Presenta una aproximación a las bases filosóficas del concepto de "enemigo" para el Derecho penal, delimita los alcances normativos de dicho término y nos resume los principales argumentos que defienden su existencia y los que lo critican. Se da también una valoración de esta forma de ejercer el poder penal a partir del análisis económico del Derecho. No se deja de lado las manifestaciones del Derecho penal del enemigo en la realidad jurídico penal de España y del Perú.
LA POLOGNE BANNIE IL Y A 2 JOURS, LE LUNDI 25 DÉCEMBRE 2017
On s’en prend à la Pologne car, à l’instar de nombre de pays de l’Est, elle résiste à l’invasion et aux attaques contre ses valeurs et son mode de vie.
François Jourdier: Essayiste
À l’encontre de la Pologne, la Commission européenne a déclenché l’article 7 du traité de l’Union européenne qui, s’il était voté, pourrait déboucher sur une suspension des droits de vote au sein du Conseil de l’Union, l’instance regroupant les vingt-huit.
Notons que cette procédure avait été inventée en 2000 à la suite des tensions entre l’Union européenne et l’Autriche lorsque l’extrême droite était au pouvoir à Vienne. Cette remarque n’est pas sans intérêt car, maintenant, le gouvernement polonais est contrôlé par le PiS « ultra-conservateur ». Il s’agit donc, dans le cas polonais, de mettre au pas un pouvoir nationaliste, voire « populiste ».
Le prétexte invoqué par la Commission est que le gouvernement polonais risque de violer l’État de droit en Pologne et de ne pas respecter les « valeurs de l’Europe ».
On est en droit de se demander, d’ailleurs, qui définit les valeurs de l’Europe.
Il est reproché à la Pologne, par des réformes votées, de soumettre la Justice au pouvoir politique. La Pologne a, en fait, adopté au début de décembre la refonte du Conseil national de la magistrature, chargé de la nomination et de la déontologie des juges, et de la Cour suprême. Il a aussi abaissé l’âge de la retraite des juges, ce qui en a poussé beaucoup dehors. La Pologne défend sa liberté de réformer une magistrature décrite comme une « caste » corrompue.
Il est assez piquant de voir la France pousser à cette condamnation alors que l’indépendance de la justice, en France, est plus que douteuse. D’une part, le parquet relève de la Chancellerie, d’autre part nombre de juges sont affiliés à des syndicats souvent gauchistes, comme le Syndicat de la magistrature. D’ailleurs, l’expérience récente montre que souvent l’« extrême droite » est victime d’un harcèlement judiciaire qui, à l’évidence, n’est pas innocent.
Quand à l’État de droit, il est en France bien écorné : notre pays est la cible constante d’attentats terroristes, on dénombre des dizaines de zones de non-droit où l’ordre public n’est pas respecté, et la France est incapable d’expulser les clandestins qui sont des centaines de milliers. On a rétabli le délit d’opinion, voire le blasphème, et des groupes de pression constitués par les communautés et les minorités interdisent de dire quoi que ce soit.
L’autre reproche fait à la Pologne est la prise en main des médias par l’État, ce qui, venant de la France, est au moins amusant tellement il est évident que l’ensemble des médias est entre les mains d’intellectuels de gauche et que les journaux sont subventionnés par l’État.
En fait on s’en prend à la Pologne car, à l’instar de nombre de pays de l’Est – Hongrie, Slovaquie, République tchèque, Autriche -, elle résiste à l’invasion et aux attaques contre ses valeurs et son mode de vie, ce qui ne peut pas plaire aux universalistes européens. http://www.bvoltaire.com/la-pologne-bannie/?mc_cid=751a1b4b18&mc_eid=d4ff9ff02b ... traducción personal La Polonia prohibida Estamos refieriendonos a Polonia porque, al igual que muchos países de Europa del Este, está resistiendo la invasión y los ataques a sus valores y forma de vida. François Jourdier: Ensayista Contra Polonia, la Comisión Europea ha activado el artículo 7 del Tratado de la Unión Europea, que, si se votara, podría dar lugar a una suspensión de los derechos de voto en el Consejo de la Unión, la veintiochava instancia. Cabe señalar que este procedimiento fue inventado en 2000 como resultado de las tensiones entre la Unión Europea y Austria cuando la extrema derecha estaba en el poder en Viena. Esta observación no deja de tener interés porque, ahora, el gobierno polaco está controlado por el PiS "ultraconservador". En el caso polaco, por lo tanto, se trata de poner en marcha un poder nacionalista, incluso "populista". El pretexto invocado por la Comisión es que el gobierno polaco puede violar el estado de derecho en Polonia y no respetar los "valores de Europa". Uno tiene derecho a preguntarse, por cierto, quién define los valores de Europa. Se le reprocha a Polonia, por las reformas votadas, someter la Justicia al poder político. De hecho, Polonia adoptó a principios de diciembre la refundición del Consejo Nacional de la Magistratura, responsable del nombramiento y la deontología de los jueces, y del Tribunal Supremo. También redujo la edad de jubilación de los jueces, lo que empujó a muchos. Polonia defiende su libertad de reformar un poder judicial descrito como una "casta" corrupta. Es bastante dificil ver a Francia presionar por esta convicción, mientras que la independencia de la justicia en Francia es más que dudosa. Por un lado, el piso está bajo la Cancillería, por otro lado, muchos jueces están afiliados a sindicatos a menudo izquierdistas, como el Sindicato Judicial. Además, la experiencia reciente muestra que a menudo la "extrema derecha" es víctima de acoso judicial, lo que claramente no es inocente. Cuando el estado de derecho está en Francia bien debilitado: nuestro país es el objetivo constante de los ataques terroristas, hay docenas de áreas de anarquía donde el orden público no se respeta, y Francia no puede expulsar a los inmigrantes ilegales que son cientos de miles. El delito de opinión ha sido restablecido, incluso la blasfemia, y los grupos de presión de las comunidades y las minorías tienen prohibido decir nada. El otro reproche a Polonia es la toma de control estatal de los medios, que, viniendo de Francia, es al menos divertido, tanto que es obvio que todos los medios están en manos de intelectuales de izquierda y los periódicos son subsidiados por el estado. De hecho, estamos refiriendonos a Polonia porque, como muchos países del este (Hungría, Eslovaquia, la República Checa y Austria), resiste la invasión y los ataques contra sus valores y su modo. de la vida, que no puede complacer a los universalistas europeos.
First published Mon Sep 27, 2010; substantive revision Fri May 26, 2017
Jean-Jacques Rousseau remains an important figure in the history of philosophy, both because of his contributions to political philosophy and moral psychology and because of his influence on later thinkers. Rousseau’s own view of philosophy and philosophers was firmly negative, seeing philosophers as the post-hoc rationalizers of self-interest, as apologists for various forms of tyranny, and as playing a role in the alienation of the modern individual from humanity’s natural impulse to compassion. The concern that dominates Rousseau’s work is to find a way of preserving human freedom in a world where human beings are increasingly dependent on one another for the satisfaction of their needs.
This concern has two dimensions: material and psychological, of which the latter has greater importance. In the modern world, human beings come to derive their very sense of self from the opinion of others, a fact which Rousseau sees as corrosive of freedom and destructive of individual authenticity. In his mature work, he principally explores two routes to achieving and protecting freedom: the first is a political one aimed at constructing political institutions that allow for the co-existence of free and equal citizens in a community where they themselves are sovereign; the second is a project for child development and education that fosters autonomy and avoids the development of the most destructive forms of self-interest. However, though Rousseau believes the co-existence of human beings in relations of equality and freedom is possible, he is consistently and overwhelmingly pessimistic that humanity will escape from a dystopia of alienation, oppression, and unfreedom. In addition to his contributions to philosophy, Rousseau was active as a composer and a music theorist, as the pioneer of modern autobiography, as a novelist, and as a botanist.
Rousseau’s appreciation of the wonders of nature and his stress on the importance of feeling and emotion made him an important influence on and anticipator of the romantic movement. To a very large extent, the interests and concerns that mark his philosophical work also inform these other activities, and Rousseau’s contributions in ostensibly non-philosophical fields often serve to illuminate his philosophical commitments and arguments.
https://plato.stanford.edu/entries/rousseau/ Traducción personal Jean-Jacques Rousseau sigue siendo una figura importante en la historia de la filosofía, tanto por sus contribuciones a la filosofía política y la psicología moral como por su influencia en los pensadores posteriores. La propia visión de Rousseau de la filosofía y los filósofos era netamente negativa, consideraba a los filósofos como los racionalizadores post hoc del propio interés, como apologistas de diversas formas de tiranía y desempeñando un papel en la alienación del individuo moderno del impulso natural de la humanidad hacia la compasión. La preocupación que domina el trabajo de Rousseau es encontrar una forma de preservar la libertad humana en un mundo donde los seres humanos dependen cada vez más unos de otros para la satisfacción de sus necesidades. Esta preocupación tiene dos dimensiones: material y psicológica, de la cual esta última tiene mayor importancia. En el mundo moderno, los seres humanos llegan a derivar su propio sentido del yo de la opinión de los demás, un hecho que Rousseau ve como corrosivo de la libertad y destructivo de la autenticidad individual. En su trabajo maduro, explora principalmente dos caminos para alcanzar y proteger la libertad: el primero es político y tiene como objetivo construir instituciones políticas que permitan la coexistencia de ciudadanos libres e iguales en una comunidad donde ellos mismos son soberanos; el segundo es un proyecto de desarrollo y educación infantil que fomenta la autonomía y evita el desarrollo de las formas más destructivas de interés personal. Sin embargo, aunque Rousseau cree que la coexistencia de los seres humanos en las relaciones de igualdad y libertad es posible, él es constante y abrumadoramente pesimista de que la humanidad escapará de una distopía de alienación, opresión y falta de libertad. Además de sus contribuciones a la filosofía, Rousseau estuvo activo como compositor y teórico de la música, como el pionero de la autobiografía moderna, como novelista y botánico.
La apreciación de Rousseau de las maravillas de la naturaleza y su énfasis en la importancia del sentimiento y la emoción lo convirtieron en una importante influencia y anticipador del movimiento romántico. En gran medida, los intereses y preocupaciones que marcan su trabajo filosófico también informan estas otras actividades, y las contribuciones de Rousseau en campos ostensiblemente no filosóficos a menudo sirven para iluminar sus compromisos y argumentos filosóficos. Rousseau: El estado de naturaleza es un estado de paz, pero negativo por que es un estado de infelicidad, pero es irrelevante si el estado es de paz o de guerra, puesto que lo importante es que es un estado negativo. Es la relación de las cosas y no la de los hombres la que constituye la guerra, esta última no puede existir ni en el estado de naturaleza en el que no hay propiedad constante, ni en el estado social en el que todo está bajo la autoridad de las leyes. Cuando los obstáculos que se oponen a la conservación de los hombres en el estado de naturaleza superan con su resistencia a la fuerza que cada individuo puede emplear para mantenerse en ese estado, dicho estado no puede subsistir más, y el género humano perecería si no cambiara su manera de ser. Este pacto entre ricos y pobres es logrado mediante el engaño, los hombres fueron engañados de la negatividad de la desunión y han corrido libres a encadenarse. El hombre corrompido por la sociedad civil de encontrar la pureza originaria, como también una forma de asociación que defienda y proteja a las personas y a sus bienes, este es el problema que se resuelve con el contrato social El hombre es libre solo cuando obedece a la ley que el mismo ha creado. El único modo que el ciudadano sea libre es dictando sus propias leyes. El poder político reside en la naturaleza general, la legitimidad se encuentra en el consenso de cada particular de someterse a esa voluntad general.
La educación en la infancia
Al igual que Aristóteles, Rousseau consideraba a la educación como el camino idóneo para formar ciudadanos libres conscientes de sus derechos y deberes en el nuevo mundo que se estaba gestando. Pero el se dio cuenta de que el sistema educativo imperante era incapaz de llevar a cabo esta labor. Cuatro grandes principios psicológicos informan la doctrina pedagógica de Rousseau: La naturaleza ha fijado las etapas necesarias del desenvolvimiento corporal y anímico del educando. Claparede llama a este principio la “ley de la sucesión genética”. El ejercicio de las funciones en una etapa de la vida afirma y prepara el advenimiento y manifestación de las funciones ulteriores. (Ley del ejercicio genético-funcional). La acción natural es aquella que tiende a satisfacer el interés (o la necesidad) del momento. Rousseau ha comprendido admirablemente que la acción, incluso cuando da la impresión de ser desinteresada, viene a satisfacer una necesidad o un interés funcional. Cada individuo difiere más o menos en relación de los caracteres físicos y psíquicos de los demás individuos. Rousseau establece por primera vez los llamados períodos de aprendizaje, ajustados a las edades del educando y pone de relieve que donde mejor aprende el niño a conocer a los hombres es en la historia. El maestro debe enseñar realidades y solo realidades. Los grandes postulados de su teoría pedagógica siguen vigentes.
Los principales postulados de Rousseau son:
La educación debe centrarse más en el niño y menos en el adulto. Es importante estimular el deseo de aprender. La educación del niño comienza desde su nacimiento y debe impedirse que adquiera hábitos de los cuales pudiera llegar a ser esclavo.
Rousseau descubre propiamente la infancia, los derechos del niño. Recomienda la necesidad de comprender al niño. La naturaleza humana no es originariamente mala. Por ello, la primera educación debe ser negativa; no hay que enseñar los principios de la virtud o de la verdad, sino preservar el corazón del niño contra el error. La educación del niño debe surgir libre y con desenvolvimiento de su ser, de sus propias aptitudes, de sus naturales tendencias. Para tratar al alumno, se debe tener en cuenta su edad, poniéndolo en su lugar y reteniéndolo en él. Rousseau destaca que no se debe dar una lección verbal al alumno, debe permitir que la experiencia sea la maestra. Así mismo, afirma que la única pasión natural del hombre es el amor de sí mismo, o amor propio, el cual resulta útil y bueno, pues permitirá que realice sus deseos y los satisfaga. La razón y la memoria no se pueden desenvolver una sin la otra. Los niños no son capaces de juicio, pues no tienen verdadera memoria. Retienen sonidos, figuras, sensaciones, rara vez ideas, y más rara vez sus enlaces. Todo su saber se queda en la sensación y no llega al entendimiento: su misma memoria es poco más perfecta que las otras facultades, puesto que casi siempre es menester que vuelva a aprender, cuando son grandes, las cosas cuyas palabras aprendieron siendo niños. Rousseau propugnaba la soberanía del pueblo que identificaba solamente con los varones. Su concepción sobre las mujeres puede conocerse a partir de su tratado de educación femenina "El Emilio" donde cuestiona la igualdad que propugnaba ya que solamente incluía a los varones.
CONSERVADURISMO DE ROSSEAU
La modernidad liberal o conservadora se observa a través de un conjunto de grupos políticos o acciones de gobierno.
El ideal de 169 la Revolución Francesa fue disputado por los constitucionalistas, simpatizantes de una monarquía limitada por una constitución; por los demócratas, sector convencido del sufragio universal y la soberanía popular, con una nula presencia en la Asamblea Nacional; por los jacobinos, grupo político defensor de la república, del sufragio universal, de la individualidad de la nación y del Estado centralizado.
...El modelo de democracia de los jacobinos recoge el modelo de democracia planteado por Jean Jacques Rousseau, de sus ideas comunitaristas, de su ideal de ciudadano y del interés común.
Finalmente por los girondinos, un grupo político moderado y federalista de la Asamblea Nacional Francesa, estaba integrado con 175 diputados de 749 que componían la Asamblea de la Convención entre 1792 y 1793. Eran intelectuales de la burguesía y se manifestaban a favor de la resistencia a la revolución, al derecho de voto a quien no pagara impuestos y defendían sus privilegios heredados y ganados sobre los movimientos populares.
Born 14 March 1905. Paris, France. Died 17
October 1983 (aged 78)[1] Paris, France
Alma mater : École Normale Supérieure, University of
Paris[2] (Dr ès l)
School: French liberalism
Main interests: Political
philosophy
Notable ideas: Marxism as
the opium of intellectuals
Raymond Claude Ferdinand Aron (was a French
philosopher, sociologist, political scientist, and journalist.
He is best known for his 1955 book The Opium
of the Intellectuals, the title of which inverts Karl Marx's claim that
religion was the opium of the people – Aron argues that in post-war France,
Marxism was the opium of the intellectuals. In the book, Aron chastised French
intellectuals for what he described as their harsh criticism of capitalism and
democracy and their simultaneous defense of Marxist oppression, atrocities, and
intolerance. Critic Roger Kimball[5] suggests that Opium is "a seminal
book of the twentieth century." Aron is also known for his lifelong
friendship, sometimes fractious, with philosopher Jean-Paul Sartre. [6]
He is also known for his 1973 book, The
Imperial Republic: The United States and the World 1945-1973, which influenced
Zbigniew Brzezinski and Henry Kissinger, among others.
Aron wrote extensively on a wide range of
other topics. Citing the breadth and quality of Aron's writings, historian
James R. Garland suggests, "Though he may be little known in America, Raymond
Aron arguably stood as the preeminent example of French intellectualism for
much of the twentieth century."[7]
Life and career
Born in Paris, the son of a secular Jewish
lawyer, Aron studied at the École Normale Supérieure, where he met Jean-Paul
Sartre, who became his friend and lifelong intellectual opponent.[7] He was a
rational humanist,[8][9] and a leader among those who did not embrace
existentialism.[10] Aron took first place in the agrégation of philosophy in
1928, the year Sartre failed the same exam. In 1930, he received a doctorate in
the philosophy of history from the École Normale Supérieure.
He had been teaching social philosophy at the
University of Toulouse for only a few weeks when World War II began; he joined
the Armée de l'Air. When France was defeated, he left for London to join the
Free French forces, editing the newspaper, France Libre (Free France).
When the war ended Aron returned to Paris to
teach sociology at the École Nationale d'Administration and Sciences Po. From
1955 to 1968, he taught at the Sorbonne, and after 1970 at the Collège de
France. In 1953, he befriended the young American philosopher Allan Bloom, who
was teaching at the Sorbonne.
A lifelong journalist, Aron in 1947 became an
influential columnist for Le Figaro, a position he held for thirty years until
he joined L'Express, where he wrote a political column up to his death.
He was elected a Foreign Honorary Member of
the American Academy of Arts and Sciences in 1960.[11]
Aron died of a heart attack in Paris on 17
October 1983.
Political commitment
In Berlin, Aron witnessed the rise to power of
the Nazi Party, and developed an aversion to all totalitarian systems. In 1938
he participated in the Colloque Walter Lippmann in Paris.
Political thought
Aron is the author of books on Karl Marx and
on Carl von Clausewitz. In Peace and War he set out a theory of international
relations. He argues that Max Weber's claim that the State has a monopoly on
the legitimate use of physical force does not apply to the relationship between
States.
In the field of international relations, in
the 1950s, Aron hypothesized that despite the advent of nuclear weapons,
nations would still require conventional military forces. The usefulness of
such forces would be made necessary by what he called a "nuclear
taboo."[12]
Su trayectoria muestra una afinidad con la ideología liberal extrema. Su posición antagónica con Jean Paul Sarte, un pensador progresista, es notoria.
Aron es el típico reaccionario, un conservador, contrario a las innovaciones, especialmente en política: Siempre se opuso a los cambios y a las reformas del progreso.
Since the establishment of Organization Studies in 1980, Michel Foucault’s oeuvre has had a remarkable and continuing influence on its field. This article traces the different ways in which organizational scholars have engaged with Foucault’s writings over the past thirty years or so. We identify four overlapping waves of influence. Drawing on Foucault’s Discipline and Punish, the first wave focused on the impact of discipline, and techniques of surveillance and subjugation, on organizational practices and power relations. Part of a much wider ‘linguistic’ turn in the second half of the twentieth century, the second wave led to a focus on discourses as intermediaries that condition ways of viewing and acting. This wave drew mainly on Foucault’s early writings on language and discourse. The third wave was inspired by Foucault’s seminal lectures on governmentality towards the end of the 1970s. Here, an important body of international research investigating governmental technologies operating on subjects as free persons in sites such as education, accounting, medicine and psychiatry emerged. The fourth and last wave arose out of a critical engagement with earlier Foucauldian organizational scholarship and sought to develop a more positive conception of subjectivity. This wave draws in particular on Foucault’s work on asceticism and techniques of the self towards the end of his life. Drawing on Deleuze and Butler, the article conceives the Foucault effect in organization studies as an immanent cause and a performative effect. We argue for the need to move beyond the tired dichotomies between discipline and autonomy, compliance and resistance, power and freedom that, at least to some extent, still hamper organization studies. We seek to overcome such dichotomies by further pursuing newly emerging lines of Foucauldian research that investigate processes of organizing, calculating and economizing characterized by a differential structuring of freedom, performative and indirect agency.
La Cadena Báltica con los tres países bálticos: Estonia, Letonia y Lituania.
La Geopolíticaestablece los posibles objetivos que es necesario alcanzar para el desenvolvimiento y la vida de un Estado. Debido a que la globalización económica transciende las fronteras nacionales e internacionales juega un papel importante como estimulo para su desarrollo. El espacio no vale solamente por su extensión y riqueza, sino por el carácter que presenta la población que explota y vive en esa superficie. La Estrategia, en intima relación con la geopolítica, establece la forma como deben actuar los diferentes poderes del Estado, no solo con la fuerza de las armas, sino con medios económicos, políticos y diplomáticos, etc. El caso de la cadena Báltica ilustra la aplicación delos principios de la Geopolíticay como en su aplicación se ha afectado a millones de hombres que han sido los actores de los hechos involucrados.
La Revolución Cantada es un término para referirse a los sucesos ocurridos entre 1987 y 1991 que concluyeron con la reinstauración de la independencia de los estados bálticos: Estonia, Letonia y Lituania.12 Las tres repúblicas fueron anexadas por la Unión Soviética durante la Segunda Guerra Mundial, primero en virtud del pacto «Ribbentrop-Mólotov» (1940) y más tarde con la ocupación de esos territorios en 1944 tras la invasión alemana de la Unión Soviética.
El término fue acuñado por el activista estonio Heinz Valk, quien lo utilizó en un artículo sobre las manifestaciones de junio de 1988 en el Auditorio de la Canción de Tallin (Lauluväljak), donde se cantaban canciones patrióticas estonias para reivindicar la independencia del país.3
Contexto
En el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, los países bálticos —Estonia, Letonia y Lituania— habían sido ocupados en tres ocasiones: en 1940 por la Unión Soviética, en virtud del protocolo secreto «Ribbentrop-Mólotov»; en 1941 por el ejército de la Alemania nazi, y en 1944 de nuevo por los soviéticos tras la ofensiva del Báltico. Aunque las tres repúblicas bálticas eran estados independientes desde finales de la década de 1910, la URSS consideró la anexión de iure de dichos territorios como una «liberación» de las tropas del Eje.4 La mayoría de gobiernos occidentales, encabezados por Estados Unidos y Reino Unido, se negaron a darle reconocimiento internacional.5
Con el paso del tiempo, el gobierno soviético propició la migración de rusos a esos territorios.6
Durante la segunda mitad de los años 1980, la URSS dio comienzo a un proceso de apertura política (glásnost) y reestructuración económica (perestroika) liderado por Mijaíl Gorbachov. Las reformas pretendían la reorganización del sistema socialista para poder conservarlo, pero coincidieron con una grave crisis económica y una serie de revoluciones en el bloque del Este que dejaron a los soviéticos sin aliados y al borde de la desintegración federal. Igual que otras repúblicas socialistas, las repúblicas bálticas aprovecharon la situación para reclamar su independencia de la URSS.7
Aunque cada país siguió su propio camino, los hechos ocurridos tuvieron una serie de denominadores comunes que propiciaron el término «Revolución Cantada» para referirse específicamente a ellos:8
La reinstauración de la independencia conquistada en 1918.
La defensa de la democracia y derechos humanos, en contraposición al sistema político de la URSS.
El protagonismo de la cultura local y de los Festivales de Cantos y Danzas Bálticos.
El establecimiento de elecciones competitivas en la URSS, con la creación del Congreso de los Diputados del Pueblo.
La mayor acción común de las tres repúblicas bálticas fue la Cadena Báltica del 23 de agosto de 1989, cuando más de un millón de personas formaron una cadena humana a lo largo de 600 kilómetros desde Tallin hasta Vilna.29 Una semana antes de la protesta, la URSS había admitido la existencia del protocolo Ribbentrop-Mólotov, pero continuaba insistiendo en que los tres estados se habían adherido voluntariamente a la Unión Soviética.2
La Unión Soviética terminó reconociendo la independencia de las tres repúblicas bálticas el 6 de septiembre de 1991.10 Tras ese anuncio, Estonia, Letonia y Lituania ingresaron en la Organización de las Naciones Unidas el 17 de septiembre.11
Estonia
Fachada del Parlamento de Estonia, frente al que se situaron muchas de las barricadas en prevención de posibles ataques soviéticos en 1991.
Con la aprobación de las reformas políticas en la URSS, se multiplicaron las manifestaciones de oposición política en la RSS de Estonia. Una de las primeras se produjo en la primavera de 1987, cuando una asociación ciudadana de Tartu consiguió detener los planes del gobierno soviético de crear nuevas minas de fosfato, mediante resistencia no violenta.1112 El éxito de la manifestación animó a los grupos en defensa de los derechos humanos y a los nacionalistas estonios para organizarse por la reinstauración de la independencia.11
En el verano de 1987 hubo dos importantes movimientos organizativos. Por un lado, la creación de la Asociación por la Publicación del Pacto de Ribbentrop-Mólotov (MRP-AEG), encabezada por disidentes políticos y apoyada públicamente por congresistas de los Estados Unidos.11 Y por otro lado, una carta abierta en la que políticos del Partido Comunista de Estonia (EKP) reclamaban la transición hacia una autonomía real, algo que propició un debate interno en el seno del partido. El 21 de octubre hubo una marcha en Võru para conmemorar a los caídos en la Guerra de Independencia de 1918 donde las autoridades permitieron banderas tricolores de Estonia, hasta entonces prohibidas.11
Las concentraciones propiciaron que las premisas nacionalistas e independentistas fuesen asumidas por numerosos miembros del EKP. El 13 de abril de 1988, el dirigente Edgar Savisaar anunció en televisión la creación del Frente Popular de Estonia (Rahvarinne), en origen un grupo «de apoyo a la perestroika» que al poco tiempo se convirtió en la principal organización por la independencia de Estonia, responsable de la mayoría de marchas.13 Uno de sus líderes fue Lennart Meri, posterior presidente estonio de 1992 a 2001.
Manifestantes en Tartu (1989).
Un punto de inflexión en los movimientos populares fue la celebración del tradicional Festival de la Canción Estona (Laulupidu) de junio de 1988. Cerca de 100.000 personas cantaron himnos y canciones patrióticas, algunas de ellas prohibidas.11 Tras el festival, el Partido Comunista de la URSS cesó a Karl Vaino, miembro del sector más conservador, y nombró como nuevo Primer Secretario del EKP a Vaino Väljas, próximo al nacionalismo.1114 En septiembre del mismo año, el Frente Popular organizó otro festival musical en Tallin (Eestimaa laul) al que asistieron cerca de 300.000 personas, lo que suponía una quinta parte de la población.11 La naturaleza artística de las marchas propició que Heinz Valk acuñara el término «Revolución Cantada» para referirse a la situación política del Báltico.15
Después de que Gorbachov anunciase la creación del Congreso de los Diputados del Pueblo de la URSS, el Sóviet Supremo de Estonia funcionó como una verdadera cámara legislativa regional.16
Entre las leyes aprobadas cabe destacar la declaración de soberanía (16 de noviembre de 1988), la aprobación del estonio como lengua oficial (enero de 1989), la ley de independencia económica (mayo de 1989, aceptada por la URSS) y las leyes de residencia para votar en las siguientes elecciones (agosto de 1989). El 24 de febrero de 1989 se alzó por primera vez la bandera tricolor en la torre del Pikk Hermann,11 y el 26 de marzo hubo elecciones al Congreso de los Diputados en las que los candidatos adscritos al Frente Popular obtuvieron mayoría.11
Al margen de las instituciones soviéticas, en febrero de 1989 se estableció un movimiento ciudadano, conocido como Congreso de Ciudadanos Estonios,17 en el que podían registrarse cualquier ciudadano estonio por ius sanguinis y aspirantes a la ciudadanía, lo cual dejaba fuera al resto (principalmente, estonios rusos).18 Un año después había inscritas más de 600.000 personas.18 El Congreso de Estonia, celebrado del 11 al 12 de marzo, contó con 499 representantes.19
El 18 de marzo de 1990 se celebraron elecciones legislativas democráticas —las primeras desde 1932— en las que los favorables a la independencia obtuvieron 73 de los 105 escaños en juego. Se eligió como presidente del Sóviet Supremo al excomunista Arnold Rüütel, mientras que Edgar Savisaar fue nombrado primer ministro.20 Pese a las advertencias de Moscú, Estonia hizo una primera declaración de independencia el 8 de mayo de 1990, aunque en unos términos más suaves que la lituana al mantener la Constitución de la URSS mientras se redactaba la estonia.17 La URSS no reconoció esa votación. Después de que los tanques soviéticos irrumpiesen en Lituania en enero de 1991, los estonios organizaron laberínticas barricadas alrededor del parlamento.21 Por su parte, Rüütel y Savisaar priorizaron las relaciones diplomáticas con el presidente del Soviet Supremo de Rusia, Borís Yeltsin, para que intercediera ante Gorbachov y evitara así un derramamiento de sangre.21
El 3 de marzo de 1991 la declaración de independencia fue aprobada en referéndum con un alto porcentaje de apoyo (78%) y participación (82% del censo).22 La consulta se celebró dos semanas antes del referéndum sobre el futuro de la URSS. Aunque la URSS trató de mantener el control de la situación, el 19 de agosto hubo un intento de golpe de Estado que precipitó los acontecimientos. Al día siguiente, el 20 de agosto de 1991, el parlamento proclamó la restauración de la independencia de la República de Estonia. Rusia y la Comunidad Europea la reconocieron en una semana,2324 mientras que la URSS lo hizo el 6 de septiembre.10
La prudencia estratégica de los estonios propició que el país consiguiera la independencia sin lamentar víctimas mortales, siendo la única república exsoviética donde eso ha ocurrido.1221
Letonia
Monumento a la Libertad de Riga, en honor a los caídos en la guerra de independencia de 1918.
El movimiento nacionalista en la RSS de Letonia fue denominado «Tercer Despertar Nacional» (latviešu tautas atmoda), en continuación de los Jóvenes Letones (década de 1850) y de la proclamación de independencia de 1918. Igual que sucedió en Estonia, las movilizaciones surgieron a raíz de una protesta ciudadana tolerada en el glásnost: en 1986 un grupo de ciudadanos fundó la ONG «Club de Protección Medioambiental» (VAK, por sus siglas en letón) contra la construcción de una central hidroeléctrica sobre el río Daugava.25 Un joven periodista, Dainis Īvāns, logró reunir más de 30.000 firmas que forzaron la cancelación del proyecto.26 Ese éxito fue emulado por los nacionalistas letones, que se reorganizaron en el colectivo «Helsinki-86» para reclamar derechos humanos y la reinstauración de la soberanía.26
El 14 de junio de 1987, los miembros de Helsinki-86 organizaron una ofrenda floral en el Monumento a la Libertad de Riga, símbolo de la independencia de Letonia, en homenaje a los letones que fueron deportados ese mismo día en 1941 y a la que asistieron 5000 personas.27 La sociedad trató de repetirlo el 23 de agosto para denunciar el protocolo «Ribbentrop-Mólotov», pero esta vez la multitud fue dispersada con chorros de agua.28 Con el paso del tiempo, Helsinki-86 fue desplazado por diferentes movimientos nacionalistas y por debates en el seno del Partido Comunista de Letonia (LKP) sobre la protección de idioma letón, la rusificación y la soberanía económica.29
La música también jugó un papel importante en el despertar nacional, con dos eventos destacados: el estreno de la ópera rock Lāčplēsis —basada en el héroe nacional—,30 y la celebración del Festival de la Canción y Danza de Letonia en 1990.31
El 8 de octubre de 1988 fue fundado el Frente Popular de Letonia (LTF, Latvijas Tautas fronte) que aglutinaría a los distintos grupos nacionalistas. La formación estaba liderada por Dainis Īvāns y contó desde el principio con el beneplácito de miembros moderados del LKP, entre ellos el presidente del Soviet Supremo Anatolijs Gorbunovs. En menos de un año se superaron los 250.000 miembros, en su gran mayoría de etnia letona.32 Y aunque el LTF contemplaba al principio distintas sensibilidades, a partir de 1989 defendería la independencia como única solución. Esto provocó que muchas personas de etnia rusa, llegadas durante la rusificación, fuesen más favorables al Inferfront, un movimiento popular prosoviético.33
En el plano político, los nacionalistas letones habían conseguido que la mayoría de miembros del LKP apoyasen sus postulados y rompieran con el PCUS a partir de 1990. E igual que sucedió en Estonia, se estableció un Comité de Ciudadanos al que podían registrarse letonios por ius sanguinis.34 En las elecciones al Sóviet Supremo de marzo, el Frente Popular obtuvo mayoría absoluta con 134 de los 200 escaños en juego, más de dos tercios.35 El reformista Anatolijs Gorbunovs fue nombrado presidente, mientras que Ivars Godmanis, líder del LTF, asumió como primer ministro. La cámara principal pasó a llamarse «Consejo Supremo de la República de Letonia» hasta la reinstauración de la Saeima.36
Siguiendo los pasos de Lituania, el 4 de mayo de 1990 el Consejo Supremo aprobó el «inicio de la reinstauración de la independencia de Letonia», la recuperación de la Constitución de Letonia de 1922 y una relación exterior con la URSS basada en el Tratado de Riga.37 Además, el letón pasó a ser la única lengua oficial. A pesar de que los letones desarrollaron una nueva legislación para garantizar el éxito de la independencia, la URSS se negó a reconocerles y prestó apoyo a fuerzas prosoviéticas letonas para derrocar al nuevo gobierno. Durante los meses siguientes se produjo la llegada de miembros del KGB y del OMON (boinas negras) a distintas ciudades del país, en las que incluso se produjeron altercados.38
El ataque de las tropas soviéticas en Lituania del 11 de enero precipitó los acontecimientos. Ante el temor de que lo mismo pudiera suceder en Letonia, el Frente Popular pidió a los ciudadanos que montaran barricadas para defender las instituciones. Aunque la premisa era la resistencia no violenta, hubo seis víctimas mortales en los enfrentamientos, cinco de ellas tras la toma del Ministerio del Interior por parte del OMON.39
El 3 de marzo de 1991 la declaración de independencia fue aprobada en referéndum con un alto porcentaje de apoyo (74%) y participación (87,6%).40 La consulta se celebró dos semanas antes del referéndum sobre el futuro de la URSS. Finalmente, el intento de golpe de Estado del 20 de agosto llevó a que el Gobierno de Letonia proclamara, al día siguiente, la «culminación del proceso de independencia». Rusia y la Comunidad Europea la reconocieron en una semana,2324 mientras que la URSS lo hizo el 6 de septiembre.10
Lituania
De las tres naciones bálticas, la RSS de Lituania fue la primera en completar la Revolución Cantada. A pesar de las tímidas reformas de Gorbachov, el Partido Comunista de Lituania (LKP) estuvo dirigido por líderes que se negaban a desarrollarlas: Petras Griškevičius (1974-1987) y Ringaudas Songaila (1987-1988). La actividad disidente se limitaba entonces a organizaciones clandestinas como la Liga Libertaria de Lituania (LLL), que protagonizó las primeras protestas nacionalistas, o el Comité de Defensa de los Derechos Religiosos.41
El 3 de junio de 1988 se creó un grupo de apoyo al glasnost, el Movimiento Reformista de Lituania (más conocido por Sąjūdis), liderado por el profesor Vytautas Landsbergis, que acabaría canalizando las movilizaciones populares.41 Entre otros aspectos reclamaban el cumplimiento de los derechos humanos, el lituano como idioma oficial, la libertad de culto y el cierre de la Central Nuclear de Ignalina. El Sąjūdis era más moderado que el LLL y obtuvo un mayor apoyo social desde el principio, incluso entre miembros del LKP como Algirdas Brazauskas.42
Lituania venía celebrando festivales de cantos y danzas tradicionales desde 1924, por lo que la tradición musical tuvo su reflejo en las protestas.8 Los manifestantes acudían al parque Vingio para cantar no solo himnos patrióticos tradicionales, sino también himnos católicos. Algunos intérpretes de la época adaptaron textos de poetas nacionales como Bernardas Brazdžionis y Justinas Marcinkevičius.8 Y en el Festival de Coros de Lituania de 1988, los intérpretes enarbolaron banderas tricolores por primera vez.8
Después de que las autoridades soviéticas reprimieran con violencia una marcha del LLL, Songalia fue cesado y el PCUS nombró al moderado Algirdas Brazauskas al frente del LKP.43 A partir de esa fecha se produjeron concesiones: el 21 de octubre de 1988 se devolvió la catedral de Vilna a la comunidad católica,44 y el 20 de marzo de 1989 se recuperaron la bandera e himno de la Lituania independiente.45
En las elecciones al Congreso de los Diputados de la URSS, todos los miembros electos estaban vinculados directa o indirectamente al Sąjūdis.42 La cámara lituana hizo una declaración de soberanía en mayo de 1989,42 y seis después, tras el éxito de la Cadena Báltica, el LKP se desligó del PCUS y renunció al monopolio de poder que ostentaba, permitiendo elecciones legislativas pluripartidistas.46 Los miembros adscritos al Sąjūdis —que rechazó constituirse en partido político— prometieron una declaración inmediata y se oponían a cualquier negociación con Moscú.47 Al final, en los comicios al Sóviet Supremo del 24 de febrero de 1990, el Sąjūdis obtuvo 91 de los 135 escaños en juego.47 Vytautas Landsbergis fue elegido presidente del nuevo gobierno.48
El 11 de marzo de 1990, el nuevo Consejo Supremo aprobó la «Declaración de Restablecimiento de Independencia del Estado de Lituania», con 124 diputados a favor, seis abstenciones y ningún voto en contra.4948 Lituania se convirtió así en la primera república que anunciaba su independencia de la Unión Soviética.
El documento suscitó un entrentamiento directo con Moscú al rechazar por completo su autoridad, asegurando que la declaración de 1918 «nunca perdió su valor legal y constituye la fundación constitucional». Además de no obtener reconocimiento internacional, la URSS impuso en abril un bloqueo económico que duró tres meses.50 El parlamento lituano accedió a suspender la declaración de independencia unos cien días para negociar con la URSS,51 pero no hubo avances significativos y la crisis económica y social se agravó.42 Ante esa situación, Landsbergis pidió a los independentistas que organizaran escudos humanos para defender las instituciones. Por otro lado, se creó un Comité de Defensa paramilitar liderado por Audrius Butkevičius que pudiera prevenir cualquier ataque externo.52
Un manifestante lituano se enfrenta a los tanques del ejército soviético (1991).
Finalmente, el 11 de enero la URSS inició una intervención militar para recuperar el control. El Ejército Rojo tomó por asalto la radiotelevisión lituana y la torre de TV de Vilna,53 aunque no pudieron hacerse con el parlamento por una masiva contramanifestación ciudadana.2 En total fallecieron 14 personas —trece manifestantes y un soldado del KGB por fuego amigo— y otras 700 resultaron heridas. Una década después, Butkevičius reconoció en una entrevista que sus francotiradores habían disparado contra la muchedumbre en la torre de TV para hacer creer que el KGB les había atacado.52 Por otro lado, tropas del OMON habían matado a ocho guardias del Cuerpo Fronterizo Lituano en Medininkai.54
El 9 de febrero de 1991 se celebró el referéndum de independencia con un alto porcentaje de apoyo (93%) y participación (84,7%).55
Los llamados «Sucesos de Enero» (Sausio įvykiai) fueron un punto de inflexión para que las repúblicas bálticas tuvieran reconocimiento. Islandia apoyó la independencia de Lituania el 11 de febrero de 1991 y fue seguida por Dinamarca dos semanas más tarde.56 Sin embargo, la mayoría de la comunidad internacional solo lo hizo después del intento de golpe de Estado en la URSS; el 20 de agosto, Letonia y Estonia siguieron los pasos de Lituania. Rusia y la Comunidad Europea reconocieron a los tres nuevos estados,2324 mientras que la URSS lo hizo el 6 de septiembre.10 Link
After Nazi Germany invaded the Soviet Union on June 22, 1941, Army Group North reached Estonia in July. Initially the Germans were perceived by most Estonians as liberators from the USSR and its repressions, having arrived only a week after the first mass deportations from the Baltics. Although hopes were raised for the restoration of the country's independence, it was soon realized that they were but another occupying power. The Germans pillaged the country for their war effort and unleashed The Holocaust in Estonia during which they and their collaborators murdered tens of thousands of people (including ethnic Estonians, Estonian Jews, Estonian Gypsies, Estonian Russians, Soviet prisoners, Jews from other countries and others).[1] For the duration of the occupation, Estonia was incorporated into the German province of Ostland.
Occupation
German advance in Latvia, Estonia and on the Leningrad front from June to December 1941
Nazi Germany invaded the Soviet Union on June 22, 1941. Three days later, on June 25, Finland declared herself to once again be in a state of war with the USSR, starting the Continuation War. On July 3, Joseph Stalin made his public statement over the radio calling for scorched-earth policy in the areas to be abandoned. Because the northernmost areas of the Baltic states were the last to be reached by the Germans, it was here that the Soviet destruction battalions had their most extreme effects. The Estonian forest brothers, numbering about 50,000, inflicted heavy casualties on the remaining Soviets; as many as 4,800 were killed and 14,000 captured. Even though the Germans did not cross the Estonian southern border until July 7–9, Estonian soldiers who had deserted from Soviet units in large numbers, opened fire on the Red Army as early as June 22. On that day, a group of forest brothers attacked Soviet trucks on a road in the district of Harju.[2] The Soviet 22nd Rifle Corps was the unit that lost most men, as a large group of Estonian soldiers and officers deserted from it. Furthermore, border guards of Soviet Estonia were mostly people who had previously worked for independent Estonia, and they also escaped to the forests, becoming one of the best groups of Estonian fighters. An Estonian writer Juhan Jaik wrote in 1941: "These days bogs and forests are more populated than farms and fields. The forests and bogs are our territory while the fields and farms are occupied by the enemy [e.g. the Soviets]".[2] The 8th Army (Major General Ljubovtsev), retreated in front of the 2nd corps of the German Army behind the Pärnu River - the Emajõgi River line on July 12. As German troops approached Tartu on July 10 and prepared for another battle with the Soviets, they realized that the Estonian partisans were already fighting the Soviet troops. The Wehrmacht stopped its advance and hung back, leaving the Estonians to do the fighting. The battle of Tartu lasted two weeks, and destroyed most of the city. Under the leadership of Friedrich Kurg, the Estonian partisans drove out the Soviets from Tartu on their own. In the meanwhile, the Soviets had been murdering citizens held in Tartu Prison, killing 192 before the Estonians captured the city. At the end of July the Germans resumed their advance in Estonia working in tandem with the Estonian Forest Brothers. Both German troops and Estonian partisans took Narva on August 17 and the Estonian capital Tallinn on August 28. On that day, the Soviet flag shot down earlier on Pikk Hermann was replaced with the Flag of Estonia by Fred Ise. After the Soviets were driven out from Estonia, German troops disarmed all the partisan groups.[3] The Estonian flag was soon replaced with the flag of Nazi Germany, and the 2,000 Estonian soldiers that took part in the parade in Tartu (July 29), were disbanded.[4] Most Estonians greeted the Germans with relatively open arms and hoped for the restoration of independence. Estonia set up an administration, led by Jüri Uluots as soon as the Soviet regime retreated and before German troops arrived. Estonian partisans that drove the Red Army from Tartu made it possible. That all was for nothing since the Germans had made their plans as set out in Generalplan Ost,[5]:54 they disbanded the provisional government and Estonia became a part of the German-occupied "Ostland". A Sicherheitspolizei was established for internal security under the leadership of Ain-Ervin Mere. In April 1941, on the eve on the German invasion, Alfred Rosenberg, Reich minister for the Occupied Eastern territories, a Baltic German, born and raised in Tallinn, Estonia, laid out his plans for the East. According to Rosenberg a future policy was created: Germanization (Eindeutschung) of the "racially suitable" elements. Colonization by Germanic people. Exile, deportations of undesirable elements.
Rosenberg felt that the "Estonians were the most Germanic out of the people living in the Baltic area, having already reached 50 percent of Germanization through Danish, Swedish and German influence". Non-suitable Estonians were to be moved to a region that Rosenberg called "Peipusland" to make room for German colonists.[6] The removal of 50% of Estonians was in accordance with the Nazi Generalplan Ost plan, the elimination of all Jews, was just the start.[5]:54 The initial enthusiasm that accompanied the liberation from Soviet occupation quickly waned as a result and the Germans had limited success in recruiting volunteers. The draft was introduced in 1942, resulting in some 3400 men fleeing to Finland to fight in the Finnish Army rather than join the Germans. Finnish Infantry Regiment 200 (Estonian: soomepoisid 'Finnish boys') was formed out of Estonian volunteers in Finland. With the Allied victory over Germany becoming certain in 1944, the only option to save Estonia's independence was to stave off a new Soviet invasion of Estonia until Germany's capitulation. Link
La ocupación de las repúblicas bálticas generalmente se refiere a la ocupación de Estonia, Letonia y Lituania por la Unión Soviética o la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial, y a la presencia soviética en el Báltico desde 1940 hasta el restablecimiento de su independencia. Rusia sigue manteniendo que la anexión soviética de las repúblicas bálticas era legal y que la Unión Soviética liberó los países de los nazis, no haciendo caso del hecho que este había ocupado ya el Báltico según los términos del Protocolo adicional secreto al Pacto Mólotov-Ribbentrop entre Hitler y Stalin y el posterior Tratado Germano-Soviético de Amistad, Cooperación y Demarcación. A la ocupación soviética se opusieron movimientos de resistencia que operaron como guerrillas, fueron los llamados Hermanos del Bosque. En Estonia unas 30.000 a 40.000 personas se refugiaron en los bosques, aunque es incierto el número de partisanos.2 Aunque en 1951 se habían reducido a 20.000 resistentes.3 En Letonia se formaron dos grandes organizaciones partisanas que sumaban en total 20.000 combatientes.4 En Lituania murieron 20.000 a 30.000 partisanos, aunque se desconoce la cifra que rebeldes que llegó a haber.5 Estos movimientos operaron hasta 1956 aunque ya desde 1948 sólo realizaban operaciones esporádicas. Alemania ocupó los países del Báltico después de la invasión de la Unión Soviética en 1941 durante la Operación Barbarroja. La política alemana en el área era también áspera, culminando en el Holocausto en las tierras Bálticas. Las autoridades de ocupación alemanas colaboraron con partes de la población local en el área que, sobre todo en las primeras etapas de la ocupación, vio a los alemanes como una posibilidad de evitar la dominación por la URSS y los comunistas. Cuando se hizo claro que los nazis no concordarían con el restablecimiento de la estructura del Estado independiente y la ocupación se hizo cada vez más brutal, la población local se volvió en contra los alemanes.[cita requerida] Los nazis encuadraron todos los países del Báltico (excepto Memel (Klaipėda) región anexada a Gran Alemania en 1939) y la mayor parte de Bielorrusia en el Reichskommissariat Ostland, una colonia en la cual las cuatro nacionalidades predominantes tenían poco papel en la forma de gobierno. Heinrich Lohse, un político Nazi alemán, fue Reichskommissar hasta su huida del avance soviético.[cita requerida] Uno de los proyectos nazis para la colonización de territorios conquistados en el Este, conocido como Generalplan Ost, pidió la deportación al por mayor de aproximadamente dos tercios de la población natal de territorios de los países del Báltico en caso de una victoria alemana. El tercio restante debía ser o exterminado in situ, usados como trabajadores esclavos o germanizados en caso de ser suficientemente arios, mientras cientos de miles de pobladores alemanes debían ser trasladados en los territorios conquistados. Reocupación soviética La Unión Soviética ocupó de nuevo los países del Báltico como parte de la Operación Ofensiva Estratégica Báltica, una operación militar y política de dos pliegues para derrotar a las fuerzas alemanas "y la liberación de los pueblos Bálticos soviéticos" comenzando en el otoño de verano 1944, durando hasta la capitulación de fuerzas alemanas y letonas en el Cerco de Curlandia en el mayo de 1945, y ellos fueron gradualmente absorbidos en Unión Soviética. El 12 de enero de 1949 el Consejo soviético de Ministros publicó un decreto sobre "la expulsión y deportación" de bálticos "de todos los kuláks y sus familias, las familias de bandidos y nacionalistas", y otros. Se estima que más de 200.000 personas son deportadas del Báltico en 1940-1953. Además, al menos 75.000 fueron enviados al Gulag. El 10 % de la población Báltica adulta entera fue deportado o enviado a campamentos de trabajo.
Consideraciones históricas En Europa del Norte, el destino de los pequeños países durante la Segunda Guerra Mundial varió bastante. Dinamarca y Noruega fueron ocupadas por Alemania; Suecia tuvo que hacer algunas concesiones, pero con una política exterior hábil y unos militares creíbles, fue capaz de mantenerse fuera de la guerra. Estonia, Letonia y Lituania fueron ocupadas y anexionadas por la Unión Soviética y pasaron 50 años antes de que recobraran su independencia en la revoluciones de 1989 (ver: Cadena Báltica). Finlandia, que geográficamente estaba en la posición menos ventajosa que Suecia, tuvo que soportar tres guerras (Guerra de Invierno, Guerra de Continuación y Guerra de Laponia) con pérdidas territoriales, y tuvo que doblar su política exterior a favor de la Unión Soviética después de la guerra (finlandización), pero esta mantuvo el sistema político democrático independiente y capitalista después de la Segunda Guerra Mundial