TRATADO CONTRA EL MÉTODO: PAUL FEYERABEND
FEYERABEND sostiene, para presentar su ensayo, que aceptamos leyes científicas, las enseñamos en las escuelas, las convertimos en base de importantes decisiones políticas, pero todo ello sin haberlo sometido jamás a votación.
Los científicos no
se someten a votación o al menos esto es lo que ellos dicen, y el profano,
ciertamente no somete a los científicos a votación.
Grecia se
desarrollo y progreso porque pudo apoyarse en los servicios de esclavos
involuntarios. Nosotros nos desarrollaríamos y progresaríamos con la ayuda de
numerosos esclavos voluntarios en las universidades y laboratorios que nos abastecerían
de píldoras, gas electricidad, bombas atómicas, comidas congeladas y, ocasionalmente,
de algunos cuentos de hadas interesantes.
El autor divide su
ensayo en los siguientes puntos que constituyen
sus tesis:
1. Todo sirve.
2. Hipótesis
3. Teorías
4. Conocimiento
5. Hechos
6. Argumentos
7. Anamnesis
8. Investigación
9. Interpretaciones, sensaciones, descripciones.
10. Contrastaciones
11. Concepciones
12. Métodos irracionales
13. El problema filosófico mente cuerpo.
14. Términos observacionales vs teóricos.
15. Epistemología anarquista.
16. Lakatos
17. Mitos y Ciencia
INTRODUCCIÓN
"Ordnung ist heutzutage meistens dort, wo
nichts ist.
Es ist eine Mangelerscheinung"
[En la actualidad hay sobre todo orden, donde
no hay nada.
Es un fenómeno ausente.]
BRECHT
La ciencia es una empresa
esencialmente anarquista; el anarquismo teórico es más humanista y más adecuado
para estimular el progreso que sus alternativas basadas en la ley y en el
orden.
El presente ensayo ha
sido escrito con la convicción de que el anarquismo, que tal vez no constituye
la filosofía política más atractiva, es sin embargo una medicina excelente para
la epistemología y para la filosofía de la ciencia.
No es difícil descubrir la razón de ello.
«La historia en general,
y la historia de las revoluciones en particular, es siempre más rica en contenido,
más variada, más multilateral, más viva y sutil de lo que incluso el mejor
historiador y el mejor metodólogo pueden imaginar.»
«Accidentes y coyunturas, y
curiosas yuxtaposiciones de eventos» son la sustancia misma de la historia, y
la «complejidad del cambio humano y el carácter impredecible de las últimas
consecuencias de cualquier acto o decisión de los hombres», su rasgo más
sobresaliente. ¿Vamos a creer verdaderamente que un racimo de simples e
ingenuas reglas sea capaz de explicar tal «red de interacciones»? ¿Y no está
claro que una persona que participa en un proceso complejo de esta clase tendrá
éxito sólo si es un oportunista sin contemplaciones y si es capaz de cambiar
rápidamente de un método a otro?
Ésta es en verdad la
lección que han sacado inteligentes y cuidadosos observadores. «De este [carácter del proceso
histórico]», escribe Lenin, continuando el pasaje acabado de citar, «se siguen
dos importantes conclusiones prácticas:
Primera, que, para llevar a cabo su tarea, la
clase revolucionaria [es decir, la clase de aquellos que quieren cambiar o una
parte de la sociedad, tal como la ciencia, o la sociedad como un todo] debe ser
capaz de dominar todas las formas y aspectos de la actividad social [debe ser
capaz de entender y aplicar no sólo una metodología en particular, sino
cualquier metodología y variación de ella que pueda imaginar], sin excepción;
Segunda, [la clase revolucionaria] debe estar
preparada para pasar de una a otra de la manera más rápida e inesperada.» «Las
condiciones externas -escribe Einstein-, que se manifiestan por medio de los
hechos experimentales, no le permiten [al científico] ser demasiado estricto en
la construcción de su mundo conceptual mediante la adhesión a un sistema
epistemológico. Por eso tiene que aparecer ante el epistemólogo sistemático
como un oportunista poco escrupuloso [...].»
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