante la subyugación de un grupo social con un débil'aṣabīya (esprit de corps) por otro grupo con un fuerte'aṣabīya (I, pp. -301, 313 - 17).
También anticipando la teoría de Karl Marx (1818-83) sobre la "plusvalía" (I, pp. 177-78, 508-18), Ebn Ḵaldūn sostuvo que, una vez establecida, la clase soberana requiere la aquiescencia obligatoria de la clase objeto a su economía a sus Necesidades en términos de extracción de la plusvalía de su trabajo; El capital, las ganancias y las ganancias adquiridas, "en su totalidad o en su mayor parte, son valores obtenidos del trabajo humano" (II, p.314). El poder económico es una función de la dominación política: "Una persona de rango recibe mucho trabajo (libre) que lo hace rico en muy poco tiempo" (II, p.327). Además, la clase dominante superpone sus costumbres y modos de vida a las masas. Ebn Ḵaldūn rechazó la idea de que el nacimiento noble justifica la desigualdad: "El hombre es hijo de las costumbres, no el hijo de sus antepasados." La nobleza y el prestigio son un "accidente que afecta a los seres humanos" (II, 318).
Las ideas igualitarias y meritocráticas se convirtieron, durante los primeros siglos del islam, en la ideología de los movimientos de protesta entre los grupos desfavorecidos que luchaban por el poder político, especialmente el aristocrático persa Šo'ūbīya, los jarijitas democráticos y los movimientos chiíes (ḡolāt).
Más tarde, sin embargo, las ideas igualitarias perdieron gran parte de su potencial revolucionario y se incorporaron gradualmente a la ética del orden establecido, según la cual se admiraba el igualitarismo, el ascetismo y la consideración de los pobres al mismo tiempo que la jerarquía y la desigualdad eran endosadas en la sociedad .
http://www.iranicaonline.org/articles/class-system-iv
Autores referentes:
Bartos, Otomar J., and Paul Wehr. 2002. Using conflict theory. Cambridge, UK: Cambridge Univ. Press.
DOI: 10.1017/CBO9780511613692E-mail Citation »
This is a comprehensive approach to the explanation of social conflict. It has an introductory character and links different theoretical perspectives with empirical examples.
Binns, David. 1977. Beyond the sociology of conflict. New York: St. Martin’s.
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This is a historical reflection of the conflict theoretical tradition, focusing especially on the Weberian and neo-Weberian tradition in its relationship to Marxism.
Bonacker, Thorsten, ed. 2008. Sozialwissenschaftliche Konflikttheorien: Eine Einführung. Wiesbaden: Verlag für Sozialwissenschaften.
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This volume covers a broad range of social scientific theories dealing with the phenomenon of social conflict. All contributions have a systematic structure and introduce complex theories in a very comprehensible way.
Collins, Randall. 1994. The conflict tradition. In Four sociological traditions. By Randall Collins. New York: Oxford Univ. Press.
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This monograph introduces the history of sociological theory by focusing on four major strands of theory building: the conflict, the rational/utilitarian, the Durkheimian or normative, and the micro-interactionist tradition. Because of the author’s readable style and the annotated list of references, the book’s first chapter is a very good introduction to the conflict theoretical tradition.
Collins, Randall. 1990. Conflict theory and the advance of macro-historical sociology. In Frontiers of social theory. Edited by George Ritzer, 68–87. New York: Columbia Univ. Press.
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This chapter discusses the contemporary situation of conflict theoretical thinking and links the classical conflict theory paradigm to contemporary work in comparative historical sociology, especially the work in Mann 1986–2013 (see Contemporary Works in the Conflict Theory Paradigm). It thereby illustrates Collins’s rather encompassing notion of the term conflict theory.
Demmers, Jolle. 2012. Theories of violent conflict: An introduction. Abingdon, UK: Routledge.
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This is a book with an introductory character. It explains the most important theories of violent conflict of social psychology, sociology, and political science.
Joas, Hans, and Wolfgang Knöbl. 2011. Conflict sociology and conflict theory. In Social Theory: Twenty introductory lectures. By Hans Joas and Wolfgang Knöbl, 174–198. Cambridge, UK: Cambridge Univ. Press.
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This book gives an exhaustive and readable overview of contemporary sociological theorizing. It was originally published in German (Sozialtheorie) in 2004. The chapter not only introduces the main authors and discussions of the classical conflict theory paradigm of the 1950s and 1960s, but it also depicts the failure of conflict theory to establish itself fully as an independent sociological paradigm.
Turner, Jonathan H. 2003. The structure of sociological theory. Belmont, CA: Wadsworth.
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The four sub-chapters about conflict theorizing offer a very dense and systematic account of classical and contemporary conflict theory, especially in its neo-Weberian, neo-Marxian, and feminist variety. Turner presents the theories in a very analytic way, summarizing each of them by providing tables of major, empirically testable propositions.
LOUIS COSER Fuentes del conflicto social - Louis Coser
Referentes
BLUMER, Herbert. (1982). El Interaccionismo simbólico, perspectiva y método. Barcelona Hora D.L.Herbert Blumer (1969). Symbolic Interactionism: Perspective and Method. New Jersey: Prentice-Hall, Inc. p. vii.
Mead, George (1934). MIND, SELF and SOCIETY. Chicago: The University of Chicago Press.
"George Herbert Mead: The Genesis of the Self and Social Control". Brocku.ca. Retrieved 2013-08-01.
Freund, Julien (1983) Sociología del Conflicto, Presses Universitaires de France, pág. 65.
Coser, Lewis (1913-2003), sociólogo norteamericano, autor del libro “The functions of Social Conflict”, publicado en 1956.
De Lucas, Fernando (1999) Lecciones de Sociología General, Editorial Centro de Estudios Ramón Areces SA, Madrid, pág. 37-39.
Bobbio, Norberto; Matteuci, Nicola y Pasquino, Gianfranco (2001) Diccionario de Política, Volumen 1, Edición 13, Siglo Veintiuno Editores, pág. 298-304.
Cedeño Araujo, Claudio (1936-2011), místico y filósofo peruano, creador de la Doctrina Septriónica que se caracteriza por sus teorías futuristas en los aspectos científicos y por su total anulación del adoctrinamiento y del dogmatismo. En Interrogantes al Brahamanismo: Existe realmente el Diablo? (1974), Lima, pág. 111-131.
Mondolfo Rodolfo. Heraclito: Textos y problemas de su interpretación. Siglo XXI. 402a
Así mismo, aparece en la Ética Nicomaquea de Aristóteles, VIII 2, 1155b, donde se escribe
A. Hilary Armstrong. Introducción a la filosofia antigua. EUDEBA. 2007.pg. 26
Etica Nicomaquea VIII, 1155b
Platón. 2010. Fedon. Gredos, Madrid 2010.
L. Stevenson. 2010. Diez teorias de la naturaleza humana. Catedra, Madrid, 2010.
Crátilo de Platon
Andrés Serbin 2007. Paz, conflicto y sociedad civil en América Latina y el Caribe: Andrés Serbin et al. Icaria Editorial. Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo
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